Había llegado a la fábrica. Aquel lugar estaba compuesto por un montón de pistas de producción que movían objetos de un lugar a otro y que iban creando objetos en cadena. En el otro extremo de la sala, había exactamente la misma pista, pero lo que hacían era justo lo contrario, desmontar los objetos que habían fabricado.

Aquello no tenía ningún sentido, pero la cantidad de hierro y metal que había en la zona hacía potenciar los movimientos de tipo acero.

En cada extremo de la sala, había los cuatro portales habituales que habían podido ver en las otras salas.

Ambas decidieron que no era el lugar correcto para combatir y tras una mirada de complicidad avanzaron hacia el verde.

Había llegado a la fábrica. Aquel lugar estaba compuesto por un montón de pistas de producción que movían objetos de un lugar a otro y que iban creando objetos en cadena. En el otro extremo de la sala, había exactamente la misma pista, pero lo que hacían era justo lo contrario, desmontar los objetos que habían fabricado.

Aquello no tenía ningún sentido, pero la cantidad de hierro y metal que había en la zona hacía potenciar los movimientos de tipo acero.

En cada extremo de la sala, había los cuatro portales habituales que habían podido ver en las otras salas.

De pronto una poderosa luz iluminó las cuatro paredes de la zona de batalla con una imagen

Jorge Joyero habían perdido su primera vida.
Michiko ya había perdido su segunda.

Por su parte Kumi Hoshi al parecer había entrado en una zona demasiado peligrosa, con cosas moviéndose y una amenaza constante de que tanto ella como su querido Pokemon, Pikachu quedaran atrapados dentro, por lo que no era de extrañar que esta tratara de huir cuanto antes de aquel lugar, siempre y cuando eso no supusiera ser comprimida por un pistón o un brazo mecánico, ni ella, ni Pikachu.

-Cuidado Pikachu -comentó a su Pokemon- Esta zona es peligrosa...

Había llegado a la fábrica. Aquel lugar estaba compuesto por un montón de pistas de producción que movían objetos de un lugar a otro y que iban creando objetos en cadena. En el otro extremo de la sala, había exactamente la misma pista, pero lo que hacían era justo lo contrario, desmontar los objetos que habían fabricado.

Aquello no tenía ningún sentido, pero la cantidad de hierro y metal que había en la zona hacía potenciar los movimientos de tipo acero.

En cada extremo de la sala, había los cuatro portales habituales que habían podido ver en las otras salas.

En esta ocasión Arion pudo respirar más tranquilo cuando, al aparecer al otro lado del portal, no estaba en un sitio potencialmente mortal o peligroso. El lugar era algo extraño, eso debía admitirlo, pero podía tomarse un descanso allí sin mayores problemas.

-Vamos a buscar si hay algo interesante por aquí, ten cuidado.- le dijo el moreno a su dragón mientras se montaba en su lomo y empezaban a sobrevolar la zona. El chico no perdía ojo de los movimientos de las máquinas, aquella sala de daba mala espina.

No parece que haya nada en aquella sala. Si algo había o no lo encontraba, o ya se lo habían llevado.

 había perdido su primera oportunidad. Aún le quedaban 2.

Tras pasar un rato buscando por el lugar junto con su compañero, Arion no encontró más que metal, aparatos y cosas que no entendía, pero nada útil para un entrenador. Al final acabó suspirando y ordenando a Salamence regresar al suelo, cosa que el dragón hizo en seguida.

-Creo que dejaremos de perder el tiempo aquí e iremos a la siguiente sala. Vamos a buscar algún portal.- le dijo a su compañero mientras echaba a andar en aquel lugar buscando el portal más cercano para ir a la siguiente sala. No sabía cuántos competidores quedaban exactamente, pero esperaba que no fueran muchos.