Partida Rol por web

Y venga, más fantasmas. De verdad ¿Tan difícil es conseguir un servicio decente hoy en día? Claro que hay que pagarles, pero puñeta, ya les vale ¿Acabaré yo así por este don (o lo que sea)? Sinceramente, espero que no.

Antes de venir aquí, mi concepto de "fantasma" era el de alguien que alardeaba de hazañas que no había hecho - le susurro a Meriel.

Y espero a ver qué le contestan a Feniel. Si le atizan un tortazo fantasmal pienso convertir a esa cosa en cubitos...

Meriel mira hacia la dirección que le indicaban tanto Morrigan como Ekron, pero a diferencia de los tres observadores era incapaz de ver al ente que empezó a bajar el puente levadizo sin contestar a nada de lo que decía el bardo.

Una vez acabada su tarea se desvanece en el aire como si nunca hubiera estado allí, sin muchas más direcciones que recorrer el grupo termina por aceptar la "invitación" y se adentran en los terrenos amurallados.

Estos les reciben con un estado bastante abandonado, malas hierbas y matas salvajes se estaban haciendo dueñas de lo que parecía un forum. A su alrededor había varios edificios también abandonados, entre ellos el que más llamaba la atención era una ruinosa capilla rodeada de 5 pilares de adra de distintas alturas.

Y aún había otro edificio que destacaba por su altura al fondo que no dejaba duda cual era la fortaleza del lugar.

El lugar se notaba solitario y a la vez no. A pesar de que las figuras violáceas no se aparecían ante vosotros, esa sensación a la que ya casi os habíais acostumbrado de que algo estaba pasando justo al rabillo de vuestro ojo se intensificaba de manera abrumadora.

Me quedo boquiabierto al observar los impresionantes edificios al otro lado de la muralla - ¡Granizos y heladas! ¿Habéis visto? Esto no es una fortaleza sino una condenada ciudadela. Puede que esté llena de fantasmas, sombras, espectros, almas en tránsito o lo que sean, pero aquí se puede establecer un centro comercial impresionante. Claro, habría que hacer una inversión considerable para restaurar todo esto y ver qué es lo que retiene a todas esas almas aquí... - miro a mi alrededor hasta fijarme en la capilla - Quizá esos pilares de adra tengan algo que ver ¿Tú qué opinas, Meriel? - entonces caigo en la cuenta de que ella no parece haber visto a nuestro fantasma portero - Están aquí, mirándonos. Son unas sombras violáceas... - Intento dirigirme a alguna, pero cuando me parece ver algo y vuelvo la vista resulta que ya no está allí - Bueno, parece que no tienen muchas ganas de hablar. En fin, voy a echar un vistazo a la capilla. Quizá allí encuentre a alguna sombra con ánimo parlanchín.

Me acerco a la puerta de la capilla y conjuro una esfera de luz en la palma de mi mano - ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Si hay algún muerto encabronado que salga por favor, que la humedad es malísima para el reúma...

Hago una reverencia cuando el puente baja, dejando pasar a mis damiselas en apuros que no sabrían qué hacer sin mí. Y a Morrigan, claro. Al llegar a la entrada me detengo un momento y ladeo la cabeza, levantando una ceja. Vale, el adra es como nuestra señal para encontrarnos con cosas raras... E imagino que el supuesto señor estará en la fortaleza. 

- Ya, creo que nos hemos dado cuenta, Ekron. ¿Sabes?, el tipo de la entrada estaba un poco transparente... - comentó con una risilla sarcástica - Pero eso del centro de comercio o como lo quieras llamar, no lo veo. Faltaría personal. 

Al ver que Ekron se dirige al lugar con el adra, suspiro y echo a andar hacia allí, haciendo un gesto con la cabeza hacia Morrigan, preguntando si se viene. Eso sí, me quedo al lado de la peliblanca con una sonrisa de tremenda incomodidad. 

- A lo mejor se me ha frito la cabeza de soñar con tanta gente distinta... ¿Pero podrías recordarnos qué tenía este lugar de especial? Esperaba que hubiese alguien, con cuerpo a ser posible, que nos pudiese contar más de lo nuestro.

No me dejo desanimar por el comentario de Feniel. No deja de tener razón y es algo que habrá que afrontar en su momento - Todo a su tiempo. Pueden pasar meses, incluso años, antes de que este sitio empiece a funcionar. Pero las posibilidades están ahí.

Sigo fisgando hacia el interior de la capilla hasta que oigo la pregunta que le dirige a Meriel. Lo miro con cara de extrañeza ¿Acaso el Feniel junto al que vi a Caldara era otro? Con lo que ha pasado en los últimos días tampoco sería tan extraño.

La indicación nos la dio Caldara en Valle del Oro ¿Recuerdas? Aquella enana tan simpática cuyo crimen fue intentar ayudar a un cretino. Según ella aquí vive alguien llamado Maerwald que nos puede explicar qué hacer con esa capacidad que nos permite ver al fantasma del puente y a los simpáticos habitantes de este sitio. Porque eras tú el que estuviste con Morrigan y conmigo al pie de aquél árbol ¿Verdad? No eres un Feniel procedente de otro mundo ni nada de eso...

Una vez cruzado el puente levadizo, Morrigan se adentró en aquel lugar con tiento mientras que Legend iba un paso por delante husmeando el suelo con fruicción. Que el ente no les respondiera no le sorprendió en demasia. La hierba seca y las malas hierbas impedian que la divina se moviera con la soltura que hubiera deseado, pero tampoco es que estuvieran siendo muy sigilosos.

Asintió al gesto de Feniel, pero se quedó algo rezagada para poder estar pendiente de algún posible movimiento extraño tanto de alguna de las ventanas de la fortaleza como de detrás de algunas de las paredes de los edificios semiderruidos. Se sentía tensa a pesar de ver el abandono del lugar. Quizás era porque lo que una no puede ver le hace más dificil poder anticiparse a movimientos ofensivos.

_{- Solo queremos hablar con el Señor. Por favor -} dijo dando una vuelta lenta sobre si misma por si tenia alguno de esos entes uinvisibles rodeandola.

La joven mira a Feniel desconcertada y termina por afirmar con la cabeza a las palabras de Ekron con un pequeño deje de tristeza.

- Sí, yo solo había oído hablar de Maerwald, hace tiempo que se hizo con estas ruinas y nadie le protesto la adquisición. Sin embargo tampoco es que siga mucho esos temas y no sé porque está en un estado tan abandonado...- la mujer miraba con curiosidad los pilares de Adra y al ver lo nerviosa que estaba Morrigan ella misma empezaba a avanzar cada vez más tensa y expectante.

Morrigan intenta ver algo por el lugar, pero parecen estar solos de la misma manera que nadie contesta a su petición... y sin embargo esa sensación continuaba en todo el lugar.

Por su parte veis entrar a Ekron en la capilla y oís un grito por su parte, cosa que hace a Legend retroceder atrás de Morrigan como el valiente perro que era. Por su parte Meriel no duda y avanza hacia la entrada con preocupación...

Abres la puerta desvencijada de la Iglesia y de repente ya no está desvencijada... Tampoco es una iglesia, es una casa modesta parte de ella en llamas. Ves a una mujer glanfathana observando la escena de su interior justo a tu lado con una sonrisa de satisfacción y odio. Cuando miras atrás puedes ver un poblado sencillo en llamas con bastantes guerreros asaltando otras casas matando y violando a placer por el lugar y lo que había dentro del lugar no era muy distinto.

Una mujer suplica por ayuda mientras un hombre glanfathano la forzaba, de algún modo sabes que ese hombre es el amante de la mujer que parece dirigir todo el asalto. Son la tribu de las 9 garras y no iban aceptar que esos extranjeros ocupasen una tierra que no les pertenecía en absoluto.

En ese momento ves como un aldeano se acerca a la mujer por atrás y la atraviesa con una horca, sientes la puñalada como tuya a pesar de estar separada del cuerpo y gritas de dolor antes de despertar y ver ante ti una simple capilla abandonada y ruinosa...

En ese momento notas como alguien se acerca por detrás tuya a toda prisa...

Lanzo una maldición en élfico cuando siento esa hoja rastrera rozándome el costillar. Pero mi atacante no cuenta con mi magia. Gritando una palabra arcana desaparezco del vano de la puerta para reaparecer sobre el tejado de la casa y después volverme hacia él con una mirada asesina en los ojos...

Todos veis que cuando Meriel corre hacia Ekron, este desaparece sin más. Si no fuera porque ya le habíais visto tener esa magia podrías esperar lo peor, sin embargo ya familiarizados no tardáis en verlo al borde del tejado medio derruido de la capilla a punto de lanzar un conjuro contra la peliblanca hasta que parece que la reconoce y poco a poco el odio de su mirada pasa a estupefacción.

Me encojo de hombros sin más con la explicación de Ekron y eso de si estaba allí. Una cosa es acordarse de canciones e historias que te puedes inventar sobre la marcha y otra saber quién dijo qué. Además, vete tú a saber si eso no era hace ya tiempo como dice. Pero lo más importante es cuando Ekron entra en la capilla... y sale aún más rápido que antes. Algo sorprendido me llevo la mano a la ballesta, no sin antes soltar una carcajada.

- ¡Ekron, hombre! ¡Que pareces un gato que acabase de ver al perro más rabioso del pueblo! - me voy acercando lentamente a la capilla sin intención de entrar pero sí de ver algo dentro que haya asustado a nuestra cartera común - A ver... ¿A qué bicho hay que matar para que bajes de ahí? ¿Una polilla o una cucaracha?

La energía mágica ya estaba entre mis manos, dando forma a un afilado proyectil de hielo entre una densa nube de aire frío. Sin embargo me detengo al reconocer a Meriel. Ni ella es el que me ha atacado por la espalda ni yo soy una zorra chiflada. Bueno, chiflado un poco. Y zorro... Que le pregunten al Caballero Pescado ¡Ja!

Escarchas, Meriel. Lo siento. Yo... - casi te doy con lo más fuerte que tengo - Lo siento.

Por suerte, la broma de Feniel me da la oportunidad de rebajar la tensión - Pues he tenido otro de nuestros "recuerdos", y debo decir que aunque no me considero especialmente xenófobo estoy empezando a cogerles una manía considerable a los glanfathanos. Creo que incluso les deseo un enema de guindillas colectivo así por las buenas.

Me agacho cuidadosamente para descolgarme del techo y volver al suelo - ¿Me podéis echar una mano? Por aquello de no abrirme la cabeza y tal...

Todo fue muy rápido y confuso y la divina apenas pudo reaccionar con lógica a todo aquello, salvo mirar en una dirección y otra con el arma en su mano he intentando verlas llegar. Todo parecia haber sido un malentendido, o tal y como explicó Ekron, otro "sueño" de esos.

Tragó saliva con preocupación. Aquello le generaba muchas dudas pues no quería atacar a uno de los suyos por error. AS parte de que tampoco le hacia gracia que le invadieran la mente y le metieran recuerdos que no eran suyos. Envainó su espadón y se acercó a ayudar al humano para que bajara del tejado de forma segura pero en todo momento sus ojos se lanzaban en todas direcciones intentando verlas venir, a pesar de que sabía que no conseguiria nada con aquello.

_{- ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a entrar en la...capilla esa o en la fortaleza? -}

Acepto de buen grado la ayuda de la divina. No quisiera tener que malgastar otro conjuro.

Por mi parte he perdido el interés en la capilla en favor de un renovado y mayor interés en encontrar a Maerwald - Que yo que no tengo ni medio soplamocos me dé por atizar un guantazo puede tener un pase, pero como le dé a la guerrera ya me puedo ir reservando una parcelita de 2x2 en el camposanto más cercano. Gracias pero no gracias - Además, yo diría que mi visita al pasado de este lugar ha sido causada por la cercanía de todo ese adra - Y ya sólo por desahogarme me dirijo a la inocente sombra más cercana que pueda ver por el rabillo del ojo - ¿Y tú de qué te ríes, tonto'l'haba?...

La peliblanca palidece un momento cuando ve desaparecer a Ekron y este estaba apunto de conjurar contra ella, instintivamente ella empieza hacer lo mismo hasta que afortunadamente el hechicero se da cuenta de lo que estaba haciendo. La situación es un poco tensa y las disculpas de Ekron no parecen estar surtiendo del todo el efecto deseado.

Sin embargo la broma de Feniel relaja el ambiente lo suficiente como para al menos dejar el tema de lado por ahora.

- Pero, ¿qué es lo que has visto?- pregunta la peliblanca mientras Morrigan ayudaba a Ekron a bajar tanto con curiosidad como táctica para cambiar de tema...

Cuando Feniel se asoma por la capilla, lo único que ve es lo esperable: el interior abandonado y con parte del techo derruido. Ni siquiera hay lugares donde una criatura pudiera acechar. Pues las sombras, que no resultaban un impedimento para la visión del divino, eran los únicos sitios donde podían esconderse.

La pregunta de Meriel me hace poner un gesto como si un troll me hubiera dado una patada en la entrepierna con una bota de hierro erizada de púas. 

Los glanfathanos atacaron este lugar en algún momento del pasado - señalo hacia la capilla - Eso no era una capilla sino una casa. Yo era una elfa cabrona a la que le parecía muy divertido que el cafre de su... ¿los elfos se casan? Bueno, es igual. Su macho, su pareja, su marido... lo que sea... - me encojo de hombros - Estaba violando alegremente a la mujer que vivía aquí. Lo consideraba de justicia por haber invadido su territorio o algo. Igual había otra piedra de "soy-tan-sagrada-que-te-cortan-los-huevos-por-mirarme". El caso es que alguien llegó por detrás y le clavó un puñal entre las costillas, que fue lo que noté cuando me tocaste. Por eso digo que me perdonéis la pérdida súbita del interés por mirar en el interior de la capilla y vayamos a encontrar a Maerwald ¿Podría ser, digamos, ya mismo?...

La divina escuchó a los enamorados ¿porque algo habia entre ellos, no? rumiando cada una de las palabras. Finalmente cabeceó asintiendo a Ekron, conforme a la idea de ir directos a buscar al tipo aquel

_{- ¿Pero estamos seguros de su ubicación? -} fue lo primero que surgió de sus sonrosados labios, para luego girarse hacia Feniel _{- A no ser que querais entrar primero en la capilla. Podria entrar contigo si te da miedo hacerlo solo... -} no iba con sorna ni malaintención, aunque justo al decir aquello pensó que quizás podría haber herido su ego masculino

Sin ánimo de ofender, Morrigan, pero contigo me da más miedo que solo ¿Y si a ti te da por revivir como nuestro amigo el empotrador y me ves como al tipo que le dio la puñalada a su cotufa? - pongo la mano de canto sobre mi frente simulando una espada cayéndome en la cabeza - La raya en medio no me favorece nada. Y mucho menos si me parte en dos. Ya me entiendes.

Miro las desastradas ruinas - No es que Caldara nos dijera exactamente dónde está Maerwald, pero podemos ir mirando edificio tras edificio hasta dar con uno que parezca habitado...