Partida Rol por web

Las orugas del tanque empiezan a girar y no tardan en teñirse de rojo cuando pasan por encima de algún aullante Rabioso. Sin embargo Alex consigue que el vehículo no resbale y consigue sacarlo de la turba de Rabiosos con sólo unas pocas sacudidas. El ciborg logra incluso aprovechar el laberinto de vehículos abandonados en la carretera para hacer que sirva de obstáculo a los Rabiosos que intentan atacarlo (1). Pronto los manotazos sobre el blindaje disminuyen su ritmo e intensidad. Mariluz abraza a K9 y Teo abraza a Mariluz, logrando que la niña sólo solloce de terror en lugar de intentar escapar.

¡WOOOOOOOOOOOHOOOOOOOOO! - David dispara el cañón de pulsos trasero contra la horda de Rabiosos. La mayoría de disparos se estrellan contra los coches abriendo agujeros y reventando cristales - ¡Oh yeah! ¡Esto me mola, nena! ¡Puedo convertir a esos comemierdas y a toda esa chatarra en un puñetero queso Gruyere! 

Una cabeza de Rabioso asoma de repente por el orificio de disparo del lanzallamas de Johan. Los mordiscos de los Langostas han conseguido abrirlo lo suficiente como para que el monstruo pueda meter la cabeza y ahora está empezando a meter un brazo (2). Por el lado de Eliana otros cuatro Langostas corren sobre los coches, acercándose al tanque lo suficiente como para saltar sobre él (3)

De repente una nueva alerta salta en el panel de Cristina:

Salidas del sistema de ventilación obstruidas. Riesgo de daños en el motor. Revise el sistema.

Al mismo tiempo que salta la alerta se empiezan a escuchar unos ruidos como de rascadas dentro del tanque.

Mientras Cristina intenta averiguar la causa [(4) y (5)] llega una transmisión por frecuencia militar.

Blindado no identificado: están invadiendo terreno operativo de la compañía G-Nomer. Estamos en posición de derribar los pilares que sostienen la autovía ¡Identifíquense o los echamos abajo!... (6)

Con el vehículo en marcha, sentí el traqueteo debajo de mis pies y miré hacia atrás para ver en donde se encontraban todos. Alex consiguió arrancarlo a su estilo y evitar que resbalase, pero fue todo un logro que no chocase con nada. Los rabiosos intentaban entrar pero allí dentro sí que estábamos seguros.

Todo fue bien hasta que David empezó a hacerse el pistolero, como siempre.

-David, no gastes energía inútilmente -le dije, conteniéndome para no hablarle de otra manera.

Pero los rabiosos no eran tan inútiles como parecían. Uno de ellos empezó a hacer un hueco y vi también a través de los orificios laterales como otros cuatro se lanzaban sobre el lado de Eliana.

-¡Eliana, cuidado! -le advertí, empezando a preocuparme.

Y entonces, como si no hubiese suficientes problemas, aquella maldita alarma.

Mierda.

Seguramente alguno de los rabiosos, o de sus partes, se había quedado enganchada en algún lugar que impedía la refrigeración del motor, o puede que fuese algo más sencillo, como que un conducto se hubiese soltado debido al traqueteo.

-Alex, responde tú. Yo estoy demasiado... ocupada -le dije, agachándome para localizar el punto por el que discurrían aquellos malditos conductos, en el suelo del blindado, abriendo el panel y localizando el problema.

Parecía que había una especie de atasco en el sistema de refrigeración que impedía que la temperatura del motor descendiese por debajo del nivel de peligro.

Maldito cacharro. Y hemos tenido suerte de que cargarnos el motor.

Consiguieron poner el tanque en marcha y salir de allí, por un momento pareció que todo iba a salir bien, pero solo por un momento. Pero al final la cabra tira al monte y David no tardó en hacer nuevamente de las suyas, y aunque no estaba claro si fue el culpable de todo lo demás, después de sus disparos los problemas empezaron a surgir por todas partes.

—La madre que te parió David.

Entonces llegó la comunicación de los gilipollas de G-Nomer, ya ser realmente molestos y en aquellos momentos Alex no estaba precisamente para diplomacia.

—Operativo de G-Nomer, al habla el tío al que se la suda vuestra autoridad. Tenemos la carga que estáis buscando y si tenéis pelotas volar el puente, payasos.

Miró de reojo al resto del grupo y se encogió de hombros, sabía que no era la mejor estrategia, pero empezaba a estar muy cansado de aquella gentuza y ahora ellos también tenían armas gordas.

Estábamos todos a salvo dentro del blindado. Colocados cada uno en su puesto preparados para disparar en cuanto se acercaran los rabiosos. Todo iba bien, hasta que empezaron los fuegos artificiales. David tenía la mala suerte de que cuando él hacía algo empezaban los problemas.

No me dió tiempo ni siquiera a usar el lanzallamas cuando la cabeza de un zombie apareció por un hueco que acababan de hacer, haciendo inútil el uso del lanzallamas. Desenvainé la katana y me dispusé a dar cuenta del asqueroso boca de metal.

Mientrás me enfrentaba con el zombie empecé a escuchar diversos mensajes, pero apenas pude prestarles atención. Vi que tanto Cristina como Álex se ocupaban, o al menos eso intentaban.

Al escuchar aquello, Eliana se llevó las manos a la cabeza, pálida como un cadáver. 

—Alex, imbécil, ¡lo quieren muerto! —dijo mientras apretaba los controles del lanzallamas. 

De eso se trataba todo, de matarla a ella y a los dos críos, de que no hubiera pruebas de que la cura existía y era posible. De poder seguir lucrándose de un virus tan destructor como aquel para seguir haciendo pasta. 

Venga, va - se defiende David - No os cabreéis, que ya me pongo serio.

El láser de pulsos trasero vuelve a escupir otra ráfaga haciendo pedazos a varios infectados que venían a la carrera detrás del tanque - I AM THE REAPER, BITCH!!!!

Eliana tampoco se queda corta: la ráfaga del lanzallamas alcanza a tres Rabiosos. El más lejano sólo resbala en un pequeño charco de líquido ardiente, tropieza y se queda atrás. Los otros dos son engullidos por las llamas y caen al suelo convertidos en antorchas que patalean en el suelo. El cuarto y último salta hasta el techo del tanque, golpeándolo y arañándolo con la amalgama de carne y sangre que tiene por puños. (1)

A Johan le va bastante peor: entre el movimiento del tanque y el poco espacio que tiene para golpear al Langosta no logra realizar un ataque lo bastante preciso como para atravesar el cráneo del Rabioso, que manotea inútilmente intentando darle un zarpazo, pero debido a su situación no consigue ni arañar la armadura del soldado. (2)

Por su parte, Cristina encuentra una rejilla de ventilación que tiene un agujero retorcido en el centro. De repente se encuentra con el hocico de una rata Rabiosa a la que pronto siguen más ratas, ratones e incluso algún que otro hámster. Forzando el sistema de expulsión de gases (3) consigue echar a varias alimañas que pronto se convierten en pulpa bajo las orugas del tanque. Sin embargo el resto sí que consigue entrar a través de los otros conductos de ventilación y pronto el suelo está plagado de roedores infectados (4)

Oh, vaya - dice la voz de la radio - Así que tenéis al puto crío. Gracias por avisar, así sólo tendremos que escarbar un poco para sacar algún pedazo. Espero que la doctora Reinosa esté también ahí, porque nos pagan un extra por su puta cabeza ¡Ciao, comemierdas!

La carretera empieza a temblar de forma ominosa cuando el tanque de G-Nomer abre fuego contra los soportes...

Mientras los críos le abrazaban, K9 se limitó a mirar curioso la rendija de ventilación. Podía oír varios ruidos venir de ahí, motivo por el cual levantó bien altas las orejas y giraba la cabeza de un lado a otro con cara de bobo.

- Woof... - Gruñó a medio camino de un ladrido. No pudo evitar mirarlas fijamente y tal como empezaron a invadir el suelo del vehículo... - ¡WOOF! - Abrió las mandíbulas en dirección a una rata del mismo modo que un pájaro se lanza de cabeza al mar para pescar a su presa. Y como si de un juego se tratara, el can se entretuvo pescando una rata tras otra, con sacudidas varias tras atrapar a cada una hasta que dejaban de moverse...

David no parecía ser capaz de tomarse nada en serio. Tenía buenas intenciones y era el mejor que había cuando se trataba de abrirnos paso, pero eso no quitaba que a veces no actuase como un chiquillo. 

Le miré reprobatoriamente, pero alegrándome de que fuese mi hermano, estuviese a mi lado y tuviese tan buena puntería, antes de ponerme a reparar los sistemas del vehículo. 

Mientras David y Eliana nos libraban de un montón de rabiosos, aunque siempre había alguno que lograba salvarse y al oír los golpes arriba miré como si pudiese verlo. Pero mientras no entrara, podía dejarse los dedos intentándolo.

Yo procuré concentrarme en mi tarea. Encontré un orificio en la rejilla ventilación pero para mi sorpresa, empezaron a salir un montón de ratas rabiosas. Tenía que habérseme ocurrido que podría haber alimañas en el interior del motor, más que nada porque era el mejor cobijo de todos, capaz de recolectar calor para pasar la noche.

-¡Joder! -exclamé al verlas. Dejando de lado el asco que me daban, logré usar el mismo sistema de eliminación de gases para echar a todas las pude, pero aún así, no pude evitar que un montón de ellas lograran entrar

Mientras tanto, una voz en la radio nos dejó claro que iban a venir a por nosotros sin pensárselo dos veces y acto seguido, todos oímos el disparo del tanque.

Estábamos en verdaderos aprietos.

-Alex, si sabes algún buen truco para perderlos ahora es el momento de ponerlo en práctica. ¡Dale!

Y sin perder tiempo, saqué el machete e intenté acabar con las ratas que pudiera o al menos, echarlas de allí, mientras intentaban subir por mis piernas y empezaban a morderme.

—¡Alex, por el amor del dios que prefieras, acelera! —dijo Eliana mientras, blanca, seguía a los mandos del lanzallamas y con el pie y la hachuela trató de librarse de las ratas que amagaban con morderle los tobillos. 

Mierda, no tenía espacio, ni capacidad. Y afuera estaban los asesinos sin cerebro que estaban dispuestos a matarla a ella y al crío solo para seguir haciendo negocio con el virus. Gritaría en alto aquello de "¿es que algo puede salir peor?", pero en las películas antiguas que tanto le gustaban eso era como invocar a la mala suerte. 

—¡Cristina! —gritó por encima de todo el caos— ¿Podemos desviar el combustible de los lanzallamas para propulsar estre trasto o alguna cosa marciana de esas? 

El interior del vehículo se había convertido en un auténtico caos. Al rabioso que intentaba echarme mano se sumaban un montón de ratas infectadas que habían salido de un conducto de ventilación, poniendo a todos en peligro, incluyendo a los críos.

Conseguí el hueco suficiente para sacar la pistola y pegar un tiro al rabioso que tenía delante. Si conseguía librarme de él podría dedicarme a matar ratas junto a los demás. 

Eché un vistazo alrededor y vi como K9 ya había empezado su caza particular. La verdad es que era una máquina de aniquilar cualquier ser infectado. En un par de movimientos vi como acababa con un par de ellos sin apenas esfuerzo.

Mientras en el exterior parecía que nos habíamos deshecho de todos los rabiosos. Solamente quedaba uno enganchado al techo, pero no parecía que nos pudiera molestar en exceso. Eso sí los de G-Nomer no nos iban a dejar tranquilos. -Álex, confiamos en ti para librarnos de esos tipos. Estaba convencido de que el grandullón sabía perfectamente lo que tenía que hacer y no sería la primera vez que nos sacara de apuros.

Claramente el ciborg no se había enterado demasiado bien de lo que buscaban los de G-Nomer, pero no lo iba a reconocer fácilmente, además aquello podía significar una oportunidad.

—Si salimos de aquí antes de que hundan la carretera, ellos mismos se cortaran el camino para perseguirnos, así que agarraos.

Pero un puñado de ratas empezó a salir de los conductos del tanque, en un espacio tan cerrado aquellos bichos podían ser mas peligros que un tigre, al menos era más fácil que te infectasen. Pero él tenía que seguir al volante o ninguno saldría de allí.

—No os agarráis, cargaros a esas putas ratas.

El tanque acelera mientras el paso elevado empieza a derrumbarse. Alex esquiva la mayoría de vehículos que encuentra en su camino y embiste sin miramientos los más ligeros para apartarlos, consiguiendo mantenerse por delante del derrumbe.

En el interior del tanque la pequeña horda de ratas no tarda en caer presa de las fauces de K9 y el machete de Cristina. El disparo de Johan no llega a matar al Rabioso pero sí logra que se descuelgue en uno de los choques de Alex. El ciborb coge una de las salidas para descender al nivel del suelo hacia una carretera de entrada a la ciudad que no depende de soportes.

No veo a esos hijos de puta - Dice David barriendo la parte trasera del tanque...

Eliana se levantó, se puso al lado de David y lo movió con un "aparta" entre dientes. 

—¡Que alguien mate a esas ratas! —pidió, frustrada, apartando de una patada a una, como cada vez que perdía el talante y le salía ese ramalazo de humana 2.0 que a veces se olvidaba que estaba ahí. 

Trasteó con la señal de radio y, como si viera algo que los demás no, empezó a dictar coordenadas*. 

—Rota cuarenta grados a contrarreloj, inclinación de 30 grados, debería de aparecer en el campo de visión. 

Las ratas nos tuvieron entretenidos el tiempo suficiente como para despreocuparnos por lo que se nos venía encima, pero afortunadamente, no durante demasiado tiempo, porque estaba claro que el tanque estaba detrás de nosotros.

David no era capaz de verlo desde donde estaba, pero Eliana calculó rápidamente su posición... y entonces lo vi. Claramente era un peligro para nosotros, pero como todos los vehículos pesados, y también el nuestro, necesitaba movilidad, una ventaja que podía tornarse en desventaja si lográbamos que entrara en algún lugar estrecho y lo esperábamos con todas las armas preparadas.

-Lo veo. Alex, ¿no ves algún lugar por el que no pueda entrar o al menos tenga dificultades? Si consiguieses suficiente ventaja, podríamos atraerlo hacia allí y una vez atrapado, cargarnos a ese cabrón de una sola vez -le dije, aunque en realidad hablaba con todos.

Nuestros niveles de energía no eran muy elevados así que no podíamos desperdiciar lo poco que teníamos.

-Otra posibilidad sería dejar que se acercaran lo suficiente como para echarles encima un maldito edificio. Si no encuentras algo como lo que he dicho antes, una esquina podría servirnos para esperarles y dispararles con todo. ¿Cómo lo veis?

Mi mente funcionaba a la mayor velocidad que podía, pensando en planes A,B, C y los que fueran. Hasta sopesé en unos segundos la posibilidad de abandonarlo, dejarlo en marcha y correr a pie hasta otro lugar. Pero había demasiado peligro en ello; ir corriendo debía ser la última de nuestras opciones.

Con su propio blindado la cosa cambiaba bastante, no solo tenían suficiente potencia de fuego como para devolver los ataques, si no que podían ignorar la mayor parte de los obstáculos, lo que les permitió salir de aquella carretera que se derrumbaba.

—Pues estamos en medio de la carretera, no creo que haya muchos edificios por aquí, pero ellos mismo han generado un buen montón de escombros.

Teníamos localizados a los enemigos y ahora había que pensar la mejor manera de enfrentarse a ellos. La mejor idea era preparar una emboscada, pero el terreno no era el más idóneo para ello.

Parecía que no iba a quedar más remedio que disparar con los cañones. La parte negativa es que tendríamos que sufrir sus disparos. Sólo había que confiar que nuestro blindaje aguantara lo suficiente.

-O encuentras alguna alternativa Álex, o esto se convierte en un duelo de tanques. 

Mientras el grupo localizaba la posición del tanque y debatía entre un posible enfrentamiento, K9 se entretuvo jugando con las ratas, aunque el único que parecía pasarlo bien era solo él.

Con una rata muerta en el hocico alzó la cabeza y miró a los lados con cara de bobo como diciendo ¿qué está pasando? Soltó la rata y miró por la ventana, ojalá alguien le bajara la ventanilla para poder asomar la cabeza y que el viento le sacudiera la melena, o al menos lo que quedaba de ella en un cuerpo compuesto en su mayoría implantes robóticos.

Una densa nube de polvo se levanta a consecuencia del derrumbe, envolviendo el Thunderstrike e impidiendo la visión. Dentro de la nube Eliana utiliza las señales de radio para localizar al tanque enemigo, el cual no se encuentra demasiado lejos. Corre por delante del flanco izquierdo del Thunderstrike, con la torreta girada hacia atrás y sus cañones buscando un objetivo.

Ajena a la aparición del tanque y agobiada por la oscuridad, Mariluz abre una mirilla de observación junto a su asiento, lo que permite a K9 asomarse al exterior...

La destrucción que causaron los de G-Nomer finalmente nos benefició a nosotros, ellos no parecían tenernos localizados, pero nosotros a ellos sí. Evitando los escombros, empezó a acercarse a ellos para que sus compañeros tuviesen un tiro limpio desde el lateral.

—Zurradles antes de que nos localicen.