Partida Rol por web

Me pongo rojo cuando hace burla de mi relación con Nadia. ¿Tan obvio puedo ser en este tema hasta para una persona que no me conoce de nada? Eso me inquieta, sobretodo porque soy una persona que suele ocultar sus preocupaciones e identidad, y parece que aquella chica me ha vuelto el maestro de la obviedad.

No quiero hacer esperar mucho a Nadia, y la verdad es que aquel hombre ya me ha ayudado mucho, aun me queda tiempo junto a ella, así que intentaré interesarme algo más por sus preferencias, y con un poco de suerte daré con el bonguri adecuado.

-Yo... gracias... Regresaré en cuanto encuentre el bonguri apropiado.- Digo despidiéndome con una leve inclinación.

Dicho aquello me doy algo de prisa para reunirme con Nadia.

En cuanto el chico llega a la marquesina, Nadia se levanta de un salto, muy excitada. Tiene dos tickets en la mano.

-¡¿Adónde has ido?! ¡¿Por qué has tardado tanto?! -Lo pregunta sin mala intención, sin conciencia alguna de que pueda resultar molesto. Para alguien acostumbrada a estar dodeada de gente cuyas respuestas a preguntas así son "Comprando ajo, que no quedaba" "Se me ha caído un bote de vinagre y he tenido que limpiarlo*" o "Me llamo Mya", hacer ese tipo de preguntas constantemente no es más que algo semiinconsciente, totalmente conversacional. El tono de apremio es, simplemente, fruto de su propio carácter, además de lo emocionada que está. -¡¡El autobús está a punto de llegar!! :D He comprado los billetes, mira ^^.

Sonrío a la chica en cuanto la veo, me avasalla enseguida, pero empieza a no resultarme molesto, es más, el rato que he estado solo lo he echado incluso de menos. Me sorprendo a mi mismo con esos pensamientos y me intento centrar en lo que dice la chica.

-Bueno yo... es un secreto...- Digo tímidamente.- Ya lo verás...- Entonces sonrío ligeramente intentando cambiar de tema.- Perfecto, espero que encontremos al tal Alex pronto.

Lo digo enserio, si bien mi misión es buscar a Celebi, actualmente estoy más preocupado por el chico y los motivos que le han hecho largarse. Tuvo una pelea pokémon... tal vez descubriera algo... o tal vez le obligaran a marcharse.... Tengo que encontrarlo comos sea.

-¡Jo! ¿Otro secreto? -Pero la tímida sonrisa del chico le deja intuir que esta vez se trata de un tipo de secreto diferente así que, como de todas formas no está segura, lo deja correr. En cualquier caso, el autobús llega enseguida y Nadia arrastra a Zero abordo antes casi de que el vehículo se haya detenido*.

El trayecto es agradable, el autobús bordea el Encinar y dentro hay aire acondicionado, lo que les da un respiro del calor asfixiante de julio. Es bonito ver el sol cuando no tienes que sufrirlo en tu piel.

-Estoo, Zero... -Dice la chica, de repente, tras estar un rato (como un minuto, debe de ser su récord de inactividad) mirando por la ventanilla-. No debería llamarte "Zero" delante de la gente, ¿verdad? Sobre todo de los tipos estos a los que vamos a interrogar. ¿Cómo debo llamarte? ¡Es que no quiero meter la pata! ¡Tenemos que ponernos de acuerdo para no contradecirnos! -Demuestra el sentido común de hablar de esto con voz más o menos queda, sin que se entere todo el autobús. -¡Ah! ¿Y yo? ¿Yo cómo tengo que presentarme? ¿Puedo ser una detective yo también? Ehm, esto, ¿"una detective"? ¿"una detectivesa"? Jeh, ¡"detectivesa" suena guay! :D

Nadia no insistió demasiado en el tema del secreto afortunadamente, me habría puesto como un tomate y no habría sabido salir de esa. Con otro acto impulsivo me llevó hasta el bus, y no fue hasta segundos después que me di cuenta de que mientras corría una sonrisa se había dibujado en mi rostro.

Más tarde y tras una pequeña pausa empezó a preguntarme sobre mis tapaderas.

-La verdad, creo que el femenino de detectives es.... detective...- Dije algo perplejo al ver la conversación que parecía mantener ella sola.- Supongo que me puedes llamar Jones, usaré la identidad de detective, puedes ser mi ayudante...- Le ofrecí.

La verdad es que esperaba que no quisiera hablar demasiado cuando estuviéramos trabajando, porque no estaba seguro de que fuera capaz de mantener nuestra identidad oculta, si bien tenía el don de la palabra, también hablaba demasiado, y eso podía hacer que se le escapara algo.

Se me hacía raro el estar hablando de esto con alguien, pues era una situación insólita, me pregunté si a algún miembro de la orden le habría pasado antes, si alguno habría revelado su verdadero nombre, si habría trabajado en equipo con alguna chica como aquella...

El autobús llega a Ciudad Trigal a la hora de comer. Las tripas de Nadia rugen, ante lo que se vuelve a Zero y le suelta a bocajarro.

-¡Oye! ¿Te gusta la pizza? Conozco una pizzería que no es muy cara y la comida está rica. ¡Te invito a comer! :D ¡Ah! ¡Por supuesto, a ti también, zorua! -Se apresura a añadir ante la mirada de fingido enfado del pokémon.

Cuando llegamos pensé en ponerme sin demora a investigar, la verdad es que había olvidado por completo la comida, hasta que Nadia la mencionó. No me gustaba mucho la idea, pero había que comer, así que supuse que no pasaría nada por demorar un poco la investigación.

-Claro... Gacias...- Le dije con una ligera sonrisa mientas miraba a Zorua hacerse el ofendido, la verdad es que que me invitara me había pillado un poco por sorpresa.- Tú diriges.

La chica siempre tomaba la iniciativa, y aquello me gustaba de ella, podía ser un tanto lanzada, pero en el fondo era mmm, no lo se, a mi desde luego me parecía encantadora. Y me gustaba verla feliz, algo que parecía una constante en ella.

Nadia dirige a Zero hábilmente primero a través de algunas de las avenidas principales de la urbe y luego a través de unas cuantas callejuelas hasta llegar a una pizzeria con una pizarra en la puerta donde se anuncia orgullosamente un menú para compartir por parejas que consta de entrante a elegir, "pizza del día", bebida y postre por un precio bastante razonable.

Como era de esperar, la chica entra como un torbellino y pide menú para ellos dos y comida para zorua dando por sentado que si Zero no le ha tapado la boca y hecho un placaje, es que está de acuerdo.

Durante la comida, que es razonablemente buena en relación a su precio, le va dando conversación al chico, o más bien habla por los codos con breves pausas para comer pero ninguna para respirar, contándole que a veces viene con su familia al Centro Comercial y que el otoño pasado vino con unas amigas a ver un concierto de los Goldenrod Boys, que fue "¡muy emocionante! :D", etc.

Cuando están casi terminando, vuelve al tema de la investigación y pregunta, con tono casual:

-Bueno ¿y ahora adónde vamos? ¿Has pensado por dónde empezar?

La comida había sido amena, hasta divertida, parecía una tontería pero el echo de estar compartiendo un menú y tal me hacía sentir como una pareja, aquello me hizo recordar el beso y me sonrojé.
Durante la comida apenas hablé, tampoco hubiera podido, así que me limité a escuchar a Nadia, era increíble la de cosas que podía contar, tantas vivencias... Y aunque no fueran grandes aventuras, me parecían más emocionantes que las mías, yo había recorrido el mundo defendiendo la paz de humanos y pokémons, pero sus historias tenían algo más, sus historias tenían a su familia y seres queridos.

Cuando acabamos me preguntó sobre mi plan.

-Está bien, empezaremos por el centro pokémon, y después el gimnasio, en alguno de esos dos sitios tienen que saber algo.- Después recuerdo otra cosa y cambio de tema, este es bastante más personal, así que no puedo evitar sonrojarme de nuevo y ponerme un tanto más tímido.- Por cierto, no me has dicho que pokémon te gustaría conseguir...

No se me daban bien aquel tipo de conversaciones, con preguntas privadas, pues aunque en mi trabajo preguntaba mucho, nunca entran preguntas de ese tipo, o por lo menos a mi no me afectaban directamente.

-Oook, pues ¡allá vamos! -exclama, levantándose para pagar. Conforme paga, salís y os vais dirigiendo al centro pokémon va contestando a la pregunta del pokémon:

-Pues... Me gustaría uno que fuera muy mono y suavecito... -hace un gesto con las manos como de achuchar un peluche- ¡y que también pueda partirle la cara a quien se meta conmigo! >:D -añade acto seguido, pegando un puñetazo al aire con mucha energía.

Una gota de sudor recorre mi frente al escuchar la descripción del pokémon que querría, mono pero con mala leche... Aunque no era como si esos tipos de pokémon no existieran, cono cía a unos cuantos que encajaban perfectamente en la descripción. Fuera como fuese aquello elimino unas cuantas pokéball de la lista, así que la respuesta sirvió perfectamente para su cometido.
Seguiamos avanzando y preferí recordarle un pequeño asunto.

-Cuando lleguemos déjame hablar a mi, y seré el detective Jones, no lo olvides...- Dije parándome a pensar unos segundos y sonriéndole finalmente mientras decía la última palabra en un tono tierno.- detectivesa...

La chica sonríe al escuchar la última palabra: -Je-, con las mejillas algo sonrosadas; parece realmente feliz. Luego, medio atropellándose a sí misma, contesta:

-¡A la orden, detective Jones! -Y hace una imitación del saludo militar. Entonces coge a zorua en brazos, que para su sorpresa ve cómo de repente el suelo se despega de él, y echa a correr hacia el centro pokémon. Sin embargo en cuanto llega, frena en seco, casi haciendo que Zero choque contra ella, y se coloca detrás del muchacho, dándole un empujoncito en la espalda, aún abrazando a zorua, que no parece muy seguro de si protestar o aprovecharse del paseo gratis. Tal como ha prometido, dejará que Zero sea el que hable.

El centro pokémon de Ciudad Trigal es enorme y muy moderno. Al entrar pueden verse un montón de entrenadores distribuidos en los asientos de espera del vestíbulo y dos mostradores con varias enfermeras Joy. Verlas juntas causa una extraña impresión, como una ilusión óptica. Uno de los mostradores es el de información, tras el cual hay sentada una única Joy con una amable sonrisa. En el otro hay una cola doble con una docena de personas a las que dos enfermeras Joy y otra no Joy atienden lo más eficientemente que pueden.

El lugar está ajetreado, pero dentro de lo normal de un sitio así, nada comparado al caos que reinaba en Ciudad Iris, aunque parece claro que están derivando algunos pokémon a este centro, para lo cual han creado una cola especial.

La habitación está bien iluminada y tiene algunas plantas para darle un aire algo más confortable, dentro del típico ambiente de hospital. También hay varios ordenadores en un lado a disposición de los usuarios, un enorme mapa conjunto de Johto y Kanto, unas escaleras mecánicas y unos ascensores que suben a los otros pisos.

La chica se ríe con mi broma, y eso me anima, enseguida coge a Zorua y sale disparada para el centro pokémon, no para. Sin duda Zorua, acostumbrado a otros miembros de la orden tampoco ha tenido a una chica que lo trate así, pienso divertido.

Cuando llegamos allí y casi choco con ella me creo que ocurre algo, pero se ve que solo ha activado el chip de "chica obediente" y me permite pasar primero, así que no puedo hacer otra cosa que sonrojarme ligeramente y sonreír.
No recordaba que aquel centro pokémon fuera tan grande, aunque ya había estado allí, lo recuerdo porque es el primer lugar donde vi más de una enfermera Joy juntas, y eso siempre choca. Me acerco a la que está en la sección de información.

-Buenas, soy el detective Jones, y esta es mi ayudante.- Digo en un tono serio que creo que apenas he utilizado delante de Nadia.- Estamos buscando a un joven que ha desaparecido, es el ayudante del carbonero de pueblo Azalea.- Digo mostrándole la foto del chico.- no lo habrá visto por aquí ¿verdad?

-Ah, pues... -La enfermera observa la foto-. No, lo siento, no creo haber visto a nadie así por aquí... Aunque por aquí pasa mucha gente, y no todos se detienen en Información... No podría asegurártelo... ¿Lo está buscando la policía también? -Pregunta, algo extrañada. Es raro que un detective privado lleve un caso de desapariciones, la policía suele encargarse de ellos-. ¿Tenéis alguna otra pista? ¿Dónde se lo vio por última vez o...?

La negativa era más que esperada, pero no por ello deja de ser decepcionante, pero en cuanto me pregunta por más datos me dispongo a darle los otros que tenía.

-Pues se le vio por última vez en pueblo Azalea, en compañía de unos individuos sospechosos, un hombre con un eevee y un vaporeon, y un hombre con barba y un charmeleon.- Le dije esperando que esto le dijera algo.

Si no sabía nada probaría con el gimnasio, o incluso con la policía, aunque eso era arriesgado, si descubrían mi engaño la situación se podía poner fea en la comisaría. Quizás lo mejor fuera empezar a preguntar por el centro pokémon, alguien debía saber algo.

-Hmm... ¿Un eevee y un vaporeon y el otro un charmeleon...? No son pokémon muy comunes... Charmeleon no he visto ninguno últimamente... Eevee... bueno, por aquí cerca hay una granja donde los crían -Se encoge de hombros. -Aunque en Ciudad Iris creo recordar que mi prima me dijo que había varias personas con eevoluciones también. Esto... ¿qué os ha traído a Ciudad Trigal? ¿Qué os hace pensar que ese chico pueda estar aquí?

Me rasqué la nuca un poco incomodo mientras suspiraba pensativo.

-Bueno, es una larga historia, digamos que el chico dijo que venía para acá, pero hay pruebas que hacen pensar que podría estar siendo forzado. Nos ha contratado su mentor para asegurarnos de que está bien.- Esta última parte era mentira, pero bueno, era cierto que su mentor quería saber si estaba bien.- Si no le importa preguntaré entre el resto de la gente, a ver si alguien hubiera visto algo...

-Ah, entiendo... Claro, claro, adelante, preguntad. Siento no poder ser de más ayuda... Buena suerte.

Nuestro primer intento nos había salido mal, pero estaba seguro de que al final encontraríamos una pista. Miré a Nadia con una ligera sonrisa. Sabía que no le haría gracia quedarse callada, y aunque era un poco arriesgado confiaba en ella.

-Bueno, aquí hay mucha gente. ¿Te puedes encargar de hablar con algunos?- Intentaba mostrar que le pedía un favor, aunque en realidad quería hacérselo yo a ella, que se sintiera útil.

A Nadia se le ilumina la mirada al oír la petición del chico.

-¡Sin problema! ¡Yo me encargo! -contesta animada, haciendo un entusiasta gesto con el puño y dedicándole una espléndida sonrisa. A continuación se pone hacer una de las cosas que mejor se le dan: meterse descaradamente en la vida de la gente.

Sin embargo, pese al entusiasmo y las dotes naturales de la chica para la tarea, es Zero el que consigue la información más eficazmente: resulta que parece bastante probable que uno de los dos hombres con los que se vio a Alex por última vez sea el chico de la granja de eevees, que suele ir acompañado por un vaporeon. Al menos encaja en tanto que tiene sentido que tuviera otro eevee además de su vaporeon, y también en cuanto que la granja está entre Ciudad Trigal y el Encinar. La gente de la zona sabe indicarle fácilmente el camino. La familia que lleva la granja se llama Forrester y el chico se llama Bruce, Bruce Forrester, será de la edad de Zero, más o menos.

En cuanto al tipo del charmeleon, parece que se lo ha visto acampando en el Encinar. Puede que sea algún tipo de vagabundo, viajero o entrenador errante. Parece ser que suele ir con una gran mochila, como para poder acampar en cualquier parte.