Partida Rol por web

Aquellas palabras que Levan Audex había dicho no habían calmado en nada a aquella muchacha que seguía haciendo un espectáculo llorando a todo trapo mientras, aún arrodillada, seguía tratando de agarrar la cintura del muchacho para que este no se moviera ni escapara de sus responsabilidades, o más bien las responsabilidades de ella pero bueno... claramente ella no era responsable ni para admitir sus errores y necesitaba a alguien que sí.

-¡Tienes que ayudarmeeee! -Exigió nuevamente, pero ahora tenía algo con lo que poder convencer a Levan de hacerlo- Y sobre eso... bueno... yo tengo conocimientos en tratar venenos... No me echaron del Santuario de la Suerte por tener gustos delicados precisamente... bueno, me echaron por eso, pero también porque las chicas de ahí son todas unas envidiosas de mi talento.

Aquella tabernera dejó los platos encima de la barra y miró a Levan Audex y tras lanzarle una mirada de arriba a abajo, esta simplemente cambió su expresión a una de desconfianza y de cansancio por aquella sugerencia.

-Aja... Y supongo que quieres que te pague por adelantado una carne que no me has entregado de un Tauros que probablemente ni siquiera exista... ¿Verdad?. -Inquirió la tabernera con cierto tono de desdén- No gracias. Te podría ofrecer mi carro para traer la carne de ese Tauros, pero tampoco quiero quedarme sin el carro. Así que lo siento, pero a no ser que primero dejes algo como prenda, date media vuelta y vete... o págame (por adelantado) y te sirvo algo para calmar tu garganta, que debe estar seca de tanto hablar.

Y entonces fue como alguien me hubiera dado un golpe seco en la cabeza, aquellas palabras de esa mujer me dejaron completamente inmóvil, gire la mitad superior de mi cuerpo para mirarla mejor- ¿Me estás diciendo que sabes como tratar venenos? -realmente había tenido una suerte demencial, puse ambas manos en sus hombros- Mira, necesito... de verdad que necesito que tu me ayudes a mi. Así que yo te puedo ayudar a recuperar tu Psyduck. No sé, se lo podemos comprar a esa tipa o algo pero... por favor, hazme caso. Podemos dejárselo un momento, ir a conseguir dinero vendiendo la carne, me ayudas y con el dinero que saquemos compramos a tu Pokémon de vuelta -se me notaba algo mas intranquilo, tenía una buena oportunidad y caía en la desesperación por aprovechar esta oportunidad.

Me gire de nuevo hacia la camarera rápido- Eh... emmm... No, no te preocupes. No pretendía ningún pago adelantado, entiendo tu posición. Tan solo quería escuchar posibilidades, pero si que puedo dejarte algo a cambio de tu carro... Lo único que tengo en realidad -di un paso hacia un lado señalando con la mano hacia el suelo donde estaba tumbado y enroscado sobre si mismo Oki medio dormido después de el rato largo de conversación en la taberna- Es mi compañero Oki, es bastante tranquilo así que no dará problemas mientras yo no este. Tan solo iré a donde esta el cadáver y volveré con el para venderlo.

La mirada que aquella tabernera lanzó a Levan Audex no era, ni de lejos, la mirada de una persona dispuesta a conceder ante estas exigencias que el muchacho estaba proponiendo en este momento.

-Mira que ofrecer a tu Pokemon como método de pago o prenda... -Comentó con una mala mirada a Levan Audex- Me das asco... 

Echando un vistazo a Oki, la muchacha finalmente aceptó.

-Pero supongo que puede valer, pese a la desgracia de persona que eres. Tienes detrás un carro con un Ponyta que sabe volver a casa.

Aquel plan que Levan Audex había dicho no le convencía en absoluto, pero esta tampoco tenía ni la más remota idea de cómo salir de la situación en la que ella se había metido.

-Vale... pero antes...  -La muchacha agarró a su Magikarp y se lo dio a la tabernera- ¡También quédate con mi Magikarp!. ¡Pero no lo cocines!. ¡Prometo que volveré a pagarte las bebidas!. 

Al parecer ella también había recurrido a eso de ser una escoria humana poniendo a su compañero, y amigo, Pokemon como prenda para pagar deudas presentes en un futuro cercano.

Ignorando el desprecio de aquella mujer, como si no fuera nada, me arrodille junto a Oki para darle caricias entre las juntas de su coraza metálica por detrás de la cabeza- Tranquilo, amigo... Antes de que te des cuenta habré vuelto así que pórtate bien ¿vale? -muchas veces no sabía si realmente entendía mis palabras pero al menos lo parecía así que siempre le hablaba como si lo hiciese, además de que era el único con el que hablaba de todo. Me puse en pie sin apartar la mirada de él.

- De acuerdo, te lo mandaré de vuelta y un poco mas tarde volveré yo. Quiero estar cuando examines la carne, quiero asegurarme de que este sana, no vaya a ser que sea incomestible o algo -aclare a la camarera al recordar como había acabado con aquel Tauros, quizás restos de veneno quedarán en el cuerpo... No sabía lo que pasaba con la carne de un Pokémon cuando moría envenenado pero tampoco quería venderle una carne que fuera a perjudicarlos- Por cierto, me llamo Levan Audex. Creo que deberías saber el nombre de con quien haces negocios -me termine por presentar.

Esperé a que... Un momento- Creo que contigo tampoco me presente... Es decir, no se tu nombre -le dije a la chica mientras caminábamos juntos hacia la puerta, ahora tocaba reunirme con la otra para dejarle el Psyduck como parte del trato e irnos a por la carne.

Todo estaba hablado, más o menos, ahora Levan Audex y Yuri Takamiya podían salir al exterior, usar la carreta con el Ponyta y dirigirse sin mirar atrás a donde los otros se encontraban.

-Me llamo Yuri Takamiya. -Se presentó y, una lágrima cayó por su mejilla a la par que sus mejillas se enrojecían y volvía a empezar a llorar- ¡Tienes que ayudarme!. ¡Lo prometiste!. ¡Si no me ayudas es como morir!. ¡Tienes que salvar a mi Psyduck!. ¡Y a mi Magikarp!. ¡No quiero perder a mis Pokemon!. ¡Sin ellos no soy nada!.
Iba a ser un viaje largo...

En la parte indicada se encontraba el Ponyta atado a un carro, listo para usar, tan solo había que subirse a este y dirigir al animal por la carretera y los caminos correctos hasta llegar al destino que se indicaba, el Pokemon haría el resto.

El tamaño de aquel carruaje no era demasiado grande y estaba abierto al aire libre, por lo que no producía ningún tipo de cobertura o protección contra ataques o contra los rayos del sol. Algo que era bastante lógico teniendo en cuenta que si hubiera una tela cubriéndolo, es muy probable que ardiera en caso de que el Ponyta se asustara y sus llamas realmente empezaran a quemar.

El animal parecía manso, por lo que sería sencillo controlarlo.

Acercándose a aquel dúo tan ruidoso llegó no otra que Queen Kard, al parecer había estado esperando por las cercanías para ver qué era lo que pasaba. Esta muchacha no tuvo ninguna duda a la hora de alzar la voz.

-Veo que has decidido no cumplir con tu parte del trato... -Comentó con un tono neutro y monótono, aunque detrás del velo que llevaba, Levan pudo ver sus ojos mirándolo con enfado- ¿Tenías pensado escapar con tu amiguita y no darme a ese Psyduck que gané?. Entrégamelo ahora si es que me equivoco.

Salía fuera del local con una mano el la cara temiendo si valía la pena estar con Yuri a costa de mi sanidad, aunque sonaba bonito me gustaba, cuando alcé la mirada fue para buscar lo que me había prometido la camarera y realmente estaba ahí. No me costó mucho encontrar al corcel de fuego junto al carro esperando con la calma típica de un Pokémon manso, eso haría las cosas más fáciles.

Aunque ni medio paso pudimos dar antes de tener encima ya a nuestra querida "amiga"- Pensaba que estarías en tu carromato, si me echabas de menos podrías haberlo dicho... -dije agachándome un poco para tomar la mano del Psyduck que tanto quería por alguna razón- ...aunque te veo un poco malhumorada ¿sabes? Eso se podría solucionar con una noche tu y yo a solas -le solté como si no fuera nada con una leve sonrisa- Pero supongo que solo querrás este Pokémon ¿verdad? Venga, lo llevaré a tu carro y así podré irme a hacer lo que me de la gana... Aunque... una pregunta ¿cuánto costaría comprarlo de vuelta? ¿qué preció le das?

El Pokemon de Yuri Takamiya no se resistió en absoluto cuando Levan Audex lo llevó hasta el carromato de Queen Kard que se encontraba apostillado al lado del Santuario de la Suerte. Eso sí, no parecía estar del todo consciente de sus alrededores por lo que era probable que no supiera nada de lo que estaba pasando.

-¿Psyduck?. -Preguntó.

La respuesta de Levan Audex no parecía alegrar demasiada a aquella jugadora en donde a él no le veía de esa forma.

-No me gusta hablar de dinero. -Dijo ella mientras mentían al psyduck dentro del carromato- Si quieres recuperar algo que sea por medio de apuestas a cambio de algo con un mismo valor de trueque o a cambio de favores...

La muchacha era notablemente vaga a la hora de poner un precio sobre la cabeza del psyduck, probablemente para tener una ventaja cuando este quisiera recuperarlo.

El comentario de Queen Kard no le gustó nada a aquella muchacha que tras escuchar de lo que estaban hablando, esta de forma completamente innecesaria se metió en la conversación en vez de quedarse callada.

-¡Ese del que habláis no es un simple Psyduck!. -Se quejó la muchacha con lágrimas en sus ojos- ¡Es Goldy y es mucho más valioso que un Pokemon corriente!. ¡Está entrenado!. ¡Y se porta siempre muy bien!.

Al parecer no había pillado el concepto de quedarse callada.

Los comentarios de Yuri Takamiya no habían hecho otra cosa que empeorar la situación en la que esta se encontraba en esos momentos; puesto que al dar esta información al respecto de su Pokemon, claramente la situación actual en la que se encontraba iba a cambiar radicalmente.

-Si ese es el caso... -Comentó en voz baja Queen Kard- Entonces supongo que le tendré que poner un valor superior al de un Pokemon normal, si está tan bien entrenado, no desearía perderlo por un Weedle, un Ratatta o algo así...

Tras este comentario, cerró la puerta de la caravana, dejando afuera a Levan Audex y a Yuri Takamiya.

Un chasquido de lengua fue mi única respuesta ante la respuesta que me dio Queen, desde luego se trataba de una adicta al juego, era la primera vez que veía a alguien rechazar dinero de forma tan abierta así que asociaba eso a su atracción por el azar en demasía. Aunque como no podría ser de otra manera Yuri salto para dejar claro cuanto quería a ese Psyduck y que era tremendamente valioso para ella lo cuál no me hizo falta ni escuchar a la "dueña" actual para saber como el precio se multiplicaba, por eso mismo me lleve una mano a la cara suspirando levemente mientras Queen entraba en su carromato dejándonos fuera. En cuanto la puerta se cerro levante la mirada hacia Yuri con muy mala cara- No podías estarte calladita un segundo, si no hubieras abierto la boca habría bastado con traerle un par de Rattatas y habría hecho el cambio encantada seguramente... Ahora tocara buscar algo interesante de verdad -me había tensado un poco mientras le echaba la bronca- Que voy a hacer contigo -entonces relaje de nuevo la postura bajando los hombros notablemente y girándome para mirar al Ponita de nuevo- Bueno, tocara llevarlo hasta la carne... Tan solo espero que no se la hayan llevado nadie o devorado los Pokémons salvajes... No quiero más problemas por hoy -que ya llevábamos una racha desde ayer detestable en cuanto a planes torcidos y males a la vuelta de la esquina, quería que las cosas salieran bien aunque fuera por una sola vez

Pasar de que todo estuviera hablado, más o menos, hasta que ahora el precio del Psyduck se había re-valorizado por sus palabras sinceras pero muy mal escogidas no era otro signo de que esto iba a ir mal.

-Yo solo quería ayudar. -Le dijo a Levan Audex mientras una lágrima cayó por su mejilla a la par que sus mejillas se enrojecían y volvía a empezar a llorar- ¡Y AHORA HE PERDIDO A GOLDIE PARA SIEMPRE! ¡NO LO LOGRARÉ RECUPERAR NUNCA! ¡TODO ESTA PERDIDO! ¡MI VIDA ESTA PERDIDA! ¡ODIO MI VIDA! ¡BUUAAAAH!.