Partida Rol por web

Exhaustos y hambrientos, todo el grupo llega por fin a la guardería de Tábata y Jake cuando ya ha oscurecido del todo.

Dentro están Jake, que parece bastante preocupado y ligeramente molesto; Jan, que está tirada en un sillón como si fuera su casa, bebiendo cerveza y Spike, que parece bastante azorado, aunque tiene mejor aspecto que cuando lo visteis por última vez (cuando un litwick le había robado el alma). Al menos ahora parece vivo. O más vivo, en cualquier caso. Se nota que ellos dos han llegado bastante antes.

A Hike le han sacado al salón, donde están ellos, un cubo lleno de bayas atania, que el pokémon parte con satisfacción con su poderoso pico metálico, haciendo sonoros crujidos todo el rato.

-¡¡Hombre, mira quiénes se dignan a aparecer!! -exclama Jan alegremente al verlos aparecer, alzando su cerveza. -¡Tábata, pasa, coge una cerveza, estás en tu casa! :D

-Pues sí que habéis tardado, que las Ruinas Alfa están aquí al lado... Casi nos íbamos a poner a cenar sin vosotros... -dice Jake. 

-Comidaaaaaaaaa!!!!! - Leroy agita de los hombros a Jake con los ojos en blanco y gritando en plan zombi- Danos comidaaaaaaa!!!

-¿Eh? Aaah... -Jake es zarandeado y parece que, en un primer momento se le revuelven las ideas, pero en seguida vuelve a tomar las riendas de ellas y le espeta a Leroy, visiblemente molesto. -¡Oye, tío, tampoco te pases! ¡Encima que mi hermana os ha invitado a todos a casa y me he tirado una hora cocinando como un puto esclavo porque sois el ciento y la madre! Bueno, Spike me ha ayudado un poco... Ejem. -Mira a Leroy con el ceño fruncido. -Si tienes hambre, haber llegado antes, esto no es un restaurante.

-¡Jaja! xD ¡Qué mono te pones cuando te cabreas, Jake, deberías hacerlo más a menudo! Va, va, pasad, si la mesa está puesta. Por ahí hay sillas -dice Jan, apurando su cerveza. -Spike, tráeme otra cerveza.

-No soy tu criado. Y esta no es tu casa...

-Joo...

perdido entre sus pensamientos y conversaciones intrascendentes Tharion se da cuenta de dos cosas, primera, de la hora que es, segunda, de que ya han llegado a ciudad iris, nada mas entrar se encuentra con Jan en un marco y una escena que solo podría ser descrita como Jan... (dicho con resignación), lo cual le provoca una sensación familiar y agradable por un lado... y malestar por otro por aprovecharse así de la hospitalidad ajena, de modo que tras saludar a su anfitrión, a Jan y a Jhon pregunta a Jake si puede ayudar en algo

-Nah, no te preocupes. Gracias, Tharion. Va, pasad, si la mesa está puesta... De hecho, hemos empezado a comer. Un poco. Bueno, contadme -dice Jake volviendo a su ser más calmado. -¿Qué tal os ha ido?

-pues bien, esta vez tu hermana no ha llegado a estar a las puertas de la muerte- tras decirlo, le dedica a Tábata una sonrisa de cómplice 

Al abrir la puerta y ver el percal que les esperaba, Galatea no puedo evitar sonreír de oreja a oreja. ¡Vaya gente con la que se juntaba! Pero aburrirse era imposible. Casi inmediatamente, Polifemo se aposentó en el sofá junto a Jan y se abre una cerveza. Eructa. Es adorable. 

Tras unos segundos de duda, Galatea decide no sacar a Arthur de su pokeball: aunque ha mejorado mucho, nunca se sabe qué pasa por la cabeza de tan impredecible pokemon, siendo tan profundas las heridas psicológicas de su crianza con el Team Rocket. 

-Tharion, no seas malo -se quejó al oírle hablar de su prima-. Bueno, creo que narrarlo todo va a ser bastante largo... Spike, Jan... -Galatea no pudo quedarse unos segundos mirando a la chica rubia-. Maldita sea, ¿qué me pasa? Parezco tonta..´.- pensó para sí- ¿Có...cómo os encontráis? Supongo que querréis saber todo sobre los pokemon que os atacaron...

Sorprendentemente es Spike, que parecía tan azorado, el que contesta más rápido, y lo hace con tanto entusiasmo y tan precipitadamente que no da tiempo a nadie más ni a que abran la boca.

-¡¡Sí!! ¡¿Qué habéis encontrado en las Ruinas?! ¡¿Cómo son por dentro?! ¿Son muy grandes? ¿Habéis llegado al fondo? ¿Podríais dibujar un mapa? -No está contestando a lo que le ha dicho Galatea, pero no se ha dado ni cuenta: está claro lo que le importa. Vive por y para las Ruinas Alfa.

Tras llegar a la guardería, Tábata se apresuró a dejar las cosas en su cuarto y acercarse a la cocina para preparar algo de cenar; pero todo estaba listo. Al ver la mesa puesta y todos aquellos platos cocinados —con el innegable toque de su hermano—, algo comenzó a morderle la boca del estómago. Los primeros segundos pensó que sería el hambre —no sería nada extraño, teniendo en cuenta el tiempo que había pasado desde que comieron por última vez—, pero en seguida se percató de que no era otra cosa mas que culpa. Justo en ese instante, desde el salón, se escucharon las voces apremiantes del resto del grupo y cómo su hermano, tras el zarandeo de Leroy, perdía los estribos. "¿De dónde vendrá ese pronto tan brusco que...?" Pero entonces, lo recordó. Observando la situación a lo lejos, Tábata fue capaz de recordar el carácter de su padre, aquel que, cuando se enfadaba, tanto la llegaba a asustar. Y siempre que éste perdía los estribos, era por su culpa, porque pasaba demasiado tiempo en el bosque sola, porque no dejaba estudiar a su hermano o porque se encaprichaba con los pokémon de la guardería y se escapaba por las noches para dormir con ellos en el patio. Durante unos segundos, Jake fue el reflejo más fiel de lo que una vez fue su padre en vida; y sabía que la culpable, una vez más, era ella. Esto no colaboró a que se inquietase menos. 

Sin embargo, sabía que no era su culpa. O quizás necesitaba interiorizar que lo sabía —aunque no fuese cierto— para participar en la conversación que tan solo observaba. Después de tantos años de inseguridad y silencio, volvía a sentir que era aquella niña de pelo corto y mirada esquiva. "¿Y si todavía lo fuese?"

—Hemos llegado al fondo, sí— comentó ella, intentando ignorar sus pensamientos y sentirse partícipe de la conversación—. O eso creo. La verdad es que dibujar un mapa sería bastante difícil. Por lo que yo recuerdo, llegado a un punto no había más que salas... y más salas —titubeó al final de la frase, recordando con cierta inquietud—. No hemos hablado todavía de todo esto, pero la verdad es que yo llegué a sentir que estábamos en un sueño. Nada de aquello parecía real y... —se mareó ligeramente y se acercó a una silla—. Será mejor que tome algo —sonrió—. Creo que empiezo a desvariar. Quizás Rupert pueda dibujarte algo de lo que vimos, Spike. O quizás Galatea, que también tiene dotes de pintora —rió—. 

Entonces, mientras se servía algo de zumo de baya para beber, agachó su cabeza y se dirigió a su hermano, sin mirarle.

—Perdona por causarte tantas molestias. De verdad: lo siento.  

Lo que le pasa a Galatea es una chorrada: como se vio en episodios anteriores de "Pokemon, la aventura", le gusta Jan desde que la encontraron en el hielo.

Como Rupert* no está, ya que se despidió del resto del grupo en el Encinar, Spike se dirige a Galatea muy excitado, tomándose totalmente en serio las palabras de Tábata y otra vez interrumpiendo antes de que a nadie más le dé tiempo a hablar.

-¿Sí, Galatea? ¿Podrías dibujar un mapa? ¿Qué habéis encontrado en esas salas? ¿Había más escritura unown? -Parece tan emocionado que si nadie le responde igual le da un ataque al corazón allí mismo. -Yo quería bajar, pero estaba muy oscuro y no teníamos linternas y Jan me saco de allí a rastras cuando me caí por las escaleras. -Le lanza una mirada de odio fulminante. 

Jan acaricia la cabecita de Polifemo, que le lanza otra mirada fulminante con su único ojo y hace un amago de morderle la mano. Ella la retira con reflejos de relámpago y se ríe.

Toda la situación parece divertirla enormemente.

Pasando de John y su ataque de arqueologitis, Jake se dirige a su hermana. Suspira.

-No pasa nada, Tábata. Es solo que estaba algo preocupado. Durante esta tarde te he estado llamando, pero solo se oían unos ruidos rarísimos y luego, cuando por fin doy contigo... Tábata, habéis tardado tres horas en llegar. Las Ruinas Alfa están aquí al lado. -Se encoge de hombros, incómodo- Me he puesto un poco nervioso.

Galatea se volvió hacia Spike con una sonrisa divertida ante lo emocionado que estaba el chico.

-Bueno, creo que sí... quizá en algunos puntos necesite la ayuda del resto para cubrir algunas lagunas que pueda tener. Pero sí, creo que podría ayudarte. Además quizá si vamos en orden cronológico, sea más fácil contaros todo lo que paso. ¿Alguien tiene una hoja de papel?

Solo porque eres tú, ¿eh? xD De hecho, creo que lo comenté varias veces porque Lara me preguntaba in-game. Pero lo dicho, una Toru es una Toru.

Spike se saca un pequeño bloc, un boli y un lápiz del bolsillo de la camisa y se los tiende a Galatea con manos temblorosas.

-Tengo también folios, si te hace falta.

-Gracias, Spike. A ver por donde empiezo
Colocando la mina del boli sobre una página del bloc, empezó a trazar el mapa de las cuevas. Empezando por las escaleras que llevaron al antro de los litwick y la aparición de los "fantasmas", pasando por la sala de oscuridad y las que siguieron. Conforme iba dibujando, iba contando a Spike y Jan todo lo que les pasó.

-Y luego pasamos por la sala de hielo, donde se reprodució nuestro encuentro con Articuno...

Galatea continuó con la narración. La sala de viento, la de los pokemon bicho, y finalmente, el encuentro con el pokemon legendario en el antiguo templo. 

-Sé que parece difícil de entender. Incluso para nosotros todo pasó como si fuera un sueño. De hecho, con excepción de la primera sala a la que accedimos por las escaleras, parece como si no hubiéramos avanzado nada, como si todo no hubieran sido más que ilusiones... lo cuál pierde toda su lógica porque al final aparecimos por el Encinar real -hizo una pausa para dibujar unos arbolitos donde había esquematizado el encinar con el lago y el templo-. Eso me hace pensar que en verdad sí que avanzamos... no lo sé, quizá habría que investigar más las grutas para dar con una solución. Aunque no me miréis a mi, que me siento un poco claustrofóbica desde esta última aventura...

Jake, Spike y Jan se quedan mirando fijamente a Galatea durante un rato, perplejos, cada uno procesándolo a su manera y extrayendo sus propias conclusiones. Spike, concretamente tiene la boca abierta y parece a punto de tener un orgasmo, explotar de felicidad o algo similar, pero en Jan la primera en romper el silencio.

-Hostia, menudo follón. -Parece encantada. -¿Otro pokémon legendario? ¡Copón!, ¿tenéis un imán o qué? Y ¿qué ha pasado con ese bicho ahora? ¿Simplemente se fue? ¿Y con los unown?

Spike finalmente sale de su ensimismamiento extasiado.

-¡Hay que investigar! ¡Ya verás mañana, en la excavación! ¡Esto va a ser una revolución! Ah, ¡tengo que escribir al profesor Oak! ¡No, a la revista Pokémon History! A los dos... ¡Oh, muchísimas gracias, Galatea!

Jake solo guarda silencio, serio.