Partida Rol por web

- ¿Navio? Uy... recuerdo cuando navegaba en un barco que después... blablablablaaaa... -, te dice el bigotudo mientras comienza a apoyarse contra una pared. - Blablablabla zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZZZ. -

Y allí se queda dormido...

Veo la irritación de vargo y que nadie le cura, pensaba que el doctor lo hacia ...
- cálmate - le digo agachándome a su lado y mirándole la quemadura
- yo te lo curaría pero todo sea que si lo ago el doctor tenga que cortarte el pie - sonrio dulcemente tratando de retirar con cuidado la bota
- aguanta - susurro cogiendo el cuchillo que la capitana nos regalo y haciendo un pequeño corte en la bota para hacerla algo mas grande y que la bota saliera mejor

Y yo. al ver la escena, me relajo levemente.
María. Lo primero, elimina la sal con una buena cantidad de agua dulce. Y después, aplica aceite. Eso minimizara las posibles ampollas.
Ahora miro al doctor y añado.
Espero que apruebes el tratamiento. Aunque no estaría demás que lo supervisaras para poder largarnos a una taberna lo antes posible

Elisabeth mira la escena preocupada por el dolor que pueda sentir Vargo... frunce ligeramente el ceño al escuchar algunas de sus palabras, pero no replica, pues el dolor debe ser insoportable. Se queda junto a María por si necesita algo, puesto que no sabe qué puede hacer.

Asiento a peter y voy a por agua dulce para eliminar la sal como el dijo y también a por algo de aceite, vuelvo con los bártulos me sentía tan bien de poder ayudar ... me agacho sobre el
- Primero pondré el agua, lo del aceite mejor que lo haga el doctor no vaya a ser que la líe - digo
- bueno ... te iba a decir " si te duele grita " pero no creo que te haga cosquillas - sonrío a vargo
- ¿preparado? - pregunto esperando su respuesta o esperando si el doctor tenia algún inconveniente

Spade sigue mirando fijamente a Peter.

- No se aplicará ningún tratamiento a ningún tripulante de este barco hasta que te disculpes, Holandés. Puedes irte, si te place, pero espero que los demás recuerden bien mis palabras antes de meterse en algún lío.

Se pone la chaqueta y agarra su bolsa, con sus escasas pertenecias y oro, antes de lanzar una mirada a Stan mientras se dirige a la pasarela.

- ¿Nos movemos un poco, señor Westen?

Irritante. Ese es, sin duda, el epíteto que define el comportamiento del doctor.
Y dando un paso al frente lo agarro por el hombro y le obligo a dar media vuelta.
Y ahora escuchame tu a mi. Tus creencias son asunto exclusivamente tuyo. No pidas una disculpa a alguien que no las comparte.
Y ahora, como podrás comprender, es juste que te avise. La próxima vez que me pidas que me disculpe por algo, hazlo convenientemente armado
Y ahora, mi mano izquierda agarra la vaina e mi sable y lo inclina hacia delante para facilitar el desenvaine.

Me dirijo con pasos largos y rapidos hacia ellos y me interpongo dando un empujon a Peter y una mirada asesina al Doctor

MALDITA SEA CHICOS!!! NO QUIERO PELEAS Y MENOS ENTRE MIEMBROS DE LA TRIPULACION...Arreglar esto con buenas palabras y sin armas o me vere obligado a castigaros y poner orden. Se suponía que hace un momento nos ivamos de fiesta... Doctor, si no quiere atender al holandes no lo haga pero creo que deberia ayudarlo a pesar de su venenosa lengua y sus creencias, y Peter... no amenaces ni desenvaines tu espada tan a la ligera ante un miembro de esta tripulación o te las veras conmigo.

Jamas, Rodrigo, amenazo a la ligera. Eso, es algo que ha de quedar claro.
Miro ahora al doctor y añado.
Interesante creencias la tuyas ya que las antepones a cuidar de un compañero herido. Esto te puedo decir. Cuando estemos en combate y me oigas maldecir a cualquier dios, espero que sigas tratando a los heridos. Pues si por tus creencias, algún miembro de la tripulación acaba muerto, yo personalmente pediré permiso para ocuparme del asunto a mi manera.
Y mi mirada se clava en el rostro del doctor.
¿Ha quedado claro?

Poco a poco vierto el agua dulce sobre la pierda de vargo tratando de quitarle la sal como peter me aconsejo ...
- te vas a quedar sin pierna me parece a mi - bromeo a vargo viendo como rodrigo trata de poner orden entre ellos ¿que había pasado? lo que paso, debió pasar cuando estaba dentro con elisabeth ...
- ¿como acabaste con la olla metida en el pie? - pregunto curiosa

Permanezco firme entre ellos viendo como se desarrolla la escena y esperando a lo que se tengan que decir por si la cosa se pone fea

Elisabeth mira extrañada al doctor. No está segura de cual será su reacción, pero no puede quedarse callada.

Buen doctor... No quisiera entrometerme, pero aunque alguien no respete vuestras creencias, es libre de pensar lo que quiera... lo importante es que vos tengáis fe en ellas. Y vuestra vocación, más allá de defender vuestra fe, debería ser suficiente para no negarle ayuda a alguien que la necesita... ayuda que tenéis en vuestras propias manos.

Habla mirando al doctor, desviando la mirada hacia Peter de vez en cuando y sobretodo a Vargo, que yace en el suelo esperando una cura a su herida.

Spade, de repente el centro de atención, entrecierra los ojos color acero.

- No me asustan las amenazas, Peter de Vries. He visto a hombres mucho más grandes y más fieros  que tú llorando como niños y suplicándome, después de amenazarme. Y tú también lo harás, Peter de Vries. También llorarás y me suplicarás. Y pedirás perdón y confesarás y creerás en Dios, porque cuando veas el lugar al que voy a ir a buscarte, sabrás que Dios existe.

Se desprende de la mano del Holandés, con firmeza pero sin necesidad de brusquedad. Despues lanza una mirada a Vargo.

- Con el agua salada se te curará, marinero. No necesitas ayuda.

Sigo echando poco a poco agua dulce sobre la pierna de vargo, cuando el doctor dice que con agua dulce se curara, siento un gran alivio pues no le veía por la labor de curarle ...

En la taberna todo parece juego y algarabia. La gente baila y canta como si fuera la última vez que lo harán. Los hombres intentan ligar con las mujeres, estas intentan elegir al hombre con más dinero para después, poder quitarle mas monedas.

La capitana ve a una persona que le resulta conocida en una de las esquinas de la taberna. La chica parece estar peleando con un pirata de bigotes, el cual se queda dormido contra una de las paredes tras un rato de charla...

Mary la mira de reojo, no quiere que la mujer se de cuenta que está siendo observada... pero aunque le sigue pareciendo familiar, no puede darse cuenta de quién se trata.

Carmen sigue con su intento de conseguir un navío para poder escapar de allí... y en ese momento, la mirada de ella se cruza con la de la capitana... ¿Dónde ha visto antes a esta chica...?

Dando unos pasos hacia la pasarela, Raven hablo de forma audible para todos.
En fin, parece que los teneis todos muy bien puestos... ¿Alguien viene a tomar algo? Preguntó desenfadado tras haber permanecido impasible hasta el momento en que la agresiva escena parecía haber llegado a su fin.

Al ver que sus miradas coincidían, Carmen no se lo pensó dos veces, cualquier excusa era buena para librarse de aquel pesado, que en cualquier momento podía volver a despertar. Se acercó lentamente a la mesa, su cuerpo era menudo, estaba muy delgada, pero se movía felina y seductoramente.

- Disculpe, ¿os importa si me siento? Creo que nos conocemos, aunque no podría asegurarlo. - Esperó en pie pacientemente sin sentarse a que la mujer le diese una respuesta.

A eso me apunto yo sin dudarlo Markus. Y supongo que Vargo que dirá lo mismo en cuanto pueda opinar claro.
Tras contestar a Markus, miro al doctor y añado.
No creo que me veas llorar en toda tu vida. Has de saber, que la muerte es algo que hemos de aceptar como inevitable. Te recomendaría que le liberaras de las cadenas de tus extrañas creencias para mi.
Me encojo de hombros y prosigo.
Pero eres libre de creer en todas las influencias divinas que te gusten.
¡Bueno gente!. Creo yo que toca moverse. Vosotros no se. Pero a mi me apetece sobremanera un buen trago de ron para limpiarme la sal del gaznate. ¿A que esperáis?. Ya que hemos llegado a nuestro destino, aprovechemos.
Y dicho esto, me encamino hacia la pasarela del Berenice.
Tras desembarcar. No dudo en caminar hacia la taberna mas próxima. Que, por un casual, es la misma en la que entro la capitana.

Tortuga es una ciudad bastante grande. No tiene nada que ver con Kingston, la cual se queda pequeña al lado de esta. Caminas por el puerto, donde ves atracados una infinidad de barcos piratas y algunos barcos pesqueros. La pesca es la principal actividad de la isla, y pelea codo a codo con la venta de articulos legales e ilegales en el mercado negro.

Alguno de los barcos pesqueros te llaman la atención. No parecen ser los típicos barcos pesqueros... mas bien... parecen ser barcos piratas camuflados. Interesante. Tomas nota mental de sus nombres, por si alguna vez te los cruzas en alta mar y tras unos minutos de larga caminata llegas al centro de la Isla, que bulle en actividad, aún siendo temprano por la manaña.

La gente corretea borracha por la ciudad, algunos persiguiendo mujeres, otros simplemente corriendo por que sí.

Lo primero que ves al salir del puerto es el edificio de la aduana, el cual también hace de ayuntamiento. Mas allá, a unos metros, puedes ver un gran edificio de madera de donde sale mucho ruido y ves mucha gente entrando y saliendo de el. Es la taberna, el lugar indicado para ahogar tus penas.

Siguiendo por la calle principal con la mirada, hacia abajo, puedes ver los miles de puestos comerciales. Algunos con local propio, otros un simple puesto callejero y otros más, son solo una manta tirada en el suelo con su dueño intentando vender a la gente que pasa.

En este lugar no hay policia. Las cosas se arreglan a tiros o mediante duelos de espada. Si algo no se puede resolver, existe una especie de "consejo de piratas" que regula todo lo que no se pueda arreglar de esa manera.

Te acercas a la taberna pensando en todo eso...

Esta vez, esperas que no hayan tantos problemas...

Una caparazón de tortuga sale disparada por la puerta de la taberna. Ves como rebota contra una roca y de repente...

- Mierda... otra vez lo mismo... -

Escuchas que dice y otra vez, enfila hacia la taberna.