Partida Rol por web

Tras callar la cháchara de su rudo compañero con un solo gesto. El silencio  se hizo en el parking enterrado bajo la ciudad de neón. Solo podía irse el ruido blanco de la ciudad nocturna, el chisporroteo de las llamas causadas por la destrucción y la respiración fuerte del veterano policía. Los zapatos de los dos profesionales del cuerpo resonaban entre las paredes del lugar. La tensión se podía sentar en los circuitos de los policías.

Las luces rojas y azules alumbraban intermitentemente la furgoneta a la que se dirigían. Unos cuantos signos más hicieron que se colocaran en una manera segura.  Fraser subió el fusil para apuntar a lo que fuera que pudiera haber dentro. Una gota de sudor frio recorría la frente de Falcon. Apretó fuertemente su arma y al mismo instante en el que Iron abría la puerta la relajo. No había nadie, nadie vivo al menos. Fraser descansó soltando un suspiro de alivio y de enfado por toda esa adrenalina malgastada. Se metió a la furgoneta para investigar algo más y se puso la mano en la oreja.

Recibido central. No es necesario que no sigas mandando información por estos momentos, recopila toda la información que puedas sobre el jefe y sus demás socios e intenta rastrear  el dinero con el que se pago el piso. Y déjalo sobre mi mesa. El policía hablaba sin ningún ápice de nerviosismo, diciendo frases protocolarias que repetía casi todos los días. Es entonces cuando un motor procedente de una moto sonaba entre sus oídos acompañados de la alarma de su ciberimplante. Con un par de zancadas y un salto intento avisar a sus compañeros. Pero era demasiado tarde, solo pudo apuntar al conductor viendo como se alejaba. Falcon no malgastaba las balas, había disparado las suficientes como paras saber cuándo iba a fallar un tiro.

Y trae una ambulancia más grande a nuestra localización. La vamos a necesitar. Decía soltando el dedo de su oído.

Así como cuelgas el comunicador vuelve a sonar. La voz del capitán Legreasse suena al otro lado. Dos patrullas más llegarán a su posición en 30 segundos. Ya oyes las sirenas. Vayan a Saint Blvard, 17 6º C. Es la casa de ese hijo puta que falta. Si pasa por allí deténganlo. Lo más probable es que si hay alguna pista incriminatoria se quiera deshacer de ella. Una escuadra de los SWAT se dirige ya hacia allí. 

Los refuerzos llegan y se ponen a registrar la furgoneta y los cuerpos.

En cuanto terminen con esto vuelvan a comisaría. Quiero todos los putos detalles! Rápido, en marcha.

Haces una señal a Jensen para que se ponga en movimiento. Por toda respuesta escupe al suelo y te sigue. Los que acaban de llegar siguen trabajando. 

Vaya masacre, piensas mientras subes a tu vehículo apartando de paso uno de los inmóviles cuerpos de uno de tus compañeros...

Se lleva los dedos al oido derecho para escuchar la comunicación

Entendido capitán, pasaremos a ver que sacamos.

Después de escuchar todas las instrucciones del capitán, a Jensen se le pone una cara de gran fastidio.

Si pudiéramos eliminar a esa rata, ni la ciudad tendrían tantos problemas... -habla por lo bajo mientras se dirige al coche- ...ni las cárceles estarían tan llenas de desechos.

Adam revisa su arma antes de subirse al coche y aguarda a que su compañero "pise el acelerador", por así decirlo.

Llegais a la dirección indicada. Por el camino podeis notar la peste que desprende la mezcla de sangre, tacos y vómito. Los dos cuerpos inertes, uno sin cabeza, acompañan con un leve bamboleo los movimientos del auto en las curvas. 

Al llegar veis el despliegue de los SWAT, tienen rodeado el edificio. Bajo sus chalecos antibalas podéis ver que se marcan varios tecnoimplantes. 

Sígannos, dice el que lleva los galones de sargento. Y manténganse a una distancia prudencial. Añade antes de empezar a subir las escaleras. 

Cuando llegais a la puerta del piso, uno de ellos se hecha el subfusil a un lado y manipula un aparato en frente a la cerradura mientras dos compañeros lo cubren apuntando directamente a la puerta.

Vosotros, con vuestras armas bien empuñadas y pegados a la pared como os indican, podéis notar la tensión en el aire. Quizás al otro lado de la puerta esté ese asesino...

Al pasar unos minutos, la adrenalina se fue disipando del cuerpo del policía. Empezó a notar el dolor de las magulladuras causadas por el cinturón durante la persecución. El sonido de los disparos y de los choques resonaba amplificadas en su cabeza. Aprovechando un resquicio de paz al revisar que todo había vuelto al periodo de guerra dormida que la ciudad solía tener y que Fraser podía descansar y llevarse la mano al entrecejo apretando fuerte el puente nasal. Las migrañas eran cada vez más comunes.

Como era habitual en su trabajo, sus descansos acababan como empezaban, repentinamente. El  capitán Legreasse le hablaba por el comunicador. Sigh* Recibido capitán. Ahora mismo nos dirigimos al lugar. Tendremos que aplazar esa cena para otro día. Decía mientras se quitaba los guantes de cueros para poder airear las manos y estirar los dedos. Ya has oído al jefazo Iron, mueve el  culo. Dio una media vuelta y se dirigió el vehículo.

Levantando la puerta del coche hacia arriba, respondió  a la verborrea de su compañero. Que la ira no te controle. Sera la responsable de tu muerte. Decía metiéndose en el coche. Pulso el pulgar en el escáner táctil de detrás del volante y el coche soltó un rugido más leve que el anterior. A Falcon le apetecía conducir sin ningún tipo de transmisor neuronal y la cabeza le dolía demasiado como para enchufarse de nuevo la cabeza al motor. Y así podía disfrutar un poco mas de los neones de colores fríos que cubrían Night City. Aunque el hedor no ayudaba mucho a evadirse de la realidad.

Tras unas cuantas manzanas ciudad abajo. Llegaron a la zona descrita por su superior. Los policías abandonaron el vehículo sustituyendo el olor del vehículo por el olor a caucho y a lluvia cida de la ciudad. Policía de Night City, soy el detective Fraser y él es el detective Jensen. Se presentaba formalmente al jefe de los SWAT que amablemente les dejó pasar sujetando el cordón policial. A juzgar por las condecoraciones, el sargento les explico la situación y comenzaron a subir por resbaladizas escaleras del rellano. Ya queda menos para que esto acabe. Piensas mientras te colocas en la pared al lado de la puerta.

Que la ira no te controle. Sera la responsable de tu muerte. Decía metiéndose en el coche.

Sin apartar la vista del frente, responde a su compañero con frivolidad.

A diferencia de muchos, yo busco la muerte. Quiero escupirle en la cara... -hace una pequeña pausa pero sin dejar que Fraser responda- Llámame loco, un capullo integral si quieres, me la trae al fresco, pero tengo mis motivos para ser como soy.

Puto Fraser... -piensa Jensen al llegar a su destino- Tiene tan metido por el culo el manual que apuesto que sigue un protocolo hasta para cagar...

Después de recibir las órdenes del sargento, llegar a la puerta del piso y ponerse en posición, respira hondo y exhala el aire contenido en sus pulmones, a la espera de que la puerta se habra.

El hombre de los SWAT retira el aparato y hace un gesto afirmativo con su cabeza. Los otros dos se apartan de la barandilla del rellano y se acercan un poco a él. Observais con tensión la formación. El del aparato se hecha a un lado y posa su mano en el picaporte. Gesticula con la cabeza, uno, dos... En ese momento la claridad ilumina a Fraser que se tira encima de Jensen. Cuida... No termina la frase. El agente gira el picaporte para abrir. La explosión interrumpe la advertencia de Fraser. El humo, el polvillo y los cascotes lo inundan todo. Ya desde el suelo os girais. Ni rastro de los dos agentes de la barandilla del rellano, ni rastro de la barandilla. El lugar donde se encontraba la barandilla es ahora un vacío. Seguís observando la escena. El policía que abrió la puerta se tambalea delante de ella. Lo observais bien, su casco ha salido despedido. La mitad izquierda de su rostro es ahora una masa sanguinolenta, donde debía estar su ojo hay un hueco oscuro del que sale, lentamente un riego de sangre. Su mitad derecha no está mejor. La piel se ve desgarrada, el labio semeja un gusano rojo y un ojo implantado que se ha vuelto rojo, sin vida, os observa indiferente. Su torso sigue cubierto por el chaleco, ahora hecho jirones, y en su tambaleante movimiento podéis ver que le faltan los dos brazos. De donde debería estar el izquierdo mana la sangre, del lugar del derecho salen, rotos, un manojo de cables. Sus piernas parecerían intactas si no fuese por ese mecánico movimiento, irregular, que intenta llevarlo hacia vosotros.

Os recuperais del shock inicial. Quereis levantaros para ayudarlo. Casi lo conseguís, pensais que ese ojo biónico, no natural, os pide ayuda. Lo miráis y os intentas recobrar. Justo en ese momento, escucháis ese sonido tan familiar para vosotros esta noche. 

Las balas impactan en el cuerpo del moribundo policía, levando unas pequeñas nubes de tejido y sangre, que asemejan polvo a contraluz. 

Primero una rodilla, después la otra. El policía cae. 

El hueco donde debía estar la puerta está a un metro de vosotros. Escucháis. Nada. Ni un movimiento. Si, ese hijo de puta debe seguir ahí.

¿¡¿Será cabrón?!? -piensa Jensen mientras aparta a Falcon de encima suyo y se pone a cubierto a uno de los lados del hueco, el más cercano- Ese cerdo nos esperaba...

Se cuelga su rifle y desenfunda su pistola, no era tan estúpido para creer que un arma tan aparatosa sería de utilidad en un espacio reducido.

En otra época, una situación así le haría temer por su vida, recordó fugazmente la sensación de miedo, el sudor frío que recorría su frente, temiendo no volver a casa junto a su chica. Pero debido a los implantes, esa faceta, esa humanidad, iba evaporándose gradualmente por cada mejora. No tenía miedo, solo sed de venganza.

Le hace señas a su compañero Falcon para que se aposte al otro lado de la puerta y de las señales oportunas, por una vez, seguiría el protocolo.

Solo había silencio, pero no era un silencio tenso. Era la calma antes de la tormenta. Solo se oía la lluvia y la respiración propia del policía. Los dos compañeros se intercambiaban miradas y estos con la escuadra de los SWAT. Uno de ellos giro el picaporte, y al mismo segundo se oyó un clic metálico. Esto basto para alertar al policía, son muchos años de trabajo y esfuerzo para aprender el sonido de una bomba de mecanismo casera.

Mediante acto-reflejo, casi inconscientemente, se abalanzó sobre su compañero al mismo tiempo que la puerta explotaba. Ya había perdido a demasiados policías ese día y al fin y al cabo, Jensen había sido fiel con él y de no ser por él, habría muerto mucho antes. Por poco Iron. Decía con una sonrisa un tanto nerviosa por el accidente. Su compañero de brazo metálico ya se había levantado y con pistola en mano se adentro en la habitación.

Se incorporó con mucha rapideza mientras el pitido de la explosión le chirriaba en su oído humano. Se pertrecho para la ocasión, como solía hacer siempre. Se conecto su pistola a la muñeca para poder saber que inclinación tenía cuando disparaba así o cuanto se movía debido al retroceso. Y con la otra mano se puso sus gafas inteligentes. Con un par de parpadeos simples, las gafas podían leer la aplicación que buscaba. Los infrarrojos eran los mejores para lo ocasión, pues podría ver en la oscuridad y entre todos los escombros que la explosión había levantado.