Partida Rol por web

_{- Que alguien busque a los arqueros -} no sabia si la oirian, pero forzó su voz al máximo para ello mientras blandia su espadón con las dos manos para intentar cortar la carne del lobo. Desde luego, si solo se centraban en lo que tenian más cercano pero seguian enemigos a distancia apostados, no iban a acabar muy bien.

El primer impacto no fue como ella esperaba, apenas sintió que rozara el pelaje de la bestia, por lo que aunó esfuerzos para intentar darle de nuevo, en otro movimiento poderoso. Movimiento que falló estrepitosamente....

La criatura esquiva de milagro el primer mandoblazo de Morrigan pero el segundo estuvo más atento y se aparto de un salto con tiempo de sobra mientras seguía gruñía a la mujer preparado para abalanzarse sobre ella.

Corro hacia el carro para ponerme a cubierto mientras recito a toda prisa el conjuro con su apostillado metamágico en lengua dracónica. Puede que no sea muy digno pero mi cuerpo se resiente cuando tiene cosas puntiagudas insertadas en lugares aleatorios. Una vez concentrada la energía en una mano la junto con la otra y con un grito mezcla de miedo y rabia lanzo sendos orbes de fuego contra el lobo que está acosando a Odema y contra el elfo más adelantado del grupo...

Los dos orbes avanzan hacia sus dos objetivos de manera precisa y mientras que el lobo se chamusca y gruñe de dolor, el elfo simplemente deja de existir en un agónico grito de desesperación. Las llamas lo consumen y este cae entre sus otros dos compañeros que lejos de asustarse se mantienen en el lugar con cierto brillo fanático en sus ojos.

Por su parte el lobo parece que se va abalanzar hacia el carro donde esta Ekron cuando la presencia de Morrigan es más que palpable para sus instintos de bestia, así que termina por morder la pierna de la divina de la muerte con bastante saña para acto seguido hacer fuerza en un intento de derribo.

Todavía algo desconcertado por toda la situación, me quedo viendo cómo Morrigan se lía a espadazos con un lobo mientras el mago ataca tanto al que ha pillado a Odema como a uno de los elfos. Y sus amiguitos no me gusta nada la cara que tienen. Frunciendo los labios, suelto una mano de la ballesta y la extiendo hacia los dos elfos que quedan. Se me dibuja una media sonrisa siniestra al tiempo que aprieto los dientes y oigo ligeramente el terrible sonido que se ha formado entre los dos. Y para mi querida Morri...

- ¡Y en la otra esquina del claro tenemos a Moooooorrigaaaaan! ¡Vamos, demuestra que es la muerte quien debería temerte a ti! - chasqueo los dedos en su dirección y le guiño el ojo.

Y ahora a ponerme a cubierto... Rápidamente busco algún sitio en el que cubrirme, ya sea tras alguno de los árboles lejos de las flechas o entre los fardos y tiendas medio montadas del campamento.

El estallido sónico derriba a los dos elfos restantes sin que se vuelvan a levantar. Una mirada más precisa deja claro que están inconscientes y por la sangre que brota de sus oídos seguramente sordos si no muertos.

No sabía que había fallado...¿le habían echado algo en la cerveza? Apenas escuchó las palabras de Feniel, pues el intenso dolor que le generó el mordisco de la bestia la paralizó por un segundo, pero si que se colaron en su cerebro, alentándola, convirtiendo aquella confusión en furia, pero de esa controlada. Esa que baña tus músculos, arterias y cerebro proporcionandote la tenacidad necesaria para no desistir.

Volvió a descargar su filo sobre la bestia, intentando imprimir mayor precisión en este movimiento.

Ante la presión del lobo, los músculos de la divina se tensan imponiendo su fuerza y manteniendo la estabilidad. La joven guerrera aprovecha ese momento para descargar su arma con toda la furia que tiene. El animal estaba tan centrado en su presa que ni se da cuenta del mortífero tajo que le golpea en toda la cabeza. El aullido lastimero se oye por todo el linde del bosque a la vez que es lobo se mantiene a duras penas en pie.

Intento reunir de nuevo la magia en mis manos, pero ver al animal en ese estado me hace dudar ¿Y si ahora decide irse? La duda me desconcentra y lo que surge al final es una pequeña explosión de esquirlas de hielo inofensivas...

La explosión cristalina sucede lejos del lobo pero este solo tiene ojos para Morrigan, apenas se mantenía en pie pero estaba claro que lo habían entrenado para no huir y la bestia se abalanza sobre la guerrera volviendo a hincar sus colmillos sobre su piel con más furia que antes intentando usar su peso para imponerse a ella.

Levanto las cejas sorprendido al ver el espadazo que le atiza Morrigan al lobo, mirando por un momento mis dedos. Sabía que funcionaba pero no tan bien. No obstante, y aunque los otros dos elfos no parecen tener ganas de volver a levantarse, no puedo ignorar que la dama de muerte esté en apuros. Así que levanto mi ballesta y disparo contra la feroz bestia, esperando que sea suficiente. Y a Morrigan, aunque no me vea, le lanzo un beso desde mi cobertura. Que una cosa es preocuparme por ella y otra lanzarme a lo loco.

El lobo consigue derribar a la guerrera justo cuando una virote le atraviesa el cuello y cae como peso muerto encima de la divina. La mujer se quita de encima el peso muerto mientras se levanta sintiendo como parte de sus heridas menguan, justo cuando un viento fuerte que apenas se oía antes por los gritos y combate hace acto de presencia con más fuerza desde el linde del bosque donde los glanfathanos dejan de disparar y varios de ellos salen a la carrera mientras se ponen de rodillas.

- Perdónanos.- es lo que dicen todos¹ mirando al cielo uno de ellos cierra los ojos dibujando una sonrisa complaciente cuando un susurro acompaña al vendaval.- Bien. Bien. Los dioses son justos. Estoy listo.

El viento empieza a levantarse y azotar el campamento, eléctrico y volátil, volcando macetas y agitando las tiendas como un espíritu iracundo.

Sentís como empieza a calar por debajo de vuestra piel como un malecón que empieza a derrumbarse por el azote de una ola gigante y, donde perfora, sentís como si os estuviera desgarrando desde dentro. 

Sentado contra la rueda de un carro en medio de este torbellino, con la sangre empapando toda su ropa y las heridas de su cuello que no dejan de manar, el cuerpo de Odema se revuelve y, con gran esfuerzo, levanta la cabeza sin apenas poder abrir los ojos. Os mira directamente.

- Entrad, ¡VAMOS CORRED!- grita señalando hacia la entrada de las ruinas. En ese momento el fuego que teníais al lado empieza tornarse morado y veis como el viento empieza arrancar la esencia de los cuerpos más cercanos al bosque de tal manera que solo se puede describir de una manera: Desgarrar el alma. Además esta esencia empieza arremolinarse formando pequeños tornados que avanzan hacia vosotros.

Si hubiera podido gritar, se habría oido su quejido de dolor cuando volvió a maltartar su pierna aquel engendro peludo. Pero antes de poder reaccionar, un virote extinguió la vida del ser. Le cortó el resuello sentir su peso encima de ella, y al retirarlo, tenues marcas carmesí manchaban sus ropas y parte de su piel expuesta.

Lo extraño era sentir que parte de sus heridas sanaban... Se incorporó con esfuerzo y sin tiempo a recuperarse vió como todo entraba en el más absoluto caos. Enfundó su arma e intentó llegar hasta Odema para llevarlo consigo hasta donde el hombre indicaba. No podia dejar que muriera sin el descanso ni la preparación necesaria para reunirse con Berath. Había visto muchas veces a su padre hacerlo así que creía que no seria problema

Aunque veo cómo el lobo cae por la flecha, el comportamiento de los glanfathanos me dicen que esto todavía no ha terminado. y menos aún cuando comienzan a hablarle a los cielos. Siento que el pelo se me apaga ligeramente mientras noto cómo el viento me revuelve por dentro. Esto no está bien... Miro a Odema, sin entender cómo sigue vivo, pero sí entendiendo perfectamente que eso van a ser sus últimas palabras. Salto de mi refugio, cojo mi fardo y mi mandolina sin perder de vista las llamas moradas y echo a correr hacia donde ha señalado el viejo.

- ¡Morrigan! ¡Ekron! ¡Vamos! - les hago un gesto con la mano para que me sigan a las ruinas pero sin detenerme. Esto no tenía que acabar así para nada... Y tampoco pienso esperar a nadie teniendo la oportunidad de vivir.

Parece que el lobo y los arqueros sólo eran el primer asalto. Ahora es cuando vienen con toda la artillería y una magia contra la que nada puedo hacer. Parece que Morrigan no tiene problemas para levantarse pero Odema...

Corro hacia el capataz y me pongo su brazo sobre mis hombros, sujetando su tronco para ayudarlo a levantarse - Te... le contraté para que me levase hasta Valle de Oro, señor ¡Levántese y mueva el culo o devuélvame mi dinero!...

Tanto Ekron como Morrigan llegan a donde se encontraba el jefe de la caravana sin embargo cuando cargan con el cuerpo su estado es obvio. Su aviso había sido su última voluntad, podrían intentar llevar el cuerpo con ellos pero los vientos cada vez eran más fuertes e incluso Feniel que avanzaba sin carga y con algo de ventaja podía notar que el camino hacia las ruinas iba ser complicado.

Por si fuera poco uno de los torbellinos que se había formado empieza acercarse donde estaba el noble y la guerrera intensificando esa terrible sensación bajo su piel...

Ya era tarde. Al menos habia muerto con honor. A pesar del dolor lacerante de aquel maldito viento, cerró los ojos del hombre y emitió unas quedas palabras para que Berath se hiciera cargo de él. Después cogió del brazo al hechicero bailarin y tiró de él. Si oponia resistencia intentaria echarselo al hombro o en su defecto, lo arrastraria por la tierra de una pierna.

Cierto que la suya estaba jodida, pero pondría todo su empeño en alcanzar la seguridad a la que corria el divino de fuego.

Aunque estaba esperando que me siguieran, me detengo apenas un instante para ver que la parejita sigue atrás, pendientes de Odema que a estas alturas ya está más que muerto. Tal vez hayan visto algo que yo no o... Echo un vistazo a las llamas moradas y luego a las copas de los árboles azotadas por el viento. ...No sé qué será pero me da igual ahora mismo. Ya ha habido demasiados muertos y no quiero quedarme a ver quién es ese al que hablan los glanfathanos. Espero apenas unos segundos más para ver que los otros empiezan a avanzar y sigo corriendo hacia las ruinas.