Partida Rol por web

El impacto fue brutal, tanto es así que ni siquiera os dolió, demasiados huesos rotos y contusiones que os hicieron perder el conocimiento,algunos con mayor fortuna que otros fueron a parar a alguna duna, pero eso tampoco supuso demasiada diferencia. Permaneceis un dia tirados en el suelo, sin capacidad ni ganas para moveros, el ¿sol? golpea con una fuerza inusitada , hace un calor infernal. Al anochecer una especie de insectos escarva hasta la superficie, vuestro calor corporal debe haberlos atraido y muy lentamente comienzan a perforar vuestra piel e introducirse en vuestro interior, desgarrando más aún vuestros maltrechos cuerpos y prolongando la agonía.

Veis a vuestros compañeros en el mismo estado que vosotros, ese portal os dejó caer desde unos cientos de metros, deberiais estar muertos pero al contrario de lo que os imaginais cada hora que va pasando os sentis extrañamente mejor, hasta que, finalmente, al amanecer , algunos sois capaces de incorporaros. Os preguntais si habrá sido obra de aquellos pequeños insectos, que aún podeis sentir cerca del corazón.

La escena es desoladora, a vuestro alrededor se esparcen piezas y fragmentos de vuestra nave y el meteoro, casi todo inutilizable, aunque quién sabe si podría aprovecharse algo. Samantha y Lincoln son los únicos que siguen tirados en el suelo sin poder moverse y de Norman no se sabe nada, tan sólo un rastro de pisadas que se pierde en la arena. La atmosfera parece ser respirable, aunque se hace costoso, seguramente sea algo tóxica para el organismo humano.

Al norte, este y oeste se extiende una infinita llanura , mientras que al sur parecen ir apareciendo algunas dunas y montañas. Os invaden los nervios, la confusión, la ignorancia sobre si explotó o no el meteoro en su totalidad y temor, sobre todo el temor de no volver nunca a casa. No habrá billete de vuelta y es algo que tendreis que aceptar, pues ahora estais perdidos, perdidos en mitad de ninguna parte..

Norte, Este, OEste

Sur

aaagf... ¿dónde estamos? Entonaba su boca aun con los ojos cerrados formando una expresión indescriptible de dolor. Con dificultad conseguía levantarse, aunque dando tumbos, necesitaba por el momento ir apoyándose en ocasiones con una de sus manos. Parecía ser el primero en levantarse, su vista estaba nublada, sus pensamientos invadidos por tantos sentimientos de distintos miedos que era incapaz de actuar con lógica. Se dejó llevar por sus instintos más humanos, esperando no ser el único superviviente. ¿Estais todos bien? Observarles no ayudaba en nada, pes la imagen era para todos desoladora, pero su corazón le decía que Sam sufría más que cualquier otro, siendo además la única que podría mejorar esa situación. Ey Sam, dime qué puedo hacer... Se desplomó agotado a su lado, agradeciendo como la incómoda superficie arenosa se adaptaba a su peso moldeándose a su cuerpo.

¡Aarghhh! ¡Me duele todo el cuerpo!

La doctora hace un intento infructuoso de moverse. Parece un tanto desesperada ante ese hecho.

¡Dios mío! ¡Voy a morir aquí! ¡No me puedo mover!

Por el rabillo del ojo puede intuir que John se ha incorporado. Efectivamente, es él, cuando cae a su lado. Procurando no malgastar fuerzas, le musita.

- ¡John! ¡Estoy mal, no puedo realizar movimiento alguno! Estoy francamente nerviosa, porqué no sé si saldré de ésta.

- Lo único que te puedo decir ahora, es que compruebes que los otros están bien.

Una lágrima empieza a caer por la mejilla de Samantha. En estos momentos se acuerda de sus padres y de que posiblemente nunca los volverá a ver.

Estoy bien al intentar incorporarse, una punzada en sus costillas le recuerda la caida así que opta por arrastrarse baja hasta donde están los otros. Jerome? Viktor? Lincoln!? Se acerca al pequeño simio y lo cubre, como una madre protectora Apuesto que a ti no te entrenaron para esto, amiguito... estás bien?

Lincoln permanece inconsciente, aunque si os agachais a su lado puede verse que respira debilmente.

"¿Esto es...? ¿He muerto y esto es lo que hay al otro lado?"

Jerome abre los ojos. La luz lo deslumbra y el calor lo hace sentir vivo todavía. Aún siente un hormigueo en todo el cuerpo, incluso en el interior. A su mente regresa la fugaz imagen de los insectos devorando su piel, pero no hay ningún rastro de ellos. Sin embargo, la sensación persisitía. Comienza a analizar su alrededor. Se encuentra medio enterrado en una duna. Lucha por moverse y poco a poco, a pesar del dolor, consigue salir de su prisión arenosa. Su cuerpo se resiente, pero puede levantarse. Su traje está roto.

"Mierda... Aún no me he muerto, así que no debe haber peligro..."

Despacio, se desprende del casco, dejándolo caer al suelo, al igual que el resto del traje de intervención en gravedad cero. Quedándose con el mono de trabajo. Al hacerlo mira sus manos y recuerda...

"¡Viktor!"

Es entonces cuando alza la mirada y busca en los alrededores. Su atención se centra en la pareja formada por Sam y John, pues le resulta curioso que sea John el que atiende a Sam y no al contrario.

"Samantha... Será mejor que baje..."

Dos pasos y un traspié le hacen bajar entre rodando y dando tumbos. El dolor es tal, que casi no lo siente...

- ¡Kim, John! ¿Estáis bien? -consigue decir tras escupir algo de arena- ¿Donde está Viktor? ¿Y Norman? -pregunta mientras avanza a la posición de John...

Sam se tranquiliza un poco más al ver que Kim y Jerome están más o menos bien. No tiene dudas de que Viktor se reunirá con ellos tarde o temprano.

No nos podremos librar del ruso tan fácil, jeje!  ¡Aaargh, qué dolor!

La doctora intenta pensar irónicamente, en definitiva ser positiva, para no tener un shock emocional y agravar su estado. Así, también se interesa por el estado de Lincoln, para tener la mente ocupada.

- ¿Como ves a Linc, Kim? ¿Hay algo anormal en él? - con esfuerzo, la doctora busca información para tratar a Lincoln, ó al menos dar indicaciones a la asiática.

El pobrecillo ha caido como una piedra, aún está inconsciente pero vivo. No se si los bichos que nos picaron también le ayudaron a él. Pero mejor hablar con un paciente que nos puede decir como tratarlo. Cómo te podemos ayudar, Sam?

- Es muy difícil intentar saber la gravedad de mis heridas, Kim. Así, a bote pronto, debería dejar pasar horas para ver si mejoro. Y no estoy muy segura de éso.

Viktor se despierta, hundido en un mar de arena tras una duna.
Se levanta, dolorido y perplejo, mirando alrededor sin entender nada.

- Hemos debido de caer a la Tierra en algún lugar del desierto de Afganistán, pero ¿Cómo es eso posible si estábamos a miles de kilómteros de distancia de la Tierra?

Escucha a sus compañeros y se encamina, renqueante, hacia el grupo.

La doctora parece haber agotado todas sus energías en la cháchara con Kim. Cierra los ojos y se hace evidente en su cara el rictus de dolor profundo.

Transcurre 1 hora, nada parece perturbar el lugar salvo algunos gemidos de dolor de Samantha..

Yo digo que lo primero es buscar una sombra para evitar deshidratarnos, esas rocas de llá son nuestra única salvación. Yo llevo a Lincoln. John, tu podrías ayudarme con Sam? eres el más fuerte y guapo  de la misión.

Viktor se acerca a Samantha y a Lincoln, alarmado ante su estado.

Se queda mirándolos un momento, pensando en decir algo, pero después de un momento y tras caer en la cuenta de que realmente hay poco que decir se limita a trasladarlos a la sombra indicada y tratar de ponerles en una posición de seguridad que leyó una vez en un manual de primeros auxilios cuando estaba haciendo el servicio militar obligatorio. Aun recuerda el ajado manual, producto de la misma imprenta que reproducía los famosos carteles propagandísticos soviéticos:

Cita:

* Ponte junto al valiente soldado herido y dobla la rodilla que tengas más cerca en ángulo agudo, llevando el pie correspondiente hacia la región glútea.
* Coloca el brazo del mismo lado pegado al costado y la mano debajo de la región glútea.
* Tira suavemente (evitando movimientos bruscos) de la otra mano hacia ti haciendo rodar ligeramente al patriótico compañero sobre sí mismo.
* Coloca su cabeza de forma que su cara descanse sobre su mano. Así evitarás la caída de la lengua hacia atrás y permitirás que salgan posibles flujos corporales que podrían asfixiarle.
* Saca la otra mano de debajo del cuerpo echándola hacia la espalda.

Una vez que acaba, comprueba que siguen respirando y en vistas de que poco más puede hacer se retira a ver si encuentra restos útiles de su equipo.

El tiempo pasaba con la esperanza de sentirse capaz de hacer algo, pero por su cabeza se debaten demasiados dilemas que no podía resolver con facilidad. Tras escuchar las amables de Kim su mente volvió a la arena, respondiendo como si hubiera despertado en medio de territorio hostil. Hecho. Se limitó a decir  levantando el pulgar de su mano para afirmar la petición. Antes de levantarse se despojaba del casco y del traje espacial que restaba movilidad, movimientos que realizaba como si estuviese de mal humor, algo bruscos, algo cansados, pero sobre todo forzando su cuerpo a sufrir las consecuiencias. De nuevo esa dificultad hasta levantarse, sorprendiendo que esta vez parecía encontrarse mucho mejor. Se dispuso a recoger con cuidado a Sam, aunque por lo que veía sólo tenía que echar una mano a Viktor, por el bien de Sam más que por otra cosa.

Una vez reunidos en la escasa sombra, Jerome, hasta ahora callado, se dirige a sus compañeros.

- Muy bien chicos. Está claro que tenemos un problema. No sabemos donde estamos, ni cuánto tiempo ha pasado. He visto un rastro de huellas que, bien pueden ser de Norman, pero se pierden en la arena. Nuestro estado es lamentable, así que no hay mucho que podamos hacer -se toma un momento para reflexionar- Sin embargo, no me gusta estar a merced de lo desconocido. John, vendrás conmigo. Haremos un reconocimiento de la zona. Tiene que haber algo en este maldito lugar que nos indique cómo hemos llegado, o a donde demonios se dirige Norman... -respira hondo, intentando no perder la calma- Viktor, Kim, cuidad de los pacientes. No nos alejaremos mucho... ¿Estás listo, John?

Los intercomunicadores estaban destrozados, pero quizás con las herramientas adecuadas Viktor pudiera hacerles un apaño temporal. De todas formas la bateria acabaría por agotarse en una jornada de uso. La sed tras un día sin beber pronto se hizo notable...