Partida Rol por web

-Entonces, a dormir -dijo simplemente, metiendose al sobre.No parecía que Fearow fuese a moverse de donde estaba y Elekid probablemente preferiría dormir al aire libre también. Se acurrucó colocando dentro del sobre a Shuichi, dejando que su cabecita saliera fuera del mismo, al menos hasta que la guardara.

Tharion termina de recoger y lavar, saca su saco de dormir, pero dada la buena noche que hace (y que luego le da pereza doblar el saco), en lugar de sacarlo y taparse con el, simplemente se tumba sin preocuparse por minucias como por ejemplo si hay zonas más cómodas y usa el propio saco como almohada, aunque tras intentar acomodarse queda patente que no hay una postura humanamente posible para apoyar la cabeza sobre un saco de dormir sin que el cuello forme un ángulo de 90º con respecto al cuerpo, de modo que tras probar todas las combinaciones de posturas imaginables con el saco, termina haciéndose un ovillo en el suelo y quedándose dormido abrazado al saco

De esta forma, humanos y pokémon caen en un sueño reparador, arropados por el manto oscuro de la noche y arrullados por el ulular de los hoothoot y el suave rozar de las hojas con la gentil brisa veraniega.

El sonido de la pokégear despierta a Astrid.

La luz del sol que se cuela entre las copas de los árboles es ya cegadora y empieza a hacer calor, aunque bajo la protección de los árboles la temperatura es aún agradable.

El sonido de la pokégear rompe la quietud del bosque. No cabe duda: es la pokégear de la chica, que está recibiendo una llamada.

Tharion ya estaba despierto a causa del sol, pero por no despertar a Astrid continua dormitando hasta que oye el pokear, al no ser el suyo, simplemente se limita a ir al estanque para echarse agua en la cara y de paso dar una vuelta por la zona para dejarle intimidad a Astrid

Astrid se revuelve en su saco de dormir y contesta el teléfono sin moverse mucho de él, arrastrando el mismo dentro del sobre.

A medida que iba escuchando, Astrid comenzó a ponerse bastante tensa. Tras las primeras palabras del muchacho, se fastidió y apartó el telefono del oído, dispuesta a pulsar el boton de apagado.

Ugh...jódete...

Pero siguió oyendo debido al silencio del bosque, y decidió detenerlo por ahora.

¿Que dices?

Astrid echa un vistazo alrededor, no es que le importe que Tharion esté escuchando, pero quería comprobar si le estaba espiando o solo se había ido como si nada hacia el río.

Claramente el hombre simplemente se ha ido al estanque a asearse un poco y a dar una vuelta, precisamente para no molestar. Se ve a las claras que sus intenciones son limpias.

Tras recorrer media circunferencia del estanque, Tharion, para distraerse trastea un poco con el pokegear, mira los registros, cambia el tono de llamada, tras lanzar un par de piedras, volver al campamento, asegurar que tiene todo recogido y guardado en su mochila, se adentra en el bosque, dejando su mochila en el claro, para buscar bayas

Astrid colgó, molesta y frustrada de tener que ver de nuevo a Shiert. Realmente podría haberlo mandado a freír esparragos y seguir con su plan de buscar al artesano de Pueblo Azalea, pero le preocupaba el tema de ciudad Trigal y Celebi realmente. Se acercó al pequeño templo, aprovechando su cercanía y lo que había experimentado antes allí, se sentó de rodillas en la hirba, y comenzó a rezar.

¿Celebi? ¿Estas haciendo que la naturaleza florezca en...en el lugar lleno de edificios cerca de donde nos vimos la ultima vez? ¿Ese que se llama Ciudad Trigal?

Sí.

La respuesta aparece inmediatamente en la mente de Astrid, con sencillez y naturalidad.

-Eso no esta bien. Que la naturaleza crezca tanto en las zonas llenas de edificios donde vivimos nos perjudica y daña las cosas que hemos construido. Y hace que muchas...malas personas quieran buscarte para hacerte daño. Otras quieren encerrarte de nuevo, déja de hacerlo por favor.

Sin necesidad de alejarse mucho, gracias a su buen conocimiento de la vida en el bosque, Tharion encuentra un arbusto de bayas safre con cinco bayas maduras y en buen estado y otro de bayas zidra de las que son aprovechables cuatro.