Partida Rol por web

Yo creo que iré a recorrer la plaza. Haré algunas preguntas a los comerciantes que hayan por ahi.... Supongo, que si ésta escoria dice la verdad...voy a llamar la atencion de los que intentaron matarnos. Asi que no me vendría mal alguna compañia.

Adshareb pensó en acompañar a Khyron. Antes de que los dos osirianos partieran, quedaron con sus compañeros en encontrarse de nuevo en un par de horas en la posada.

- Separémonos y después pondremos en común lo que hemos averiguado.- propuso Adshareb al resto.

Tras separarse, y antes de que decidieran destino, Anamún se acercó al Vizconde y le preguntó sobre sus habilidades:

-Entonces, Señor, ¿cuáles son las habilidades que aporta al grupo? Estoy seguro que su mera sabiduría, adquida durante años de estudio, serían suficiente añadido a nuestro equipo, pero me gustaría saber si hay algo más.

MIentras esperaba su respuesta, se arrebujaba en su abrigo. No estaba acostumbrado a este tipo de clima.

La apariencia de Khyron, tan diferente de los norteños no hace que los locales tengan muchas ganas de hablar con él. Sin embargo, Adshareb parece tener más suerte, los lugareños son más locuaces y parece que hay una mujer con pinta de seria y de pocos amigos que atiende de forma educada a sus preguntas...

Adshareb empezó hablando de nimiedades como el tiempo, para relajar el ambiente y ganarse la confianza de aquella mujer.

- Sí, en nuestro país no hace tanto frío, ni mucho menos. Me temo que no estamos acostumbrados a estos rigores.- dijo, cuando le preguntó si eran extranjeros.

Una vez perdidos algunos minutos en cháchara banal, Adshareb empezó a introducir los temas que le interesaban.

- Por cierto, hemos llegado hoy a la ciudad, y aún no estamos muy acostumbrados a sus calles. Estamos buscando una tienda llamada "La Columna de Linnorm". ¿Podríais decirnos por dónde queda?

La mujer parece bastante complacida de que le hables con seriedad y hace algunas puntualizaciones sobre el clima de aquí. En cuanto a tu pregunta sobre la Columna del Linnorm dice:

Creo que no sé donde está ese establecimiento que dices. Me hablaron de él pero no soy muy de libros...

El Vizconde Pío Onésimo Renato del Marjal y Rocasolano lanzó una mirada furtiva al impulsivo anamún mientras se intentaba hundir aún más en su abrigo de pieles. -Soy un Vizconde de Taldor- respondió tajantemente, como si eso fuera explicación suficiente de sus muchas y variadas virtudes. Después, encabezó al grupo y comenzó a callejear por Trollheim buscando toda la información posible acerca de Hjort Fastaxe y Runa White, alejándose de cuando en cuando de sus compañeros para conseguir intimidad y dar una mejor imagen y volviendo a los pocos minutos para comunicarles el resultado de sus pesquisas.

Onésimo dejó a sus compañeros en un callejón mientras se aproximaban al mismo centro de Trollheim y, excusándose, encaminó sus pasos hacia un portal vacío. Una vez dentro extrajo un pergamino de su grueso abrigo de pieles, conjuró la magia allí depositada y, cuando salió de su improvisado escondite, nadie era capaz de verle.

- Vaya, es una lástima. Gracias de todos modos, seguiremos buscando.- Adshareb hizo ademán de irse, y en el último momento se volvió como si se le acabara de ocurrir.- Oh, bueno, ahora que pienso... Quizá deberíamos preguntar a aquellos amigos del librero. ¿Cómo se llamaban, Khyron? Mmmm... Algo sobre hachas... ¿Whiteaxe? ¿Fastaxe?