Partida Rol por web

Montaña hubiese preferido sacar el bicho con un buen tajo o pegarle un puñetazo y reventarlo, pero no eran procedimientos que le solicitasen así que trató de ayudar de algún otro modo, aunque no era precisamente un experto en sanar a gente, más bien lo era en lo contrario.

¡Aguanta Garin, que ya estoy contigo!  Si es menester... ¡apriétate el cuello para que no pasen de ahí!

¡Alatar, ¿habrá más en la piscina?  ¿Querían estos malditos infectar a todo el pueblo y llenarlo de besugos?!

Empujando a un lado a Montaña, Zaev le hace un certero tajo a Garin en el cuello y extraen entre los dos la Semilla que amenazaba con reptar hasta la base del cráneo del enano.

A continuación, Alatar disipa el conjuro de piel de piedra posibilitando que Garv extraiga por fin la última de las babosas alienígenas. Justo a tiempo, pues el clérigo tiene que abrirse paso a través de la pared lateral del cuello del mago para evitar que la última de las Semillas se introduzca en el interior del cráneo del lanzador de conjuros. Pese a todo, Farasma parece guiar la mano del Padre, pues la hemorragia y el daño a los tejidos blandos es mínimo. Incluso el especimen está razonablemente intacto, aunque tiene que clavar el escalpelo en la base del primitivo cerebro de la criatura para que esta deje de retorcerse...

Alatar, ¿puedes decirnos parte del ciclo de "vida" de este ser?  ¿Que hay en las albercas?  ¿Sus huevecillos?  Examinó el extraño ser.  Probablmente sería valioso para darlo a algún monasterio que lo estudiara para combatirlo mejor.  Lo guardaría en un envase seguro, tal vez bendecido para evitar daño a otros objetos.  ¿Que podemos aprender de estos?  Su tono era como de maestro calmado, pero realmente su corazón aun batía por el susto y horror pasado.   ¡Casi que llega a la cabeza del mago! 

Los tomó de la mano para que hicieran un breve rezo a Pharasma que limpiara de todo mal este lugar, y de paso canalizó sus poderes curativos para dejarlos en capacidad tope de combate, tanto física como anímicamente. 

Estamos en tu misión, mantennos con fuerza.  -le pidió.

- Creo que lo primero sería contarles a las gentes del lugar donde han ido a parar sus parientes. Después me gustaría saber si el alcalde nos envió a hacer lo que hemos hecho, o nos envió a una trampa, porque nos estaban esperando. Y después habría que saber si este pozo es un criadero o es un túnel hasta el lago. Por ese orden. Por el momento, yo lo tapiaría con armarios y cosas así.

Aj! que asco! Gracias Zaev. Esto me recuerda a cuando tuve lombrices de pequeño y... En ese momento el enano se percató de que la cara de asco de Zaev iba en augmento y, al parecer, era mayor por lo que comenzaba a imaginarse de la historia de la infancia que le estaba contando.

...Y bueno, en verdad no se parece en nada... Trató de disimular Garin, pese a que él creía recordar que las lombrices que entonces le sacaron, eran aún mayores.

Bueno volviendo al asunto, me parece bien lo que dice Montaña, no creo que debamos dejar que pueda salir ningún otro ser de estos pozos y habrá que averiguar... todo lo que ya... ha dicho él. Le daba pereza volver a repetirlo todo.

El pozo parece profundo, pero por suerte está libre de las demoníacas Semillas. El agua es oscura y se agita periódicamente. Un humanoide de tamaño medio podría colarse por ahí con dificultades, suponiendo que tuviese medios para respirar bajo el agua. Pero no hay manera de saber a dónde llevan esos túneles.

Garv invoca una vez más a Farasma, restañando las heridas de sus compañeros de manera inmediata. Mientras los Héroes se plantean taponar los túneles, se oyen de manera distintiva algo, proveniente de más allá del muro sur. Primero un llanto ahogado de mujer, y luego un: -Ssssshhhhh amortiguado de una voz más grave, masculina, demandando silencio. 

Esta vez, no se necesita el exámen de Zaev para saber que hay una puerta secreta al sur, que lleva a la última cámara. Tampoco esta vez parece haber trampas en el muro.

Sabiéndolos todos curados, Garv se coloca junto al muro y pone preparada una plegaria de luz abrasadora para activarla justo al abrir la puerta.  Luz de Pharasma, se el faro para cuando la neblina se parta.  

¿Listos compañeros?   La echaré sobre el hombre que está del otro lado. 

Montaña vuelve a sacar las garras, y se coloca en una postura propicia para echar a correr. Si la mujer está en peligro, no quiere darle al hombre la posibilidad de hacerle daño.

- Gracias Garv, pensé que no lo contaba.

El mago le dio una sincera palmada en el hombro. Después se dirigió al resto en tono aleccionador.

- Los gasterópodos alienígenas que nos han asaltado reciben un nombre en Aklo cuya traducción aproximada podría ser "Semilla de Shub-Niggurath". Estas criaturas son una forma inmadura de los Engendros de Shub-Niggurath que parasitan los cuerpos de otras criaturas, infectándolas al deslizarse bajo la piel u cualquier orificio hacia la base del cráneo de sus víctimas. Al principio la relación es de simbiosis, beneficiándose ambos organismos. Pero en pocos días el parásito madura, matando al huesped y dando lugar a varias Semillas nuevas. Justo al principio de la infestación, son vulnerables a cierta cantidad de frío, pero poco tiempo después extirparlas es el único modo de librarse de ellas. Tras ello, sólo un clérigo poderoso puede extirpar el mal usando magia de curación, algo de lo que ya se ha encargado nuestro buen Garv*.

Alatar atiende a las opiniones del resto de sus compañeros.

- Tampoco debemos olvidar al rehén que tenemos. Deberíamos encargarnos de él antes de que...

El llanto ahogado que todos oyen le interrumpe, y se pone en guardia.

En lo que todos se colocaban en posición el padre Garvos había dicho las plegarias correspondientes a Pharasma para él y sus compañeros. El rezo de Escudo de Fé, Bendición, y Protección contra el Mal se sucedieron como en misa.  

Luego, ya todos listos, y sosteniendo la plegaria de Luz Abrasadora para ser dicha en cuanto viera a quienes se enfrentaba, el clérigo abrió la puerta.

Una vez preparados, uno de los aventureros acciona el mecanismo y la puerta secreta se abre para revelar una habitación similar a la que contenía los cuerpos decapitados más al norte: un simple banco de madera se encuentra pegado a una de las paredes, cerca de otra de las piscinas de agua oscura.

Sin embargo, una joven pareja se encuentra sentada en el banco. Por su apariencia, debe tratarse de habitantes del pueblo. La mujer se agarra entre sollozos al joven, que mira con ojos temblorosos al grupo.

-¿Quienes sois vosotros? ¿Dónde están los clérigos?- dice con voz entrecortada. A su lado hay una cestilla de las que se usan para llevar a un recién nacido o un niño de pocos meses, vacía.

- Las manos donde pueda verlas, alejaos de esa piscina y venid hacia aquí. Los clérigos están muertos. Todos ellos.

Montaña mantenía una postura amenazante, y las enormes garras reflejaban malignamente la luz de las linternas.

- Revisad que estos dos no estén contaminados por los gusanos esos. Y que no haya ningún gusano en la cesta.
 

Garin entra en la sala, con las armas preparadas, sin decir ninguna palabra. Observa a fondo cada rincón de la sala y de sus dos ocupantes. Ya nada le parece lo que aparenta ser, pero algo le dice que no son violentos y que tal vez hayan sido engañados.

Pharasma nos ha traído hasta acá.  No tengan miedo.  Ya liberamos el templo. 

Desde donde estaba trató de ver si la pareja tenían alguna infección latente o en curso, pero no podía juzgar bien.  Tendría que acercarse y hacerlo con tiempo.

Si fueron ustedes infectados por las babosas esas, hay una plegaria poderosa que los podrá curar.  -Les trató de dar confianza con su tono de voz.- Es importante que nos digan la verdad.  ¿Alguno de ustedes fue afectado por esos seres?  ¿A donde han llevado a su crío?  -Los miró con cuidado pues sabía que la gente con miedo tendía a decir mentiras.  Everybody lies. 

Y necesitamos saber que planeaban hacer los jefes, vicarios o como se llamaban estos adoradores del mal de las profundidades.  ¿Alcanzaron ustedes a escuchar algo? 

-Por Gozreh ¿los habéis matado? No sabéis lo que habéis hecho. ¿Qué pasará ahora con el pueblo?- dice el joven- No... no os acerquéis... dice con expresión horrorizada. 

Garv intenta calmar a la pareja antes de acercarse para examinarlos. Desde la distancia, la cestilla de bebé parece vacía.

- ¿Dónde está el niño?

Esten tranquilos, nosotros no les haremos daño.  Descubrimos que los clérigos realmente no adoraban a Gozreh, sino a una criatura del abismo que busca infectar a la gente para convertirlos en besugos.  Lo que les daban de alimentos de la pesca era una... carnada, para atraparlos con el anzuelo de su maldad.  

Si hemos de curarlos necesitamos saber de inmediato que pasó con su hijo, y que han sufrido ustedes mismos.  Estoy seguro que Gozreh así lo querría, miren que manchar su nombre con un engaño...

Trató de buscar con la mirada algún símbolo religioso que pudiera señalar como inherentemente maligno.

Mirad, lo que se hacía aquí dísta mucho de lo sería un culto a un dios. O al menos a un dios que no sea maligno. Vosotros mismos podéis comprobar lo que os estamos contando, daos un paseo por el templo ahora mismo, y veréis los horrores con los que nos hemos tenido que enfrentar. El enano se acerca con cautela, guardando su arma (no su escudo), pero aún guardando una distancia más que prudencial.

El elfo se mantuvo en segundo plano. No podía comparar su don de gentes con el del padre Garvos, que parecía estar haciendo un buen trabajo para calmar a la joven pareja.

La pregunta lanzada por Montaña le hizo estremecerse. No quería pensar en el destino de aquél inocente en un lugar como aquél.