Partida Rol por web

Cuando Shiert llega al salón con su bulbasaur se encuentra con que una de las ventanas que hay en el lado opuesto al cuarto del que él acaba de salir está rota, el suelo está lleno de esquirlas diminutas de cristal y por el agujero acaba de entrar un fearow con el pico partido, que aletea de forma un poco desmadejada, y está saltando un elekid.

Detrás, aún fuera, está Astrid, con la boca cubierta por una mascarilla, con su shuckle, al que claramente tiene intención de pasar después.

El chico lleva un saquito en una mano y una pokéball en la otra.

- A eres tu - digo sin mostrar el menor deje de preocupación o miedo - Podias haber entrado sin mas no hacia falta romper la ventana, pasa si lo que quieres es a tu Pokemon aunque si prefieres que luchemos para que te lo de tambien me vale, pero preferiria no perder mi tiempo ahora estoy ocupado y la verdad no creo que hayas hecho un recorrido como este solo para darme una paliza cuando te ofrezco darte a tu Pokemon sin necesidad de perder el tiempo - Tras decir aquello guardo el saco y la Pokeball y me muestro desarmado completamente.

Curioso que fuera ella quien me habia encontrado, por que eso significaba que habia tenido que pedir favores a alguien que controlase las camaras de seguridad de muchas ciudades... nunca habia visto a una persona no rica hacer un despliegue de recursos tan grande solo por recuperar un pokemon realmente se habia ganado que le devolviera su juguete.

Astrid miró al chico, mientras un Fearow con el pico roto hace mucho entraba por el agujero de la ventaja a la par. Su mirada no era candida ni de cerca, pero tampoco de la furia de antes. De cierta forma era inquietante en su rostro, era mas bien una especie de odio frío. No contestó inmediatamente, solo tendió una mano.

-Avienta la ball, despacio -ordenó.

La mirada de Astrid translucia un rencor inenarrable. Jamás perdonaría lo que el chico había hecho tan despiadadamente, le había herido en el alma, justo en la parte donde estaba su misericordia.

No esta bien que piense así, intentó aplacarse.

Respiró profundo en silencio, alerta a sus movimientos, intentando aclarar su balanza interna entre su piedad y su rencor. Sabía que el chico estaba fingiendo o tramando algo y que solo tenia un pokemon ahora mismo descontando a Iri. Así que esperaba algun somnifero o al bulbasor cayendole encima en cualquier momento.

- Temo que si quieres la Pokeball por las buenas tendras que calmarte, entar, sentarte y relajarte y seamos sincero no me preocupa en lo mas minimo que puedas atacarme con tus pokemon y que me odies a muerte así que vas aceptar entrar y calmarte un poco antes de nada -

Sobre todo sabia que haria lo que le decia por que no era tonta, no sabia donde tenia la Pokeball de su querido pokemon ni tampoco que era capaz de hacer si se atrevia siquiera a tocarme un pelo y dudaba muchisimo que fuera tan ilusa como para creer que no era capaz de sacrificar a su Pokemon si era tan estupida de no hacerme el menor caso.

- Tendras a tu Pokemon luego pero ahora entra y sientate tramquila es una orden - mi tono era lo bastante serio como para indicarle que si hacia el tonto me aseguraria de que se arepintiese el resto de su vida y la verdad es que no tenia la menor duda de que sabia que lo haria.

Astrid ni siquiera se inmuto. Arrugó la nariz un poco de forma casi imperceptible, como en un gesto de asco.

-No, estupido. -respondió de forma aspera. Nada que ver a lo que se había visto en Pueblo Lavanda- Me tienes harta. Acabas de decir que me darás mi pokemon para que me vaya. Pues damelo y no me colmes mas la paciencia. Lo dire una vez mas, y si pasa algo con mi vulpix, te pasará a ti multiplicado por 10.

Le clavó la vista y levanto un dedo enfatizando la unicidad.

-Una vez mas.

Hizo una leve pausa.

-Dame a mi Vulpix.

Estas haciendo tiempo para que vuelva tu otro pokemon, ¿verdad pequeña rata?

Astrid sentía una creciente furia, en su vida había pasado una experiencia tan desagradable. Sus ojos tenían un brillo ligeramente extraño y sus labios estaban tensos. Queria recuperar a Iri, pero estaba totalmente convencida de que no iba a darsela por las buenas, y viendo que clase de cínico resultó ser, no se creía en absoluto que quisiera tomar té y galletitas a la mesa.

Realmente, iba a atacarlo sin piedad si en su siguiente movimiento no entregaba a su Iri. Apretó ligeramente el caparazón de Shuichi contra si, como disculpandose por adelantado.

Lamento que tengan que hacer algo tan detestable, pero necesitaré su fuerza.

Me costaba no mostrar una sonrisa de oreja a oreja al ver el carapter de Astrid, era genial apenas si le habia separado de su pokemon unas horas y ya tenia una furia asesina en su mirada y hasta hacia amenazas de muerte y todo, algo increible esa chica cada vez me gustaba mas, el problema para ella es que las amenazas no funcionan con alguien que no tiene nada que perder.

- No - lo dije con una seriedad absoluta y lanzandole una mirada de abvertencia - Vas a jugar a mi juego con mis normas y lo vas hacer por que estas en mi territorio y hay camaras escondidas por todas partes y si se te ocurre siquiera hacer el menor movimiento o atacarme tu Pokemon morira y despues tu tendras que derrotarme a mi y aunque logres hacerlo y aunque siquiera pudieras matarme cargaras toda tu vida en tu conciencia el haber arrebatado mi vida y la de Vulpix y lo que es mas importante, veras como toda tu familia, tus amigos y toda la gente que conoces y con la que has hablado muere poco a poco a tu alrededor sin que tu puedas hacer nada y sabiendo que todo esto lo has provocado tu -

Estaba hablando muy enserio y ahora no habia mas que 2 alternativas para ella atacarme y no seguir mis reglas y ver cumplido todo lo que yo le decia o hacerme caso sentarse hablar 5 minutos y marcharse con su Pokemon.

- Sobra decir que yo no tengo nada que perder y que por cierto hay explosivos en esta casa así que tambien podria terminar con esto rapido, pero te estoy dando una buena salida sientate tramquilamente hablemos un rato y dejame traerte a tu Pokemon, podemos terminar esto con sangre Astrid o podemos acabar con ti marchandote con vulpix despues de simplemente responder unas preguntas tontas y de escucharme, fijate que hasta te dejo que me insultes tanto como te de la gana -

Una cosa estaba clara si la cosa se ponia dificil volar ese sitio por los aires seria lo mas rapido y factible, claro esta ella tenia que derrotarme previamente y no es que yo le fuera a poner las cosas sencillas... esperaba que por una vez fuera lo bastante sensata como para escuchar y sencillamente esperar y hablar conmigo, perderia 10 minutos de su vida pero recuperaria a su Pokemon y aseguraria la vida de mucha gente.