Partida Rol por web

El barco se aleja más y más de la costa, navegando sereno gracias a los vientos suaves que lo empujan mar adentro. El cielo continúa despejado y todos los que miráis a las estrellas, os dais cuenta que no lloverá esta noche. Pero también sabéis que el Mar Caribe es muy traicionero y que en pocos minutos puede desatarse una terrible tormenta.

Los vientos hacen que el barco avance en línea recta, alejándose varios kilómetros de la costa.

miro los mapas y calculo la mejor ruta.

Tras ayudar en lo que pude, me prepare para cuando el barco empezo a alejarse de la costa .. voy en busca de diego para preguntarle a donde nos dirigimos ...

El doctor, estirando su dolorida espalda, camina hasta la proa del Berenice, mirando el horizonte curvo y azul. Las gaviotas aún les acompañarán unas horas, hasta que estén en mar abierto.

- ¿Qué se nos ha perdido en Tortuga, si puede saberse?

Hace la pregunta en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular, mientras sigue con la vista fija en el horizonte.

Al escuchar al buen doctor, subo la escalerilla hasta el castillo de proa y me aproximo hasta el.
Desde alli, la vista que nos permite vislumbrar el foque es magnifica. Y a veces, nos mojan los rociones de espuma que provoca nuestra proa al cortar las olas.
Bueno doctor.
Digo yo mientras aprovecho para remojarme un poco.
Realmente, eso no es asunto nuestro. La capitana sabe lo que hace.

Spade mira al joven marinero con media sonrisa.

- ¿Sabes, Holandés? yo también me embarqué una vez siguiendo unos ojos bonitos y un par de tetas. No acabó bien... - Cierra un momento los ojos, como para sacudirse un mal recuerdo. - Desde entonces, prefiero saber a dónde voy y qué vamos a hacer allí antes de subir al barco.

Al bajar del castillo de popa me detengo para observar los cañones que Peter ya tiene preparados

Esperemos no tener que usarlos, aunque hay mucha gente por aqui que no opina lo mismo

Me detengo allí mismo a contemplar la quietud del mar, difrutando del olor a salitre y la humedad, del crujir del barco y su lento vaiven; respirando profundamente ese ambiente que tanto me gusta.

Voy a por una botella de Ron para celebrar que ya estamos en marcha se me escapa en voz alta, y acto seguido me dirijo al camarote a por ella.

Una vez acabado el trabajo Stan sube a la torre de vigía. Desde allí puede ver a todos los que caminan sobre la cubierta del barco, y si el día está tranquilo la mayoría de las conversaciones llegan, mecidas por la brisa marina, hasta lo alto del mastil. Stan se ha acostumbrado a escuchar las voces del barco aquí y allá, sin indentificar muy bien de donde vienen mientras sus ojos escrutan el horizonte.

A veces alguno de los marineros, o incluso el doctor, que aunque no lo admita no es demasiado amigo de las alturas, suben a hacerle compañia un rato. Sobre todo los días en los que no hay viento y el barco casi no avanza hacia su destino. Aun así a Westen no le importa estar solo, le da tiempo para pensar. Por desgracia la capitana le ha prohibido fumar mientras esta de guardia, demasiadas falsas alarmas.

Veo a rodrigo y corro hacia el
- esto ... Rodri ... go - digo terminando su nombre para no dar un termino demasiado " afectivo "
- yo .. ¿que tengo que hacer? - digo desviando la mirada

Asiento en silencio al oir las palabras del buen doctor y cruzándome de brazos, contesto.
Mal motivo ese para embarcarse. Pues de todos es sabido que la mar puede ser tan imprevisible como una mujer. De todos modos...
Añado tras encojerme de hombros
No es problema nuestro el rumbo que tome la Berenice. Nuestra obligación es, simplemente, cumplir con las ordenes que se nos den.
Y en ese momento me giro pues oigo la frase de nuestro oficial.
¿Que te parece doctor?. Un trago de ron siempre viene bien para calentar el animo y las entrañas.
Suelto una breve carcajada y acabo diciendo.
Creo yo que ya nos hemos remojado suficiente por hoy.

El navegante traza un excelente rumbo hacia la Isla de Tortuga e imparte las indicaciones a la Capitana, que como la persona al mando, órdena a los demás cambiar el rumbo y avanzar hacia Tortuga. Stanley ya se encuentra en la torre del vigia, explorando la mar con su catalejo, buscando cualquier peligro que pueda acechar en estos mares.

Es bien sabido que el Mar Caribe es peligroso, las tormentas imprevisibles son la principal causa de naufrágios, sin embargo, este mar está poblado de piratas de toda indole, los cuales no cesarán hasta ver a vuestro barco abordado o hundido en lo más profundo del oceano. También, cuentan las leyendas, que en estos lugares habitan criaturas y que muy pocos han sobrevivido a sus ataques para contarlo.

El barco continúa avanzando hacia su dentino mientras que el mar sigue en calma con una suave brisa que los hace avanzar.

Stanley limpia el visor de su catalejo y lo enfoca. Empieza mirando el escote de María y despues va elevándolo hasta fijar el foco en el horizonte azul.

Oteas el horizonte, y no ves nada raro. Todo está en calma y nadie os persigue. Ni rastros de barcos cercanos, y sobre todo, ni rastros de tormentas.

Todo tranquilo.

El doctor echa un trago de ron para quitarse el sabor de la espuma de mar de los labios. Acto seguido, se pone a las órdenes de los marineros. Quizás no sepa navegar, pero sabe halar de un cabo y hacer un buen nudo...

Soy el siguiente en tomar un trago de reconfortante ron. Y hecho esto, miro hacia la cofa del palo mayor y, alzando la voz, digo.
¡Stanley!. ¿Que tal por ahí arriba?. ¿Distingues algo?.
Y mientras espero el informe de nuestro vigía, paseo mi mirada por las velas del Berenice.
Estas aparecen hinchadas por el viento suave pero constante sin ni una sola arruga. Su superficie, de momento, permanece lisa. Señal de que están bien centradas y desplegadas.

Stan se asoma al oir su nombre.

-Por aquí está todo tranquilo. Ningún barco a la vista y mar en calma.- dice desde arriba, lo suficientemente alto como para que le escuchen.

Después vuelve a sentarse mientras observa el paisaje con parsimonia.

Dios, ahora si que vendrían bien esas hojas de coca que mascan los indígenas de Colombia...

Al ver llegar a María visiblemente apurada no puedo evitar una sonrisa en mis labios.

Tranquila María, encontraras tu sitio en el barco... aqui hay muchas cosas que hacer, dejame pensar...mmm.... mira te voy a dar una idea, por supuesto es solo eso, una idea, así que puedes aceptarla o no, supongo que sabras cocinar, ¡ey! incluso podrias hacer algo español, que es donde mejor se come de todos los sitios en los que he estado, ¿que te parece si preparas una comida para que todo el mundo y se pongan a lamer hasta el plato? si lo consigues te aseguro que después del día de hoy, antes me hechan del barco a mi que a ti.

Mientras hablo vuelvo a perderme en sus impresionantes ojos verdes, tanto que pierdo un poco la noción del tiempo, embobado, encantado...

esta niña tiene algo... puede llevar a cualquier hombre adonde ella quiera

Raven seguía imovil, escuchando el suave sonido del mar. No tenía mucho que hacer por lo que trataba de relajarse y disfrutar de la travesía.

Sonrei a Rodrigo ... ¿que le pasaba? de pronto parecia como ausente ..., me miraba fijamente y mas fijamente aun le miraba yo ... tenia unos ojos bonitos, una sonrisa varonil, era todo un hombre español ... hacia mucho tiempo que no veia uno ...
- Claro que acepto tu idea, es genial - digo casi en un susurro sonriendo dulcemente a la vez que empiezo a pensar que comida podria ser la adecuada, sin dejar de mirarle
- Rodrigo ... te estoy muy agradecida por todo lo que estas haciendo por mi - digo levemente colorada, le debia tantas cosas ....
- Sin ti ... estaria perdida o ... quizas muerta, muchas gracias - dije de pronto con los ojos acuosos reteniendo mis emociones, mi labio inferior temblo suavemente

No tienes que agradecerme nada... digo pasandole el dorso de la curtida mano para secarle una pequeña lagrima que pronto se colmaría y caería. Para volver a hacerla sonreir bromeo, Bueno si, hay una cosa... no creo que fuera muy buena idea esconderte en un barco lleno de desalmados piratas ¿no crees?

En serio María... eres la mayor alegría que he tenido en mucho tiempo, no te sientas una carga. Y no dudes en pedirme más ayuda si la necesitas. vuelvo al tono jocoso ¿tienes pensado algún buen plato andaluz para sorprendernos?