Partida Rol por web

Blazo mete las coordenadas en el ordenador para pasar a velocidad absurda y realizar un hipersalto que llevará a la nave hasta el sistema Alfa Centauri, donde el grupo protagonista, tras pensar en un elaborado plan, intentará robar un banco. Algo nunca visto, claro.

El piloto mueve suavemente la palanca de la velocidad pa'lante y los motores rugen y petardean como si tuvieran setenta años y un relativo problema pulmonar...Bueno, quizá sea así. Justo cuando la Aerorrata Borracha comienza a avanzar hacia el infinito y más, una luz roja comienza a parpadear en el panel de Blaze y la nave pierde potencia.

- ¡¿Pero qué demonios pasa?!- Exclama el Fankonnen.- Ary, comprueba el nivel de potencia de los motores principales.
- Parece que no llega suficiente energía a los motores.- Explica la copiloto.- Algo debe de estar consumiendo la energía, ¡los reactores están al máximo!

Ambos se giran y observan atónitos como el capitán ha enchufado la tostadora que encontró en la nave esclavista y le explica a Nacho la mejor forma de prepararlas con mermelada de higo. Afortunadamente la máscara de Blaze impide a todos darse cuenta de la mirada que éste le echa a Long John; una mirada de esas que hacen convencer a la leche de que se convierta en nata por su propio bien.

- ¡Ah! ¡Perdón!- Se disculpa el capitán mientras quita el pequeño electrodoméstico de la red y se sienta en su silla, colocándose el cinturón como la Dirección General de Tráfico Espacial manda. Nacho también decide sentarse junto a Aru para estar cómodo en el hipersalto.

Ahora los motores ya tienen suficiente potencia para exprimir toda la velocidad y segundos después el Universo se convierte en un pasillo de discoteca tras tomarte unas pastillas poco saludables: una orgía de luces de colorines pasando a tu lado a toda castaña. La nave se mueve como una licuadora puesta al máximo, pero la destreza de Blaze a los mandos hace que la tripulación no se convierta en zumo interracial.

El frenazo tras abandonar el hipersalto hace que los órganos interiores se descoloquen, pero nada que no pueda solucionarse moviendo un poco el cuerpo. Una vez en Alfa Centauri, la Aerorrata Borracha marcha en dirección a Cálafan, el planeta de los Alphan, con grandes mares y océanos, lleno de vida marina, terrestre, aérea y demás. ¿Pero eso a quién le importa? Lo que interesa es que hay bancos, y si hay bancos, se pueden robar.

- Ponga rumbo a Aidajo, señor Ward.- Ordena el capitán.

Tras nuestro salto a velocidad supraluminica, freno la nave y, ante nosotros, aparece flotando en medio de la negrura del espacio la gran masa acuática del planeta calafan.
Sitúo a la rata en órbita geosincronica y conecto nuestros nuevos scanners para detectar cualquier cosa que se nos aproxime.
Hecho esto, abro el cierre de seguridad de los correajes de mi asiento y, con la gravedad artificial conectada, me levanto.
Miro a nuestro Capi y acabo diciendo.
Espero que nuestro actual asunto, vaya bien y podamos comer todos alguna ración de esas puñeteras tostadas.
Dicho esto, desenfundo mi pistola y compruebo que esta adecuadamente cargada. Vuelvo a enfundar y añado.
Gente. Se nos presentan dos opciones. Una vez que pida permiso para aterrizar, podemos hacerlo de forma rutinaria, en un espacio puerto o bien, podemos tratar de pasar desapercibidos en medio de la red de defensa planetaria.
Si lo logramos, puedo aterrizar en algún lugar cercano a la ciudad, esconder la nave y, desde allí, robar algún vehículo que nos sirva para el plan. ¿Que opinais?.
Mi mano derecha ya descansa sobre la culata de mi arma. Y antes de que nadie conteste, yo añado.
Por supuesto, yo prefiero la opción dos. Pero eso si. Que Aru lleve el medpack. Ahora, no vamos a enfrentarnos a esclavistas muertos de hambre. No. Ahora, tendremos que vernoslas con profesionales a cargo de la custodia de un banco.
Asiento con la cabeza al decir esto ultimo y todos, sin excepción, pueden notar mi impaciencia.

Escucho las palabras de nuestro piloto y tras pensar en ellas unos instantes, le respondo: Me parece que lo más correcto sería esa opción dos. Lo más normal es que primero miren en el muelle y después el resto de lugares.. Es una buena idea dejar la nave en cualquier otra parte, claro, bien escondida..

Yo puedo hacerme pasar por diplomatico del planeta Versus, ya tengo experiencia en ello jejeje

Aun asi, la opcion tambien es bue..ña

Sin saber de donde Nacho se lleva a la boca una galleta y comienza a masticar

Jo que rica...

Aru escucha el plan de Blaze atentamente mientras asiente, como siempre, dada su falta de experiencia en el tema.

Se agarra fuertemente el medpack al ser mencionado y su pistola, y asiente aun más fuertemente

Al acabar una bobilla se ilumina en su cabeza y añade.

Y tendremos que planchar las medias para que no nos molenten a los ojo, no?

Joder Aru!! Prueba a ponerle una plancha encima a unas medias y luego me dices a ver qué es lo que pasa.. Me echo a reir ante la ocurrencia de nuestro médico.

¿Planchar las medias?
Digo yo con tono extrañado.
Dejaos de coñas. Lo importante, sera entrar y salir en la mayor brevedad posible. Y otra cosa...
Antes de continuar, miro a mis compinches uno a uno.
Si ocurre lo peor, nada de testigos que puedan identificarnos mas tarde. Y tampoco quiero que las cámaras de seguridad nos graben. Por tanto, al primero que ponga pesado, tiro en los morros. Y después, volad las cámaras que vayais descubriendo
Solo entonces me giro hacia nuestro capitán.
Pues en cuanto reciba las ordenes, tratare de entrar en la atmósfera. Intentare por todos los medios que pasemos desapercibidos. Si, sera un bonito espectáculo. Cuando empiece el baile, abrochaos los cinturones.

Aru se azulea al darse cuenta de que si planchas una media esta se funde, y este se rasca la cabeza para bajarse el color.

Bueno, vamos allá no?, cómo en las peliculas!!

a ver si puedo prácticar algo de medicina con algun herido, jejeje piensa Aru en sus adentros

- Sí, sí...Puede usted despegar señor Ward.

Muy bien. Pues atentos todos. Tratare de hacerlo lo mejor que pueda.
Dicho esto, vuelvo a mi asiento de piloto mientras mis compinche, van sentándose en sus respectivos lugares.
Y hay algo en el brillo de mis foto receptores. O, quizá, en mi manera de abrochar los anclajes del cinturón, que hace que todos ellos se aseguren en sus asientos.
Hal. Abreme un canal de comunicacion con el control planetario y también, muestrame una representacion hológrafa de la zona próxima a la ciudad en el scanner.
La computadora de a bordo obedece mis ordenes y, antes de iniciar la comunicacion , digo.
Empieza el baile.
Una voz anónima, se oye a través del circuito de megafonia interna que he conectado y yo respondo.
¡Carguero privado el Gusano Feliz con problemas de impulsores!. ¡La gravedad planetaria nos arrastra!. ¡Perdemos velocidad y altura!.
Y de inmediato, conecto a plena potencia nuestros motores y los escudos frontales para resistir la fricción.
Pues hago girar a la Rata sobre si misma y la dejo caer sobre la superficie del planeta en na zambullida casi vertical.
Por supuesto, el calor corta las comunicaciones. Momento que yo aprovecho, para acelerar aun mas.
¡Ary!. Atenta al indicador de los escudos!. ¡Si fluctúan levemente, redistribuye la energía!
La temperatura en el interior de la nave se dispara. Y yo, sudo en el interior de mi armadura y no solo a causa del calor.
Mantengo la potencia de los motores para no perder velocidad mientras, a nuestro alrededor, el negro profundo del espacio se torna en rojo brillante.
Echo un vistazo al altímetro y sonrio. La rata. a superado varias veces la velocidad del sonido y parece, mas bien, un dragón aullante.
Abajo, acercandose rapidamente , podemos ver a traves del plastiacero de la cabina, el azul del mar.
Pero yo no freno aun. La superficie se aproxima velozmente mientras resistimos como podemos, tanto el terrible calor como las fuerzas g desatadas.
El mar continua aproximandose peligrosamente. Y en el panel de control, salta una alarma.
Es la alerta de proximidad. No puedo evitar soltar un reniego por lo bajo mientras apago el molesto sonido dándole un sopapo al botón de la alarma.
Pero es apagarse la alarma, y un instante después, empieza a resonar la voz de Hal.
Mil metros hasta la superficie y acercándonos, setecientos y acercándonos, quinientos y acercándonos, trecientos y...
Y como no te calles Hal
Replico yo entre dientes
Vas a volver a órbita a base de patadas en el culo. El culo o lo que haya en tu anatomía por esa zona.
Hal, por supuesto, decide callarse.
Ante nosotros, se extiende la inmensidad del mar. Y la Rata, sigue sin variar ni un ápice el rumbo.
Y solo en el ultimo segundo. Cuando ya podemos distinguir la espuma del oleaje. tiro de la palanca de control al mismo tiempo que reduzco velocidad disminuyendo el chorro de los motores y conecto los aerofrenos.
Con un chirrido de metal torturado, la Rata recupera la horizontalidad a unos escasos seis metros de la superficie marina. Y yo, a pesar de la situación, no puedo evitar soltar una carcajada.
Pero esto no ha terminado.
Vuelvo a acelerar a toda potencia calculando que ya estamos por debajo del radio de detección de los scanners planetarios. Y varío el rumbo para dirigirme hacia la zona continental en donde esta nuestro objetivo.
Ahora mis compinches, vuelven a sentir una aceleracion que los deja clavados en los asientos.
Y mientras nos aproximamos velozmente hacia nuestro destino, disparo los lasers proeles sobre el mar para simular el estallido de una explosión por impacto sobre la superficie.
Y mira tu por donde, tenia que pasar.
Los lasers emiten un ruidito y apenas emiten la suficiente luz como para iluminar una habitación.
Y tras la inevitable serie de maldiciones, digo.
¡Ary!. ¡Ocupate de lograr un único disparo mientras controlo a la Rata!. ¡Que sea un impacto potente para producir un eco en los Scanners y desviar la atención de las patrullas de búsqueda!

Creo que la próxima vez voy a necesitar unas pastillas de esas para no marearme, nos estamos moviendo demasiado para mi gusto y me da bastante mal rollo.. - Pienso mientras busco cualquier lugar al que agarrarme a pesar de ir atada al asiento mientras nuestra rata tiembla como si fuera un trozo de papel al que le da un poco de viento. Esto fijo que me acarrea trabajo durante una semana o más.. se nos van a fundir hasta los plomos..

Escucho atenta todo lo que dicen Blaze y Hal, que son los únicos que hablan, hasta que el piloto manda callar al pobre ordenador. - Es que este tío nunca tiene palabras agradables para nadie? Aunque mis pensamientos sobre este tema no duran mucho, ya que estoy más pendiente de que no se me salga el estómago por la boca.

Al poco rato, por fin, la nave recupera su posición habitual y tras tomar un par de bocanadas de aire, consigo contener mis nauseas lo suficiente como para poder intentar efectuar el disparo que me ha pedido que haga Blaze.

Aru esta aferrado fuertemente a su asiento. En su vida había estado en una nave que hiciese tal temeridad.

Gran Calamar de Patas Carmesí, protegenos

Realmente no sabe que decir ni hacer. Parece que algo no ha salido bien, pero prefiere no intervenir, ya que molestará más que ayudará.

Por segunda vez, fallan los lasers. Y a pesar de la situación, no puedo evitar volver a reír en voz alta.
Después de nuestra espectacular entrada, ¿nos van a poder localizar por que no somos capaces de producir un señuelo?
Y agarro la palanca de control con mayor fuerza.
Antes de disparar, observo la imagen del scanner. A la velocidad que vamos, no falta demasiado para llegar a la costa de la masa continental.
Por tanto, aprieto el disparador y, por fin, parece que los lasers reaccionan. Frente a nosotros, se produce un estallido y un surtidor de agua y vapor. Y yo, me permito relajarme un poco.
El lugar del impacto queda atrás y yo, reduzco la velocidad de la Rata.
¿Todos bien por aquí?. Se que ha sido una entrada en atmósfera un poco salvaje. Pero son las maniobras de aproximacion estandard de las tropas de asalto Fankonnen. Si son útiles para lanzarse al ataque en algún puñetero guijarro estelar, digo yo que también nos sirven a nosotros.
Ahora, suena de nuevo la alerta de proximidad. Pero esta vez, no suelto ni un solo reniego. Comprobando nuestra situación en el Scanner, añado.
Diez minutos para alcanzar la costa. A ver si tenemos suerte y logramos encontrar rápidamente un lugar en donde esconder a la Rata.

Tras los espectaculares giros, tirabuzones y demás parafernalia digna de un concurso de destreza o de un piloto con más alcohol que sangre, la Aerorrata vuela sobre los valles verdes de la región cercana a Aidajo. Pronto el horizonte se ve sesgado por inumerables rascacielos que indican inequivocamente la situación de la ciudad.

Hay un bosque espeso al Oeste de la ciudad...

Observo el panorama..

Bueno, pues me parece que ya tenemos zona de aterrizaje no? Tendremos que buscar un claro para dejar la nave.. - Digo mirando al piloto que seguramente tendrá alguna idea más que aportar.

No tarda en aparecer en el horizonte, el típico perfil de una ciudad. Por tanto, una vez que he comprobado la distancia a nuestro objetivo, reduzco aun mas la velocidad y busco un lugar adecuado para aterrizar dejando la Rata escondida.
Y he aquí, que escucho a Ary la cual me señala, un lugar que me parece aceptable.
Varío el rumbo hacia el oeste y hago avanzar a la Rata por un valle bastante estrecho cuya superficie, esta cubierta de arboles.
Voy prestando atención a las laderas del valle, para no empotrar la nave y finalmente digo.
Mirad. El eco del Scanner doppler señala una variación del terreno.
Y unos pocos metros mas adelante, todos podemos ver a través de los paneles transparentes de la cabina, un estrecho claro que se abre entre los arboles al fondo del valle.
Detengo la nave sobre el claro y empiezo a descender los escasos metros que nos separan del suelo mientras le doy a un botón de la consola de mandos y las patas retráctiles de la Rata van apareciendo.
Naturalmente, la rata acaba posándose en el suelo con precisión milimetrica. Y rapidamente, apago los motores y abro la rampa de salida.
Me desabrocho los anclajes del cinturón mientras digo.
Hal. Te vas a quedar vigilante hasta que volvamos. Y si por un casual alguien se aproxima a la Rata y no somos ninguno de nosotros, activa la torreta láser y matalo.
Dicho esto, me levanto al fin de mi asiento y añado.
Bueno. Pues ya hemos llegado. Memoricemos el valle en el que hemos aterrizado y la distancia que hay hasta la ciudad. Y en cuanto estemos fuera, a pillar un vehículo. Espero que tengamos suerte y podamos cazar alguno que sea recio y rapido.