Partida Rol por web

Después de haberle dedicado una sonrisilla a Wirtan durante el viaje, porque ¿quién no querría acabar el día en brazos de Morrigan?, dejo que la divina se lo lleve arriba. Esperaba que nuestra entrada fuera un poco más discreta, pero no me puedo quejar con la excusa que da nuestro malherido, ni por poder encontrar a Ekron con su preciosa compañía. Pues no han tardado tanto como esperaba... Qué decepción, Ekron. Me guardo los comentarios para cuando vuelve Morrigan de dejar a Wirtan arriba y entonces me dirijo a la camarera.

- Tráenos un par de cervezas y un par de copas de buen vino, bella dama, y llévales otro par de copas de mi parte a los músicos que tan bien nos están alegrando esta velada. Seguro que se lo agradecen.

Termino guiñándole un ojo a la chica y espero a que se vaya, mientras tomo asiento en la barra. Le paso una de las jarras de cerveza a Morrigan y dejo que Ekron y la mujer de pelo blanco se sirvan con las copas de vino. Total, al final no las pago yo. Doy un sorbo a la cerveza, bastante más despejado de antes y miro directamente a la humana peliblanca.

- Antes de seguir hablando de cosas que tal vez no le interesen en absoluto a tu compañía de hoy, Ekron, creo que necesitaríamos unas presentaciones. Yo soy Feniel y esta de aquí es Morrigan. - termino señalando a la divina y esperando que la mujer se presente antes de seguir hablando de fantasmas y artefactos y lo que se les ocurra.

¿Fantasmas? - enarco una ceja ante la explicación de Morrigan - Claro ¿Por qué no? Si lo del comercio de licores no termina de tirar puedo dedicarme a rellenar bestiarios ilustrados.

Bueno, no sé hasta qué punto la señorita Meriel aquí presente está versada en temas fantasmales, pero sí que siente curiosidad por esas ruinas tan interesantes que cruzamos luego del ataque de los glanfhatanos. Quizá pueda darnos alguna explicación racional sobre lo que nos pasó allí...

- ¿Acaso se la hiciste tú? Bueno en principio no le veo nada por fuera así que como mucho solo le hiciste daño, no te preocupes muchacha, este idiota es más duro de lo que parece.- te dice la posadera mirándote un momento antes de volver a centrarse en el herido.

- Eso, por mi parte un poco de dolor extra es precio suficiente a pagar por poder contarlo otro día. Así que lo dicho preciosa, no te preocupes.- comenta el hombre forzando una sonrisa de despedida mientras terminas por salir del lugar.

La camarera atiende al bardo, al principio un poco desanimada. Pero cuando escucha la última parte de su pedido todos podéis ver un brillo de emoción en sus ojos y el como no escatima en hacer un servicio rápido y eficiente antes de dejaros a solas y tal como presuponía Feniel por bastante rato.

Una vez a solas y cuando empezáis hablar la mujer de blancos cabellos hace un gesto de saludo.

- Soy Meriel Reymont y como ha dicho vuestro amigo, tengo interés en lo que os ocurrió en las ruinas de Cilant lîs, aunque si tenéis algo que hablar en privado puedo esperar.- se introduce mientras os mira con curiosidad y expectante de vuestra respuesta.- Por otro lado, había oído rumores de fantasmas, sin embargo lo había asociado a habladurías y además los centraban en el antiguo templo de Eothas y no en el bosque.- a diferencia de hasta ahora podéis notar un brillo astuto en sus ojos y sabéis que estaba atenta a cualquier mentira que pudierais contar.

- Por otro lado, había oído rumores de fantasmas, sin embargo lo había asociado a habladurías y además los centraban en el antiguo templo de Eothas y no en el bosque.-

Morrigan parecia algo ausente, por eso su rostro mostró desconcierto y luego un ligero titubeo _{- Si..eso...en el templo... -} volvió a frotarse el cuello ligeramente _{- Y si... no creo que sean fantasmas de verdad... -} había intentado que aquel concepto sonara entrecomillado, para que vieran que no pensaba que lo fueran realmente, pero lo cierto es que habían pasado muchas cosas y quizás no empleó el tono adecuado para ello.

Bebió un sorbito de la jarra que le había tendido Feniel  y que no había tocado hasta ese momento. _{- tuve la visión del nacimiento de un niño. Como lo que nos contaron. Un niño maldito. Creo...-} habló mirando su espumosa bebida, desconcertada de nuevo por aquel recuerdo tan extraño visto a través de otros ojos. Miró al chucho de soslayo pensativa.

Así que no han estado haciendo ciertas cosas pero ha estado entretenido hablándole de las ruinas y las visiones... Meh, supongo que también contará como cita. Le sonrío a la dama mientras se presenta y luego sonrío aún más al escuchar a Morrigan. Ya sea porque se ha confundido o porque pretendía ocultárselo a Meriel, es adorable esa forma de trabarse. 

- No veo motivos para hablar en privado si nuestro querido amigo Ekron ya te puesto al corriente de la situación. - le digo con tranquilidad, haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia - Y efectivamente, lo de los fantasmas lo hemos oído sobre el templo... Pero al parecer en el templo hay otro tipo de monstruos. Aún no nos hemos atrevido a entrar a conocerlos. - me encojo de hombros.

Guardo silencio mientras Morrigan habla de su visión, fijando mi vista en Ekron esta vez, buscando algún tipo de reacción. Después doy un sorbo a mi cerveza también y asiento, continuando la conversación. 

- Por mi parte me parece que vi la vida de uno de nuevos amigos artistas... a través de sus ojos. Y diría que casi al mismo tiempo que Morrigan. Es más, pensábamos ir a buscarte, Ekron, para confirmar si a ti te había pasado lo mismo. Esto de las "visiones" y recuerdos de otras personas está empezando a ser algo curiosamente común, desde que salimos de las ruinas. - miro ahora a Meriel con media sonrisa - Pero entiendo que si tanto interés tienes, tú podrás arrojar algo de luz sobre este asunto, ¿verdad? ¿Eres tú también una viajera y has venido expresamente por las ruinas o llevas ya tiempo aquí?

Pues sí que me ha pasado. Lo de ver el pasado de otra persona a través de los ojos de esa persona - Hala, toma "espía a sueldo de tu padre". Pienso maliciosamente mirando a Meriel con una amplia sonrisa. Bajo el tono para evitar oídos curiosos - Desde que vimos aquel trasto en las ruinas de Cilant Lis. Tenemos mucha curiosidad por saber más. Sin ir más lejos se me ocurren unas cuantas aplicaciones comerciales que... Bueno, que sería interesante, eso es todo...

Un perro callejero que había entrado junto a Feniel y Morrigan y se había mantenido en completo silencio termina por llamar la atención tanto de Meriel como de Ekron cuando este responde a la mirada de Morrigan moviendo el rabo e inclinando la cabeza hacia un lado como esperando algo.

Sea como sea la mujer ignorando de manera bastante obvia la mirada de "te lo dije" de Ekron os mira un poco extrañada.

- He oído algunas historias sobre gente que puede hacer eso, nunca he visto a ninguna pero las llaman Observadores. Como os digo son solo historias y además suelen ser muy poco comunes para que haya encima tres juntos. Casi parece providencia de alguno de los dioses...- os comenta mientras termina de soltar un suspiro.- Es una pena que Caldara ya no esté entre nosotros, ella podría ayudaros mucho más que yo.

Es obvio para Feniel que la mujer si que escucho su pregunta pero que claramente ha decidido pasarla de largo, por otro lado todo lo que dice le parece sincero y no ningún tipo de engaño.

No es por hablar mal de nadie, pero igual a ella no le habría interesado el tema no nos habría creído, cosa que tú sí - comento para animarla - Y yo siento curiosidad por saber más sobre lo que nos pasó allí ¿No dicen que la experiencia es la madre de la ciencia? Me gustaría saber si estas visiones tienen un propósito o utilidad. Claro que corremos el riesgo de morir horriblemente si tocamos lo que no debemos, pero tampoco hay mucha diferencia a lo que te puede ocurrir aquí si dices lo que no debes al oído incorrecto...

Morrigan rumiaba las palabras de aquella mujer de pelo blanco mientras acariciaba la cabeza del chucho al ver que la miraba. Aquellos ojos perrunos la reconfortaban de alguna manera, como si no la juzgaran y solo esperase cosas buenas de ella.

_{- ¿Deberiamos ir a conocer al señor del lugar? -} alternó su atención de Ekron a Feniel _{- ¿U os sentís lo suficientemente altruistas como para ver que monstruos albergan las ruinas? -} ella desde luego tenía curiosidad por saber si la visión era del hijo de aquel poderoso hombre o no. Y ella era una fiel servidora y representante de Berath, lo cual le granjearia seguramente la entrada a su palacio, casa o castillo... pero Ekron parecia más interesado en la segunda opción.

Ella se amoldaria a la que fuera...

Levanto una ceja y esbozo media sonrisa, divertidamente molesto ante la actitud de la peliblanca. Está claro que a Ekron le pueden gustar este tipo de mujeres, pero por mi experiencia traen más problemas que alegrías. Aunque respondo a Ekron, sigo sin perder mi mirada de Meriel.

- Sí, ¿por qué no? Podríamos volver a investigar las ruinas en las que había varias personas petrificadas y en las que casi morimos una vez, seguro no pasa nada. Pero antes de eso, me gustaría saber qué tiene que decir nuestra querida Meriel al respecto de todo esto. - alzo ligeramente la cabeza, esta vez menos sonriente, incluso desafiante - No me malinterpretes, no es que me moleste que nos acompañes a investigar... Pero estaría bien que antes nos explicases qué sabes de todo esto, por muy "son solo historias" que sean. ¿Qué son los Observadores? ¿Y a cuál de los dioses le puede interesar que pasemos por esto?

Sí, los dioses podrán tener sus planes y todo lo que quieran, pero si parte de mi "familia" divina está metida en esto, me interesa saberlo. Simplemente por el placer de no ser su marioneta. Mientras espero a que Meriel responda, doy un sorbo a mi jarra de cerveza y a punto estoy de escupirla al escuchar a Morrigan. Medio tosiendo me giro hacia ella, con una sonrisa extrañada. 

- ¿De verdad te parece buena idea ir a presentarnos al mismo tipo que gobierna un pueblo con un árbol de ahorcados como presentación? ¿O lo dices por el hecho de que hemos llegado casi al mismo tiempo que ha muerto uno de sus familiares? - le respondo con tono sarcástico, recordando lo de las campanas. De hecho, sabiendo cómo van algunas supersticiones, bastante me extraña que no hayan venido a apresarnos ya... Echo una mirada rápida a la salida más cercana y niego con la cabeza, suspirando - Explorar las ruinas sería una opción si hubiese algo que nos pudiera interesar en ellas. - le respondo a Morrigan, volviendo otra vez la mirada hacia la peliblanca.

Meriel le dedica una mirada dolida a Ekron ante sus "ánimos" y se centra en lo que dicen los otros dos.

- Visitar a Lord Raedric es un suicidio por muy divina de Berath que seas, y eso en un día normal. Tal y como dice aquí tu amigo el bardo, la mayoría de supersticiosos os verán como una señal de mal augurio.- sin embargo ante la batería de preguntas del bardo suspira.- No sé mucho de ellos, tenéis el don de ver las almas y sus flujos. Algunos dicen que estos flujos usan las piedras de adra para ello, y teniendo en cuenta sus propiedades no es una idea descabellada. Morir solo significa volver a ese tránsito hasta finalmente reencarnarse. Algunas veces siendo más de lo que fueron, otras menos y raramente lo mismo.- se calla un momento y os mira esperando que ninguno se pierda en su explicación antes de continuar.- Todas las almas tienen un tiempo en que no están vivas, y sin embargo algunas no cruzan al otro lado. Estas almas merodean por el mundo como cualquiera de nosotros, ya sea porque están en transito o simplemente se han perdido. Sea como sea, nadie puede verlas ya que hemos olvidado como verlas. No obstante un Observador puede, de alguna manera él sí sabe como ver. Esto lleva a que puedan conocer a alguien con solo mirarlo, observar recuerdos que su propio dueño no recuerda o que incluso no pertenecen a su cuerpo actual. En cuanto a que dioses estarían interesados en vosotros, no me atrevo a señalar a ninguno, puede que todos o que realmente sea una gran coincidencia y ninguno...- concluye encogiéndose de hombros y esperando vuestras reacciones.

Al escuchar el término "Observador" observo (valga la redundancia) que me estoy perdiendo parte de la conversación - Un momento, por favor. Que me da que este libro me lo han abierto por la mitad y pretenden examinarme de todo lo que no he leído ¿De dónde salen esos "observadores"?...

Bueno, por lo menos podemos descartar que sea nueva en el pueblo... Asiento mientras la peliblanca me da la razón con lo de Lord Raedric y luego presto atención a la explicación de los Observadores. Voy tomando sorbos de cerveza, esperando que semejante explicación pase algo mejor con el alcohol. Lo del adra puede llegar a encajar en todo ello, pero lo demás es algo totalmente extraño para mí y que de una forma u otra encaja con lo que nos ha sucedido. 

Cuando termina, suelto un breve suspiro y me llevo los dedos al puente de la nariz, antes de chasquear la lengua y mirar a Meriel. Desde luego no parece que nos esté mintiendo con nada y aunque entiendo la confusión de Ekron y me interesaría saber cómo hemos acabado siendo esto, hay muchas otras preguntas más prácticas en mi cabeza ahora mismo. 

- Si no he entendido mal... ¿Sería posible volver a tener estas "visiones" si tuviéramos adra? - pregunto, de forma para naaada interesada. Ya que voy a tener que ver a gente muerta, lo suyo es que al menos pueda controlarlo, ¿no? - ¿Y no sabrás por casualidad de dónde han salido estas historias, verdad? O saber de algún experto en la materia. - me encojo de hombros, mirando a los demás - Si queréis averiguar más cosas volviendo al templo es una opción, pero ya repito que no tengo ni idea de cómo funciona eso de convertir a la gente en piedra. Así que no me culpéis si vuestro viaje acaba dentro de una estatua.

La postura de Morrigan, sentada con las piernas ligeramente sepradas, los pies bien platados en el suelo, el codo derecho sobre la mesa y el otro su muslo izquierdo, se congeló en el tiempo. Sus ojos recibieron la mirada de Feniel primero con un extraño relampagueo de un sentimiento confuso, después se recubrieron de una especie de oscura frialdad. Estaba harta de prejuicios, de burlas y de desprecios. Lo esperaba de los humanos, pero de otro de los suyos...

_{- ¿Porque teneis que responder con tantos aspavientos? -} preguntó pausadamente para luego desviar la mirada hacia el perro mientras seguía hablando con su ronca y desagradable voz _{- yo no creo nada. Todo es confuso y extraño. Peligroso también. Solo propongo ideas. -}  Cabeceó asintiendo ante las palabras de la peliblanca, para que vieran todos que comprendia que habia sido un error mencionar aquella idea.

Volvió a llevarse la copa a los labios y escuchó. ¿Realmente ya se daba por hecho que podían tener visiones y que ellos eran Observadores? Era bastante lógico, si, pero aquella idea le daba escalofríos pues la sensación que le dejaban aquellas visiones no eran muy buenas....

_{- Entonces.. ¿cual será nuestro próximo movimiento? -}

La mujer se encoje de hombros ante las preguntas de ambos hombres, aunque se le nota un gesto de fastidio mientras contesta.

- Realmente no lo sé. Como os he dicho son historias y la mayoría leyendas, existen registros de algún observador que otro pero nada consistente... al menos que yo sepa.- es entonces cuando escucha a Morrigan y asiente con la cabeza.- Esa es la cuestión, ¿verdad? Yo os recomendaría ir a Bahía del desafío, en ella esta tanto el sanatorio como la fortaleza de los caballeros de crisol. Los segundos dudo que puedan saber mucho más que yo pero el sanatorio es el lugar más avanzado del Palatinado en el estudio del alma. Sea como sea el lugar está a varios días de viaje así que no recomendaría salir ahora y por otro lado creo que vosotros teníais algo entre manos, ¿no?- concluye con una sencilla sonrisa.

Aunque no se me pasa por alto el gesto de Morrigan, decido responderle encogiéndome de hombros de forma sutil. Prefiero que me odie a que acabemos muertos por no dejarle claro a quién no hay que visitar. No es que me preocupe que quiera ir ella sola a visitar a Lord Raedric... Pero no quiero eso sobre mi conciencia. 

Vuelvo mi atención a la peliblanca, con su explicación más vaga que antes. Me gustaría tener respuestas pero sigo sin tener claro si esta mujer es de fiar. Así que suelto un pequeño suspiro y doy un largo sorbo a mi jarra. 

- No sé a qué te refieres con lo que tenemos entre manos... - carraspeo, echando una mirada de extrañeza a Ekron durante un segundo - ... pero supongo que es una opción. ¿Tienes algún conocido en el sanatorio o en la orden de los caballeros del crisol? Ya que vamos, por si quieres que saludemos de tu parte. - digo medio en broma - Porque entiendo que no querrías venir, ¿verdad?