Partida Rol por web

Pavel, cubría el pasillo siguiendo las instrucciones de Mark apuntando a matar, no tenia ninguna intención de hacer prisioneros si las cosas se salían de madre y por su concentración en el tema no dejaba dudas, a un observador externo, que era así.

El movimiento de la tripulación le molesto un poco, por apresurado, pero no le inquieto demasiado, las instrucciones de Mark eran acertadas, a su entender, pero le parecía que estaba cayendo en la paranoia.

Aun asi..

-Mejor paranoico vivo que confiado muerto-pensó.

La Oficial Ingeneiro avisó al compañero.

- Señor Gutierrez, haga un rastreo de medio alcance, para localizar contactos en movimiento o aproximación.

No quería ella dejar de controlar los sistemas de guerra electrónica, pero, si el marine decía que algo andaba mal, es que seguro que podía ser.

- Señora Scharhorst, esté atenta para iniciar maniobras evasivas de emergencia y trace una trayectoria de alejamiento segura en 10 vectores. La ingeniero sabía que si el capitán daba la órden de salir disparados, los marines lo pasarían mal, pero el puente sería arrancado, y más que repararlo, habría que construir uno desde cero. - Bueno, igual los anclajes se podrían reutilizar.

Al escuchar las palabras de Malta, los tripulantes se pararon de inmediato y regresaron despacio hasta el puente, excepto el hombre que el jefe de los marines había indicado, que siguió avanzando de forma calmada, con los brazos sobre la cabeza, sin hacer movimientos que pudieran identificarse como hostiles.

El barrido de sensores de Lenín indicó las posiciones de siete de los tripulantes: los cinco que acababan de salir del puente y los dos que permanecían cerca de uno de los destruidos cañones láser de la nave. Los sensores no indicaban que quedaran marines intentando repetir el truco de moverse por fuera de la nave que habían realizado los soldados que ahora estaban metidos en el congelador de la Valkyria. Lenín transmitió estos datos a los integrantes del equipo de asalto y a todas las consolas operativas.

Después, Lenín confirmó que no había naves acercándose desde el planeta o alguna de sus lunas, ni tampoco desde el exterior. Parecía que la nave enemiga no había logrado pedir ayuda de forma eficaz. O la ayuda estaba aún demasiado lejos.

- Continúe avanzando. Cuando esté a 10 metros póngase de rodillas manteniendo las manos en la cabeza. Uno de nosotros le inmovilizará y después le traerá hasta nosotros. La más mínima desviación al seguir estas instrucciones o gesto sospechoso será interpretado como un acto hostil y será abatido inmediatamente. Le ruego no nos obligue a ello. No tenemos especial gusto por matar gente innecesariamente.

- Ahora, indíquenos su nombre completo y rango, si disponen de combustible suficiente para realizar un salto y si transportan alguna carga.

- Ostenhöllen, proceda a inmovilizar al individuo con la cinta americana que hemos traído. A la mínima sospecha no dude en usar su hacha.

- Valdes, continúe con el traspaso del material.

- Capitán, ¿desea que traslademos a los prisioneros a la nave o que los inmovilicemos en sus propias camas de crionización?

-Métanlos en sus propias neveras, Malta. Cuando puedan, traigan al capitán para que podamos charlar con él. Mande a De Bligh de vuelta con él, nos vendrá bien en el interrogatorio. El resto del equipo de abordaje, acaben el barrido de la nave. Y si tienen un momento, miren a ver cómo están esos dos ingenieros que detecta Gutiérrez, uno de ellos debe de de estar medio muerto.

Mientras hablaba, Renzio seguía pensando en cómo dividir a la tripulación para poder llevarse el cascarón. Pero antes quería tener una charla con el capitán...   

Darko hizo caso inmediato a su capitán, inmovilizando sin demasiados miramientos al capitán enemigo, atento (casi desenado) a cualquier movimiento inesperado que pudiera hacer, para estrenar el hacha que llevaba lista para utilizar.

El agente observo con mirada profesional la brutal aunque muy eficiente inmovilización que Darko hacia del capitán con apenas perceptibles movimientos con la cabeza asintiendo como dando su aprobación.

Tras escuchar las ordenes el capitán miro a Mark para que le diera permiso para llevarse al capitán o le indicara que esperara.

El tipo que había estado avanzando siguió las órdenes de Malta al pie de la letra. Era un tipo joven y en forma, con un pelo rapado al estilo militar. Se puso de rodillas y mantuvo las manos detrás de la cabeza antes de hablar.

- Mi nombre es Benjoe Kingan, Marine de la armada de Pourne. La nave dispone de combustible suficiente para realizar un salto. No transportamos cargamento alguno.

Darko se acercó hasta el marine Kingan, le inmovilizó las manos y le llevó hasta la cámara de criogenización, introduciendo al tipo en una de las cámaras.

Después de Benjoe salió una mujer que también fue puesta a hibernar por Darko.

Pero después no salió nadie más. Quedaban tres personas en el puente, el Capitán Amuuinzier, la teniente Kamawaga y un hombre más, el que había estado avanzando sujetando el brazo del hombre que encabezaba la comitiva original.

Desde el puente de la Ikurdagur llegó una comunicación. - Soy la teniente Kamawaga. Deseo hablar con el capitán de la Valkyrie. Quiero llegar a un trato. El Capitán Amuuinzier no va a colaborar, pero el marine Barnels y no queremos colaborar. Tenemos información valiosa. Por favor, déjennos salir y se la entregaremos junto al capitán.

Stefan estudio con con atención tanto la disposición de la nave como las proyecciones sobre los tripulantes que los sensores estaban dando.

-Como sigamos haciendo el gilipollas con los capullos del puente de mando los ingenieros se quedan para los buitres-pensó.

Y no es que fuera muy partidario de hacer esfuerzos suplementarios pero también estaba esa vena en la que se aburría y le hacia correr riesgos absurdos, y le asaltó. Además no pudo por menos que compadecer a esos pobres diablos.

-Capitán, si me da permiso, podría ir con un botiquín a auxiliar a los ingenieros de arriba. No pongo en riesgo el proceso de captura de los tripulantes de abajo, solo paso por la zona controlada por los marines. Dado que ha decidido salvarles los cuern..., perdón, la vida, parece lo mas lógico Podría mandar una señal al resto de la tripulación que realmente no les queremos muertos y facilitar su rendición. por otra parte soy el mas prescindible y en el puente no haga nada útil por el momento.

Miro al capitán y añadió

-Soy plenamente consciente de los riesgos y del protocolo en caso que me tomaran como rehén. Seria coger unas esposas, una pistola laser, seguro que el señor De Bligh o el señor Malta pueden prestarme la suya, el botiquín y cruzar los dedos.

Presto mucha atención al mensaje que había radiado la teniente Kamawaga y medito unos instantes intentando ver si podía entrever el engaño en sus palabras, desde luego era una situación extraña.

-Pavel a puente-dijo en abierto- quizás seria una buena idea facilitar esa rendición, por evitar mas altercados ganando tiempo y minimizando riesgos, por obtener esa información, sin tener que ser drásticos y porque tamaña desobediencia, si no es una trampa, pondría a esos dos tripulantes en una posición francamente difícil ante sus jefes. Si el capitán volviera con vida podrían enfrentarse a cargos de desobediencia o incluso motín,  en el mejor de los casos es una larga temporada en un penal, en el peor la ejecución. Lo mismo tenemos un par de voluntarios para nuestra empresa, con contrastada habilidad.

Renzio escuchó los mensajes que llegaban desde la nave enemiga mientras desviaba una parte de su atención a Holderlin, al que respondió:

-Adelante, Holderlin. Pero que le acompañe uno de los dos marines cuando entre ahí dentro, no quiero ningún susto. Además es posible que necesitemos algún ingeniero allí si queremos llevarnos la nave.

Luego abrió el canal con el grupo de abordaje:

-Les habla el capitán. Mensaje recibido, caballeros. Veamos qué tienen que decir esos dos insurrectos, no podemos perder mucho más el tiempo. Malta, Holderlin va para allá para echar un vistazo a los ingenieros heridos, que le acompañe un marine por si acaso. Dejo el resto del abordaje en sus manos, pero me vendría bien tener a De Bligh por aquí para hablar con esos dos.  

- Entendido, capitán. ¿Puedo sugerir enviar nada más a la teniente Kamawaga con De Bligh y Ostenhöllen? Mientras mantendríamos al marine Barnels inmovilizado en la nave y congelaríamos al Capitán Amuuinzier. De lo contrario nuestras fuerzas estarían demasiado dispersas para garantizar la seguridad de los equipos en ambas naves.

- Si no puedo regresar con De Bligh y Ostenhöllen y dejar que Valdés y Holderlin se encarguen de los heridos y de revisar la nave. – sobreentendiéndose que dejarían en cualquier caso al Capitán Amuuinzier congelado y que en este segundo caso llevarían a Kamawaga y Barnels a la Valkyria.

- Como usted indiqué, capitán.

-Al habla el capitán. Opción B, Doble. Traigan aquí a los dos insurrectos mientras Holderlin y Valdés echan un vistazo a los heridos. Luego pueden volver a terminar de revisar en profundidad la nave.

- Recibido, capitán. – contestó antes de dirigirse de nuevo al pasillo.

- Teniente Kamawaga, su petición ha sido aceptada por el capitán. Manténgase en el puente. El marine Barnels llevará al capitán Amuuinzier a la cámara de crionización y después será cacheado. Una vez confirmado que no porta armas le indicaré para que usted pueda salir. Le cachearemos a usted y si todo va bien se pondrán los dos los trajes de vacío y los escoltaremos a nuestra nave como han solicitado. Si hay cualquier desviación al seguir estas ordenes abriremos fuego a matar contra quien las desobedezca. Les solicito como a sus compañeros que no nos obligue a ello. Preferimos evitar muertes innecesarias.

- Vamos a enviar a nuestro médico a su nave con equipo para atender a sus heridos. Indíqueselo a sus ingenieros, así como que sean cooperativos. A la mínima sospecha mis hombres tienen ordenes de abrir fuego a matar.

- Ahora, por favor, que salga el marine Barnels y el capitán Amuuinzier. – informó al puente elevando la voz para que le oyeran sin perder su posición preparado para abrir fuego a la mínima tontería.

- Valdés, te necesitaremos aquí para cachear a los invitados.

Ahora que las cosas parecían tranquilas en el puente y que se había pasado a una fase más "física" en la nave enemiga, Lenín se pone a trastear con la computadora haciendo un barrido por las cercanías de la nave a ver si encuentra las armas de los marines enemigos. Si cayeron en este punto, supongo que la trayectoria sería igual a la tangente de la inclinación de la nave con el coeficiente de desplazamiento aproximado 6,5 m/s, por lo que empezaré por este sector...

La mente de Lenín se puso en marcha mientras tecleaba y vigilaba las pantallas con avidez. Rápidamente se ensimismó mientras las luces del monitor se reflejaban en sus gafas.

Barnels salió escoltando al  Capitán Amuuinzier. Como en la primera ocasión, le estaba sujetando el brazo por detrás de la espalda para evitar que intentara escaparse. Avanzaron despacio por el pasillo hasta llegar a donde estaba el equipo de abordaje.

Amuuinzier era un tipo alto, con el típico rictus de los nobles en la cara. Ese que te hace pensar que hueles mal y que estas ofendiendo su delicada pituitaria. Barnels era un tipo joven y fuerte, el típico marine. Amuuinzier iba diciéndole algo, pero Barnels no le respondía. 

Al fin, cerca de dónde estaban Malta y el resto, dijo algo. - Cállese, Capitán. 

Valdés se encargó de cachear a Barnels y Amuuinzier. Asintió a Malta, indicando que todo estaba correcto. Después, llevaron al Capitán hasta la cámara de criogenización de la Ikurdagur, junto a sus dos compañeros.

Barnels comenzó a ponerse un traje de vacío, con precisión militar, mientras la Teniente Kamawaga salía del puente.

Avanzó despacio, con los brazos en alto. Al llegar a donde estaban los corsarios, Valdés la cacheó y asintió. Parecía limpia. Kamawaga comenzó a ponerse el traje de vacío mientras Holderlin llegaba a la esclusa con un botiquín. Sin embargo, ante una indicación de Malta, se quedó esperando a que estuviera todo listo.

Finalmente, Kamawaga terminó de ponerse el traje de vacío y cruzaron hacia la Valkiria, precedidos por Pavel y Darko. Malta cerró la comitiva, mientras Valdés y Holderlin se dirigían hacia el lugar donde estaban los dos ingenieros heridos.

Enfundados en sus trajes, Valdés y Holderlin se dirigieron hacia el piso donde habían detectado a los ingenieros heridos. Utilizando el ascensor que se encontraba a la izquierda de la esclusa, subieron hasta el piso superior. Al entrar se encontraron con una zona parcialmente destruida. Aunque los sistemas de seguridad de la nave debían haber funcionado, era evidente que el lugar había estado en llamas hasta hace relativamente poco: aún se podía encontrar espuma antiincendios por el lugar. 

Era un hangar grande en el que se podía ver una pequeña lanzadera, que tanto Holderlin como Valdés reconocieron rápidamente: era similar a las que se utilizaban en los abordajes a naves. Había unas compuertas a la izquierda, suficientemente grandes como para dejar salir a la lanzadera. A la derecha, cerca del pozo de mantenimiento de una de las torretas láser que habían destruido, vieron dos figuras humanas. Una estaba en el suelo, y la otra le estaba realizando maniobras de reanimación.

Sin los cascos y con las manos atadas con cinta americana, los dos tripulantes de la Ikurdagur se presentaron en el puente, escoltados por Darko, Malta y Pavel. 

La Teniente Kamawaga entró en el puente con la cabeza alta y no perdió detalle de todo lo que encontró allí. Barnels parecía bastante impresionado con lo que estaba viendo. Después de todo, el puente de la Valkyria era un lugar de alta tecnología, bastante más avanzado que lo que era normal incluso en las naves militares. Su estética vintage parecía sacada de una holonovela de piratas. Barnels parecía echar solo en falta que el Capitán no llevara un parche en el ojo y un ciberloro en el hombro.

- Se presenta la Teniente Akeno Kamawaga, de la nave Ikurdagur, perteneciente a la Armada de Pourne. - Kamawaga se dirigía a Gormanidi, al que parecía haber identificado fácilmente como el oficial al mando. - He asumido el mando de la misma y la rindo ante usted, Capitán. 

En la consola de Lenín sonó un pequeño pitido cuando los sensores encontraron las armas de los marines flotando en el espacio. Las tenía localizadas, lo cual no había sido nada fácil. Cuestión distinta era qué iban a hacer para recuperarlas. Lo más sencillo sería salir al espacio a por ellas. O quizá se podría maniobrar con el brazo mecánico para pillarlas, aunque eran bastante más pequeñas que los marines. Y no iban a colaborar tanto como ellos.