Partida Rol por web

El pasadizo principal va empinándose cada vez más desde la entrada de la cueva, con la corriente de agua bajando y salpicando en su lado oeste. En las sombras, un pasadizo lateral avanza en dirección oeste a través del otro lado del riachuelo. Gracias a la luz de la antorcha, estos pudieron ver que entre las sombras del techo en dirección norte, podían apreciar la forma de un desvencijado puente de madera y cuerdas que cruza sobre el pasadizo justo delante de ellos. Otro pasadizo se cruza con este, solo que a una altura de 20 pies sobre el suelo.

Este pasadizo Oeste está atascado por escombros y tiene zonas escarpadas y empinadas. Tratar aquella zona como un paseo por el campo sería un error, de hecho era un terreno bastante difícil. La cornisa entre las dos escarpaduras es frágil. Cualquier peso que exceda las 100 libras (o 4 Valentina Sanders, aproximadamente) desestabilizaría todas las piedras y se derrumbaría en dirección este... tal y como iban a comprobar.

Todos habían logrado subir por aquel lugar y el único que tuvo problemas había sido el nuevo Eevee, aún sin nombre, de Eula Lawrence; pero por suerte para este, tanto Cu, el Growlithe de Tuathanach Glasraich, como Lumine el otro Eevee de Eula Lawrence, pudieron ayudarle a escalar en las espaldas del primero.

Aún así se desprendieron unas rocas más que cayeron hacia los que se encontraban abajo.

Desde la posición en la que estaban; todos habían logrado subir por aquel lugar y el único que tuvo problemas había sido el nuevo Eevee, aún sin nombre, de Eula Lawrence; pero por suerte para este, tanto Cu, el Growlithe de Tuathanach Glasraich, como Lumine el otro Eevee de Eula Lawrence, pudieron ayudarle a escalar en las espaldas del primero.

Aún así se desprendieron unas rocas más que cayeron hacia Levan Audex y Airi Wada, aunque por fortuna, lograron esquivarlas apartándose de aquel lugar a tiempo.

Cuando las chicas se adelantaron finalmente me puse en pie, estiré un poco el cuerpo para comprobar como el dolor se estaba yendo a una velocidad de vértigo, todo el malestar general había casi desaparecido, solo quedaba un poco de entumecimiento y la pesadez de la ropa empapada. En ese momento el ruido de piedras corriendo me alerto, alzando la cabeza justo para ver como varias de estas rodaban en nuestra dirección, no eran muy grandes pero si lo suficiente como para doler si nos daban por lo que rápidamente di una zancada hacia Airi para tomar su mano y alejarla del peligro, quedando de frente a la parte del río donde cayeron estas, mirando en silencio mientras soltaba la mano de la niña lentamente- Eso ha estado cerca -termine por decir segundos más tarde.

Había cierta tensión en mi cuerpo y expresión, una que me vi obligado a liberar antes de agacharme para poner mi rostro frente al de Airi- Ese agua que me has dado... no se que tendría pero estaba buenísima, ya estoy como nuevo -llevé una mano a su cabeza para darle una caricia que la despeinaría- Muchas gracias cielo... -entonces desde esa posición mire hacia Oki que parecía otear la dirección por la que se fueron el resto- Creo que Oki esta deseando alcanzar al resto pero primero debería intentar secarme un poco o me voy a resfriar -así que haciendo caso a mi propio consejo me dedique a tratar de eliminar toda la humedad posible de mi propia ropa, como si no hubiera prisa alguna.

Mientras escalaban miré ansiosa al grupo, temiendo que pudieran caerse. Por suerte, aunque algo accidentado, consiguieron llegar a salvo.

- Tened mucho cuidado - les dije sin levantar la voz esperando que pudieran escucharme - Uah...

De pronto, Levan me cogió de la mano y apartó de la pared justo a tiempo de que algunas piedras de tamaño considerable cayeran donde estaba instantes antes. Me quedé unos segundos mirando las piedras algo asustada de lo cerca que había estado y miré agradecida a mi compañero.

- S-sí... gracias - dije dando un par de pasos más para alejarme y encontrarme con el rostro de Levan a pocos centímetros de mi - oh, pues es el agua que Nozomi hizo con la piedra que encontré en el bosque. Hizo un barril entero de agua curativa y me cogí una cantimplora. Aunque no queda mucha, apenas para otra persona o pokemon más - le sonreí inocentemente - de nada, no soy tan buena curando como Nozomi así que al menos puedo hacer esto.

Cuando dijo de alcanzar a los demás, miré algo dubitativa la cuesta.

- Yo no creo que pueda subir por ahí, pero puedo intentarlo.

Aquellos dos seguían solos en la entrada de la cueva, cerca de aquella pendiente resbaladiza que hizo caer a Levan Audex y a Oki; el resto de sus compañeros habían decidido subir por ahí arriesgándose a hostiarse también. Aunque había al menos dos otros caminos por los que estos podían tomar, como seguir hacia delante, o simplemente arriesgar a Airi Wada con Oki por el hueco de la Zona de Pokemons Salvajes.

Según sacaba casi todo el agua de mi ropa escuche de donde había sacado ese agua Airi, era algo interesante y es que si conseguíamos más piedras como esa tendríamos una forma fácil de sanar nuestras heridas de forma rápida para nuestras aventuras, al menos hasta que fuéramos más fuertes.

- Lo serás peque. no te preocupes -y mucho mejor porque la loca esa un día de estos nos mata a todos con sus tratamientos experimentales- Y Oki mucho menos -le respondí sobre la idea de escalar por las piedras- Tal vez por ese camino podríamos colarnos y acabar en el mismo sitio por otro lado diferentes, pero habrá gente de por medio y no me gusta la idea de pelear por separado, sobretodo cuando Oki esta solo -miraba el camino por el que bajaba el agua con dudas sobre si sería buena idea- ¿Como de buena eres jugando al escondite? -pregunté con una sonrisa en el rostro

Empezaba a pensar que no había sido buena idea separarme de Kana. Miré el sitio por el que se fueron y luego el que señalaba Levan. Seguramente habría gente paseándose por allí y sólo contábamos con la ayuda de Oki.

- Soy bastante buena jugando al escondite, creo que se me dará mejor que intentar escalar y no podemos dejar que Oki pelee sólo - respondí sonriendo mirando el lugar por si veía algo que me llamara la atención - seré tan silenciosa como un butterfly.

En la lejanía, cruzando aquella estancia se podía ver apenas una luz rebotando en las paredes de la cueva, pero estos estaban demasiado lejos para ver nada más que su mero reflejo y al parecer la estructura de aquel camino elevado era tal que no podrían verlo directamente igualmente.

Eso sí, si agudizaba el oído podía escuchar los mugidos de "Gorda".

Apareciendo del mismo túnel por lo que el resto del grupo se había metido escasos minutos antes, este muchacho vestido de verde descendió por la misma cueva que sus compañeros habían usado, de una forma bastante peculiar, este estaba agarrado en un Pokemon volador bastante mullidito y junto a el también traía otro similar a un Pikachu grisáceo.

Minccino                                              Altaria

Aterrizando en el pequeño riachuelo que cruzaba la cueva, el muchacho se mostró molesto por haber manchado sus botas de cuero, aún así, este se dirigió hacia el pasillo de piedra donde se encontraban aquellos otros dos domadores Pokemon y los saludó con cierto nerviosismo.

-Buenos... ¿Días? ¿Tardes? ¿Noches?. -Dijo las tres opciones con tal de ser amable- No sé que tiempo es, lo siento. Llevo tanto encerrado que no se ubicarme del todo. Asumo que vuestros compañeros fueron los que me rescataron y... bueno, yo tengo que irme. -Dijo mientras señalaba hacia la salida- Que os vaya bien, nos vemos en el Pueblo Papaya. -Indicó mientras se dirigía hacia la salida, pero se detuvo- ¡Ah!. Casi lo olvidaba... Ya se lo dije a vuestros compañeros, los suministros son míos, bueno... de la ámbula Rugido del Pyroar... No toquéis nada...

Ante la pregunta de la niña ensanche mi sonrisa satisfecho- Esa es mi chica, así me gusta... -le revolví el pelo antes de volver a levantarme para encarar el camino de subida, bajando lentamente la antorcha. Estaba dispuesto a apagar nuestra fuente de luz para continuar avanzando en silencio por este camino y tratar de sortear al resto de bandidos hasta reunirnos con el grupo. Pero antes de hacer nada el ruido de alguien acercándose por el túnel que habían usado el resto, por supuesto de inmediato alcé la antorcha en su dirección y con el arma en la otra mano cubrí a Airi.

Aunque quien apareció fue un chico desconocido que desde luego no debía pertenecer al grupo que estábamos asaltando, levante una ceja mientras hablaba, pero en el mismo momento que trato de irse fuera di un par de zancadas rápidas para ponerme en mitad del camino- ¡Eh, eh, eh! ¿Te vas a ir así sin más? Después de haber estado aquí encerrado seguro que conoces esta guarida mejor que nosotros, además ¿no tienes ganas de vengarte? Podrías incluso irte ya con parte de los suministros? ¿No crees que sería mejor que volver a casa con las manos vacías? Tu nos ayudas a nosotros para despejar el camino y nosotros te devolvemos el favor ayudando con el trabajo de mover todo lo que sea vuestro ¿que me dices?

Que Levan Audex le cortara el paso era algo que a este muchacho con ganas de salir de ahí de inmediato no vio venir ni por asomo. Aún así, este vio a buenas la idea de echar una mano, aunque sea de manera limitada a aquellos "rescatadores por sorpresa" en los que se hubieron convertido.

-Estuve la mayor parte del tiempo encerrado en la "madriguera", pero sé que ahí adelante hay un puente que la conecta con la zona superior de la cueva en donde hay como dos bañeras naturales llenas de agua y un extraño mecanismo en las dos para vaciarlas de golpe. -Explicó el muchacho tratando de rodear a Levan Audex- Yo ya he ayudado a tus compañeros, aunque... una mano de obra extra no me vendría mal... y tienen muchos suministros robados... ¡Pero yo ahí no me meto de nuevo ni loco!. Voy al pueblo a por refuerzos, si queréis quedaros dentro, será cosa vuestra.