Partida Rol por web

Al oir a sus compañeros correr, sale corriendo y alcanza a comentar...

Kaz, quedate aquí guardando la nave y la entrada. Es posible que vuelva por aquí...

Ante su sorpresa, Ariya ya les tenia cierta distancia, por lo que arrancó la carrera tan rápido como le fué posible. Escupió el chicle y se probó de alcanzar al escurridizo humano. Maldita sea, siempre que vengo a estos barrios acabo igual...

 Enodin tomó la delantera, esquivando los desperdicios que podían poner a prueba su equilibrio, pero el sinvergüenza agarró un anciano que transitaba por esos barrios y lo empujó contra el jedi, que tuvo que agarrarlo para que no cayera al suelo.

En ese momento, Yeijio siguió la carrera para acabar agarrando al humano unos 50 metros más adelante, surcando varias callejuelas inmundas en su camino.

Ordep torció la esquina para encontrarse con Enodin que comprobaba si el anciano estaba bien.

 Mientras tanto, se te acercan unos rateros con pintas bastante amenazadoras.

-Eh, tu, enmascarado. Danos todo tu dinero o vamos a averiguar lo que hay debajo de esa mascara.

- ¿Se encuentra bien señor? - pregunte mientras ayudaba a mantenerse en pie al desdichado anciano que había sido lanzado por aquel al que perseguiamos. Una vez me asegure de que estaba bien, continua con la persecución, con Ordep a mi lado, para darme cuenta de que Yeyjio había logrado atraparlo a pocos metros de donde estábamos.

- Buen trabajo Yeyjio - dije al rodiano cuando estuve a su lado, después le ayude a agarrar al prisionero, para que no volviera a escaparse y le preunté - ¿Por que huias? - Mientras tanto trataba de recuperar el aliento, pues mis capacidades atléticas no es que fueran formidables.

Durante la carrera Yeyjío se sintió bien con sigo mismo. Era consciente de sus capacidades físicas, su resistencia y la destreza para esquivar al anciano arrojadizo.
Pero todo cambió cuando agarró a Ariya. El impacto de ambos contra el suelo lo dejó sin aliento y hasta babeó ligeramente. Suerte que en su oficio ya había vivido la situación y rápidamente se levantó para evitar que el humano se volviera a escapar.
-Ahora vas a hablar con unos amigos -hablaba con dificultad, todavía recuperándose del esfuerzo- los vas a invitar a tu casa y responderas sinceramente. ¿verdad?- Añadió mientras se palmeaba la pistolera.

Ignoro completamente lo que me han dicho y aparento alegría al verlos.

-Pero que diablos hacen aquí tan tarde, quedamos de vernos hace mas de 30minutos. Traen todo lo que les pedí, asaltar esta casa será muy fácil, vamos síganme y échenme una mano para entrar por la parte de atrás…, pero no me miren así, les aseguro que el tipo esta forrado de dinero, no se acuerdan?, pero si se los dije hace unos pocos días, ustedes siempre igual de olvidadizos, hasta podría jurar por sus caras que ni se acuerdan de mi. Pero vamos ya no perdamos mas tiempo, ya hablaremos cuando tengamos todo el dinero en las manos.-

 Uno de los bandidos se acerca a la casa.

-No es muy segura. Puede abrirse con facilidad.

Los demás te miran con recelo, pero alguno que otro sonrie con la aparente oportunidad de conseguir dinero en abundancia.

 -Maldita sea, ese deslizador ya estaba abierto cuando yo lo encontré. Yo no forcé el maldito deslizador, ¿me estáis escuchando? -y en ese momento, Ariya hizo una mueca de dolor. No os habíais fijado en las marcas de quemaduras que tenía en los brazos y el mentón de su cara hasta ahora.

Os encamináis a la casa de Ariya.

Mientras se encaminaron hacia la casa de Ariya (bueno, los rodianos tenían lavabos más espaciosos que la casa del humano) Yeyjío procuró estar a la espalda del fugitivo. Si éste no lo veía no podría calcular la reacción del rodiano en caso que planease otra huída.
-Venga, venga, no te quejes. Hoy es tu día de suerte. Has sido seleccionado entre un millon de desgraciados como tú para que tres jedis te solucionen UNO de tus problemas... Cambia esa cara y ofréceles un buen licor. Te interesa tenerlos contentos.

Ordep, en su papel habitual ya comenta en tono neutro...

Tranquilo, solo responde a lo que pidamos con exactitud y como dice nuestro compañero no solo no tendrás otro problema sino que quizás tengas uno menos.

Comienza por explicarnos eso del deslizador.

Tras esto Ordep le indica con la mano que se siente y si lo hace se sienta frente a él muy atento.

 Al volver donde se encontraba la entrada delantera de Ariya encontráis a dos bandidos intentando allanar la casa, y a Kaz como dando instrucciones para reventar la entrada.

 -¡Pero que puñetas estáis haciendo!

Ver a Kaz con un par de desalmados intentando rebentar una puerta era lo último que Yeyjío se esperaba. Desenvolvió otro chicle y dijo a Ariya:
-Ala tio, te están jodiendo la puerta. Menuda putada ¿no?

 Cuando los bandidos ven a los jedi acercándose no se lo piensan un momento y salen corriendo. Parece que hasta aquí ha llegado su fama de justicieros.

Caminaba junto a aAriya cuando vi a Kaz conun par de bandidos con muy mala pinta, estos al vernos salieron corriendo - ¿Qué estás haciendo? - pregunté a mi compañero, que al parecer estaba tratando de forzar la puerta de la casa de Ariya.

 -¿Que qué hacemos? Reventar esta puerta. ¿Y tú que haces, además de meterte en problemas? -El que parecía el lider del grupo se adelanta hacia los jedi

Parecía que esos tipejos buscaban pelea. En situaciones similares, Yeyjío era partidario de dispararle al líder en un pié. Pero ignoraba cual era la manera de actuar de los jedis con chusma como esta.
Se puso un nuevo chicle en la boca y miró a sus compañeros usuarios de la fuerza a ver qué hacían. Se los imaginaba poniéndose rojos de ira y lanzando puñetazos a todo lo que se moviera... Pero era curioso, los polluelos tenían aguante.

Empezó a hacer pompas con la golosina.