Partida Rol por web

Al fín escapais de la ciudad acopañando a Raimundo, con la caravana llena de suministros. El calor de Garund es más intenso en el interior que en la costa. La ruta evita los pantanos y en ocasiones cruza vados de ríos.

A medida que la caravana asciende, el ruido de pisadas acaba son el sonido de la naturaleza. Varios guardias armados salen de entre el follaje. Un mujer de piel ébano se encuentra junto a ellos. No malgastemos palabras, Pathfinders. Dadme la llave que portais y os dejaré continuar vuestro camino. Negaos y mis hombres os arrojaran al río para que nadeis a vuestro destino.

Como no podía ser de otra manera, el hecho de que la última parte de reunir suministros para el campamento hubiese sido tan facil sólo indicaba que algo peor pasaría.

Estoy empezando a odiar este lugar de verdad. No puedes dar dos pasos sin que alguien intente pelear contigo.

No obstante, pese a sus palabras, Owen estaba pendiente de los soldados para poder protegerse si fuera el caso.

-¿Que os dan de comer por aquí? Dicen que una mala dieta es fundamental para que los soldados estén furiosos de cara a enfrentarse con el enemigo, pero esto es pasarse.

-Las negociaciones son cada vez más cortas- pensó Gargholo mientras se preparaba para el turrón.

Asi que este es el encuentro que hubiéramos podido evitar si hubiéramos sido mas sigilosos... supongo que ahora es tarde para tal cosa , pensó Nazredin mientras observaba con ojo clínico a los enemigos que les rodeaban Esto no va a ser facil

El magus no parecía dispuesto a enzarzarse en una pelea sin un motivo justificado.

-¿Se puede saber que está ocurriendo aquí? Seguro que podemos hablarlo, damas y caballeros...

No tenemos nada en vuestra contra Pathfinder. Solo queremos que nos entregueis la llave que llevais a la excavación.

Shaire no perdió el tiempo en palabras, rápidamente tomó su arco y disparó, al tiempo que intentaba cubrirse con una de las piedras del camino. El resultado fue... no fue bueno.

Gargholo caminó hacia la mujer desenvainando su cimitarra mientras le decía: -Lo lleváis claro.

Al ver la reacción de sus compañeros, Ravenath no sale de su asombro:

-Pe... ¿pero que...?

Shaire saca su arco y tumba a uno de los matones sin despeinarse. Ghargholo se lanza al ataque pero no consigue nada. La mujer empieza a musitar unas palabras arcanas, mientras uno de sus guardias se coloca delante de ella.

Los otros dos atacan, uno a Ghargholo y otro a Nazredin. Un afortunado golpe de cimitarra tumba a Ghargholo.

Nazredin tenía bastante claro que el hecho que la mujer terminase un conjuro no iba a ser precisamente bueno. Maniobrando para obviar a los dos guardias, y soportando el ataque de oportunidad del primero de ellos, logra terminar su movimiento justo a distancia de golpear tanto al segundo guardia como a la mujer.

Y a ella dirige su ataque, golpeándola con un largo tajo al abdomen, que le hace sangrar

 Nazredin se escabuye y consigue asestar un golpe muy doloroso mientras esquiva los ataques de dos de los hombres del aspid.

Owen lanza un conjuro para defenderse. Mirella corre a socorrer a Gargholo.

Cuando Ravenath ve a Gargolo en el suelo, su expresión cambia de repente. Sin mediar palabra, desenvaina su espada con una mano y realiza un conjuro con la otra que carga eléctricamente su espada. Entonces acaricia con dos dedos su hoja desde la empuñadura hasta la punta.

Shaire da un paso acercándose al paladín, al ver que ya son dos los compañeros que van a ayudar al semiorco.

Desde su nueva posición, dispara al enemigo que está junto a Nazredin al que ensarta una certera flecha.

La certera flecha de Shaire acaba con otro enemigo.