Partida Rol por web

Ruta 1
- El comienzo de la aventura -

Con vuestros nuevos Pokémon recién recibidos, y ya equipados con el Kit básico de Entrenador que habéis recibido en la Tienda Pokémon de Pueblo Alba, finalmente los cuatro decidís que es el momento de comenzar vuestra aventura y os dirigís hacia el este, donde atravesáis una pequeña caseta de guardia y os metéis de lleno en la Ruta 1 de la Región Alba.

Ésta parece ser un camino natural, un sendero de tierra que atraviesa una pradera salpicada por árboles y arbustos de varios tamaños, aunque todos verdes y relucientes. Un cartel de madera situado al principio del sendero de tierra os da la bienvenida a todos vosotros, dándoos lo que parece ser un consejo para Entrenadores novatos con las letras que tiene escritas.

¡Recuerda debilitar a los Pokémon salvajes antes de lanzar la Pokéball!

¡Las Pokéball vacías sólo se pueden utilizar una vez!

No es como si no supierais eso de antes, ¿verdad? Pero es un buen consejo para Entrenadores novatos que quieren capturar un Pokémon para su equipo... y, de hecho, aquí hay unos cuantos Pokémon salvajes correteando por el camino, o por los laterales del mismo, picoteando el suelo, escarbando, o simplemente disfrutando del sol matinal.

Cuando su pie dio el primer paso sobre la ruta 1, Klaus sintió puro extasis recorriendo su cuerpo, su aventura pokémon había comenzado, no pudo evitar echar una mirada a su amigo, Eevee, quien permanecía en todo momento fuera de su pokéball, buscando la misma sensación de emoción en su mirada. Se antició al resto correteando, aunque no tardó en volver con el grupo.

-¡¡Vamos vamos!! ¡hay un montón de pokémon esperandonos ahí fuera!- Exclamó a sus compañeros sin poder contenerse.

La primera captura, el primer combate, el primer gimnasio, todo parecía tan cercano. Ya de lejos Klaus había avistado a su presa, quería.... no ¡necesitaba un pidgey, iba a ser su primera captura.

-¡¡Vamos Eevee!! conseguiremos que ese pidgey sea nuestro colega.- Dijo echando a correr nuevamente.

Klaus se lanzó a la carrera como un loco confiando en que su fiel compañero lo siguiera, sin prestar demasiada atención a nada más a su alrededor.

-¡¡Eevee placaje!!- Ordenó eufórico a su pokémon mientras señalaba al pidgey.

Al final había decidido ir junto con los otros muchachos a la ruta 1. Su investigación era lo primero, sí, pero mientras Bruteroot fuera su único pokémon, tener algún que otro aliado no era nada despreciable. Por si acaso las cosas se ponían un poco peliagudas.

Mientras caminaban, la investigadora iba leyendo la información que el libro que había comprado tenía sobre Pueblo Alba y la ruta 1. Sin embargo, la lectura fue rápidamente abandonada nada más aparecer los primeros pokémon salvajes. Con los ojos brillando de la emoción, la aspirante a profesora guardó el libro y sacó su cuaderno.

 -Ruta 1, se observan especies de Pidgey, Spearow, Sentret y Lillipup. ¿Posible hábitat óptimo para los pokémon del tipo normal?

Mientras apuntaba, Klaus se había lanzado para ir a capturar al Pidgey. Bien pensado, el tipo volador de Pidgey era muy útil contra pokémon planta o bicho. Tipos contra los que Bruteroot estaba en desventaja…

 -¡Muy bien! ¡Adelante Bruteroot!

Sabine sacó a su pokémon para enfrentarse a aquel spearow. Un pokémon volador era justo lo que necesitaba. Sólo esperaba poder atraparle antes de que hiciera mucho daño a su bulbasaur.

 -¡Adelante, ataque placaje contra ese Spearow!

Después de abastecerse en la tienda, abandonaron juntos pueblo Alba. Muy bien... Ahora es cuando comienza de verdad. Espero estar a la altura... ¡No! ¡Pues claro que lo estamos, sí! Pensó reafirmándose a sí misma, mirando hacia Chikorita con decisión, la cual caminaba a su lado alegremente disfrutando del día. Sólo tenía que asegurarse de cuidar bien de sus pokémon, y pensaba darlo todo.

Después de caminar durante un rato, llegaron a lo que sería la ruta 1. ¡Y madre mía había pokémon salvajes por doquier! Especies que no había visto nunca en Hoenn. Sabine y Klaus tomaron la iniciativa y parecían dispuestos a hacer la primera captura del día. Hmm... ¿Debería ir pensando en agrandar el equipo? Aunque esos pájaritos... Sacó su pokédex y apuntó hacia los pidgey para comprobar si tenían una línea evolutiva. La marca en los ojos me recuerda al pokémon con melena de colores de aquella coordinadora.. ¿Podría ser?

- Hanako, ¿te ves lista para que intentemos atrapar un nuevo pokémon? Pero antes.. Hay que encontrar un candidato que resalte del resto. Ven. - terminó casi murmurando para ella, mientras se adelantaba unos pasos por la ruta, dejando espacio a sus compañeros para que combatieran. Tenía la idea de observar a los pidgeys en busca de un espécimen con aptitudes de concurso, carácter y como socializaba con otros congéneres.

Saliendo por el Oeste de Pueblo Alba se encontraba la Ruta 1. Mis compañeros caminaban a paso raudo, por lo que me quedé un poco más atrás. De pronto escuché a Klaus gritar al unísono con Sabine un poco más adelante. 

Al llegar junto a Lena, pude notar que ambos compañeros se habían adentrado entre los árboles, para ir por los Pokémon salvaje del tipo Volador. Tras una rápida mirada, cerca del camino habían otros 2 tipos de Pokémon salvaje, y uno de ellos no lo había visto nunca. -Saco la Pokédex y la abro apuntando al Pokémon canino- 

Bueno, creo que este será la primera prueba como entrenador Pokémon. -Camino sigilosamente en dirección de Lillipup- Una especie así de Pokémon no podrá ser capaz de herir a Kuro si este lo ataca desde el aire... Debería ser un enfrentamiento favorable para nosotros.

Al llegar al lado del Pokémon -Tomo la Pokéball de Rowlet y la lanzo en dirección al cielo- ¡Ve Mokuro! 

Escoges a uno de los Pidgey salvajes de la zona para tu primera batalla como Entrenador Pokémon, enviando a Eevee a batallar contra él. Eevee se acerca al Pidgey salvaje en dos zancadas, con mirada decidida y parece ser que con el mismo ánimo que tú de combatir.

Por su parte, el Pidgey estaba entretenido picoteando la tierra pero, al ver acercarse a Eevee con esa actitud evidentemente ofensiva, se gira hacia tu Pokémon y extiende amenazadoramente sus alas.

La Pokéball de Bruteroot se abrió en el aire, y la energía que se liberó de su interior hizo aparecer al Bulbasaur justo frente al Spearow que has escogido como objetivo.

-¡Bulbasaur! - es el grito de batalla de Bruteroot nada más salir de su Pokéball. El Spearow salvaje que has escogido como tu primer rival como Entrenadora Pokémon estaba picoteando el suelo distraídamente, pero al ver aparecer a Bruteroot se gira hacia él con actitud amenazante, abriendo sus alas como si quisiera asustarle.

Pero tu Pokémon ya ha recibido una orden, y el Spearow no es lo suficientemente rápido como para esquivarlo. Cogiendo impulso en el suelo con sus patas, Bruteroot se lanza con todo su cuerpo por delante contra el Spearow, asestándole un golpe que envía al Pokémon salvaje hacia atrás. Pero no es suficiente, aún no está derrotado.

El Spearow salvaje imita el ataque de su rival, y tras coger impulso con sus patas y lanzando un grito de rabia se lanza contra Bruteroot, golpeándole de lleno. Bruteroot recibe el golpe y se echa hacia atrás, pero todavía está en plena forma.

... Ese. ¡Tiene que ser ese! Estás intentando fijarte en todos los Pidgey salvajes del lugar para escoger al más adecuado para los Concursos Pokémon cuando, de repente, un soplo de viento sacude a los Pokémon salvajes del lugar. No es más que una leve brisa, así que eso no altera a la mayoría de Pokémon, que siguen con su vida tranquilamente. Todos menos uno.

El Pidgey en cuestión, después de que el golpe de viento le azote y los demás continuen como si nada, alza una de sus alas y se la pasa por la cabeza, peinándose hasta que sus plumas están perfectamente colocadas en su sitio. También se acaricia las plumas de la cola y de las alas hasta estar divino.

... ¡Bien! El Pidgey ve que ya está arreglado, así que comienza a marcharse caminando.

-¡Rooooow! - es el grito de batalla de Mokuro cuando se lanza al encuentro del Pokémon salvaje que le has indicado, un Lillipup salvaje de los muchos que habitan tranquilamente la Ruta 1.

Mokuro vuela al encuentro del Lillipup, quien se percata de la presencia del Pokémon Planta-Volador y se lo queda mirando con curiosidad, ladeando su cabeza, pero todavía sin mostrar una actitud hostil hacia él. ¡Parece que tienes el privilegio de empezar tú con el combate!

Después de estar durante unos minutos observando al grupo de Pidgey sucedió algo inusual... Posiblemente, para el ojo inexperto hubiera pasado desapercibido. Pero no para Lena.  - ¡..! - sus ojos se abrieron aún más sobrecogida al contemplar el comportamiento de aquel pokémon en particular. Ese de allí se acicaló a conciencia, que maravilla de ejemplar.. ¡Tiene talento natural! Oh ya lo estoy viendo cuan-...! - ¡Aah! ¡Se marcha..! - espetó alarmada dejando de soñar despierta, ¡tenía que hacer algo! Pero... No había pensado en ello hasta ahora, si quería entablar amistad con el pidgey, ¿era sensato ponerse a golpearle? Además, no quería que Hanako sufriera demasiado, después de todo, estaría en desventaja.

- ¡Hanako! ¿Ves a ese Pidgey de allí con andares de divo? - dijo ánimos renovados, llena de determinación, señalando al pajarito. - No podemos permitir que se nos escape, ¡a por él! ¡Capta su atención con Gruñido! - sentenció mientras daba una vuelta sobre sí misma, terminando con una grácil pose de combate y el brazo extendido. 

- ¡Alto ahí señor Pidgey! ❤ ¡No puedo permitir que alguien tan fabuloso desaproveche su talento en esta cutre ruta! - le dijo mientras esbozaba una sonrisa encantadora y se llevaba un brazo a la cadera, sin perder su pose de combate. ¡Ya notaba la adrenalina comenzando a burbujear! ¡Qué emoción!

Realizo una reverencia a mi oponente -junto mis manos a la altura de mi pecho e inclino mi torso- Disculpe Señor Lillipup.

Muy bien, debo dar lo mejor. -Apunto hacia el sol- ¡Kuro alza el vuelo! 
 

El sol matutino, para impedir la visión de mi oponente, junto con la capacidad de surcar los aires, harán de esta pelea un mero trámite.

Una vez Mokuro haya alcanzado una altura considerable, y el sol matinal esté a la espalda de este, prosigo el combate: ¡Ahora Kuro! Utiliza Follaje contra Lillipup.

Sabine se mordió el pulgar un poco en un gesto nervioso. Era la primera vez que participaba en un combate contra un pokémon salvaje con su propio pokémon y verle recibir un ataque no le gustaba nada. Pero a pesar del ataque del spearow, Bruteroot aún estaba fresco y listo para seguir atacando, lo que renovó la confianza de la futura profesora.

 -Muy bien, ¡placaje otra vez! ¡Demuéstrale que somos los más fuertes!

El valiente bulbasaur se había ganado una rica golosina cuando el combate acabase.

Hanako da un salto hacia adelante y se planta* justo detrás del Pidgey fabuloso mientras éste se marcha. Esto ya capta su atención, probablemente por ser Chikorita un Pokémon nada común en esta Ruta 1, pero es que además el Pidgey se lleva las alas a los oídos cuando Hanako abre su boca para soltar un gruñido que en principio podría parecer dulce, sí, pero que en un tono tan alto irrita tanto que hace bajar incluso la potencia de ataque del Pidgey.

-¡Pid, pid, pidgey! - dice el Pidgey salvaje, extendiendo sus alas con una expresión muy obvia en su fabulosa cara: ¡se siente ofendido y atacado! ¡Y no lo va a permitir!

El Pidgey salvaje aprieta sus patas contra el suelo y, de golpe, sale disparado contra Chikorita, quien no se esperaba para nada este movimiento y recibe el golpe de lleno. Tras eso el Pidgey rebota y retoma su posición, mirando con desafío a Hanako... y a Lena.

¡Qué velocidad! No me ha dado tiempo ni a prevenirla.. - ¡Hanako! ¿Estás bien? - preguntó ligeramente alarmada tras la embestida del fabuloso pidgey. Pero eso solo reforzaba su teoría, se trataba de un ejemplar magnífico. ¡No podían dejarlo escapar! 

- ¡Es muy rápido ten cuidado! Muy bien señor pidgey, es hora de jugar en serio. - dijo mientras esbozaba una media sonrisa, miró a su compañera y asintió con decisión. Extendiendo el brazo una vez más. - Ahora Hanako, ¡usa Látigo cepa para impedirle el movimiento y atráelo hacia tí para propinarle un buen golpe con placaje! - dijo sin perder de vista al pajarito, solo esperaba que Chikorita no sufriera demasiado daño. Vamos Hanako puedes hacerlo.

Aunque el Pidgey salvaje extiende sus alas para tratar de intimidar a Eevee, es este último el que pasa primero a la ofensiva. Eevee toma impulso empujando con sus patas traseras sobre el suelo y sale disparado hacia Pidgey, quien recibe el golpe y rebota hacia atrás emitiendo un gruñido de sorpresa y rabia a partes iguales.

El Pidgey parece haberse resentido del golpe, pero aún así no ha perdido aún las ganas de plantarle cara a Eevee. El Pokémon salvaje imita el movimiento de su rival y aprieta sus patas contra el suelo para lanzarse contra el Eevee de Klaus, quien recibe un buen golpe que, sin embargo, no parece causarle tanto daño como el que él le ha hecho al Pidgey.

Tras la ofensiva del Spearow, y habiendo aguantado el golpe como un verdadero campeón, Bruteroot se lanza de nuevo al ataque contra el Pokémon salvaje. El pequeño Bulbasaur aprieta sus patas contra el suelo para tomar impulso y luego sale disparado contra su rival, a quien vuelve a embestir con todo su cuerpo por delante.

En esta ocasión, el golpe deja más que tocado al Spearow salvaje. Al recibir el ataque Placaje, el Spearow rebota hacia atrás y emite un gruñido de frustración, tras lo cual se derrumba en el suelo con cara de rabia. Acto seguido, sin embargo, comienza a levantarse muy lentamente, casi sin fuerzas... no parece que vaya a ser capaz de atacar este turno.

El Lillipup salvaje no esperaba el ataque de Rowlet, eso está más que claro. El Pokémon de Alabaster alza el vuelo y lanza su ataque Follaje contra el Pokémon de tipo Normal. El Lillipup recibe sorprendido la lluvia de hojas que le llega desde el cielo y emite un gruñido de dolor, sorpresa y rabia a partes iguales.

Es precisamente con rabia como mira Lillipup a Rowlet en el instante siguiente, y es que los ojos del Pokémon salvaje se iluminan en un siniestro tono rojizo que intimida al Rowlet de Alabaster, que continúa el combate en las alturas...

El Pidgey salvaje está extendiendo sus alas para intimidar a Hanako, quien a pesar de haber recibido el golpe aún está en plena forma, justo cuando la Chikorita extiende rápidamente sus cepas para sujetarle las alas e inmovilizarlo. Eso es algo que evidentemente el Pidgey no esperaba, y mira a lado y lado al ver que lo han agarrado con firmeza, justo antes de que Hanako empiece a recuperar sus cepas para atraerlo rápidamente hacia ella mientras, además, ejecuta un ataque Placaje hacia el frente.

Parece que el Pidgey salvaje está perdido, pero no desaprovecha la oportunidad. Al notar que las cepas le están atrayendo rápidamente hacia su enemigo, el Pidgey decide aprovechar el impulso y clava sus patas en el suelo para propulsarse con aún más fuerza y rapidez hacia Hanako, quien estaba a punto de embestirlo con un Placaje. Los Placajes de ambos Pokémon se encuentran en un gran golpe, y Chikorita tiene que soltar al Pidgey salvaje, aturdida. Por su parte, el Pidgey salvaje cae hacia atrás, derrumbándose en el suelo.

 -¡Estupendo! ¡Eres el mejor Bruteroot!

El spearow estaba a punto de caramelo, listo para ser atrapado. Cogiendo una de las pokéballs vacías que tenía, la aspirante a profesora le lanzó una al pokémon pájaro.

 -¡Adelante pokéball!

Mientras la pokebola volaba hacia su objetivo, Sabine se rio.

 -¡Siempre he querido decir eso durante una captura!

Ahora sólo quedaba esperar a ver si el spearow estaba lo suficientemente débil como para quedarse dentro de la pokéball. ¡Un pokémon volador equilibraría muchísimo su equipo!