Partida Rol por web

Misaki se encogió de hombros cuando Souta le dijo que le daba mal rollo que estuvieran de acuerdo y abrió la boca para decirle algo, pero la chica cuervo comenzó a hablar y no llegó a darle la respuesta.

Se notaba que hacía un gran esfuerzo para hablar, llegar a la cabaña debía ser algo importante, tal vez la clave para salir de aquel lugar. Cada vez parecía más evidente que la chica era el cuervo, aunque su sentido común lo negara. - En cualquier caso es un aliado. - Se sintió un poco responsable de no preocuparse antes por el animal, así que decidió que la atendería como es debido a partir de ahora.

Todos estaban de acuerdo en salvar la chica, ¿acaso alguien le negaría la ayuda?. Sin embargo Souta soltó una bordería que no pasó por alto, la chica debía pesar y el chico parecía suficientemente orgulloso para no reconocerlo, pero sí para molestarse si perdíamos el tiempo diciendo obviedades. - Gracias Hamasaki por llevarla, si te cansas solo tienes que hacerme una señal, no hace falta que lo digas, el camino puede ser largo y somos muchos para cargar con ella. - Le susurró, seguramente le sentaría peor, pero capaz era de callárselo y hacerse daño en la espalda.

Sonrió al ver a Yuyuko elegir un camino al azar. - No... no creo que sea el mejor criterio... - Se tapó la boca para intentar no reír, definitivamente estaba más relajada. Y por segunda vez estaba de acuerdo de Hamasaki. - ¿De verdad es el cabeza hueca de clase?. - Donde el chico señaló se podían ver los troncos rotos y la tierra revuelta de la batalla, hacia ahí se dirigía el cuervo si ellos no se habían movido mucho. - Sí, se puede ver que ahí lucharon, por ahí quería ir el cuervo. - Ahora que habían pasado unos minutos, tratar de recordar a sus "guardianes" era como recordar un sueño. - Vamos, es mejor no perder más el tiempo, no me gustaría que volvieran... esas cosas.

Una sonrisa apareció en el rostro de Tomoyo, contagiada por la chica cuervo, aunque enseguida volvió a ser sustituida por una mirada de preocupación. ¿Finalizar esto? ¿A qué se refería? ¿Encontrarían la respuesta a el porque estaban en este lugar? ¿Dónde encontraremos la susodicha cabaña? Tomoyo miró a su alrededor, pero solo veía bosque.

- Sí, creo que lo mejor será ir en la dirección que iba el cuervo antes de que nos atacaran, - asintió a Souta-san y se acercó hacia donde señalaba. - Espero que sea fácil de encontrar y no haya más figuras oscuras como las que nos han aparecido antes. – se estremeció al recordar los ataques eléctricos.

Finalmente la chica perdió la consciencia, pero no fue abandonada atrás, ibais cargando con ella de la mejor manera posible mientras explorabais el bosque buscando una posible salida. Parecía que alguien velaba por ustedes, quizás no era el mejor guía posible pero ¿qué era normal a estas alturas?

Estuvisteis avanzando durante más de 15 minutos, cruzando senderos que parecían seguros o mejor señalizados hasta que finalmente apareció en el horizonte una estructura ¡era una cabaña de madera!

Sabíais que ahí estaba la clave, la chica lo dijo, no podía estar equivocada. Cuando apenas faltaban unos metros para llegar hasta la estructura algo os alertó... un sonido... un... ¿llanto?

Alguien estaba llorando en el interior del edificio, era un llanto amargo, cargado de sufrimiento ¿quizás miedo? cada vez que parecía calmarse el sollozo, éste rompía de nuevo con más fuerza. ¿Y si hay alguien en peligro? No debería ser difícil encontrar una puerta o ventana donde curiosear.

Los gritos que se escuchaban cuando llegaron al a cabaña hicieron que Arisa se parara un segundo, sintió un escalofrío, pero apenas unos segundos después mira hacia delante mientras pensaba:

• Arisa que haces… te asusta alguien llorando… no, si alguien está llorando es porque necesita ayuda, vamos, tienes que ayudarle, además la chica cuervo nos ha dicho que si vamos a la cabaña podremos salir de aquí y tú tienes que salir sea como sea.

Arisa que estaba bastante acostumbrada a ayudar a la gente por como tenía que hacerlo con su padre entra en la cabaña mientras dice:

• Vamos, no nos quedemos ahí fuera.

Llega un momento en que la chica es tan pesada que empieza a escurrírseme por la espalda. Intento aguantar todo lo posible sin pedir ayuda, pero finalmente empiezo a quedarme rezagado respecto al grupo y cada paso es más y más difícil. Me cuesta, pero al final acepto la idea de que todas tienen que arrimar el hombro para llevarla.

Y así, al fin llegamos a la meta: la cabaña. ¿Pero se oyen llantos del interior? Wah... ¿y si son fantasmas? He oído de fantasmas aulladores que, cuando los molestas, te atacan. Me recorre un escalofrío que me hace temblar y mirar a derecha e izquierda.

— ¿Q-q-que va a entrar? —pregunto al aire con cierta inseguridad en mi voz, nervioso ante la idea de enfrentarnos a un fantasma. B-bueno, al menos deberíamos echar un vistazo desde la ventana, ¿no?

Alarmado, veo cómo Coletas-chan decide entrar a comprobar qué pasa sin pensar en las consecuencias. Trago saliva y miro a las chicas, tomando entonces la decisión de enfrentarme al fantasma si hace falta... que espero que no... de verdad. Odio los fantasmas...

Seco el sudor de mi frente y pido ayuda para cargar a la chica cuervo hacia la cabaña.

A medida que seguíamos el camino que Hamasaki señaló como el que estaba tomando el cuervo antes del ataque, podíamos ver claras señales de que íbamos en la dirección correcta. El camino parecía más seguro y no habíamos sido atacados en ningún momento. La chica seguía inconsciente mientras caminábamos por el bosque, pero parecía estar bien. -Mmm...¿necesitas ayuda?-pregunté al chico, que parecía cansado de haber cargado tanto tiempo con la chica inconsciente. Cómo otras de las chicas habían dicho, podíamos ayudarle a llevar a la chica.

Me preguntaba que nos esperaba en la cabaña. Finalmente llegamos y pude sentir mucho alivio y esperanza de que pudiésemos volver a casa. Pero cuando nos acercamos, oímos de golpe y porrazo un llanto desconsolado que venía de la cabaña. ¿Quién podía llorar así? Era verdaderamente escalofriante y me asusté un poco. Arisa se acercó a la cabaña y yo la seguií unos cuantos metros atras. -...tal vez sea alguien que necesite ayuda...-sugería algo nerviosa. Según la chica cuervo, en la cabaña estaba la salida, eso significaba que no habría nada malo allí esperándonos. Lo mejor sería entrar...

El camino se hizo largo, pero por fin llegaron a la cabaña que nos comentaba la chica-cuervo. Durante el trayecto Tomoyo se había ido fijando en sus alrededores por si por algún motivo tenían que volver, además de vigilar que nada los atacara de sorpresa.

Al llegar a la cabaña se alegró y una sonrisa iluminó su rostro. ¡Por fin saldrían de este lugar! Esperaba que lo que les había dicho la chica-cuervo fuera verdad y ese lugar les diera respuestas del porque estaban allí y quizás de esta forma sabrían cómo salir de este lugar tan tenebroso y peligroso. Pero al cabo de unos segundos su sonrisa cambio por una mirada de preocupación al oír el llanto que provenía de la cabaña. ¿Qué podría estar causando ese llanto? ¿Quién estaba llorando?

Su primer instinto fue acercarse a la puerta para entrar en la cabaña, pero la cautela la detuvo. - Quizás deberíamos investigar antes que ocurre dentro de la cabaña. – Se mordió el labio dubitativa. – Seguro que hay alguna ventana donde podamos ver el interior. Deberíamos asegurarnos antes de entrar… no vayamos a tener otro encuentro como el de antes. – un escalofrío le cruzo la espalda al recordar las figuras oscuras que los habían atacado antes.

Todo ésto da mal rollo, pero puedo aguantarlo ya que están los demás. El problema es cuando llegamos a la cabaña. Como ya creo que he dicho, no es que se me den mal las historias de terror... es simplemente que creo que ahora mismo no somos demasiada gente que digamos y esos lloros me están metiendo un canguelo que alucinas. Noto que empiezo a sudar y trago saliva, y mis piernas tiemblan un poco. No tiene por qué ser un fantasma, ¿no? Cómo ha dicho mi compañera... puede que sea alguien más, pero teniendo en cuanta lo de la chica-cuervo (¿Tengu, tal vez?) no descarto la posibilidad.

"Hamasaki, mejor llevo yo a la chica un rato, creo que es mejor que no lleves peso encima... por si acaso." Digo sacudiendo la cabeza y extendiendo los brazos para tomar a la chica.

Misaki notó una oleada de alivio al ver la cabaña. - ¿Saldremos al fin de aquí? - Se adelantó unos pasos emocionada a la cabaña, pero cuando escuchó los llantos se paró en seco. - ¿Qué...? - Miró alrededor para comprobar las actitudes de sus compañeros, la mayoría estaban asustados pero Arisa se dirigió a la entrada sin dudarlo. - Sí, puede ser alguien más en peligro... ¿Pero de qué? - Se movió intranquila en el sitio, no se veía capaz de proteger a nadie. - ¡Arisa, espera! - pero ya había abierto la puerta. Miró para atrás y vio que Yuyuko ahora cargaba con la chica cuervo. - Bueno al menos él esta libre, no se si es bueno o malo... - Apretó el paso y entró en la cabaña justo detrás de Arisa, no le gustaba para nada la idea, ella hubiera preferido asomarse antes, pero ya estaba hecho y tenían que estar unidos.

Mi acción no te equivocas, yo me quedo fuera, si se comen a alguien ellas están más suaves que una corredora y les gustarán más XD.

Dejasteis atrás a vuestros compañeros entrando en la cabaña con el ímpetu de Arisa.

El lugar estaba oscuro, pero no lo suficiente ya que la luz del sol penetraba a través de las ventanas con algo de fuerza.

El llanto seguía escuchándose de fondo, parecía provenir de alguna habitación no demasiado lejana. A cada paso que dabais la madera chirriaba, realmente todo parecía sacado de una película de terror, pero lo más angustioso de todo era el silencio que había entre llanto y llanto... ¿y si había alguien más dentro?

Hasta donde os alcanzaba la vista había unas 4 puertas que permanecían cerradas y de tan solo una de ellas provenía el sonido de aquellas lágrimas de angustia...

Decidiste tomar una alternativa segura: revisar el lugar por las ventanas.

Para ti fue importante comprobar que el interior de la cabaña parecía muy oscuro, pero igual no era tanto por la falta de luz sino por la gran cantidad de suciedad que tenían las ventanas.

Supiste que tus compañeros entraron, por lo menos la mayoría ya que Yuyuko seguía en la entrada "cargando" con la chica-cuervo.

Tus intentos por descubrir algo de utilidad desde el interior fueron en vano ¿qué sería lo mejor?¿esperar fuera?¿entrar?¿o había más opciones? El llanto no cesaba...

En cuestión de segundos te quedaste "sola" ante la puerta de la cabaña. La mayoría de tus compañeros habían entrado a echar un vistazo y Tomoyo prefirió curiosear por los alrededores.

¿Qué era lo que debías hacer?¿esperar?¿ir con alguno de tus compañeros? La chica-cuervo parecía seguir inconsciente, agotada quizás. Había un gran misterio encerrada en ella, ¿era vuestra guía realmente?¿o estaba perdida como vosotros?

Estar a solas te hizo reflexionar sobre muchas cosas, más de las que estabas dispuesta a pensar.

¿¡P-por qué tiene que estar en la habitación contigua!? ¡Que manera de alargar la agonía! ¡¡Pero si ya hemos entrado!! ¿¡Qué más quiere esta clase de pesadilla rara de nosotros!? Estoy muy convencido de que se trata de un fantasma que nos va a llevar al infierno o al más allá... o qué sé yo, pero algo malo seguro. E-es un fantasma. V-vamos a morir todos. Casi grito al escuchar el chirriar de las maderas bajo nuestros pies.

— P-pisad con cuidado, e-estáis haciendo de-demasiado ruido. ¿Por q-qué no entráis gritando al fantasma que estamos aquí, eh? —gruño de manera intimidatoria, aunque más pálido que un... ¿fantasma?

Me paro en el centro de la habitación, observando la puerta por donde se supone estará el fantasma aullador. Nadie parece querer ser el primero. ¿T-tengo que ser yo?

— D-definitivamente he visto películas de terror con este argumento... —lloriqueo mientras avanzo para abrir la puerta. «Por suerte, en un grupo con tantas chicas debería ser una de ellas la primera que...». Sacudo la cabeza, expulsando esas ideas y tomando el pomo de la puerta con la mano. Cojo aire. Vuelvo a coger aire. Otra vez cojo aire. ¿De verdad es necesario? Abro rápido y sin siquiera llegar a mirar al interior, me aparto de la puerta e intento ponerme espalda contra la pared, fuera de esa habitación maldita.

Arisa entro en la cabaña, el lugar estaba oscuro y daba bastante miedo, en el interior el llanto seguía escuchándose pero en una habitación que no era en la que ellos se encontraban, sino una que estaba más al fondo, la madera del suelo sonaba y eso le ponía nerviosa, mientras ve como Souta se acerca a la puerta mira hacia delante mientras piensa:

• No Arisa… tu no crees en fantasmas… además hay cosas peores que los fantasmas… como dijo una vez papa no hay que tenerle miedo a los muertos, no pueden hacernos nada, más peligrosos y crueles son los vivos, si vamos…tienes que se fuerte no tengas miedo, además seguro que es alguien que necesita ayuda, vamos.

Escucha lo que decía Souta y se acerca a donde está este, pero por el camino observa el resto de la estancia, parecía oscura y desierta, pero nunca se sabía, su compañero pone la mano sobre el pomo, ella estaba un poco detrás suya y cuando este la abre rápidamente y se aparta ella se fuerza a no moverse y mirar el interior para entrar poco a poco mientras dice con voz dulce y amable:

• Donde estas? Estas bien? Hemos venido a ayudarte no llores mas.