Partida Rol por web

   Mientras se prepara Beltrán, cae que no dispone del óleo sagrado bendecido por el Obispo en la misa crismal del Jueves Santo, así que el buen párroco prepara el aceite en la medida de sus posibilidades y lo bendice, las preparaciones le llevan media hora. A pesar de lo incómodo del lugar y los escasos medios termina sus ritos y procede a ungir con el aceite bendecido la señal de la cruz en la frente del capellán y reza una oración por su alma. Si estuviera vivo el capellán, debería confesar sus pecados y recibir la absolución de Beltrán, pero dado el cuerpo inerte, es todo lo que el párroco puede hacer.

   Tras secaros, en esta media hora el humo del fuego ha ido llenando paulatinamente la estancia y empieza a haceros toser. Al estar bajo tierra y no disponer de salida de tiro de humo al exterior, la débil corriente de aire no consigue sacar todo el humo de la estancia. Pero al menos la hoguera os ha servido para secaros y adecentaros. Tras apagar la hoguera (o no), salís al tunel. El humo se concentra hacia la salida, un humo que os hace llorar los ojos, más no os molesta en el pasadizo minero que se interna en las profundidades de la montaña, bajáis en silencio.

   Un cuarto de hora lo más, llegáis a una bifurcación, de frente, con apariencia de ser usada a menudo y bien iluminada está lo que es la galería central. A un lateral se abre una galería auxiliar, mal iluminada, charcos de fango y líquenes chorrean de las paredes y mohos putrefactos se adhieren a los maderos que entablillan y apuntalan las galerías.

Asiento a las palabras de la señora y me dispongo a ir a buscar a los mineros. Cuando estamos secos, con la panza no demasiado llena apago el fuego y me dirijo hacia los pasadizos de la mina. En la bifurcación me quedo mirándola y busco rastros de huellas o lo que sea que nos de una pista de por dónde han ido los mineros.

Miro al resto de la comitiva y pregunto sin alzar mucho la voz -¿Por dónde vamos?

Dejame intentar ver que camino tomaron los asaltantes - Gaizka se pone a inspeccionar el suelo para buscar indicios de señales que indiquen el transito reciente del grupo que asalto la capilla. Una vez realizado esto, procede a indicar la dirección no si antes sugerir - Deberíamos ir marcando nuestra ruta.

   Teodoro limpió la estatuilla y el altar y luego arrojó al fuego el trapo y las inmundicias antes de abandonar la sala, haciéndo lo posible por dejar el lugar lo más limpio posible. Después se aseo y siguió al resto cuando se pusieron en marcha.

   Nada veis que os indique nuevos detalles de ambos túneles que lo que ya habéis visto, el de frente, parece ser la galería principal, más usada y mejor iluminada, el lateral, esta peor iluminado y parece usarse con menos frecuencia.

-¿Vámos por este que parece el principal?-pregunto sin alzar mucho la voz. No tengo ni idea de minas, pero mi cabezota me dice que tiremos por la senda principal.....ya abrá tiempo para lamentarse. Pero lo normal es que la mayoría de mineros esten allí....o eso espero.

DE modo que empiezo andar hacia la senda principal.

Viendo las dudas del caballero, entre ir delante para afrontar el peligro o ir detrás protegiendo a lady Jimena, le hago un gesto con la cabeza Si quieres vete tú donde estoy yo y yo me atrás, protegiendo a la señora. Comento levantando mi maza no soy muy bueno con esto, pero al menos le puedo parar un poco.

   Recolocados todos, avanzan primero Goyo y Gaizka, seguidos a pocas varas de distancia por el caballero y el resto del equipo, quedando Brais al final por si hubieran de venir tortas por atrás.

   Seguís avanzando por el tunel minero, una humedad malsana gotea del techo, líquenes de aspecto enfermizo cuelgan de las paredes, cucarachas, babosas y arañas se apresuran a introducirse en sus oquedades en las paredes cuando pasáis. De vez en cuando oís el chillido de una rata al huir ante vuestra presencia. Pero queda más que claro que esta es la ruta principal de la mina, tablones recientes apuntalan cada pocas varas el techo del tunel y no hay ratro de dejadez. Tras unos minutos de tan agradable travesía llegáis a una sala.

   En esta sala se encuentra un pozo, que pinta que baja al siguiente nivel de la mina. Incrustados directamente en las paredes hay unos tablones de madera que forman una escalera de caracol que desciende en la oscuridad. Hay una pequeña mesa junto a la pared donde hay varios candiles apagados, llenos de aceite. Y apoyados contra la pared media docena de picos. En una caja hay ropas bastas mugrientas y sudorosas. Es aquí donde suponéis se aligeran de ropa* los mineros antes de bajar a la mina.

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Brais que solo piensa en oro y riquezas fantásticas desea bajar, y tira un piedra por el hueco para saber el fondo.
...quien es el mas gordo? Que baje primero.

Teodoro tanteó con un pie esos maderos para ver si aguantaban su peso. En las alforjas del caballo tenía una cuerda de 10 varas así que comentó al resto del grupo.

- Voy a buscar una cuerda que tengo en mi montura . Puedo bajar atado a la cuerda et vosotros me sujetais si algún escalón se chasca*.

Pasándome la mano por la barbilla, miro el agujero, oscuro con una negrura que parece la boca del lobo cualquier precaución será poca, mi buen, así que ve a por esa cuerda. Mientras comprobaremos esos escalones 

Tras esto, me acerco a uno y, apoyándome en la pared, me subo, haciendo un poco de fuerza con el cuerpo, de arriba a abajo

Si los mineros suben y bajan por aquí cargados con pesadas piedras, debería de ser seguro...dejo la frase sin acabar, no vaya a ser que por hablar, el primer escalón se rompa y me escoñe por el agujero

   Mientras Brais tira un trozo de roca y aguza el oído, El párroco Beltrán apoya un pié en los escalones (primero en uno, claro) y hace presión, luego se sube y baja dos o tres peldaños, más salvo algún leve crujido, los tablones aguantan su peso sin problemas.

   Mientras Beltrán examina las traviesas de madera, en esa media hora va y vuelve el caballero con la cuerda.