Partida Rol por web

- Voy contigo.

Wilbur, con cara de pocos amigos, se encamina tras el montaraz.

Os acompañaré. Por cierto, Wilbur... toma valandil extrae una bolsa de tela que colgaba de su cinturón y se la tiende a su compañero.

Tu musgo.

- ¡Vaya, al final lo encontraste!

Que bien, te lo agradezco mucho, si hubiese tenido que buscarlo yo seguro que acababa devorado por una juncia de sangre o algo así...

Wilbur y Roger os guían hasta el lugar en el que vieron caer a Valthonis al suelo, abatido por sus disparos mágicos y mundanos.

La tierra del camino está levemente desplazada en el lugar, formando una diminuta cresta marcando un contorno tosco del cuerpo que cayó. Eso, echándole imaginación.

- En fin, muy lejos no creo que haya ido con ese virote clavado en la espalda...

 El monteraz se agacha para poder ver más de cerca los posibles rastros dejados por el maldito elfo.

 - Cuando le ponga las manos encimas hará un laaargooo viaje al más allá.

Estoy tan desconcertado por lo que nos ha sucedido que soy incapaz ni de distinguir mis pisadas.

– No puede ser tiene que haber algún rastro. – mientras cada vez camino mas agachado intentando percibir alguna cosa.

Valandil sigue al resto peroparece bastante desconcentrado, como si otros pensamientos ocuparan por completo su mente.

Según os explica Valandil, hay evidencias de que alguien ha borrado el rastro. Alejándose un poco del camino, la tierra del bosque parece barrida con ramas para no dejar huellas. Eso solo os da dos pistas. La primera, que el cuerpo de Valthonis no desapareció por el camino ni por el aire ni se lo tragó la tierra, sino que se internó en el bosque. La segunda, que quién borrase el rastro era muy competente, y ha hecho un trabajo espectacular. Borateo ni siquiera es capaz de retomar el rastro desde la zona barrida en el bosque.

La ausencia de sangre puede ser debida a que el herido fuese estabilizado antes de transportar su cuerpo o simplemente porque el borra-rastros es un experto. También existiría la posibilidad remota de no encontrar sangre por vuestra propia mala suerte, claro.

No halláis ni la daga con la que se cometió el asesinato ni el virote de Roger.

El resultado es frustrante.

 El monteraz se incorpora tras haber estado un largo perido buscando rastros...

 - Nada. Nada de eso me parece bien. Alguien se ha entrometido.- Mirando a sus compañeros añade.- U otro elfo o hay un topo en el pueblo, un amiguito de los elfos. Eso se pone feo.

 Mirando hacia atrás donde se ven algunos hilos tímidos ascendiendo de las chimenéas hacia el cielo, el pelirrojo maldice y lanza un escupitajo al suelo.

 - Mierda.

  Y sin añadir nada más empieza a andar malhumorado hacia el Velvet Azul. Murmurando por lo bajo todo cabreado.

- Espera un poco, somos un montón de gente ¿Y si echamos a andar haciendo espirales cada uno en una dirección?

Podríamos hacer una pequeña batida de digamos 1 kilómetro de radio, el primero que encuentre problemas que luche a la defensiva para dar tiempo a que lleguen los demás. Ahora mismo ese energúmeno está herido y en desventaja numérica, la siguiente vez que nos lo crucemos lo mismo las cosas no están tan a nuestro favor...

 El monteraz se detuvo para mirar a Wilbur. Su expresión cambió ostensiblemente.

 - Veo que tal vez me precipité al juzgarte como un nenaza indolente. Ya veo que tienes madera.- Mirando a los demás añade.- A mí me parece bien, pero para hacerlo necesitaremos de los cuatro y actuar premurosamente, si lo veis avisad...- El tono de voz que adoptó al pronunciar estas últimas palabras resultó bastante lúgubre.

 - Y no os hagaís el héroe, como mínimo serán el elfo y alguien más, y no descarteís que sean más.

Asiento ante las palabras de Wilbur y Borateo.

– Empecemos pues la búsqueda y antes de atacar mejor sería avisar a los demás. Sus compañeros podrían estar cerca de donde lo encontremos.

Mientras preparo la ballesta para estar a punto si me atacará.

Comprendido. Todo claro
responde Valandil asintiendo a las palabras de sus compañeros.

En unos diez minutos regresáis al punto de partida sin haber sido víctima de ningún ataque.

Roger ha encontrado un sendero oculto entre la maleza que viaja a este y oeste. Empieza en el linde oriental del camino a las llanuras, y se pierde en la espesura.

Falta poco para las nueve del ocaso, hora de cierre de la posada. Sin embargo, al ser verano, quedan aún un par de horas de luz.

- Propongo echar a andar por ese camino, al menos hasta que anochezca.

Quizá el halcón podría ir de avanzada...