Partida Rol por web

Pescando en Aguas Turbias

Prólogo A. Una Reunión de Negocios.

Cargando editor
10/11/2008, 17:37
Director

Era una noche sin luna en Marsember, y una densa niebla cubría la ciudad como una mortaja. Las calles no estaban iluminadas, salvo por los faroles de los chiquillos que a cambio de un par de pulgares de cobre se ofrecían a guiar a los transeúntes. A Alina le parecían pequeñas luciérnagas que revolotearan nerviosas por la apestosa ciénaga. Unos puntos de luz que brillaban con inocencia en una ciudad que era todo corrupción y vileza. A menudo se preguntaba por qué seguía en aquella pantanosa ciudad que hedía a pescado podrido. Sí, buscaba a un completo desconocido del que sólo tenía una impronta mística. Todo hechicero que pasara por Cormyr debía registrar su marca arcana, así que si su presa había pasado por allí, podría obtener su nombre y lugar de residencia consultando en los registros. Pero los Magos Guerreros guardaban sus secretos con un fanatismo draconiano, así que la mayor oportunidad de encontrar la información que buscaba la constituía aquella sórdida ciudad... aunque aún no tenía claro cómo demonios iba a hacerlo. Y si después de tanto tiempo y esfuerzo, tendría algún sentido.

El sonido de un chapoteo de agua la sacó de su ensimismamiento. Tres matones acababan de deshacerse de una prueba comprometedora arrojándola por uno de los puentes que unían las islas que formaban la ciudad. Alina apartó la mirada rápidamente y apretó el paso. Los Dragones Púrpura, de cuyo valor y honradez se jactaban en Cormyr, bien no se atrevían a hacer su trabajo o bien estaban corruptos hasta la médula. Escenas como aquella eran habituales en Marsember y la indolencia de su gobernante Ildul parecía fomentarlas.

La hechicera dobló una calle y encontró el lugar que había estado buscando. Pese a su nauseabundo nombre y su desvencijado aspecto exterior, La Jarra de Anguilas era una taberna cálida, limpia, caliente y sobre todo, tranquila. Allí la gente iba a beber y a charlar, no a cantar, pelearse o jaranear. Alina sabía que era un buen lugar para escuchar chismorreos, noticias e historias de todas las tierras y costas del Mar de las Estrellas Fugaces. En la Jarra no había mucha diversión, ni mucho que ver, y por eso era un lugar ideal para lo que había venido a hacer aquí: hablar de negocios.

Los hermanos Goldstone la habían invitado a ella y, por lo que sabía, a al menos dos personas más para hablar de cierto asunto relacionado con los Towerhorn, una de las familias nobles menores de Marsember. Era una buena oportunidad de conseguir influencia, o al menos un buen puñado de leones de oro con los que sobornar a algún oficial para acceder a ciertos registros secretos.

Los hermanos no habían llegado aún, así que Alina se dispuso a tomar asiento en una mesa que había libre. Entonces vió a un conocido, una inmensa masa de músculos que se hacía llamar Redhead. Era un tipo grande, con unas espaldas tan anchas que parecía capaz de poder cargar una vaca entre sus poderosos hombros. Este era del tipo de cliente pendenciero que solía acudir al bullicio alborotado del Escudo Hendido mas que a una taberna como esta. Entonces recordó haberle visto más de una vez en compañía de Althen y Mardred. Quizá era una de las personas de las que Althen le había hablado...

Notas de juego

Con este primer post queda inaugurada la partida. Espero que os haya gustado y que sea el primero de muchos.

En esta primera escena sólo pueden escribir de momento Redhead y Alina. Posteriormente incorporaré a Althen y a Mardred. Y en última instancia, si nos da tiempo, a BR.

Es una escena de roleo libre donde podéis describir vuestros personajes, reflexionar qué piensan sobre la ciudad y sobre los otros personajes, quizá pedir una bebida o algo de comer... lo que vosotros veáis. Sobre todo Templario, imagino que tendrás más cosas que decir, ya que el turno lo he hecho desde la perspectiva del personaje de Torna.

Si tenéis alguna duda ya sabéis dónde estoy.

Cargando editor
11/11/2008, 12:11
Redhead

Redhead paseaba por la ciudad. Con excepción del casco, llevaba puesta su armadura, pues los años que ha estado viviendo aquí le han enseñado que la noche convierte la apacible ciudad en un nido de ratas y matones. De su espalda colgaba su espada, una hoja ancha y pesada de doble filo y de un impecable acabado. No portaba luces, pues no le hacían falta. No era desconocido en la ciudad. Ya sea por las numerosas escaramuzas de taberna en las que se veía involucrado, o por su ascendencia cuasielemental. Sea como fuere, un genasí de fuego nunca pasa desapercibido durante mucho tiempo...

Caminaba despacio, tranquilo. Iba con tiempo. La dulce Mardred le había pedido que acudiera a una reunión. Por lo visto los Towerhorn tenían un trabajo que ofrecer. Nada nuevo, de momento. Pues ya había trabajado otras veces para familias nobles. Solían contratarlo como guardia o escolta. Pero esta vez se traían entre manos algo gordo.

Tres hombres se cruzan en su camino. Hablaban sobre un trabajo nocturno, pero al ver acercarse al guerrero bajaron la voz y continuaron su camino, dedicando una maliciosa mirada a Redhead. Esos tres no tramaban nada bueno, pero ya le habían avisado esta mañana que no organizara más líos, así que siguió su camino.

Mardred dijo que ella y su hermano, Althen, acudirían a la reunión y que habían invitado a dos personas más. Así que decidió prepararse. Se aseó, cepilló su pelo y, tras evitar que su madre le rociara de perfume calishita, salió rumbo a su cita.

Llegó sin problemas a la taberna. La Jarra de Anguilas. Una posada tranquila para gente decente. Motivo por el cual nunca había organizado ningún numerito allí. Abrió la puerta y las miradas se centraron en él por un instante. Algunos clientes incluso lo saludaron alzando su copa, pues era de sobra conocida la generosidad y buen corazón del imponente guerrero. Buscó con la mirada a los enanos. Ni rastro. Normal, aún era muy temprano. Se acercó a una mesa, que se quedaba libre en ese momento, y se sentó de forma que la mayor parte de la sala quedara dentro de su ángulo de visión.

La camarera acudió presta a recoger la mesa, colocó todo en una bandeja y pasó un paño por la mesa para sacudir los restos.

- ¿Qué te pongo, cielo? -pregunta pregunta con ese tono que adquiere alguien cuando repite la misma frase cincuenta veces al día.

- Una cerveza, de momento. Estoy esperando a unos amigos -responde cortésmente, aunque su voz suena grave y con ése extraño acento de Calimshan.

Tras un rato en la mesa y unos cuantos sorbos de su cerveza, la puerta se abre para dejar pasar a una mujer alta, rubia y de piel morena. Ya la ha visto antes por la ciudad. No conoce su nombre, pero siempre le ha resultado extrañamente atractiva. Quizá sea por el contraste entre su piel y su cabello. O por la seguridad con la que se mueve.

"Ella... Mmm... Recuerdo haberla visto alguna vez en casa de los Goldstone. Discutía temas arcanos con Althen. ¿Será ella también una hechicera?"

Sus miradas se cruzan un instante y Redhead se sorprende mirándola como un idiota. Sonríe y saluda con la cabeza a la mujer y después desvía la mirada, buscando algún punto de referencia e intentano disimular su actuación. Da otro sorbo a su cerveza, esta vez algo más largo que los otros...

Cargando editor
12/11/2008, 10:46
Alina

Me acerco hasta donde se encuentra Redhead disculpa, ¿has quedado aquí con los hermanos Goldstone?, lo digo porque he quedado aquí con ellos y con mas gente que no me han dicho quienes son y como alguna vez te he visto por su casa, había pensado que podías ser uno de los que iban a venir a la reunión.

Cargando editor
12/11/2008, 13:31
Redhead

"¿Me está hablando? ¿A mí?"

Redhead se incorpora, colocándose correctamente en la silla, se pasa la mano por la boca mientras deja la jarra sobre la mesa y se vuelve hacia la mujer.

- Yo... -tose un par de veces- Sí, he quedado con ellos -se levanta y acerca una silla vacía- Siéntate, por favor. No dejes que mis rasgos te incomoden... -le ofrece el asiento- Ahora que lo mencionas, yo también te recuerdo. Discutías con Althen sobre magia... ¡Oh, disculpa mis modales! Soy Redhead. Sí, ya lo sé. No es un nombre muy original, pero es como me conoce todo el mundo -a pesar de su aspecto, su carácter es amable y simpático, aunque también es conocido por su irascibilidad- ¿Quieres tomar algo? -pregunta con una medio sonrisa...

Cargando editor
12/11/2008, 17:30
Alina

Encantada señor Redhead, me puedes llamar Alina le respondo con una gran sonrisa picara mientras le tiendo la mano para estrechársela.

Me siento en la silla que tan amablemente me ha ofrecido Redhead tras haber estrechado su mano, me llevo la mano al pelo y me lo acaricio no discutía de magia con Althen, simplemente intercambiábamos diferencias de pareceres, por cierto, ¿de que conoces a ese par de dos y cual será la razón por la que nos han pedido que nos reunamos aquí con ellos y con tanto secretismo?

 

Notas de juego

Por cierto Templario, cada vez que coincido contigo en una partida, me toca interpretar a una maga.

Cargando editor
13/11/2008, 01:21
Redhead

- No me llames señor, por favor. No soy tan viejo -responde el guerrero con una sonrisa.

"Por fin su nombre: Alina... No lo olvidaré."

- En cuanto a los enanos... Es una larga historia. Aunque viendo lo que tardan, te la contaré. Yo soy de Calimport, en Calimshán. Llegué a Marsember hace algunos años y mis costumbres chocaron con las de este lugar... Bueno, creo que es de sobra conocida la fama que tengo en algunas tabernas -dice rascándose la cabeza- Pero no es culpa mía -se apresura a añadir, como excusándose- Es que no entiendo como la gente de aquí puede permitir ese tipo de abusos -gradualmente va alzando la voz sin darse cuenta, aunque vuelve a bajarla al ver que algunas miradas se centran en él, incluída la del tabernero- Disculpa... es que por más que me esfuerzo, sigo sin comprenderlo... Bueno, el caso es que después de una de ésas... "aclaraciones" sobre los métodos de aquí, no salí muy bien parado. Me atacaron por la espalda, además de superarme en número. Perdí el conocimiento justo después de que me arrojaran al agua -pone una mueca de disgusto y prosigue- Cuando desperté, fue el rostro de Mardred lo primero que ví. Me explicó que me habían encontrado flotando y que dada su condición clerical, me llevó a su casa y cuidó de mis heridas. Por lo que contraje una deuda de vida. Pese a las protestas de Althen, me convertí en el protector de su hermana. Trabajé para ella durante algo más de un año, hasta que pude devolverle el favor. Hice frente a unos matones que buscaban reliquias religiosas. La cosa se complicó y hubo que llegar a las armas. Esa vez salí mejor parado y Mardred consideró la deuda saldada. Sin embargo, la amistad surgida entonces aún nos une. Y Althen acabó por aceptarme así que, hemos emprendido alguna que otra tarea juntos. Aunque yo me dedico más a los nobles de clase media. No pueden permitirse a hechiceros como Althen, pero un genasí impresiona algo más que cualquier matón callejero... -toma un trago de su cerveza- Por lo que tengo entendido, los Towerhorn se traen algo entre manos, pero no me han especificado nada. Quizá Mardred tenga más detalles... -se reclina un poco en su asiento, haciendo que éste se resienta bajo su peso- Y tú, Alina, ¿cómo has llegado a involucrarte en esto?

Cargando editor
13/11/2008, 13:48
Alina

Escucho la historia que me cuenta Redhead con las dos manos en la cara, los codos apoyados en la mesa y mirándole fijamente a los ojos.

Después de terminar su relato le digo con cara de pena pobrecito, lo has tenido que pasar muy mal, además eres un incomprendido.

Me acomodo un poco en el taburete veras, mi historia no es tan interesante como la tuya, pero mientras esperamos te la voy a contar.

Nací en un pueblo cercano a Calimport, en el seno de una familia muy humilde.


Fui la séptima de once hermanos y mis padres como apenas podían mantenernos tenían que trabajar en la tienda de materiales para la construcción 20 horas al día.


De esta forma conseguían sacar lo suficiente para comer y poder pagar a sus acreedores.


Un día mi padre enfermó y mi madre tuvo que dedicarse a trabajar en la tienda y yo tuve que cuidar de mis hermanos más pequeños.


Termine siendo adoptada por un hombre acomodado, que mas tarde descubrí que era un mago de la ciudad de
Calimport, que se tuvo que refugiar en mi aldea por razones que nunca llegue a averiguar.


Mi padre adoptivo desde un principio me trato como si fuese su propia hija y me educo en el camino de la magia, enseñándome los sortilegios que pudo, desde un principio demostré tener cualidades para la magia, cosa de la que mi padre adoptivo se sentía muy orgulloso.


Un día cuando llegue del mercado, encontré el estudio en llamas y en su interior un cadáver al que identifique como mi padre adoptivo por un sello de oro que siempre llevaba en la mano izquierda.

 

Mi rostro cambia a un semblante mas serio, como si esta parte de la historia me trajese tristes recuerdos.

Entonces decidí irme y encontrar a los asesinos de mi padre adoptivo y consumar mi venganza.

 

Mis peripecias me hicieron Llegar hasta la ciudad de Marsember en donde conocí a una enana que vendía pociones con la que entable una bonita "amistad", también conocí al hermano de esta, un enano que practicaba la magia y aquí estoy, porque Mardred me pidió que viniese aquí para ayudarla a ella y su hermano en un trabajito y como las venganzas no dan dinero sonrío hay que buscar algún trabajillo que dé unas monedas para poder mantenerse.

 

 

Cargando editor
13/11/2008, 14:24
Redhead

"¡De una aldea de Calimshan! ¡A las afueras de Calimport! ¿Será por eso que siento tanta atracción por ella? Quizá haya alguna parte en mi interior que añore mi tierra..."

Redhead escucha atento la historia de Alina, llevándose la cerveza a los labios de vez en cuando para dar pequeños sorbos. Pero al llegar a la parte del incendio, los ojos del guerrero se encienden como brasas, furiosos. Deja su jarra en la mesa y respira hondo hondo mientras continúa escuchando la historia.

- Tienes razón, tu historia no es interesante, es una tragedia... Mis disculpas, quizá no debería haber sacado el tema -dice totalmente afligido- Sin embargo, a la par que triste ¡es una injusticia! -sus ojos vuelven a relucir, ardientes- Ningún criminal debería quedar impune -su voz grave hace sonar sus palabras como una amenaza a pesar de hallarse sentado conversando- Si los pasos del asesino de tu padre te han traído hasta aquí, te ayudaré a encontrarlo, Alina. Le daremos su mereceido a ese malnacido. Cumpliremos nuestro trabajo con los Towerhorn y después emprenderé el viaje contigo. Encontraremos a ese tipo... -su voz suena dura.

Poco a poco se hace el silencio y la respiración hace que Redhead se calme. Sus ojos retornan al color habitual en unos instantes...

Cargando editor
13/11/2008, 15:07
Alina

Gracias Redhead, pero te voy a decir una cosa dudo unos segundos como buscando las palabras que decir, mi búsqueda me ha traído hasta aquí, pero no sé el tiempo que me costara encontrarlo, no puedo dejarte que malgastes en mi búsqueda meses o quizás años. Además seguramente tendrás asuntos que resolver me revuelvo incomoda en el taburete ¿cuando demonios vendrán esos dos malditos enanos?

Cargando editor
14/11/2008, 00:24
Redhead

- El tiempo no es importante, sólo la meta lo es. Y en tu caso, acabar con el criminal que arrebató la vida a tu padre es lo único que importa. Salvo mis padres y nuestros amigos, no hay nada que me ate a este pozo de inmundicia -dice refiriéndose a la ciudad en sí- Podría quedarme y tratar de limpiar las calles con los traseros de aquellos que infringen la ley. Pero es más importante ayudar a una compatriota a vengar una muerte. Y, ¿quién sabe? ¡Al igual tenemos la oportunidad de limpiar alguna otra ciudad! ¡Jajaja!

Dado el entusiasmo y la forma de hablar quien no lo conociera diría que el guerrero estaba loco. Pero lo cierto es que Redhead es totalmente capaz de embarcarse en una cruzada de ese tipo si con ello consiguiera patear el culo a algún maleante...

Cargando editor
14/11/2008, 08:02
Alina

Sonrío ante el comentario que ha realizado Redhead bueno, de eso ya tendremos tiempo de hablar cuando hayamos acabado el trabajo que nos van a proponer los dos hermanos, además no tengo muy claro cual va a ser mi próximo paso en cuanto a la caza que estoy realizando, porque ese asesino es muy escurridizo y deja pocas pistas sobre por donde pasa cuando pasa por allí el tabernero le pido que me traiga algo para beber que no tenga alcohol.

Cargando editor
14/11/2008, 09:51
Director

Gelfuril, el corpulento propietario de la Jarra de Anguilas se acercó a la mesa de Alina y Redhead, dejando un agua mentolada para la hechicera y una cestita con rollitos, manteca de ajo, queso, setas a la plancha y galletas de manteca para que "tomaseis algo mientras esperabais". Con voz suave, aunque algo más serio, añadió:

- Señor, este es un sitio decente y deberíais atar vuestra espada con una cinta de la paz o dejármela a mi para que os la guarde detrás de la barra. Estoy seguro de que no la necesitaréis dentro de estos muros. La Jarra de Anguilas está muy cerca de la Fortaleza del Starwater y no es extraño ver pasar por aquí a algún Dragón Púrpura fuera de servicio. No quiero líos con la ley.

Mientras Gelfuril pronunciaba estas palabras, las puertas de la taberna se abrieron para dar paso a los hermanos Goldstone. Los enanos echaron un vistazo a la habitación y se dirigieron al encuentro de sus dos amigos con una sonrisa aleteando en los labios.

- Vaya, habéis sido puntuales.- comentó Althen mientras saludaba con la cabeza.

Notas de juego

En Cormyr no todo el mundo puede portar armas (ya os haré una aclaración en el blog), y los que las portan en un área civilizada, deben tenerlas atadas con un cabo de soga gruesa que impida un desenvainado rápido. Evidentemente, en una ciudad como Marsember y más aún si es de noche, la ley no se cumple tanto como se debiera, pero tenedlo en cuenta cuando os acerquéis mucho a la Fortaleza de los Dragones Púrpura o cuando os marchéis a otra ciudad (si es que lo hacéis).

Cargando editor
14/11/2008, 10:16
Mardred Goldstone

-Hola cariños míos. ¿Os conocíais?

Mardred les sonrió de tal manera, enarcando una ceja, que dijo mucho más de lo que había dicho. Redhead enrojeció hasta las orejas y tuvo que apartar los ojos de la divertida mirada de la sacerdotisa de Sharindlar. Esta río de buena gana, pero no dijo nada más y se dirigió al tabernero.

-Gelfuril, cielo, tráenos un par de cervezas ¿sí?

Mientras ella y su hermano se despojaban de sus capas y tomaban asiento, Redhead reflexionó acerca de Mardred. Lo cierto es que resultaba una mujer hermosa, incluso para ser enana. Y la dulzura y el afecto con los que solía tratar a los demás desarmaba a veces hasta al más pintado. El genasí sólo podía imaginar el efecto que tendría Mardred sobre alguien de su raza, y se preguntó no por primera vez qué clase de diosa sería Sharindlar para los enanos. La respuesta no iba a tardar mucho en llegar.

-Como sabéis os he hecho llamar para pediros ayuda con un trabajo para los Towerhorn. Pero empecemos por el principio. Sharindlar, a la que como sabéis mi vida dedico, es la diosa enana de la curación y la misericordia, sí. Pero sus clérigos, los thalornor, hacemos mucho más que rescatar cadáveres flotando en las aguas de Marsember y cuidarles en nuestras casas- Redhead se rió por la ocurrencia de Mardred-. Sharindlar es también la diosa del amor, de la fertilidad y del noviazgo.

Mardred tomó un sorbo de su cerveza, como examinando el efecto que tenían sus palabras en sus interlocutores. Althen rebullió inquieto en su asiento, como si Sharindlar fuera una parte de su sociedad que un enano no compartiera a menudo con un extranjero. Aunque él mismo tuviera más de extranjero que de enano.

-También hago las veces de comadrona, alcahueta y consejera en temas de amor- Mardred sonrió y Althen puso los ojos en blanco-. Una de mis clientas era la pequeña de los Towerhorn, Alissa. Ella estaba viviendo un romance con un joven noble de los Bleth de Suzáil. Acudía a mi frecuentemente para buscar consejo o, cuando el joven visitaba la ciudad, para pedirme raíz de Nara. Mi pequeña Alissa pasó a considerarme su amiga, y me contaba todos sus problemas. Cuando me dijo que se iba a casar con el Bleth, la encontré muy feliz. Aunque me apené de que no podría volver a verla (pues lo más probable es que los Bleth se la lleven a Suzáil), me alegré mucho por ella. Pero esta mañana vino a mi, llorando desconsolada, diciendo que había perdido su vestido de bodas ¡a sólo cuatro días del enlace! Por lo poco que se, el barco que transportaba el vestido desde Sembia se hundió cuando le quedaba poco para atracar en el muelle. Ya sabéis cómo ha estado de neblinoso estos últimos días, pero sabiendo cómo es esta ciudad, dudo que haya sido un accidente. Lo más probable es que lo hayan robado. Y hasta aquí se. Los Towerhorn están tanteando a aventureros para que recuperen el vestido. A mi me gustaría ayudar a la chica, y podría ser un buen negocio para vosotros. ¿Qué decís?

Notas de juego

Una mujer que mastique hierbas de raíz de Nara se queda estéril durante unos días, así que es un anticonceptivo muy utilizado en los Reinos. Los hombres utilizan hierba de Cassil. A esto es a lo que alude Mardred.

Cargando editor
14/11/2008, 12:32
Redhead

- ¿Qué? -mira su hoja- Vaya, he debido olvidar la cinta en casa -con un gesto, se libera de la espada, aún en su vaina y se la tiende al posadero- Mis disculpas. No quiero causar problemas... -se levanta y le entrega el arma sin actitud hostil.

Toma asiento, de nuevo, sin perder de vista el lugar donde guardan su arma. Mientras, agarra una galleta y comienza a mordisquearla. La puerta se abre de nuevo para dejar pasar a los hermanos Goldstone.

- ¡Althen! -el genasí estrecha fuertemente la mano del enano- ¡Mardred! -con ella es más delicado, así que le da un cálido abrazo.

Todos toman y es Mardred la que comienza con los detalles.

La mente del guerrero empieza a atar algunos cabos. No eran pocos los comentarios que le hacía la enana acerca de Alina. Ahora, la sonrisa de complicidad de la enana al incorporarse a la mesa, su servicio a una diosa del amor, fertilidad y noviazgo...

"¿Noviazgo?"

Redhead se atraganta con una de las galletas...

- ¡Cof... cof! -bebe de su cerveza para aliviarse y mira a Alina, luego a Mardred, de nuevo a Alina, finalmente su mirada se pierde entre las galletas de la mesa.

"Mardred una casamentera... ¿Habrá estado ejerciendo su trabajo conmigo todo este tiempo? ¿Será por ella que Alina me atrae tanto? No... Mardred es mi amiga, no utilizaría su influencia conmigo... ¿O sí?"

La voz de la enana puso fin a su torrente de pensamientos, pues prosiguió con los detalles...

- ¿¡Es que los ladrones no tienen cerebro!? -dice de pronto en voz alta, disgustado y con los ojos ardientes de nuevo- ¿¡A quién se le ocurriría hacer algo así!? ¡Un traje de novia, por el fuego de Kossut! -de nuevo siente la mirada del los presentes y la del tabernero fijas sobre él y respira para calmarse- Cuenta conmigo, Mardred. Encontraré el vestido y al que osó ponerle la mano encima...

Cargando editor
14/11/2008, 16:18
Althen Goldstone

He permanecido en silencio, aunque no quieto, mientras mi hermana decía el porque habíamos venido. Evidentemente, ya lo sabía, Madred suele contarme ese tipo de cosas, aunque yo nunca digo nada. Rara vez la doy consejos sobre estos temas, son asuntos suyos, y como suyos deben permanecer. Pero esta vez es diferente...

Bien -al fin rompo mi silencio, lo único que había echo hasta ahora era beber y gesticular- Veo, Redhead, que estás dispuesto a aniquilar a esos maleantes hunde trajes. Pero... ¿De verdad vale tanto un traje de bodas como para hundir un barco? Yo creo que no. -Hago una pausa para que reflexione, y aprovecho para beber de mi jarra, ya casi vacia- Desde luego, creo dos cosas. O una de dos, simples piratas, por lo que solo tendremos que buscar el vestido en el mercado negro; o, que el vestido era lo de menos, y había algo más importante en el barco...

Me rasco la barbilla, contemplando la cara de Redhead. Puede que ni siquiera se haya planteado esa posibilidad, o que me llame loco solo por pensar así.- Dime Alina, ¿Cuál es tu opinión sobre el tema? Seguro que tienes algo que decir. De todas maneras, sea la posibilidad que sea, debemos ir al mercado negro de la ciudad, si alguno sabéis dónde está. Sin duda, un lugar peligroso, en el cual, lo menos conveniente es ir solo. Por eso es por lo que necesitamos ayuda inmediata, yo no quiero indagar en lugares peligrosos sin compañía. Estás en tu derecho de decir que no Alina, lo comprenderé, aunque, seguro que esos rufianes son una gran fuente de información. Porque, por lo que he oido, en esos lugares, lo que más se vende, es información.

Y bien Alina... ¿Qué me dices? Seguro que en esta busqueda puede practicar las artes arcanas. ¿Nos acompañarás a Redhead y a mí? -De repente, me doy cuenta de una cosa- Por cierto Madred... ¿No habíamos citado a alguien más?

Cargando editor
14/11/2008, 18:04
Alina

Escucho con atención lo que comentan los que están presentes y antes de hablar reflexiono un poco todo lo que he oído bien, iré con vosotros, solo te ha faltado decirme que como soy una pobre nenita, no puedo ir a un lugar peligroso en mi cara se distingue un resto de indignación.

Respecto a las posibilidades, estoy de acuerdo con las que has propuesto tú señalo a Althen, pero yo añadiría otras dos mas, una que alguien dentro de la casa del novio quiera impedir dicho matrimonio y por eso haya contratado a alguien para que lo haga desaparecer y la otra es que alguien se haya ocupado de robar el vestido para mas tarde pedir un rescate por él.

¿Que os parece a vosotros y lo mas importante de todo, cual va a ser nuestro pago por cumplir con éxito este encargo?

 

Cargando editor
14/11/2008, 20:36
Mardred Goldstone

-No le tomes en serio, querida -tranquilizó Mardred a Alina-. Althen sólo se preocupa por ti. Y sí, había llamado a una persona más, pero él me dijo que era posible que no pudiera venir esta noche, pues tenía que resolver ciertos asuntos. Lo más probable es que se reuna con nosotros mañana al alba.

La sacerdotisa giró la cabeza para mirar hacia la ventana, como si esperase que el quinto invitado apareciera de un momento a otro.

-Respecto a las explicaciones hay muchas posibles. Cualquiera de las que proponéis parece sensata, aunque el verdadero problema es que disponemos de muy poco tiempo antes de la boda. Creo que podría concertar una reunión con alguien de los Towerhorn para que nos pongan al día acerca del vestido, de si el barco llevaba algo más y de si tienen alguna pista de quién podría haberlo robado. Y se podría hablar con ellos de la recompensa, claro. Aunque no se si será prudente ir a estas horas a su hacienda. Quizá podríamos investigar lo que mi querido hermano propone. Redhead, ¿nos podrías llevar a algún sitio donde poder comenzar las pesquisas?

Notas de juego

Templario, hazme una tirada de Reunir Información.

Torna, echa un vistazo al privado que te he enviado e intervén cuando quieras.

Todos, muy buen trabajo en el roleo y en las ideas. Estoy impresionado con el estelar inicio que estamos rubricando.

Cargando editor
15/11/2008, 13:12
Redhead

El genasí permanece pensativo unos instantes.

- Mmm... ¿Un mercado negro? No sé... Nunca me he topado con nada parecido... Quizá en alguna taberna cercana al puerto. Aún así, no creo que sea fácil encontrar algo así... De todas formas, los muelles serían un buen lugar para comenzar. Podríamos intentar averiguar algo sobre ataques piratas o algo...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(-1)
Motivo: Reunir Información
Resultado: 6(-1)=5

Cargando editor
17/11/2008, 02:03
Althen Goldstone

Me quedo un momento pensativo, rascandome la cabeza. He oido muchas historias sobre el mercado negro, normalmente, regentado por ladrones y piratas. Pero en realidad, solo son eso, historias y rumores. Nada serio y consistente.

Apoyo una mano en mi barbilla, con el codo en la mesa, y tamborileo encima de la mesa con los dedos de la otra, mientras sigo pensando dónde puede estar el mercado negro, o a quién preguntar. Cuando al fin soy consciente de que no lo se, y mi carismática personalidad tampoco me va a ayudar a encontrarlo, digo- Alina. ¿Sabes tú algo sobre el mercado negro?. Madred -miro a mi hermana, la clériga de Shalindlar, conocedora de mucha gente que recurre a ella por lo económico de sus pociones y su buen corazón- Tu tampoco sabrás, hermana mía, dónde se haya dicho mercado, o al menos algún contacto ¿no?. Nos sería de gran ayuda...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+3)
Motivo: Reunir información
Resultado: 2(+3)=5

Cargando editor
17/11/2008, 08:16
Alina

Me rasco la barbilla, por lo que yo sé, Bleth es una familia mucho más importante en la jerarquía nobiliaria que los Towerhorn. Estos últimos se verían muy beneficiados con el enlace.

El vestido venía de Sembia, así que supongo que será un encargo especial y muy valioso con objetivo de impresionar a la nueva familia política de los Towerhorn. Al fin y al cabo, en el juego de la corte, las apariencias son muy importantes. Además encaja con que se tomen tantas molestias en recuperarlo en vez de simplemente encargar uno nuevo a toda prisa.