Partida Rol por web

   La antorcha cae y se pierde con rapidez en la negrura del abismo, te fijas, pero el estornudo del párroco te hace mirar atrás instintivamente, cuando fijas otra vez la vista en la antorcha, ha desaparecido en el abismo, pero te ha parecido ver un brillo metálico abajo y oir unos gemidos de dolor.

   La antorcha cae con rapidez y se pierde en la negrura del abismo, pero antes te da tiempo a ver algunos detalles. El párroco ha arrojado la antorcha dos o tres varas a la izquierda de donde está encajonado Goyo, pues encajonado es la palabra.

   La sima se va estrechando poco a poco en forma de cuña y ha llegado un momento donde el fiero guarda se ha quejado encajado como un corcho en el cuello de una botella. Su armadura está empapada de sangre y no te parece que pueda soltarse por sus propios medios. Está a unas 15 varas de profundidad.

   Brais, Gaizka y Artiz observan espantados el puente y el abismo y no se atreven a acercarse a mirar cuando el párroco arroja la antorcha, luego nada ven ellos.

   Los segundos pasan y los gemidos siguen al fondo... Don Teodoro se despoja de su armadura y se prepara para bajar. Dos cuerdas de diez varas y el vestido que ha sido anudado puede dar de si dos o tres varas más. Don Teodoro se prepara para bajar.

Sigo negando con la cabeza ante la idea de no saber lo que hay ahí abajo y más sorprendido de que ninguno del resto haga el más mínimo esfuerzo por averiguarlo

Espabilad por Dios, que os quedáis pensando en babia mientras Goyo sigue ahí abajo sin saber rodeado de qué.

Según hablo, refunfuño y busco con la mirada de nuevo hasta localizar otra antorcha GOYOOO, QUE VA OTRAAAAA

Tras unos segundos, vuelvo a arrojar la antorcha, aunque antes me limpio la cara para evitar despistes, y apunto con cuidado. La lengua por fuera, mordiendo la punta en un ejercicio de concentración

  La antorcha cae con rapidez y se pierde en la negrura del abismo, pero esta vez, sí, te da tiempo a ver algunos detalles. la antorcha ha salido desviada dos o tres varas a la izquierda de donde está encajonado Goyo, pues encajonado es la palabra.

   La sima se va estrechando poco a poco en forma de cuña y ha llegado un momento donde el fiero guarda se ha quejado encajado como un corcho en el cuello de una botella. Su armadura está empapada de sangre y no te parece que pueda soltarse por sus propios medios. Está a unas 15 varas de profundidad.

Girándome hacia Teodoro rápido, hay que sacarle de ahí. Está encajonado entre las dos paredes que se van estrechando. Gracias a Dios que con la armadura y su corpulencia no ha podido bajar más, y con ello ha evitado hacer más daño comento acelerado, levantándome y yendo donde está Teodoro, para ayudarle con la cuerda.

Está a unas 15 varas comento evaluando la cuerda que tenemos 

Teodoro indicó al resto del grupo que agarraran la cuerda y fue bajando poco a poco hasta llegar donde estaba encajonado Goyo. Su idea era afianzarse con los pies entre las dos paredes y tirar hacia arriba a Goyo para que pudiera trepar por la cuerda mientras él se sostenía con los pies en las paredes y una vez hubiera subido, trepar él mismo.

   Empieza Don Tedodoro a bajar, cubierto sólo por el gambesón que se pone tras haberse quitado la armadura, sujetando la cuerda, empieza a bajar.

   Más se acaba la cuerda y aún en la oscuridad, pues no puede trepar y a la vez llevar luz, no ha llegado a fondo alguno, ni donde Goyo, que lo oye gemir abajo. No le queda más que volver a subir otra vez. Efectivamente, como bien había dicho el párroco, estaba al menos a 15 varas y vuestra cuerda de 10 varas, mal llegaba a ocho o nueve varas de descenso, habiendo cuenta que había que dejar soga para sujetar arriba.

   Tras mucho discurrir, la mejor solución que se halló fue atar los extremos de las dos cuerdas para hacer una de unas 19 varas y que alcanzase. Tras afianzar el nudo y sujetarse la cuerda por los que estaban más o menos sanos ahí arriba, vuelta el caballero a bajar, esta vez sí. Llegado donde Goyo, vio que estaba empapado en sangre que le manaba del pecho, pues una parte de la pared afilada le había desgarrado de arriba a abajo. La sima se estrechaba según se bajaba y llegó un momento que Goyo quedo encajado entre las dos paredes, lo que evitó que se deslizara hasta la muerte.

   Con mucha dificultad, logro el caballero sacarlo de su aprisionamiento y con más dificultad aún, lograron subir, arriba. Al menos, al haber enfundado sus armas y tener los pertrechos de batalla sujetos, no ha perdido hierro.

   Estáis otra vez arriba frente a los tablones que hacen de puente, como al principio.

- Menos mal que no vos desgraciasteis - le digo a Goyo al llegar arriba -. De haber sabido que teníamos cuerda con nosotros bien hubiera propuesto usarla para evitar una caída InfoJobs cómo esta - añado casi como una reprimenda a los que llevaban cuerda -. Podríamos pasar uno a uno ataos mientras un grupu tien agarrá una punta de la cuerda por si vuelve a suceder lo de Goyo - propongo.

La señora asintió con la cabeza. Estaba demasiado preocupada con la idea de atravesar ese abismo como para pronunciar palabra.

-Gracias don Teodoro- estaba agradecido al noble por bajar a rescatarme, lo cierto es que se había portado.

-Cuando fuí a cruzar el viento surgió de la nada....no se si será lo mismo de la forja. Padre, sólo usté puede ganar esta lucha.-escupí al suelo, esta vez con sangre. Estaba convencido de que el viento era cosa de la criatura, solo con rezos lograríamos pasar.

Una gota de sudor cae de mi frente solo de pensar en una nueva confrontación con ese espíritu del aire. El que estaba custodiando la fragua tenía, no se, algo más, quizás era mucho más grande y poderoso que el que estaba custodiando este puente.

No se qué decirte. El otro ente era muy poderoso, fuera de mi capacidad para poder expulsarlo. Este otro, ladeo la cabeza no se, no me ha parecido tan poderoso, pero no lo puedo asegurar.

Si es la única forma de atravesar ese puente, lo intentaré, aunque quizás, si nos atamos con una cuerda y pasamos corriendo, me encojo de hombros podamos pasar.

   Mientras decidis que hacer o dejar de hacer, una figura se materializa soplando por encima del puente formado por tablones. Por ahora se queda quieto, flotando a unas varas de altura.

Al ver la figura que se materializa, un escalofrío recorre mi espina dorsal, reconociendo esos ojos maliciosos mirándonos, esperando a que intentemos cruzar para intentar arrojarnos al foso.

Sin embargo, ahí se quedó parado, como esperando, al igual que en la forja, para que actuase debería de pasar algo, y en este caso debía de ser el maldito puente

¿Como podemos combatir al aire? mientras pienso para mi, levanto la cabeza para mirar directamente a esos ojos ¿QUIEN ERES Y POR QUÉ NOS IMPIDES EL PASO? Grito al aire, más por frustración que esperando cualquier respuesta