Partida Rol por web

-Vamos a ir a buscar al legítimo dueño de la campana. Mm, supongo que a estará en el gimnasio... -Si alguna cosa queda clara de Yuki es que hablar no es su pasión. Al menos esta vez no le ha llamado "papanatas" ni nada por el estilo.

¿Gimnasio? ¿Será Morti?

Tener que reencontrarse con el líder del gimnasio después del suceso ocurrido durante el combate no era algo que le hiciera especial gracia a Fiódor. Además, ¿por qué querría visitar Yuki al dueño de la campana si teóricamente ella la había robado? No tenía mucho sentido.. Aún así el muchacho decidió callar y seguirla de cerca. Algo tendría planeado, ya habría tiempo para responder esas preguntas.

Efectivamente, Yuki cruza Ciudad Iris con paso seguro e irrumpe en el gimnasio como Pedro por su casa. Katsurou se ha subido a su espalda y asoma la cabeza por su hombro. Se nota que los pokémon fantasma lo ponen muy nervioso, pero aún así trata de reunir todo su valor y mantener su expresión firme.

-¡¡Mortii!! -El grito de Yuki suena del todo estridente en el ambiente calmado del gimnasio. Absolutamente todas las personas que había allí -los señores mayores que Fiódor viera antes, dos de los cuales estaban echando un combate amistoso con sus ghastly-, se vuelven a mirarle. Desafortunadamente, Morti no parece estar entre ellos.

-Morti ha salido, no sé dónde habrá ido, pero te agradecería que no entraras de esa forma tan escandalosa en el gimnasio, joven. -La amonesta una señora con el pelo blanco recogido en un moño junto a la que flota un misdreavus.

Para Fiódor aquella era la primera vez que pisaba un gimnasio. El aroma a Pokémon y combate llenaba el aire, todo era demasiado burdo y carente de la sutileza necesaria como para llamarle la atención. Todo ello, sumado a su desgana por volver a ver a Morti hizo que apenas prestase atención a nada de lo que allí ocurría. Aún así prestó la suficiente atención como para escuchar lo que a sus oídos era toda una buena noticia.. Morti no se encontraba allí.

Un suspiró escapó de sus labios al oír aquello.. sin embargo ahora tenía una nueva duda que rondaba por su mente. La forma en la que Yuki llamó a Morti significaba que cuanto menos tenían cierta relación. Nadie irrumpiría en un gimnasio y llamaría a voces al líder si no fuera porque entre ambas personas había cierta familiaridad.. o quizás a no ser que esa persona fuera alguien sin escrúpulos. Mirando de nuevo a Yuki.. Fiódor dudó por un momento cuál de ambas opciones era la correcta.

-¿Para qué quieres ver a Morti? - Le preguntó finalmente a media voz cansado de intentar deducir algo de todo aquel asunto.

El gimnasio de Ciudad Iris es un edificio tradicional de madera y piedra.

Al entrar, el interior es sombrío y fresco. No solo está es así porque no haya luz en la ciudad: tiene pinta de que durante el día no encienden las luces, sino que se iluminan solo con la luz del sol que entra por las ventanas. El ambiente es muy tranquilo y hay un suave olor a incienso.

Hay algunas personas mayores dentro, sentadas en silencio por allí. Quizá estén meditando. Además, por el rabillo del ojo, Fiódor tiene la sensación constante de ver unas sombras moviéndose aquí y allá, aunque no sabría decir a ciencia cierta qué son... o quizá sea que prefiere no pensar mucho en ello.

Yuki se le queda mirando un momento con expresión que refleja claramente sus pensamientos. ¿Este tío es tonto? Abre la boca como para contestar alguna ironía, pero se lo piensa mejor, se vuelve hacia la señora que le ha regañado y, en general, a las personas que hay en el gimnasio, hace un gesto de despedida con la cabeza y abandona el edificio. Cuando has robado un objeto presumiblemente valioso lo mejor no es ponerte a hablar de ello en mitad de un gimnasio lleno de gente, por pocas personas que haya en él.

Una vez fuera, tras cerciorarse de que no hay nadie cerca, Yuki se digna por fin a explicarle un poco a Fiódor de qué va la cosa. Mal que le pese, Katsurou parece bastante aliviado de alejarse del gimnasio fantasma, aunque se esfuerza por no demostrarlo para que no resulte tan evidente lo que estos pokémon lo inquietan.

-Te lo he dicho antes. -Le espeta al muchacho, aunque sin alzar mucho la voz-. Si hay alguien a quien le corresponde tener esta campana es a Morti, ya que pertenecía originalmente a su familia, aunque lleva... siglos, según creo, en la Torre Hojalata bajo la custodia de los monjes esos que se encargan de la torre. Como él no iba mover un dedo para recuperarla, he decidido llevársela yo. No es momento para tener un objeto así en exposición cuando la Ciudad y posiblemente la región, o incluso el mundo estén en peligro. Ahora, ¿adónde habrá ido ese botarate? -Dice mirando alrededor con el entrecejo fruncido.

Fiódor frunció el ceño cuando escuchó a Yuki. ¿Cómo iba a saber lo que planea si apenas le contaba nada? Para sonsacarle cualquier cosa debía preguntarle o tratar de imaginarlo.. por iniciativa propia aquella chica no decía ni una sola palabra. Aún así, con la frase final de la chica una leve sonrisa se escapó de sus labios.. Al menos él no era el único que recibía los improperios de la joven.

-Parece que tú lo conoces mejor que yo - Dijo sutilmente tratando de conocer el parentesco de aquellos dos - Así que no preguntes y piensa por ti misma dónde pueden estar, yo te seguiré - En ese momento dejo caer también una nueva sutileza que le podría ayudar a conocer realmente el género de su compañera.

-¡Cualquiera sabe la idea que se le puede pasar por esa maldita cabeza de alcornoque que tiene! Conozco más su forma de pelear que otra cosa. Eso, y su maldita flema. Algún día Katsurou le hará tragarse esas ínfulas de superioridad que se da. Mmm... -Con los brazos cruzados y la mirada perdida, frunce el entrecejo y los labios e inclina la cabeza como un noctowl, pensando intensamente. Obviamente, no se da cuenta, pero tiene un aspecto algo gracioso haciendo eso. Tras un par de segundos mira repentinamente a Fiódor y le espeta-: ¡Deja de dártelas de guay y piensa un poco, papanatas! ¿No me ibas a ayudar? A ver, ¿qué sabemos de Morti? -Empieza a enumerar-: Que es imbécil... Que se lleva mejor con los muertos que con los vivos... Que le gustan las leyendas y los misterios más que a un tonto un lápiz... Que es amigo del tipo ese, cómo se llamaba... bueno, no sé, un tío con aire remilgado... Soy yo más hombre que él... -Comenta con ironía. -Uno que siempre lleva una capa, ¿de qué cree que va? Pero bueno, da igual, ese tío no es de Ciudad Iris, así que no es que podamos ir a preguntarle... Qué más... Igual ha decidido hacer algo útil por una vez y está ayudando con lo de los postes esos raros...

Fiódor esbozó una pequeña sonrisa divertida al escuchar a la chica. Sin duda opinaba igual en gran parte de las cosas que decía Yuki, aún así decirlo en voz alta era algo que él no haría, sin duda Fiódor y Yuki eran totalmente distintos en casi todo aunque parecían compartir el desagrado por Morti.

-Yo vi a Morti hace ya varias horas en la torre quemada - Dijo Fiódor recordando el primer encuentro con el líder de aquella ciudad - Quizás siga allí, creo que estaba buscando algo en esa ruinosa torre. Podemos probar y acercarnos, con la habilidad de Katsurou no nos costará ningún esfuerzo.

No le apetecía ver de nuevo a Morti, pero quizás fuera interesante ver la reacción de aquellos dos al encontrarse.. además, quizás hablar con aquel chico podría esclarecer algo acerca del asunto de la campana.

-¿En la Torre Quemada? -Yuki pone cara de extrañeza, aunque enseguida abandona tal expresión. -Este tío siempre se mete en los sitios más raros... Seguro que estaba haciendo alguna cosa tétrica de las suyas. Bueno, echemos un vistazo.

Una vez más, en cuanto los tres están en contacto físico con el abra y Yuki da la orden, Katsurou los teletransporta, esta vez al interior de la Torre Quemada.

Aunque, al igual que por la mañana, el sol entra a raudales por el enorme agujero del tejado, el ambiente dentro de la torre tiene un aire de desolación, un no sé qué de sombrío y muerto no que no hay en la ciudad, ni siquiera en el gimnasio fantasma. Las sombras parecen haber cambiado de lugar y el silencio resulta, cuanto menos, incómodo.

En cuanto aparecen, Yuki se adelanta mirando alrededor con gesto serio. Finalmente se decide a quebrar el silencio y vuelve a gritar:

-¡¡Mortii!! ¡Sal y da la cara, tengo un asunto importante que tratar contigo!

Algo se mueve en una esquina de la sala, Fiódor puede verlo tan solo por el rabillo del ojo. Farf grazna, sobresaltándolo. Se ha posado en una viga del tejado, desde donde tiene una buena perspectiva. Katsurou, por su parte, se queda en el mismo lugar al que se teletransportara, aparentemente dormido... aunque eso es algo difícil de decir en un abra.

No hay respuesta. Yuki deambula por la sala, mirando alrededor, y enseguida se dirige al enorme agujero que ocupa el centro, colocándose más o menos en el lugar donde Fiódor se cayera esta mañana, aunque Yuki parece desenvolverse con mucha mayor agilidad. Mira hacia abajo, escrutando lo que se puede ver del piso de abajo.

-Parece que no está... O no quiere dar la cara. ¿Qué estaba haciendo ese tarugo aquí cuando lo viste?

Como Fiódor esperaba, Morti parecía no estar ya allí. Habían pasado varias horas desde que lo vio, así que era más que probable que se hubiese marchado. Aún así, una sombra que se movía en un rincón cercano le hizo inquietarse.. ¿sería él? Si no, ¿qué podría ser?

Haciendo caso omiso a las palabras de la joven, avanzó lentamente hasta el lugar donde creía haber visto aquello. Farf  graznaba fuertemente haciendo que el corazón del chico latiera poco a poco a un ritmo mayor.. aquello sumado a los crujidos que daba la madera podrida cuando su pie pisaba con mayor fuerza de lo normal hacía que el chico se encontrara totalmente nervioso.. aún así su andar no era totalmente ruidoso e incluso podría coger desprevenido a cualquiera que no prestase suficiente atención.

Cuando se acercó lo suficiente al rincón, Fiódor avanzó a mayor velocidad tratando de sorprender a aquello que se hubiese escondido allí. Si era Morti no dudaría en agarrarle fuertemente antes de hacerse el "sorprendido" y soltarlo, si era otra persona solo suspiraría de alivio y se presentaría, si era algo peligroso no dudaría en atacar con la mayor destreza posible.

Efectivamente, Fiódor localiza una figura oscura que se mueve en un rincón en sombra, pero con el contraste de los brillantes rayos de sol y la oscuridad del edificio es casi imposible saber de qué se trata. El muchacho consigue que sus pasos no hagan demasiado ruido y de esta manera se acerca a la misteriosa figura para luego abalanzarse sobre ella.

-¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiihhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!

El grito es de una agudeza inhumana, aterrador y capaz de romper los tímpanos a cualquiera. Fiódor ha caído justo sobre la figura, pero solo agarra aire. Sin embargo, una sensación espeluznante de frío invade la parte superior de su cuerpo, exactamente igual que si hubiera metido la cabeza hasta la cintura en un pozo, aunque perfectamente seco. Apenas puede ver nada; alrededor de su campo de visión todo está oscuro y borroso.

Farf grazna desquiciado y de fondo se oye a Yuki ahogar un grito y a continuación gritar con tono entre sorprendido, preocupado y exasperado:

-¡¿Pero qué haces, papanatas?!

Casi en un acto reflejo, Fiódor se llevó ambas manos a sus oídos tratando de mitigar aquel fuerte y enloquecedor sonido. ¿Qué era eso? Estaba seguro que allí había algo, sin embargo al lanzarse sobre él lo había traspasado por completo sin notar nada sólido..

No me digas que..

Sí, todo hacía sospechar que se trataba de algún Pokémon fantasma, no había que ser demasiado inteligente para saberlo.. Con cierto miedo Fiódor trató de alejarse sin dejar de taparse sus orejas.. Sin embargo el ruido le impedía pensar con claridad.. Cuando se giró creyó ver a Yuki gritarle algo, pero en aquellos momentos no podía oír lo que decía..

Seguro que estará insultándome..

Aún rodeado por la extraña neblina oscura, Fiódor trata de alejarse, trastabillando y tapándose los oídos. El sonido remite enseguida, pero el muchacho todavía no está libre de la influencia del ser: en cuanto inspira, por poco que sea, puede sentir cómo la nariz y la garganta le arden y empieza a toser descontroladamente.

Sin embargo, pese a las toses y los ojos llorosos, consigue ver por fin unos grandes ojos flotando entre la especie de neblina negra que acaba de atravesar, unos ojos que le devuelven la mirada bastante ofuscados.

Como una centella, Farf acude en ayuda de Fiódor descendiendo en picado desde su posición y ejecutando una fiera Cuchillada que atraviesa limpiamente la figura sin tener efecto alguno, por lo que parece. El pájaro maniobra con destreza en el aire pasando junto a Fiódor y volviéndose para plantar cara al fantasma, aunque no parece saber bien cómo hacerlo, por lo que grazna con frustración.

-¡Katsurou, Psíquico! -Yuki no pierde tiempo y ante su tono imperativo, Katsurou no se lo piensa y ataca con firmeza al gastly. No se ve que ocurra nada, pero el gastly suelta otro grito absolutamente espeluznante -¡¡IIIIIIIIHHHH...!!!- y queda inconsciente en el sitio, con los límites de su cuerpo disolviéndose ligeramente.

-Creo que la próxima vez ganamos... -Dice Yuki para sí mientras se acerca a observar al gastly caído. Luego se dirige a Fiódor, que aún se está ahogando -¿Estás bien? ¡Mira que...! ¡A quién se le ocurre! ¡Menudo papanatas! No te vayas a morir, eh. -Le dice, como si el hecho de que casi se asfixie le molestara más que al propio Fiódor.

La tos no remitía, ni aunque el Gastly por fin se hubiese apartado de él y estuviera siendo atacado por Farf y Katsurou.. ¿Qué le pasaba? La cabeza parecía a punto de estallarle, por momentos pensaba que incluso podría tener fiebre. Los ojos le picaban e incluso empezaba a ver borroso.. aquello no era bueno.

-N.. No me encuentro.. bien.. - Dijo entre jadeos y esforzándose por poder articular cada palabra - ¿Qué me.. pasa?

En ese momento sintió mareos y un tremendo letargo que se adueñaba de su cuerpo. Aún así trataba de no cerrar los ojos por lo que pudiera pasar.. Debía buscar la manera de ir a algún hospital.

No iré a morir.. ¿verdad?*

La cabeza le da vueltas y la garganta le arde hasta lo más profundo del esófago (-1 PV). Farf revolotea a su alrededor, tratando de encontrar una forma de ayudarlo o, por lo menos, infundirle ánimos.

Yuki se acerca al chico a grandes zancadas con gesto entre preocupado y molesto. 

-Te lo has tragado entero, ¿eh? -dice, plantándole una mano fresca aunque algo sudorosa en la frente, por debajo del flequillo. -El cuerpo de los gastly es puro gas venenoso, ¿te has caído de una higuera o qué? -Le da unos vigorosos golpes en la espalda para hacerlo toser. No es que ayude mucho, aunque es evidente que lo hace con buena intención. -No llevo ningún antídoto encima, si no tienes ninguno deberíamos ir al hospital.

Una ligera sonrisa apareció en el rostro de Fiódor ante aquellas muestras de preocupación de Yuki. Aunque bien era cierto que con cada golpe que le propinaba en la espalda los dolores se acentuaban cada vez más, aquel interés que mostraba la chica por su estado hacía que se sintiera en cierta forma reconfortado.. Aquel era un aspecto de Yuki que rara vez habría mostrado y que probablemente tardara en volver a ver.

-E.. *cof* estoy bien - Dijo entre toses y con voz débil mientras trataba de sonreír y bromear - Creo que podré.. sobrevivir unas horas más *cof*

Sin embargo era más que evidente que no se encontraba nada bien y que aquello solo era un intento (bastante malo) de tranquilizar a la chica y de demostrar que no era una carga para ella y su aventura.. Temía en cierta parte que le abandonara en el hospital y se fuera sin él.

Al tratar de levantarse un nuevo mareo acudió a la cabeza del chico que tuvo que agarrarse torpemente en Yuki para no caer al suelo.. Su rostro estaba cada vez más pálido y sus toses sonaban peor conforme pasaban los segundos.

-No, no podrás -replica con tono cortante. Luego parece darse cuenta de cómo ha sonado lo que ha dicho y añade- Pero solo si te quedas ahí como un pasmarote. Tenemos tiempo de buscarte un antídoto. ¡Katsurou! -El abra se materializa a su lado. -¡Al hospital! -En cuanto todos están en contacto el pokémon los teletransporta.

A su alrededor todo se vuelve de ese tono blanquecino aséptico propio de los hospitales, y el consabido olor característico de tales sitios inunda sus pulmones. Fiódor siente que va a echar el estómago por la boca.

Pese al apagón, en el hospital parecen estar apañándoselas bien con el generador de emergencia. Tras el mostrador hay una cola de no más de dos o tres personas que avanza rápidamente.

Y sin que le diese oportunidad de resistirse, Yuki le agarró de la mano y dio la orden a Katsurou para que los teletransporte hasta el hospital. Fiódor suspiró molestamente.. se sentía miserable simplemente por la razón de que por su culpa tuvieran que perder tiempo en un hospital.. Sin embargo la chica tenía razón, cada vez se encontraba peor y las toses y dolores no remitían, sino que se incrementaban proporcionalmente al tiempo en espera.

-Yuki.. *cof* no me deja- *cof*.. dejarás aquí y te irás, ¿verdad? - Le dijo mientras le miraba con ojos llorosos debido a su febril estado - Puedo ser útil.. *cof*

Sin embargo suspiró de forma cansada y dejó de hablar mientras esperaba en la cola. Cada palabra pronunciada era un suplicio para su dolorida garganta.. Además, los dolores de cabeza a veces eran tan fuertes que creía que en cualquier momento podría estallar, lo que tampoco ayudaba a pensar con lucidez en aquellos momentos.