Partida Rol por web

Ethelnir intenta trepar desesperadamente, pero le resulta imposible encontrar un asidero.

Harold sacó un pequeñó frasco de su cinturón. Parecía contener un líquido metálico con un compuesto verdoso moviéndose en él.

Arrancó el tapón con los dientes y se tragó el contenido en un único y estudiado movimiento mientras se acercaba a la pared más cercana, preparándose para salta y comenzar a trepar.

Todos podéis ver como una nube blanca se aproxima a toda velocidad, podéis discernir la forma de varias decenas de auroch que vienen completamente enfurecidos hacia vosotros.

¡Vamos chicos, que vienen! gritó Harold lanzándose contra la pared del desfiladero y comenzando a correr como si le fuese la vida en ello. Quizá ayudaba el hecho de que realmente era así pero comenzó a trepar como uno de esos pequeños monitos en los árboles selváticos hasta una altura en la que se vio a salvo.

Lorik avanzaba el primero. Supo desde el mismo momento que vio aproximarse la estampida que esa trampa no podía combatirse con el acero. Sólo los cobardes recurrían a semejantes tretas. En un primer momento intentó trepar, pero la nieve era resbaladiza y lo mismo que ascendió, fue lo que descendió después para dejarle justo a merced de los toros.

Casi sin intención de esquivarlos, se preparó para recibir una embestida, que a buen seguro le iba a destrozar...

Morir de esta manera, es demasiado vergonzoso para cualquiera que se considere a sí mismo: guerrero

Ehtelnir intenta torpemente apartarse del camino de las bestias, sin embargo la polvareda y le hace toser y le ciega, desorientandole.

Me cago en...

La vista de esa manada tan encajonada por donde vamos me hacen olvidar por completo el peso de la armadura, y comenzar a trepar por la pared

De donde carajo han salido estos bichos?

Harold, Grachius y Ethelnir logran, a duras penas, escalar las paredes y alzarse a suficiente altura como para que los auroch dejen de ser un problema.

Sin embargo, Lorik no es capaz de encontrar un asidero a tiempo y se ve expuesto a múltiples pisotadas y cornadas. Cuando pasa la manada, el guerrero se encuentra tumbado con múltiples contusiones.

Los toros se dirigían hacia Lorik sin que él pudiera hacer nada más que esperar a que llegaran hasta allí. Se preparó para agarrar al primero que llegara, o golpearle en el peor de los casos. Agarró con las dos manos al primero de ellos, lo cual no hizo sino que saliera disparado hacia atrás. El golpe no había sido muy fuerte, pero enseguida comenzaron a pasar por encima de él todos los demás. Consiguió librarse como pudo de los cuernos, pero las piernas le pisoteaban una y otra vez.

Cuando hubo pasado todo, el cuerpo del guerrero quedó tendido boca abajo sobre la nieve del fondo del paso. Entonces, cuando los demás miraron hacia allá con poca esperanza, Lorik se levantó con una dominada. Sangraba de varios sitios y tenía más contusiones sobre la piel que zonas sanas.

- ¡Malditos sean los cobardes bastardos y sus tretas. Tendrán que hacer mucho más si quieren acabar con un Numerio!. - gritó mientras se levantaba y se salpicaba la nieve de las hendiduras de la armadura.

Todos sus compañeros habían buscado un lugar seguro con mucho más exito que él. Les hizo una seña indicando que estaba bien. Agarró su acero, que había quedado tendido a unos pies de él, se lo guardó a la espalda y comenzó a andar hacia su grupo.