Partida Rol por web

Ya, ya imagino que necesita practicar... Termino de alejarme de la mesa sin decir nada más. Si no fuera algo irónico, diría que estoy empezando a sudar por todo esto. Justo voy a salir, cuando me encuentro con mi divina desaparecida. Qué conveniente. Alzo las cejas algo sorprendido de encontrármela así de pronto y le dedico una cordial sonrisa.

- Morrigan, qué grata sorpresa... ¿Me acompañas fuera un momento? Tenemos que hablar. - termino borrando mi sonrisa. Esa frase nunca significa nada bueno y no es que me la hayan dicho mucho, porque siempre me voy antes de que ocurra algo malo, pero la situación lo merece. Mientras espero por si se decide a salir de la taberna, sigo hablando en voz baja - ¿Te acuerdas de lo que pasó en las ruinas? Eso de ver... recordar, ¿a través de otros ojos? Pues es gracioso porque justo ahora me acaba de pasar una cosa parecida y... no me termina de gustar. 

Por un momento la cercania del divino provocó que no se percatara de sus palabras susurradas con preocupación. Cuando por fin las hubo asimilado, cogió el brazo de Feniel y le hizo avanzar hasta salir al exterior, seguidos por el famélico can.

Una vez en el exterior se aseguró que no hubiera nadie cerca para soltarle y poder hablar con normalidad. O con toda la normalidad posible dadas las circunstancias.

_{- Yo también he... vivido. si, vivido, algo extraño. Era como si viera através de los ojos de un... -} su cabeza se desplazó para poder mirar al perro que tenia al lado _{- de un perro -} su voz denotaba lo mucho que le costaba creer aquello, pero estaba convencidisima de que habia sido así.

_{-Pude ver el nacimiento de un bebé. Pero el bebé no lloraba. Solo miraba a la nada -} sentía esa extraña sensación muy pesada. Densa. Como si le costara desprenderse de ella ahora que volvia a recordar aquella imagen _{- ¿Tú que has visto? -}

Se nota que la joven no se lo cree del todo, no obstante eres consciente de que lo que has dicho solo podría saberlo ella misma. Mantiene la distancia y al pose a la defensiva pero al menos no se va sin más.

- Me habíais dicho que no habíais entrado en esas ruinas y ahora me decís que podéis ver el pasado de otra gente. - dice bastante escéptica pero también hay un brillo de curiosidad en sus ojos.- Habladme de esa máquina y de lo que visteis.

Pasca os mira con cara de curiosidad pero salvo por un pequeño guiño que no sabéis a cual de los dos se lo está lanzando no se interpone a que salgáis, sobre todo viendo que el perro os sigue sin entrar en el salón.

Una vez fuera Morrigan nota que hay un poco más de movimiento que antes, ciertamente el mediodía estaba pasando y la gente volvía a sus tareas en el pueblo. Por suerte aún es poca y tenéis bastante intimidad para seguir con vuestra conversación privada.

No recuerdo haber negado que entrásemos en las ruinas - la corrijo - Nos refugiamos en ellas de los glanfathanos y... bueno, el que construyera aquel sitio tiene unas ideas muy raras sobre ingeniería. De igual modo, tampoco "puedo" ver el pasado de otra gente. Es algo que me ha sido impuesto y que se dispara cuando quiere como una ballesta barata. Si pudiera controlarlo lo usaría para cosas más útiles como, por ejemplo, cuánto estaría dispuesto a pagar un posible cliente - lo de espiar a mujeres hermosas bañándose supongo que ya se lo imagina.

En cuanto a la máquina... es difícil describirla. Tiene una forma redonda y alargada, está construida con piedra, cobre y adra y tiene grabados símbolos que no supe leer. No había instrucciones ni nada que indicase cómo funciona o para qué sirve... Bueno, miento: si tocas lo que no debes te conviertes en una estatua de polvo. Junto a la máquina había cuatro muestras de ello. Y creo que nuestros compañeros también vieron cosas aunque no hemos hablado del tema.

Ahora es mi turno de preguntar - ¿Quién o qué es Cilant Lis? Lo mencionaste antes en la taberna pero me preocupaba más la parte de la hospitalidad de los lugareños...

Respondo al guiño de mi querida Pasca con una rápida sonrisa, aunque me dejo arrastrar por Morrigan afuera. Tomo aire del exterior, como si me hubiera costado respirar allí dentro y echo un breve vistazo a la gente de la calle, comprobando que nadie nos oye. Incluso el perro que sigue a Morrigan me parece sospechoso hasta que me doy cuenta de lo que estoy haciendo. ¿Desde cuándo me he vuelto tan paranoico? 

Dejo que la divina hable en sus habituales susurros y asiento con la cabeza, entendiéndola perfectamente. Desvío un momento la mirada al perro, volviéndome extrañado al escuchar lo del nacimiento de ese bebé. No me gusta imaginarlo, pero puedo entender a qué se refiere. 

- Un niño sin alma... - susurro. Ante su pregunta, echo un vistazo a la posada y me rasco la nuca - Un pasado... no muy feliz. De uno de mis compañeros de profesión de ahí dentro. No me he atrevido a preguntarle si era cierto, pero tampoco me parecía muy descabellado. Y no es la primera vez que vemos por "otros" ojos. Como en las ruinas... - le recuerdo, aún rememorando esa extraña visión que parecía de otro tiempo - De hecho, al parecer en este pueblo también hay un lugar en el que se ven "fantasmas". Un templo de Eothas. Pero viendo que el resto de gente sigue tan tranquila, me lleva a pensar que nosotros somos los únicos que tenemos este tipo de visiones... - dicho esto, levanto la cabeza y miro por las calles, buscando algo - Espera un momento, ¿has visto a Ekron?

_{- Si... a mi también me han dicho lo mismo del templo... -} se percató de que el divino no habia especificado que pasado habia visto, pero si no queria confiar en ella tampoco podía obligarlo a hacerlo. Sus ojos, semiocultos por su horrible caparazón se desviaron hacia el suelo

_{-Si... Se marchó junto a una bella mujer... -} alzó la cabeza para mirar hacia ambos lados aunque no creia probable que rondara cerca. - ¿Qué hacemos ahora? - le preguntó a Feniel totalmente confusa y sin saber muy bien como proceder mientras acariciaba de nuevo la cabeza del perro

Atiende a cada palabra que dices y puedes notar que está intentando discernir algún significado de todo, sin embargo sigue sin estar en tensión.

- Pero una maquina si no se activa no hace nada, dices que había muertos cerca pero que vosotros estabais bien, a excepción de por visiones...- empieza hablar más para ella que para ti hasta que preguntas por Cilant Lîs.- Es el nombre de las ruinas, no estoy segura de si era el nombre del lugar en el pasado o si se lo pusieron los glanfathanos. Realmente es una pena que Caldara ya no esté con nosotros, al fin y al cabo si esa máquina tiene adra es probable que tenga que ver con el alma. Si no me estás mintiendo haz el esfuerzo e intenta recordar lo que paso, si no es probable que tengamos que hablar con tus compañeros de viaje a ver si ellos recuerdan algo más...

El perro saca la lengua jadeante y ladeando la cabeza ante el escrutinio de Feniel mientras que empieza a mover la cola con felicidad al notar la mano de Morrigan sobre su cabeza.

Cuando ambos miráis alrededor solo veis caras desconocidas de los pueblerinos del lugar y como algunos de ellos os miran, ya sea con desconfianza o curiosidad, pero ni rastro de Ekron y su compañera. No obstante Morrigan recuerda como Pasca les había recomendando la parte sur del pueblo para dar un paseo.

No me extraña mucho no encontrar a Ekron por ningún lado, más aún cuando Morrigan también le ha visto marcharse con la mujer peliblanca. Y una de dos, o le ha pasado lo mismo que a nosotros y se le ha cortado el rollo o ya se ha buscado algún rincón apartado para conocerla a fondo... Frunzo los labios, pensando por cuál de las dos opciones apostar, cuando escucho la pregunta de Morrigan. Se me escapa una sonrisilla al verla acariciar al animal. Ah, así que no es tan fría como parece... Tomo nota. 

- Pues según cómo lo veo, tenemos un par de opciones. - empiezo a hablar, apoyándome contra la pared de la posada y aún sonriéndola - Podemos echar un vistazo a ese templo maldito y misterioso para ver si es tan terrible como dicen... O podemos ir a buscar a nuestro tercero en discordia que seguramente tenga algo más de idea de estos temas mágicos. O podemos ir al templo y luego a buscarle. - me separo de la pared y me agarro del brazo de Morrigan con una sonrisa seductora y alzando una ceja - Sea como sea, tú decides. Tengo tooodo el día reservado para ti... - Porque la noche va para Pasca, pero ya veremos cómo acaba el día.

Pues menos mal que mi visión no fue sobre la hora del baño - comento con sorna - Aunque al menos así no sería sospechoso de ser un sicario de tu padre.

Acto seguido le cuento toda la historia de las ruinas desde el ataque de los elfos, con el extraño puente flamígero, las extrañas voces, el sueño y finalmente el encuentro de la máquina y las estatuas de polvo.

Y eso es todo lo que recuerdo. Raro ¿Verdad?...

La divina recordó más o menos por donde podia haberse marchado Ekron, pero... ¿para que mencionarlo? Ella desde luego no iba a ir a buscarlo para encontrarlo con los pantalones bajados.

_{- Yo creo que podriamos ir a v.... -} su espalda se curvó ligeramente hacia un lado cuando el divino de fuego enlazó un brazo con el suyo. La sorpresa y cierto sonrojo se mostraba en lo poco que se podia ver de su tez. Se quedó unos momentos así, alternando su mirada del brazo al rostro de su compañero. Estuvo tentada de darle un manotazo para apartarlo pues lo habia calado desde el primer dia, pero... ¿entonces porque no lo hacia?

_{- Em..ya... bueno..Vayamos al templo. No creo que Ekron esté disponible por el momento -} observó alrededor para ubicarse _{- ¿Sabes tú exactamente donde está o tenemos que preguntar?}

La mujer te mira bastante escéptica mientras cuentas tus peripecias y termina por suspirar.

- Eres el peor espía de la historia, un loco o realmente me estás diciendo la verdad.- comenta cuando finalmente terminas tu relato.- ¿Estás seguro que ese viento era de la máquina y no del Biamhac? Al fin y al cabo los cadáveres que describes tienen los síntomas de esos vientos letales, sin embargo eso no explica como sobrevivisteis vosotros.- se queda pensativa un rato y termina negando con la cabeza.- No soy tan experta como para saber sobre lo que te ha podido pasar y claramente en estas tierras con el señor que hay en ellas no creo que quede nadie vivo que te pueda ayudar.

Realmente no necesitasteis ninguna dirección pues al mirar desde la entrada de la taberna pudisteis comprobar que cerca del árbol del ahorcado realmente había unos restos de un edificio que si bien en su momento no pudisteis identificar ahora quedaba claro que ciertamente podría haber sido un templo.

Cogidos del brazo os adentráis en las susodichas ruinas acompañados de vuestro perruno compañero. El sitio se nota más que abandonado y no parece que haya nada alrededor salvo unas escaleras que bajan hacia un portón medio abierto. Un poco más cerca de ellas os parece oír algo como un gemido bajo de dolor, como para evitar que solo os pareciera resultado de vuestra imaginación el perro gruñe en esa dirección mientras pone en guardia.

Entonces eso sólo deja dos posibilidades, ya que de todos es sabido que los locos sólo dicen la verdad. Sea como sea, son dos posibilidades de decir la verdad frente a una, así que creo que salgo ganando ¿no?

La pregunta sobre el viento mágico me deja descolocado - Pues no lo sé, la verdad. En aquel momento estaba demasiado preocupado por no asfixiarme y por que no me clavaran una flecha en la espalda así que no me fijé. En cuanto a por qué esas personas murieron y nosotros no... bueno, está claro que ellos hicieron algo que nosotros no hicimos ¿El qué? Pues no lo sé, pero sí que sería interesante averiguarlo. Oye, quién sabe. Igual esa máquina está relacionada con el "problema" que tienen aquí ¿No crees?...

En cuanto Morrigan percibió aquel gemido se soltó del brazo de Feniel y desenfundó su arma despacio, con cuidado. El gruñido de Kan (si, ya le habia puesto nombre) puso todo su cuerpo en alerta mientras intentaba identificar si ese gemido provenia del lugar a donde llevaran aquellas escaleras o si por el contrario, estaba más cerca. También le interesaba saber si era humano o de otro Kyth.

Cruzó la mirada con el divino para intentar coordinarse con él a la hora de acercarse

Amplío mi sonrisa al ver el gesto de Morrigan y la pausa que hace antes de hablar. Incluso por un momento empiezo a plantearme si la he roto. Como poco, se ha roto su fachada de guerrera impasible y de corazón frío... Nada a lo que no esté acostumbrado.

- ¡Oh, qué dichoso haces mi corazón! Ya sabía yo que me ansiabas todo para ti, mi querida Morrigan. - digo teatralmente, a duras penas aguantando las carcajadas. Después señalo hacia lo que parecen una ruinas cerca del árbol de gusto dudoso - Pero tranquila, iremos al ritmo que tú me quieras marcar. 

Aún con la sonrisa en mi rostro, voy agarradito de mi compañera por el brazo hasta llegar a las ruinas. No es el mejor lugar para una primera cita, pero... No estamos aquí precisamente por ello. Un portón abierto en unas ruinas abandonadas, está claro que eso no significa nada bueno. Como si quisiera terminar de demostrarlo, suena ese quejido y a nuestro nuevo amigo está claro que tampoco le hace mucha gracia. Dejo que Morrigan se suelte rápidamente y preparo mi ballesta, acercándome unos pasos pero quedándome aún a una buena distancia. Le hago un gesto a la divina de que se adelante mientras yo la cubro, apuntando hacia la puerta por lo que sea que pueda salir de ella...

La mujer termina por suspirar y hasta sonreír con tu última ocurrencia.

- Podrías creer estar diciendo la verdad pero no por ello serlo.- comento en tono bastante más relajado y que dejaba claro que no estaba en serio.- Es una posibilidad pero también puede ser que tengáis algo diferente a ellos o que fueran ellos los que hicieran algo distinto a vosotros... son demasiadas posibilidades.

Sin embargo lo último que dices si que le despierta el interés.

- Ahora que lo dices es una posibilidad. No sé me ocurre por que razón alguien querría activar una maquina así, ya si quiera construirla.- vuelves a ver como hace ese gesto con el dedo en la barbilla que ya era típico en ella.- Suena a locura pero quizás merezca la pena investigarlo

Ambos avanzáis con precaución y cuidado mientras Kan sigue gruñendo con cierta reticencia al lado de la guerrera. Sin embargo lo encontráis abajo de las escaleras es un hombre sentado en el suelo con la mano en el estómago tapando un herida que aunque no parecía letal si que tenía mala pinta.

Cuando os ve su rostro no muestra una sonrisa de alivio si no más bien lo contrario.

- Por favor, decidme que no sois hombres del Magistrado, aunque ahora que lo pienso no me suena que hubiera divinos entre sus lacayos. Si es así puede que los dioses se hayan apiadado de mí y todo.- termina por decir suavizando el gesto.

Sonrío cuando Meriel revuelve mi propia broma contra mí. Al menos hemos superado el bache de antes, que algo es algo - Creo que la teoría del Multiverso hace cosas muy interesantes con los términos "verdad" y "mentira" pero creo que ya sería salirse demasiado del tema.

Su interés por la máquina de las ruinas resulta contagioso - La verdad es que tampoco hicimos mucho. Yo al menos me limité a merodear cerca de la máquina y tener aquellas visiones sobre el tipo encapuchado. Si quieres te puedo presentar a Morrigan y a Feniel para que te cuenten lo que ellos vieron.

Y termino por añadir con una sonrisa socarrona - No, si al final habremos encontrado un buen motivo para prolongar tu estancia aquí...