Partida Rol por web

La sacerdotisa da un paso lateral, de manera que consigue cubrirse con el marco de la puerta de la cabaña y la flecha de Eredhir no consigue impactarla.

"Lo siento querida, pero en cuestiones de pareja yo soy más de hacerlo a oscuras" dice, mientras apunta a Dalía con su dedo coronado por una uña retorcida...
 

- Bueno, tiene su lógica, eso explica tu palidez. Pero deberías probar a hacerlo en un campo de trigo en pleno verano, es toda una experiencia... siempre que sea con el dueño del campo claro, porque si no se molestan por pisarles la cosecha.

De nuevo Dalía parece tener suerte ante el ataque de su enemiga.

La oráculo evita la magia maligna...

- Es una pena, podríamos haber sido felices... 

Dalía quería acabar ya el combate, empezaba a estar agotada, y sabía que otro conjuro de aquella impía podría acabar con ella, además los beneficios de su conjuro no eran eternos. Su defensa se relajó, y optó por golpear... más. Tres mazazos salieron en rápida sucesión, buscando hacer el máximo daño posible.

Los mazazos de Dalía superan las defensas de la sacerdotisa, que se derrumba por fin.
 

Dalía jadea tras los últimos golpes, pero hace una pausa para mirar a la sacerdotisa caída.

- Siento decirte que te mentí, no me gustabas nada, piel demasiado enfermiza.

Después busca un lugar donde sentarse para recuperar el aliento, su piel empieza a estar como la de la sacerdotisa, ligeramente macilenta, fruto de la pérdida de sangre y los efectos de la energía negativa.

- Si ese can trasmitía enfermedades, tenemos un serio problema, no soy una clériga, puedo curar heridas pero no otro tipo de cosas... como enfermedades o venenos. No lamento haber acabado con esta sanguijuela, pero ha sido un combate duro. Si nos curo no creo qeu pueda pelear de nuevo con garantías, y si no lo hago al menor golpe pueden matarnos. Por otro lado, si nos han contaminado nuestra única esperanza es encontrar al otro grupo y confiar que su clérigo sí sepa curar estas cosas... 

"Conserva tu magia Dalía, no sabemos qué más hay ahi fuera." le dice Eredhir a la resollante oráculo. "Tenemos otros recursos.." comenta mientras abre uno de los bolsillos de su bolsa y extrae una fina y retorcida vara de blanco marfil, de apenas palmo y medio. El elfo acerca el extremo más fino de la varita a las heridas de Dalía, haciendo que una ténue luz las cubra antes de hacerlas cicatrizar. "Acércate tú también, Alatar"

Una vez sanadas las heridas más feas de sus compañeros, Eredhir guarda de nuevo la varita y ayuda a Dalía en el registro, tanto de los cuerpos como de la casa. "Me pregunto qué estaría haciendo esta sacerdotisa aquí. Lástima que no quisiera colaborar, hubieramos podido obtener alguna información valiosa". Entonces se agacha frente al otro cuerpo, el de la mujer desnuda que estaba siendo devorada por la bestia y señala: "Y quién es esta desafortunada? Por qué está desnuda?" añade mientras busca con la mirada las ropas de la mujer.

- Eso está mejor, pero con Alatar no es suficiente, no te preocupes, no soy muy... versátil con los conjuros, pero los dioses son generosos con la provisión diaria de los pocos que conozco. Con la ayuda que me acabas de prestar creo que podré afrontar otro combate más si se produce. Pero procurad que no nos hieran, o la cosa se va a poner complicada... Este último combate ha sido duro, pensé que ese maldito perro no caería nunca... Continuemos ahora, tengo un círculo contra el mal activo, y durará casi hora y media, a ver si podemos avanzar lo suficiente en ese tiempo.  Haré como antes, iré la última para que mi torpeza no nos descubra, espero que no tengan más perros que puedan olernos... 

Los esqueletos llevaban espadas largas y escudos medianos masterwork. Entre las posesiones de la sacerdotisa se encuentran:

-Una guadaña

-Una coraza brillante con símbolos de Urgathoga

-Una poción de color claro

-4 viales de líquido oscuro

-Varias piedras preciosas

- Un saquillo con polvo de plata

-Una perla engarzada en un colgante al cuello

-Un símbolo sagrado de Urgathoga
 

Dalia detecta magia en la guadaña, la coraza con símbolos impíos, la poción y la perla engarzada en el collar.

En mi caso, he usado casi la totalidad de mi poder. A partir de ahora sólo podré proporcionaros unos pocos conjuros de protección...

Mientras Eredhir busca algo con lo que tapar el cuerpo desnudo de la desconocida - "No me gusta la idea de dejar estos cuerpos aquí, pero no podemos perder tiempo dándoles sepultura. En cualquier, caso Alatar no tiene muy buena cara, debemos encontrar ese otro grupo y - como dice Dalía - esperar que haya un sanador entre ellos" dice mientras contempla a su compañero. "Me ha parecido ver un cartel en una de las otras casas, bien podría ser una antigua herboristería o alquimia. Os véis con fuerzas para acercarnos hasta allí?"

El grupo se planteaba volver sobre sus pasos y explorar la posible arboristería que ahora les quedaba al sureste.

Examinado el terreno, Eredhir fue capaz de distinguir a lo lejos, aproximadamente a 100 metros en dirección norte había lo que parecía ser un poste de madera donde es posible que hubiese colgada une efigie de algún tipo... También se divisaba un poco mas lejos un grupo de 3 casas.

La mujer desnuda que estaba devorando el perro-gul parece ser, a juzgar por ciertos tatuajes que descubres, adoradora de una entidad llamada Jezelda

- Abre camino, te seguiremos. Ambos estamos bien salvo que nos haya infectado alguna enfermedad... Este no parece un buen lugar para quedarse, y necesitamos encontrar al otro grupo, a poder ser antes de que llegue la noche, si eso es posible.

A lo lejos se escucha el aullido de un lobo...