Partida Rol por web

Con todo terminado, y los enemigos espantados, la niebla comenzó a disciparse, la chica bajo los brazos, el oso estaba con sus dos piernas lastimadas, y una de ellas congeladas, se acercó, con su mirada  violeta muy severa, y extendió su mano sobre él, formando un sello luminoso debajo del oso, un brillo azuloso subió y comenzó a curarlo.

- nunca ataques antes de que yo ataque... puedo crear ventajas, no dudaré en atacar al enemigo aunque estés en medio, esta misión es demasiado importante para mi y no estoy para juegos y ceremonias... cometiste un error, te atacaron y podríamos haber fallado- se gira y vuelve a la carreta.

- debo imaginar que no nos ayudará, su misión es que lleguemos hasta la ciudad - interpela al hombre, ya había notado lo que había hecho su esclava, ella solo lo defendería a él.

Aquel conjuro detuvo el sangrado, pero las cuchillas de hielo aun estaban incrustadas en las piernas del oso, impidiéndole el movimiento de ambas, incluso una de ellas parece que se había cercenado.  Aun mantenía la forma.

Las criaturas, temerosas fueron arrastrando a la primera muerta, e intentaron quitarle la cuchilla que empalaba a la otra, a la otra sin mucho éxito, solo podían chillar y hacer ademanes alrededor de esta.

La niebla se disipó totalmente. La carreta también había sido impactada por el conjuro, por lo que ya tampoco podía seguir siendo utilizada.

Arrastrando un cadáver, la esclava volvía junto a su amo.

- Creo que el puesto de Cabo en el ejército vendría bien para ti. Dime ¿Cómo piensas llegar a tiempo ahora al puerto?...  – Comento con su característica amabilidad, luego se rasco la cabeza con la cuchilla helada, dio la ultima bocanada al cigarro que fumaba y lo arrojo al suelo – Que gasto innecesario de recursos.

De un pequeño salto aquel hombre elegante estaba en el suelo, aun portando el hielo en sus manos – Yo volveré caminando desde aquí al castillo, por favor, entrégale a Hook el cofre.

De reojo miró al oso mal herido, aun con el hielo en sus piernas, sus ojos hicieron una recorrida luego por la espadachín y se tornaron un poco, cambiando la expresión – Ahora.

Se giró hacia el Hook – ¿Crees que puedas hacer algo mi el caballo? – Concluyo amablemente.

Aquel hombre negro vestido de azul, había interactuado poco con Sylphiel y Liam. Llego portando un arma de fuego y el látigo en respectivas manos, la esclava le acompañaba con las riendas de su caballo en una mano y jalando desde los pelos un cadáver humano.

- Tsk… maldición, eso pasa por mandar a inútiles de bajo rango – Carraspeo sonriendo, parecía divertido con la situación. Guardo el arma en la cintura y enrollo el látigo, colocándose de cuclillas frente al caballo muerto – Nah, su corazón y parte de la cabeza están destrozados, imposible hacerlo con el tiempo que hay – Se puso de pie y señalo a Han – Y no creas que me olvido que gane la apuesta, maldito viejo - Teniendo como respuesta una amable sonrisa por parte de este.

- Primero ayudaré al oso – Culmino usando el látigo para extraer el hielo de las piernas, una de ellas se desprendió totalmente del cuerpo del animal.

Comprende el error, agacha la cabeza y entrega el cofre al hombre, inclina su cabeza y se retira al fondo, avergonzada por lo hecho, ya no habla ni quiere estar ahí.

La pelea no parecía difícil, apenas la criatura podía pasar su grueso pelaje; la niebla aun molestaba pero Liam no descansaría hasta terminar con aquellos seres sirvientes de un asesino de la naturaleza.

Pero no esperaba que aquel clima cambiara tan repentinamente, el frío empezó a ser más intenso mientras unos copos de nieve anunciaban lo que parecía una tormenta. - Raro aquí con este clima - pensaba el druida respecto aquel extraño clima. Sin dudas conocía las tormentas heladas, pero solo se daban en territorio alto, donde había conocido a su manada. Prontamente los fragmentos de la tormenta eran mayores, parecías grandes estalactitas que caían con gran velocidad. Intento esquivar un par pero no pudo lograrlo, una gran lluvia caía sobre su cuerpo; intento protegerse con sus garras pero dos grandes trozos se clavaron en sus piernas dejando inmóvil al guerrero. Rugió fuertemente mientras sentía como su sangre brotaba por la herida; no había esperado terminar así pero quizás aquel era su llamada para estar con Gaia.

La niebla se disperso, y pudo ver como sus piernas estaban arrancadas por los grandes bloques de hielo. Se estaba desmayando cuando Phiel se acerco a el y mientras utilizaba una especie de poder de luz azul regañaba al druida. - Acaso ella había modificado el clima? - se preguntaba Liam sin entender como podía hacer eso; pero la voz de la joven una mezcla entre enojo, preocupación y sentido de culpa le hacían creer al druida que aquello había sido por ella.

El hombre del látigo ayudaba quitando los trozos de hielo, quizás ellos conocían las habilidades de la guerrera y del druida y por ese motivo estaban haciendo un momento de adaptación para evitar los primeros problemas. Allí se encontraba el druida sin piernas desnudo ya que la forma de oso solía romper sus prendas mientras Hook y Han parecían discutir entre ellos y la joven Phiel sentía la culpa de su accionar. Sin dudas ella era joven y solitaria; quizás la presencia del druida  ,que tranquilamente podría tomar el cofre y volar con él a destino, era la de acoger entre sus brazos protectores y unirla como manada para romper ese caparazón invisible que creaba Phiel.

El druida desde el suelo concentro sus poderes de la naturaleza, y mientras su piel se modificaba formando una especie de escamas verdes que cubrían su cuerpo dado un aspecto de reptil, de las heridas volvían a crecer las extremidades. Con unos ligeros movimientos de sus dedos, rápidamente volvía ganar su sensibilidad y agilidad. Se incorporó sobre sus nuevas piernas junto a sus compañeros.

- Listo - comento a todos el druida que aun apestaba pero sus nuevas piernas lucían limpias. - Creo que todos aprendemos cosas - volvía a decir - incluso usted, que no a percatado de en vez de arreglar al caballo, usar al oso - comento aunque no entendía como era que lo harían y porque pedía arreglar al caballo. - Después de todo el espíritu del oso ya esta con Gaia; eso si tendré que volver a orar por el caballo.- luego se volvió a su compañera, a pesar de lo sucedido no tenía rencor con ella, e inmediatamente le dio un abrazo sin importarle aquella distancia que mantenía la joven por su aroma y más ahora que se encontraba totalmente desnudo el druida. - Tranquila, ya lograré llegar a tu corazón - comento mientras sentía un gran frío de la piel de la joven- Whooo, fresco - pensó ante el contacto de su piel de reptil. Aquello explicaría los poderes de la misma; pero aun así intentaba transmitir su eufórico calor protector sin querer demostrar flaquear. Luego volvió hacia todos los presente - Y principalmente no olvidarnos del que esta detrás de estas criaturas profanadas de la madre naturaleza....Oh acaso no escucharon los tambores?? - 

- Gracias – Dijo serio Hook, guardando entre sus cosas el cofre y caminando unos pasos hacia el oso muerto, se lo quedo mirando.

- Druida, seguro te refieres a ese – Señaló el cadáver que llevaba la esclava - Por lo pronto, nos llevara él – Señalo el cuerpo del oso – No es tan rápido… pero es mejor que nada – Con una pequeña daga se cortó apenas la mano, para dejar salir sangre, escurriéndola sobre el látigo que portaba.

- Que molestia… ¡ARRIBA! – Gritó dando la orden y dando un fuerte latigazo sobre el animal muerto.

Los músculos del cadáver empezaron a contusionarse, como si tuviera un fuerte ataque de epilepsia – ¡ARRIBA! – Volvió a repetir y el animal se puso de pie.

- Muy bien entonces – Dijo con su característica forma de hablar. Tamborileo sobre la carreta, las maderas empezaron a crujir y torcerse, los pedazos sueltos a unirse, en unos instantes ya estaba como hacia un rato lista para seguir el camino.

- Prosigamos – Culmino subiendo a conducirla nuevamente, pero ahora era llevada por el cadáver de oso. Ambos el druida, desnudo, y la espadachín subieron a esta para proseguir el viaje.

apartó con violencia al druida,no sólo porque estaba desnudo, lo que ya era mucho, sino porque no toleraba ningún tipo de acercamiento físico, y de  una manera fiera lo desafío con esos ojos violeta, no entendía como podía aun querer acercarsele, era una estúpida, debería ser dejada en ese lugar, al no ser capas de esa misión. La chica, se puso contra la pared de la carroza, y se metió en sus pensamientos, hundiendo sus manos en sus bolsillos, y sin mencionar palabra alguna. Querìa desparecer para siempre.

A pesar del empujón de Phiel, el druida se encontraba feliz y de buen humor. Le agradaba aquella extraña mujer y estaba en su destino llevarse bien.

- Esperen - comento al grupo que tenia deseos de continuar. - Tengo que elevar otra plegaria por el caballo; no tardaré - y así como lo había prometido tras acercarse a los restos mutilados del caballo, Liam invoco unas palabras en extraño idioma para poder dejar en paz el espíritu del animal.

Luego volvió y se sentó sobre el techo del carruaje, le molestaba estar adentro encerrado, él había nacido para ser libre, estar en contacto de la naturaleza; de hecho estaba demasiado libre al estar desnudo. - Si no les importa viajaré aquí - para luego pararse extender sus brazos de par en par y sentir el viento por su cuerpo. La imagen era sumamente extraño, un hombre sucio, desnudo y gran dotado haciendo una especie de demostración de dotes; pero no era así el druida cerro los ojos y de su boca dejo escapar - libertad -

El carruaje volvió a ponerse en marcha, un poco mas lento que antes pero esta vez sin pausa. Sin controversias, paso el tiempo y a lo lejos pudo verse la Ciudad Fortaleza Atila, guardiana de las costas y accesos a las importantes rutas comerciales, caracterisada principalmente por albergar parte de la flota imperial y miles de soldados.

- Hasta aquí llega el viaje, lo demás queda por cuenta de ustedes - Comentó alegremente Porfel, mientras llevaba el carruaje en dirección al portón de la ciudadela. La entrada no era muy grande, como para apenas entrar un carruaje, seguramente era por seguridad.

El ingreso fue rápido y no hubo siquiera que pagar pase, seguramente porque reconocieron a Han, todos las personas e incluso los soldados miraban extrañados al hombre desnudo que iba en el techo del vehículo.

La carreta frenó en la plaza.

Sin decir nada bajo de la carreta, aun seguía disgustada por lo sucedido en el bosque “Pero él estaba estorbando… y ahora esto”. Negó con la cabeza al ver a quien sería su compañero de viaje estar de aquella forma, desnudo. “¿Por qué me asignaron a este sujeto? Era algo que se preguntaba constantemente y no terminaba de comprender.

- ¿Y ahora qué? – Pregunto con las manos en la cintura, para luego morderse el labio inferior desde adentro.

Dio una mirada a su alrededor un poco, luego a su compañero. Estaba muy molesta, dejó escapar un fuerte suspiro de furstración.

Habían llegado a la cuidad portuaria; el druida nunca había visto o imagino un lugar así donde la gente había olvidado el olor de los arboles y la dura piedra junto al polvo era el panorama más habitual, aunque el aroma del mar traía un poco de aquella conexión natural que habían violado los habitantes de aquel lugar. Con un ligero salto, bajo de la carreta, mostrando toda su humanidad a la gente que pasaba. Algunas personas miraban horrorizadas, algunas mujeres se ruborizaban; aun así Liam no comprendía el sentimiento de vergüenza. - Y bien, que hacemos - pregunto a los compañeros de caravana. Deseaba poder continuar con aquella misión y poder encontrar una fuente de agua para bañarse, ya que lo había prometido a su compañera Phiel

- Por mi parte, mi trabajo esta acabado, ahora iré a tomar un delicioso te a la taberna, te helado, claro - Se quitó el sombrero para hacer un saludo Lady Sylphiel, señor Liam, Hook, hasta otra

Han se colocó el sombrero y  puso rumbo tranquilo entre la gente, sonriendo y saludando a alguna que otra persona - Señora, ¿Qué tal? Dichosos los ojos que la ven....

Se perdió de vista.

- Hmm... - Carraspeó Hook, ante la "huida" de aquel sujeto, les dedico una mirada a cada uno y resopló.

- Tienen una hora para ir a hacer lo que quieran, Sylphiel estas a cargo... no la cagues esta vez - Sin mas miramiento, Hook le dio un latigazo a la esclava y prendió marcha a caballo rumbo al puerto.

Allí quedaron solos la espadachín y el druida. El bullicio era desconocido para uno, llamándole la atención y a vez molestandolo, mientras que para la otra los comentarios hirientes y la vergüenza le hacían temblar de rabia.

La Ciudad Atila, en realidad un fuerte, contaba con muchas tiendas en la calle, bares, burdeles y variedad de comercios para saciar muchos gustos, donde los principales clientes eran los propios soldados o los marineros que debían pasar por allí para seguir las rutas comerciales.

Desde la puerta, carretas cargadas con mercadería hacían notar su presencia, en su mayoría poniendo rumbo al puerto.

A un costado de la plaza había una fuente, de la cual brotaba agua constantemente, muchos transeúntes pasaban y bebían de ella, antes de continuar su camino.

La espadachín puso los ojos en blanco y negó con la cabeza, ahora debía oficiar de niñera para con el druida, mas aun estando desnudo. Tenía ganas de mandar todo a volar, pero el honor de su familia estaba en juego y no podía darse el lujo de irse así nomas.

Viendo las tiendas camino hacia una de ellas e intercambió palabras con el vendedor, culminando en comprar una especie de taparrabos hecho de retazos de cuero y unas cuerdas.

- Ponte esto… al menos si vuelves a transformarte puedes quitártelo rápido – Tenia la idea de que aquel sujeto seria una carga y aún apestaba.

Liam acompañaba a Phiel mientras caminaban por el centro de la plaza, allí estaba llena de personas que intercambiaban cosas por aquellas monedas que habían querido dar al druida. Unos segundo después la guerrera hacía entrega de unas nuevas prendas.

- Gracias, no me esperaba un regalo; me gustaría darte algo pero ya tienes mi mechón y es lo único que poseo - tomando las prendas. Pero aun así no había olvidado aquel comentario de su compañera, por lo que se acerco a la fuente y se metió dentro. Acto seguido comenzó a bañarse para quitarse el olor y la suciedad del cuerpo.

La espadachìn se girò para ver a unos vendedores, y les pidió indicaciones, una taberna para podar comer, y que Liam se bañara, ya su presencia se podìa sentir a un metro, y llevarlo a cualquier lado, sería complicado, además, esas ropas hacía demasiado vistoso su presencia. Asi que su cara se desencajó cuando lo vio metido ne la pileta donde todos pasaban a beber. Phiel casi se da la media vuelta y lo deja solo, debería hacerlo, pero se lo debía.

- sal de inmediato de ahì, ¡acaso no ves que contaminas el agua? todos beben de ahì - le grita, acercàndosea la pileta - lo.. lo siento.. es especial... lo siento - se disculpa con todos, demasiado aborchonada por lo que hacía el druida. ¡¿acaso era siempre había vivido en el bosque?! Era un verdadero animal.

- ¡sal ahora!- le ordena, con las mejillas muy rojas.