Partida Rol por web

Mientras la mente de Darius intentaba buscar una contestación, no tenia mas pensado, surgio por la puerta el alcalde para sacarle del entuerto... Por los pelos...

Cuando el alcalde alza la voz para hablar con la multitud, Darius aprovecha para hablar con Taluta

- Han encontrado algo abajo? - pregunta en voz baja.

Asiente a la pregunta de Darius sin quitarle el ojo de encima al alcalde. No se fía de la gente del pueblo.

- Sí, las pertenencias del cura. Buen dinero podrán sacar Taluta y los demás por ello. También un diario, pero Taluta subió a acompañar a alcalde y no sabe nada más.

Se encoge de hombros y se acerca a Cléquetto poniéndose tras él para cubrirle las espaldas.

Bien pues hagamos un buen papel de guardaespaldas ... - comenta con sorna el guerrero colocándose a la altura de Taluta en la posición de guardia que tanto había practicado que tiempos....

-No nos podemos quedar aquí -interrumpió el arquero- este lugar no es seguro, a menos que taponemos los accesos manualmente. Bien visto, tal vez es la mejor opcion. ¿Qué opináis?

Yo... Yo no ayudaré al alcalde en esta ocasión. No después de lo que ha leído Sichen. Es por motivos de fé. San Cuthbert querría que los fantasmas del pasado castigasen a Cléquetto por su crímen. No pondré mi espada al servicio de alguien que está tratando de eludir su responsabilidad. Esta noche la pasaré en el barracón, o si es allí dónde al final deciden proteger al alcalde, me alojaré en la posada.

Un par de humanos entran con Willemberg a su tienda y salen acarreando una camilla. Se llevan el cadáver del cura solemnemente, y el resto de vecinos hacen procesión. Van en dirección a los muelles, en dónde una barca fúnebre le espera para llevarle al palacio de Moradin.

Entonces... Ocupémonos ahora de lo más importante. ¿Dónde vais a ocultarme para que no acabe como ese viejo cura?

Cléquetto vuelve a entrar en la antesala de la iglesia, y comienza a bajar las escaleras para reunirse con los demás, haciéndose seguir por Darius y Taluta mientras espera sus ideas para salvarle el cuello.

- No lo entiendo - dice el gnomo poniendo cara larga - ¿Este enano no era bueno? ¿y de quién son todos los otros nombres?

durante un momento se queda mirando aún las hojas del diario con los ojos entrecerrados y murmurando lo que hay escrito, como si no lo hubiera entendido por no haberlo leído correctamente, pero las palabras del elfo le sacan de su ensimismamiento.

- ¿y quedarnos encerrados? yo no puedo alimentarme de piedras. ¿No podemos simplemente salir por donde habéis venido vosotros?

Drassil se puso a revisar el diario junto a Sichen señalando con el dedo los nombres del relato - Vórtimer era el párroco de esta iglesia de Moradin, cuidaba de Clequetto y Martín, hijos de Ugberd cuando estos eran pequeños. Al parecer Clequetto mató a Martin, con ayuda de Vórtimer, y cuando el alcalde Ugberd murió fué Clequetto, el hermano menor quien heredó el puesto - Drassil revisó con la mirada a Jilokasina y al alcalde. - Ahora... presuntamente el fantasma de Martin viene en busca de venganza.

Ya no sé quien es bueno y quien es malo en este pueblo, ni de tí me fío gnomo. Justo ayer Clequetto nos recomendó un rastreador que nos llevaría a través del bosque, y nos llevó directamente a una trampa donde intentó asesinarnos.... visto el historial del alcalde, me niego a pensar que solo fuera una coincidencia.

Drassil se acerca con las manos en la espalda hasta estar tieso, como si realmente estuviera frente a Clequetto, y al más puro estilo detectivesco declara

Aún así me mantendré junto al alcalde. Terminaré lo que he empezado.... si no os veis con coraje para ello, os recomiendo que pregunteis a Darius acerca de la amenaza que se cierne sobre Holmet... y os prepareis con él, me reuniré tan pronto termine esto

Si os parece, esta noche descansaremos en este mismo templo donde Vórtimer ha caído. Y que Moradin, Yondalla y Garl del Oro Luminoso nos protejan.

Drassil esperó a escuchar lo que el resto pensaban hacer, y echó a caminar fuera del templo para hacer un par de compras que tenía pendientes antes de reunirse con Clequetto, hablaría con Darius tan pronto pudiera.

- Taluta y los demás decidirán eso ahora, alcalde - camina de nuevo hacia la iglesia y espera a que Cléquetto y Darius hayan entrado para girarse sobre sí misma y lanzar un último vistazo a los alrededores. A veces una última mirada sirve para ver algo que se ha escapado hasta ese momento - Pero me parece que la noche no va a ser tranquila

Ulthor se había mantenido al margen de lo que se estaba diciendo. Era un guerrero, un arquero elfo, no quería verse involucrado en temas oscuros, pero al parecer eso era lo que estaba sucediendo. Ojalá hubiera un enemigo claro al que señalar y atacar, pero en esos momentos las cosas no estaban tan claras.

Se le pasaron muchas cosas por la cabeza en sólo unos instantes, incluso la idea de acompañar al alcalde a la plaza del pueblo, leer lo que habíamos encontrado en voz alta y ajusticiarlo allí mismo. Seguramente no sería la mejor ni más inteligente idea, pero era algo que se le pasó por la cabeza.

Trabajaban para un asesino. Mago, al parecer. No quería hacerlo, tenía que decidir qué hacer al respecto. Cada vez se le antojaba una tarea más pesada y menos justa.

-Si tratamos con un fantasma y no una persona, tal vez las armas convencionales no funcionen. Y me da la impresión de que no queda nadie en el pueblo capaz de conseguirnos agua bendita. Esto no pinta bien...

Si tratamos con un fantasma y no una persona, tal vez las armas convencionales no funcionen. Y me da la impresión de que no queda nadie en el pueblo capaz de conseguirnos agua bendita. Esto no pinta bien...-se le escucha decir a Ulthor en medio de la iglesia, resonando su voz escaleras arriba.

¡¿FANTASMA?! ¡JA!-interrumpió el alcalde, bajando los peldaños seguido de Taluta y Darius-Cada momento que pasa estoy más convencido de que no se trata de un fantasma lo que me atormenta. Quizás uno de esos muertos que vuelven a la vida llevados por el rencor... ¿cómo se llaman? ¿Tumularios? Es igual. Sea lo que sea, la forma que tiene mi hermano ahora tiene cuerpo físico y garras con las que despedazar a la gente. Si deja la carne desgarrada, no es un fantasma; es un dicho enano. Los vecinos ya se han llevado el cuerpo de Vórtimer, podemos centrarnos en lo nuestro. ¿Y bien? ¿Dónde esperamos a mi hermano Martíl? ¿En esta iglesia?

Sí señor, hasta que el fantasma aparezca, me parece adecuado ocupe la habitación de Vórtimer. Deberíamos poner alguna trampa en la salida del pasadizo secreto que va a la habitación-  Comentó mirando a los presentes esperando que alguno supiera hacer trampas- No deberíamos bloquearlo ya que me parece un sitio fabuloso para atraparle si aparece por allá.

Podemos organizar las guardias para tener controlada la capilla y el pasadizo.... aunque hoy esperaremos hasta pasada medianoche a la espera.

- Si hay que protegerle a usted, entonces habrá una recompensa ¿no? - dice el gnomo con el brillo del oro en sus ojos, casi olvidando lo que acababa de leer, y continúa dándose una palmada en el pecho en señal de confianza

- déjelo todo en mis manos, Sichen el guardaespaldas se encargará de que ningún muerto ni vivo aparezca para hacerle daño, "en dvärg blir aldrig full på jobbet" como dirían ustedes.

Jojojo... qué cosas tiene este gnomo. No sé de ningún enano que haya dicho tal cosa. Lo cual me recuerda que ese borrachuzo de Vórtimer debe de tener algún tonel en el almacén... Vosotros salvadme el cuello y os daré el escudo mágico de mi padre. Vale lo suyo-el Alcalde se aleja por la tarima hacia el almacén-. Luego podréis ir a ver a Onzanio para venderlo y repartir el dinero. Onzanio es un mercader viajero que comercia con ese tipo de cosas. Le cedí la casa tres de la calle de la Forja. Dudo que tenga efectivo suficiente para pagar el escudo del gran Partecaballos, pero tal vez os pueda ofrecer otros objetos mágicos a cambio.

Jilokasina asiente al grupo de aventureros a modo de despedida y encamina sus pasos a las escaleras que la sacarán del templo. Cléquetto vuelve con un barrilete bajo el brazo y un cáliz, justo a tiempo para ver cómo la elfa desaparece escaleras arriba.

Bien, bien... La paladina patrullará por fuera, ¿verdad? Muy bien, entonces me quedaré en el cuarto del párroco. Taluta, dame la llave de la habitación.

Frunce el ceño al escuchar como Cléquetto habla al gnomo sobre el escudo, pero guarda silencio observando desde su posición. No parece hacerle mucha ilusión la idea de repartir el botín con alguien más. Cuando escucha su nombre, le lanza la llave al alcalde y sale afuera para buscar un sitio en el que descansar. No va a alejarse de la puerta principal de la habitación en toda la noche.

- Taluta estará siempre por aquí cerca, vigilando puerta principal.

-Yo me colocaré contra esa pared, así creo que tengo el mayor ángulo posible. Si no se me cuela nadie demasiado rápido podré al menos tratar de dispararle una o dos veces antes de llegar al cuerpo a cuerpo.

¿Una o dos veces? Vaya, ese arquero debe ser bueno. O bocazas...

Drassil se encontraba a un lado del atril donde Vórtimer debía dar sus discursos, unos inciensos habían llamado la atención de sus compañeros sobre él que dejaba a un lado una tiza después de dibujar un círculo en el suelo y garabatear runas a su alrededor. Estaba tarareando, su melodiosa voz no dejaba de ser dulce y atrayente a pesar de pronunciar palabras gorjeantes que podrían atragantarse en boca de un rapsoda menos entrenado, sus dedos castañeaban en torno a una masa de substancia burbujeante que poco a poco se formaba a partir de la cera de velas encendidas que iba dejando caer en el símbolo.

La curiosidad de quien se acercara no entorpecía al mediano que siguió con su hacer mientras invocaba al compañero que pretendía utilizar de ahora en adelante. La masa se fué estirando y contrayendo, adoptando la figura oscura de un murciélago que se arrastraba de un lado a otro temblando sin poder imaginar siquiera que pudiera salir del círculo. La cera seguía cayendo sobre su carne temblorosa, las orejas vibraban cada vez que el mediano elevaba su voz y sus ojos entrecerrados parecían contraerse sorprendidos cada vez que topaba con una línea de tiza.

Ot'ltl pl'p'pl pi, pi, pi, pi p'lpl'glrd

El ritual se alargó durante una hora, en la que poco a poco el resto perdían el interés sobre el monótono ritual, hasta que finalmente el familiar se elevó volando del círculo y todos pudieron asentir ante la faena del cansado mediano que podría haberse dormido sobre el mismísimo círculo

Los primeros minutos del ritual atrajeron la atención del gnomo que se pasó ese tiempo observandolo con curiosidad, pero cuando quedó patente que no tenía vistas a terminar pronto comenzó a dar vueltas por la zona, pensando en el mejor modo de vigilar. Finalmente eligió un lugar que parecía poco iluminado como un buen escondite.

- Me ocultaré por aquí, si algo pasa cerca lo pillaré por sorpresa. Os puedo ceder mi linterna si la necesitáis, en cualquier caso no puedo esconderme con ella encendida.

- No se crear una trampa, pero podríamos cubrir una entrada con un charco de aceite y cuando aparezca el enemigo prenderle fuego para que no huya.