Partida Rol por web

Hace casi un mes del breve encuentro en Absalom con Drandle Dreng.

Tengo una misión rutinaria para vosotros, aunque es una misión rutinaria peligrosa. - susurró el hombre en el gran salón de la Gran Logia. Aparentemente afectado de un catarro y débil por la falta de sueño y comida, el viejo capitán de proyectos tenía la peor pinta de cuantas le habéis visto.

A pesar de sus continuas toses, el hombre logra explicar:

Uno de nuestros aliados en la Tierra de los Reyes Linnorm, Rognvald Skagni, está escribiendo un extenso informe sobre el estado del gobierno en los países norteños de Avistan. Justo ayer recibí una carta suya solicitando varios documnetos clave de nuestras bóvedas para ayudarle a terminar el informe.

El capitán Dreng golpea un enorme cofre con pinta de pesar bastante que está a su lado.

Estos son los documentos y necesito que viajéis al norte para llevárselos a Skagni.

En este momento, Dreng trata de incorporarse, pero una fuerte tos le devuelve a su sitio. El hombre hace una señal para que un hombre impecablemente cuidado que se encontraba entre las sombras en la habitación se acerque y le susurra unas órdenes al oído.

El hombre coge un pequeño saquete y una llave grande y os los entrega.

El Capitán de Proyectos Dreng está delicado, como podéis ver. Él ha querido que os entregue esta llave y esta pequeña bolsa de oro. La llave sirve para abrir el cofre, y el oro servirá para que os compréis pasajes y que lleguéis desde la costa de Linnorm a Trollheim, donde reside Skagni. Hagáis lo que hagáis, no dejéis que el cofre abandone vuestra vigilancia. Y, bajo ninguna circunstancia, permitáis que nadie indague su contenido. Estos documentos son solamente para la ojos del Sr. Skagni. ¿Comprendido?

El sirviente innominado de Dreng espera alguna respuesta y al ver vuestro asentimiento sonríe.

Bien. Ahora marchad; el Capitán de Proyectos Dreng necesita descansar.

La joven de abundante melena rubia y ojos azules vestida con ropajes impolutos que es os acaba de unir para completar vuestro grupo (ya que a Klatet le necesitaban en una importante misión en el otro extremo del mundo conocido), no duda en hablar.

-Nos aseguraremos bien que es a Skagni a quién se lo entregamos. Nadie podrá obtenerlos.-

-Vamos, compañeros, compremos ropa de abrigo y partamos sin demora.-

No habéis tenido tiempo de conocer a la mujer pero no parece intimidada por vuestros espadones o enormes hachas.

A pesar de tu buen oído no logras discernir las palabras con claridad mientras que la enfermedad que pueda padecer el hombre...

Digamos que no tienes datos suficientes para suponer que es algo más que una mala gripe.

Ok, pues espero a que alguno de mis compis responda para empezar a alienarlos y darles la coña Sheldon-style.

Y llevarles a comprar ropa de abrigo a la mejor tienda de Absalom claro.

Neblin estaba presente en la sala y había escuchado el reporte de su siguiente misión, aunque sin demasiado interés. Hasta que oyó lo de viajar al norte, pues el frío no era un aliado suyo, acostumbrado a tierras cálidas.

- Si será mejor, comprar un cargamento de mantas.. - contestó a la recién incorporada del grupo, y luego esbozó una sonrisa amarga en su rostro, al no gustarle nada la zona hacía donde iban. Al mediano le daba igual lo que había en ese cofre, simplemente había que entregar el paquete y recibir la recompensa.

Así todo parecía mas simple.

Lo se, máster, lo sé.

Pero mi pasta son 6,9 mo

Así que cambiaré un conjuro N1 por un Endure elements por si las moscas y listo.

Lorik miró a su nueva compañera. Hablaba en un tono de voz bastante agudo y eso le producía cierto dolor de cabeza. Sin embargo, parecía amigable y simpática. Si demostraba en batalla el mismo fervor que en acatar órdenes y demostrar entusiasmo seguramente le caería bien.

Salvo a los esclavistas de cheliax, el resto de la gente se ganaba el respeto de Lorik combatiendo en combate. Es una de las razones por las cuales pensaba que llevar a Neblin en el grupo solo serviría para hacerles perder tiempo. Como ya demostró en una ocasión anterior al haberse tenido que tirarse Lorik al agua para salvarle.

Sin decir muchas palabras, pues el combatiente era un hombre que permanecía todo lo callado que el tiempo le permitiera, Lorik cerró la marcha hacia el mercado urbano. Una vez allí compró ropas para el frío y se preparó con lo necesario para partir inmediatamente.

Ya que nadie parecía querer coger los objetos que les eran entregados, Durnak se hizo cargo de ellos y sin más palabras siguió a sus compañeros a que compraran ropas para el frío que les aguardaría en el viaje.

- ¿Con quienes nos encontraremos que quieran arrebatarnos lo que portamos? ¡Bah! Para qué preocuparse antes de tiempo.

Piensa el enano, que aún así, anda con el ceño fruncido. Aunque tal vez el resto del grupo no sepa diferenciarlo de su estado habitual.

Ethelnir miró con desconfianza a la joven rubia, valorando su potencial en el grupo. Algo en su forma de ser, le hacía pensar que esa desconfianza pasaría, pero había aprendido a esperar y a observar: los humanos eran impredecibles.

Sin poder evitarlo, fijo su mirada en el fornido guerrero Cheliax, Grachius. Sin dudarlo era el miembro más inquietante del grupo. Y Durnak el enano tenía un caracter explosivo, si bien un excelente compañero, y era mejor tener su hacha al lado que enfrente.

Tanto Neblin como Lorik parecen más fiables, especialmente el guerrero Andorano.

Interrumpiendo sus reflexiones, se dirigió al grupo.

- Tendremos que prepararnos para el viaje hacia el norte, compañeros. Disculpe, Clarissa  ... tendrá ropa de mayor abrigo ... ¿Verdad?