Partida Rol por web

Zaev no se encontraba muy cómodo con la situación, atacado por dos enemigos que maniobraban intentando buscarle la espalda. Sin embargo, su agilidad le permitía esquivarles, moviéndose y girando contínuamente de manera que nunca les perdía de vista durante más de una fracción de segundo. En uno de estos giros, su brazo trazó un borroso arco, que recorrió el pecho del hombre lobo de parte a parte.

La energía sacrílega protege parcialmente de la puñalada al licántropo...
 

Más que un conjuro, reconoces ese efecto tipo conjuro como característico de los magos entrenados en la Subescuela de Teleportación

Deduces que Lazarov no puede estar muy lejos, como mucho a 20-30 pies del punto donde desapareció, aunque no lo ves desde donde te encuentras.
 

El clérigo se había esfumado en el interior de aquella nube, quedándose Eredhir sólo antes uno de los licántropos, y aunque veía a Zaev a duras penas protegiendo sus flancos, tenía que acabar primero con aquella amenaza inminente.

El lobo mas cercano a Eredhir recibe tres flechazos a quemarropa y pese a estar sangrando abundantemente, aún parece que le quedan ganas de luchar. Avanza trastabillando a través del terreno pedregoso pero su desesperado ataque no alcanza al inquisidor.

El resto de los ataques contra nuestros héroes fallan estrepitosamente, pero de nuevo los lobos acorralan a Dalía, consiguiendo morderla una vez cada una y uno de ellos carga todo su peso sobre la oráculo, derribándola...
 

Dalía no puede hacer nada, tiene dos enemigos terribles pegados, la acorralan, la golpean repetidamente, sabe que solo es cuestión de tiempo que la maten y aún más, es muy probable que ya esté infectada de la licantropía. No ha recibido ayuda en todo el combate y la han atacado al menos tres enemigos diferentes, eso solo puede significar que la mayoría de sus compañeros están muertos o incapacitados, o que tras esa nube todos se pelean contra más lobos de los que son capaces de enfrentar. Aparentemente el clérigo debe seguir con vida porque antes había notado una oleada de fuerza energética. Ojalá se esté equivocando pero sea como sea, es imposible que pueda ayudarles.

Un poco a la desesperada, intenta maldecir al lobo que tiene pegado, tocándole la pierna cuando aún no está en el suelo. Después intenta levantarse para tratar de que no la rodeen.

Durante el combate Garin se mueve a un lado y a otro mientras golpea a su adversario. En un momento dado, se fija que delante de él se encuentra su compañero Zaev enfrentandose contra dos bestias más y grita, dirigiendose a su rival immediato: Quieres morirte ya maldito baboso!! 

Dalía toca al hombre lobo que tiene a su lado con una maldición en los labios y la musculatura del mismo parece atrofiarse por momentos, haciendo que el ataque subsiguiente que le lance falla. Su compañero sin embargo aprovecha la distracción y la alcanza de nuevo en uno de sus hombros, haciendo que la oráculo tenga que luchar con el dolor para poder permanecer en pie. Sólo puede esperar que la ayuda esté en camino...

Por otra parte, el hombre lobo que luchaba con el enano sucumbe obedientemente a las órdenes de Garin. Concretamente a las órdenes y a un espadazo en medio del cráneo que envía la escasa materia gris del lobo en todas direcciones...

"Ese condenado licántropo debe dominar la escuela de la teleportación..." piensa al ver desaparecer al mago. Ya no tenía sentido posicionarse para neutralizarlo, ya que desconocía su ubicación, así que decidió volar a toda velocidad hacia el resto de sus compañeros, aunque estuviera más expuesto.

Sin embargo, desde allí arriba, le aterrorizó ver a la oráculo en serios aprietos. Impotente, empezó a pensar un modo de ayudar a su compañera.

¡Atentos! ¡El mago no ha podido ir muy lejos! ¡No más de 30 pies de distancia!

El clérigo terminó de cruzar la nube de ácido, apareciendo por el otro lado algo desorientado pero, por lo demás, indemne. Volvía a escuchar ruido de combate lo que espoleaba su determinación para llegar allí a ayudar a la oráculo. Oyó la maldición del enano muy a lo lejos, aquello solía significar que un enemigo había caído bajo su hacha; perfecto.

Volvió a concentrar el poder divino de Pharasma para lanzarlo en una explosión de curación hacia sus aliados. Si no se equivocaba el inquisidor se vería afectado por ella también y podría proseguir en su combate. Sólo deseaba que fuera suficiente para mantener a Dalía a salvo hasta que pudiera alcanzarla con efectos más poderosos.

El lobo gigante (probablemente el cánido más inutil de los que había disponibles para la convocación) falla de nuevo al intentar mordear a Zaev. Por su parte del tejado salen 4 proyectiles de fuerza que impactan en Alatar mientras se dirige a auxiliar a Dalía...

No hace falta mirar mucho para darte cuenta que el hombre lobo simplemente se ha retirado hacia atrás para quitarse de la línea de fuego tras lanzar su anterior conjuro. Y por el conjuro que te acaba de lanzar, él también te ha visto.

Lo que sí observas es que este lobo no tiene el aura característica y el vigor de los Lobos Demoníacos, lo que coincide con los gritos que ha dirigido antes. Debe tratarse de un infectado, y eso significa que no debe tener la resistencia a la energía o a la magia de las criaturas demoníacas...

-¡Garin, a ver si entre los dos podemos darle más espacio a Eredhir! - Zaev siguió concentrando sus ataques sobre el hombre lobo. Aunque sus golpes tuvieran menos efectividad por la fuerza sobrenatural que les protegía, la daga podía hacer mas daño contra los cambiaformas que contra el lobo gigante.

Entiendo Zaev, ayudare a Eredhir para que pueda disparar a otro perro mas molesto... ¿pero tu podras bien con los dos?

-¿¡Tanto vas a tardar!?

Zaev consigue perforan una vez mas el pelaje del hombre lobo, que aulla furioso al contacto con la daga mágica...