Partida Rol por web

   Golpes lejanos de metal contra la roca te despiertan de tu sueño...

En este trabajo lo que siempre se dice es que arrimando el hombro siempre se trabaja mejor, Goyo ya está enchufado desde hace un rato y cuando llego me pongo con el guardaespaldas de la señora codo con codo, pica que te picarás.

- Si algún día quies cambiar de trabayu, ven a veme y buscarete un hueco donde picar - le digo en tono de camaradería, sin dejar de picar.

   Un olor pestilente avanzaba por el túnel conforme la gran sierpe se despereza y sale del tunel hacia el ruido de los picos.

   Notáis tanto Gaizka como Xuan un olor pestilente a vuestras espaldas, que parece acercarse por el túnel.

-Deja deja, me va bien con el que tengo. Cavar en minas endemoniadas no es lo mío.-​digo con una medio sonrisa mientras destrozo la pared con el pico.

Mientras pico con fuerza la pared comienzo a encoger la nariz.

- Cagonmimanto, que peste vien de atrás, ¿podéis vixilar? - les digo al resto de los que están en el túnel.

Miro adelante y atrás, pues no era fácil que nos sorprendieran cuando apenas había una única entrada, y el resto de túneles los habíamos investigado ya.

Aunque el hedor era algo que ya nos perseguía desde que bajamos, y nada comparable a los cadáveres que dejamos atrás, parecía que podía haber algo ahí, encerrado.

Don Teodoro vio como los plebeyos cogían los picos y ni se planteó ayudarles, que al fin y al cabo era hijo de un duque, alta nobleza, y por ello liberado de cualquier trabajo manual, que una cosa era matar engendros del demonio y otra hacerse callos en las manos con un pico.

Mientras picaban, se preparó el escudo y espada, en posición de ataque apoyado contra una pared y vigilando ambos extremos. Aún les faltaba enfrentarse con el que había creado el mal, así que estaría preparado para matar o morir.

   Notas de repente un hedor que se aproxima, y en el último instane notas que "algo" viene, pero no lo oyes hasta que lo tienes encima.

   Picando como estáis, no advertís lo que se os viene encima hasta que es demasiado tarde, ni siquiera Xuan, que el desagradable olor le había puesto sobre aviso pudo oir nada con el ruido de los picos.

Don Teodoro notó un hedor que avanzaba por el túnel así que avisó con un QUE VIENE!!! a la vez que cogía una bocanada de aire fresco y se agazapaba tras su escudo.

   Alertados por un ruido que se aproxima, como si algo rodara o se deslizará por el túnel, excepto Lady Jimena que no lo ha oído y aparentemente los mineros entre el estruendo de sus picos tampoco. Esto os pone en guardia, y ante el grito de Don Teodoro saltáis como un resorte.

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   Entre Xuan y Goyo empiezan a golpear la pared, una hora están así y el ruido en ensordecedor, pero el deseo de poder abandonar este lugar malsano hace que ignoréis el ruido. De repente Goyo golpea con fuerza renovada la pared y cuando da uno de esos tremendos golpes, la punta de su pico parece desaparecer y durante un segundo la llama del candil que alumbra esta parte se mueve.

   Con gran alegría veis que al otro lado de esta pared de roca está hueco y examinando por el agujero, del tamaño de un puño, con ayuda de la luz de un cándil se puede observar que es una caverna natural lo que se muestra. No es parte de la mina y la excitación de que pueda haber una salida de esta mina os invade.

   Entonces llega, observáis algunos con pavor, otros con incredulidad mientras se aproxima y encuentra atrapadados y arrinconados al final del tunel, cuando teníais la libertad casi al alcance de la mano.

   Un olor apestoso acompaña a una enorme serpiente gigante de un color blancuzco desagradable, de apariencia malsana. Mide varas y varas de longitud y no veis el final de su cuerpo, al llegar a la altura de donde estáis se eleva quedando su cabeza más alta que la vuestra y ¡lanza un chorro de gas verdoso concentrado que a punto a estado de alcanzaros! El chorro que apesta pega en un madero, que empieza a pudrirse a ojos vista ante vosotros.

   La serpienta sisea y recorre el resto de la distancia hasta llegar hasta donde estáis vosotros. Don Teodoro está en medio, y dos más pueden acudir a pelear hombro con hombro con él.

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¡CAGO EN DIOSSSSSSS!-​grito y tan rápido como puedo saco tiro el pico al suelo, saco el hacha y el escudo y me posiciono al lado de don Teodoro. Si esto es lo último que nos queda para salir estoy dispuesto a dar todo lo que tengo.....que no es mucho por otro lado. 

Espero ser capaz de parar la embestida y sobrevivir para darle muerte-​Que Dios o el Demonio me acojan en su seno si fallo, y que quienquiera que sea el que ha guiado mi brazo estos años y durante esta empresa le conceda fuerza a mi brazo para empuñar el hacha y parar con mi escudo.

Lady Jimena, que estaba junto al párroco, se soslayó:

-¡Qué hacemos! ¡Protéjanos, señor!

- ¡CAGONROS! - exclamo ante la aparición de tal sierpe.

Después de tener la libertad en nuestras manos, el ser que viene a atacarnos echa sobre mí un sentimiento de desesperación que cae como un jarro de agua helada. Observo a la serpiente descomunal que se acerca a nosotros y que embota nuestros sentidos con ese olor pestilente, casi dan ganas de vomitar. Lo que está claro es que no puede ser un cuélebre, al menos no tiene el aspecto que todo el mundo dice que tiene y además, ¿un cuélebre en las profundidades?

Dejo el pico en el suelo y agarro el hacha listo para defenderme si es necesario.

Pálido al ver la horrenda visión que se había materializado ante nosotros, me echo hacia atrás de manera inconsciente, apartando la cara para evitar oler esa asquerosidad que había lanzado por su ¿boca?

Lo único que pude hacer fue alzar con la mano izquierda el crucifijo mientras agarraba con la derecha la maza, aunque de esta solo saldríamos con la ayuda de dios.

Recomponiendome del susto inicial, trago saliva, consciente de que esta batalla puede ser la última, y que luchamos no solo por nosotros, sino por todas las gentes que han muerto, y pueden morir si no acabamos con esto.

DIOS ESTÁ DE NUESTRA PARTE alzo el crucifijo por encima de mi cabeza Y TÚ, CRIATURA DEMONÍACA, VOLVERÁS AL LUGAR DEL QUE HAS SALIDO

LUCHÁIS NO SOLO POR VUESTRAS VIDAS, SINO POR LAS DE TODAS ESTAS GENTES Y LAS QUE PUEDEN VENIR