Partida Rol por web

Al parecer el programa que están dando ahora en la tele es acerca del detective Kenshin Nori, un programa-documental en donde se muestra como este ha ido resolviendo los crímenes más macabros y espeluznantes de los últimos años, realizados por Villanos de renombre que se creen más inteligentes que la Policía y los héroes. En concreto, este es su primer caso y el que lo hizo alcanzar la fama pese a no ser un "héroe" hecho y derecho.

El detective novato, Kenshin Nori coloca la cámara espía en aquella biblioteca vacía de la mansión del Duque Kano, un hombre de edad avanzada con dos hijos biológicos de su esposa, Mahiro Kurozumi; el heredero y varón Tomeo Kano, un muchacho en silla de ruedas debido a un accidente maritimo hacía más de una década atrás; y su hermana gemela y melliza, Ukara Kano.

Una vez finalizados los preparativos, el detective novato Kenshin Nori hace llamar a todos los presentes a la biblioteca, siendo los cuatro miembros de la familia del Duque los primeros en entrar y detrás de ellos, dos completos ajenos a esta familia, o mejor dicho, sin tener lazo de sangre alguno, pese a ello, ambos miembros de la alta sociedad, el primero el Conde Corvus y el segundo la Baronesa Blackwoman.

Ambos sospechosos y presentes en la casa cuando el incidente ocurrió.

El detective novato comenzó a pasear por la estancia, esperando a que todos se sentaran y pudieran mantenerse en silencio para que este, finalmente revelara tanto el motivo por el cual este los ha reunido a todos en el lugar, como para dar el discurso final que probablemente metería a alguien de ellos entre rejas.

-Bueno, esta ha sido una tarde ajetreada, llena de giros y sorpresas, mentiras y engaños... Pero al fin he terminado de examinar todas las pruebas y pistas y he descubierto unas cosas terribles...

¡Alguien de aquí está ocultando un secreto!

El Duque de Kano indignado trata de levantarse pero es detenido por su mujer, la cual lo agarra por el hombro y lo mantiene en el sitio. Aunque ella no dijera nada, no hizo falta. Aunque eso tampoco impidió que el hombre que llevaba toda la tarde acusando a los inmigrantes de ser los responsables no mostrara su indignación por las acusaciones del detective.

¿QUÉ? ¿CÓMO SE ATREVE A...?

Ignorando casi por completo lo que estaba ocurriendo a su espalda, desde que el Duque casi tratara de agredirle fisicamente y su mujer lo haya detenido, como el muchacho de la silla de ruedas y próximo heredero de la fortuna del Duque giró su silla para poder también presenciar lo que iba a ocurrir o como la hermana gemela de este se sacaba un trozo de cera de la oreja ajena a que la estaban grabando las cámaras.

...Y sé exactamente quien es... 

Comentó mientras este se acercaba al diván, en donde, de forma solitaria, el Conde Corvus se encontraba postrado viendo todo el espectáculo, algo que hizo que este se sorprendiera y mirara con cierto temor al joven detective.

Una risa irrumpió la estancia, algo que hizo que todos los presentes, incluidos el detective novel, Kenshin Nori; se giraran hacia el hijo biológico del Duque Kano, Tomeo Kano, el principal heredero de la fortuna del Duque y el muchacho de la silla de ruedas que, acompañando la risa comenzó aplaudir leve y ominosamente.

-Muy bien, Inspector... Muy buen trabajo... -En este momento, todos los presentes ya tenían la atención sobre el joven de la silla de ruedas- Así que has descubierto el hecho de que yo he estado desviando millones de Yenes de la Empresa de mi compañero comercial, el Conde Corvus, a una empresa fantasma que tengo en las Bahamas.

Esta confesión repentina hizo que el Conde Corvus se levantara del diván como si tuviera un muelle en la cola emplumada, lanzando plumas por doquier y dejando caer la copa de vino contra la lujosa alfombra del suelo, y si no fuera por la presencia del Detective, sin lugar a dudas este hubiera saltado en contra del chaval de la silla de ruedas.

¿¡PERO QUÉ?!

¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE HAYAS SIDO TU?!

¡HE DESPEDIDO A CIENTOS DE TETROMORFOS POR LAS PÉRDIDAS!

¿¡ENSERIO ME HAS HECHO ESTO?! ¡ESTO ES INAUDITO!

Impotente y colérico, el Conde Corvus busca una puerta por la que salir, algo que de forma inútil el joven detective trata de evitar, pero el gran tamaño del Conde hizo imposible que este lograra detener al emplumado caballero que estaba dispuesto a marcharse y así lo hizo mientras continuaba gritando por la indignación que acaba de escuchar, la deslealtad.

¡NO SERÁ LA ÚLTIMA VEZ QUE OIGAIS HABLAR DEL CONDE CORVUS!

¡VOSOTROS SUCIOS "HUMANOS"! ¡LO PAGARÉIS CARO!

¡NO SOIS LEALES NI FIELES! ¡SOIS GARRAPATAS! ¡PULGAS!

¡PARÁSITOS!

-¡Jajaja! ¡Ese pobre necio no tenía ni idea hasta esta misma tarde! -Este joven saca una pipa y usando el reposabrazos de su silla de ruedas como zona de fricción, este pasa una cerilla por el para tratar de encenderla y así poder fumar a gusto, todo mientras continua hablando al respecto- He de confesar que pese a haber sido descubierto, no otorga poca la satisfacción del hecho de que él ahora finalmente sepa la verdad, que he sido yo todo este tiempo, Tomeo Kano, el culpable de la expulsión de esos inmundos animaluchos.

Emm... No sabía nada de eso...

¿No lo sabías?

Nope, no iba a decir nada de eso.

¡Ah!, Bueno..

Mecachis.

Era más que evidente que la situación no iba a solventarse si todos se mantenían en silencio, silencio que fue propiciado por su hermano gemelo, por lo que alzando la voz, la hija del Duque Kano y de Mahiro Kurozumi, Ukara Kano alzó la voz para romper ese silencio, todo con tal de incentivar al joven y confuso detective a que continuara hablando.

Bueno... ¿Y qué era lo que usted estaba diciendo, Señor Detective?

Desbloqueado de su parón mental, el detective novato Kenshin Nori volvió al hilo de la conversación, o mejor dicho, monólogo que este estaba teniendo ante los presentes con tal de descubrir al verdadero culpable detrás del caso que estaba a investigar en esos momentos y no de otras cosas que no tenían nada que ver, o quizás poco, con el tema que le había traído a aquella mansión en esa tarde. Retomando la conversación este prosiguió paseándose por el lugar en concreto moviéndose hacia el dueño de la casa, el Duque Kano.

-Bueno, -prosiguió con la perorata habitual que tenía- tengo una prueba irrefutable que indica que uno de los presentes no es quién dice ser.

Algo que hizo que el Dueño de la Casa y padre de los gemelos se alzara de su asiento.

Una risa irrumpió la estancia, algo que hizo que todos los presentes, incluidos el detective novel, Kenshin Nori; se giraran hacia el hijo biológico del Duque Kano, Tomeo Kano, el principal heredero de la fortuna del Duque y el muchacho de la silla de ruedas que, acompañando la risa comenzó aplaudir leve y ominosamente... de nuevo.

-Muy bien, Detective... Así que hasta aquí hemos llegado... -En este momento, todos los presentes ya tenían la atención sobre el joven de la silla de ruedas- Sabía que estabas encima mía, pero he de admitir que no sabía que lo habías descubierto. He suplantado durante años como el desaparecido hijo del duque que desapareció en aquel accidente náutico.

Los ojos azules del Duque como los de su esposa se posaron alarmados sobre la tez pálida de aquel muchacho que por tantos años había dicho ser su hijo, el cual milagrosamente había sobrevivido a un accidente náutico cuando estaba viajando alrededor del globo. Sin lugar a la menor duda, esta revelación también les había cogido a ellos dos por sorpresa. Pero fue ella la que alzó la voz.

¿ESTÁS DICIENDO QUE NO ERES MI HIJO?

No. Simplemente quería vuestra herencia.