Partida Rol por web

El viaje en autobús fue lo que precisaba Joe tanto para su misión como para su cabeza. Aunque no era su medio de transporte preferido, viajar con la ventanilla abierta, el aire en su rostro y ver los diferentes paisajes de Kanto pasar a su lado le sirvieron para calmar un poco su excitación y pensar en los detalles de su misión. 

Al llegar a Ciudad Carmín le agrado de sobremanera el aroma salado proveniente del mar. Oír Wingulls en el aire y ver algún que otro Pokemon de Agua nadar tranquilamente por el puerto. Sin mas miramientos decidió ir en búsqueda del barco que lo llevaría a Johto, pero lo hizo dejando fuera a sus dos fieles compañeros. Quería que Nor extendiera las alas después de lo que había padecido en el Gimnasio venenoso y a su vez no deseaba que su Corphish se pusiera celoso, por lo que lo subió a su hombro mientras el Wingull volaba cerca de ellos. 

Entre los muelles Joe buscaba, además del SS Aqua, gente que pudiese reconocer como la de su Equipo. Entonces, si ve algunas personas con distintivos del Team Aqua, el mismo se pondría de forma adecuada el pañuelo que lo caracteriza. 

Nor revolotea alegremente en la brisa marina, totalmente recuperado. Parece feliz al sentir el aire salado y el calor del sol en sus alas. Oup se acomoda en el hombro de Joe, sin perder detalle de lo que ocurre a su alrededor, lleno de vitalidad e impaciencia por empezar una nueva aventura.

En el puerto no parece haber miembros del Team Aqua, aunque el animado ambiente portuario hace a Joe sentirse como en casa: fornidos marineros cruzan atareados de un lado a otro, y los pescadores con sus redes le recuerdan... bueno, le recuerdan que no ha comido más que unos plátanos esa mañana y ya ni es la hora de comer, sino más bien de merendar.

En cualquier caso, conociendo como conoce a los hombres de mar, de los que se halla rodeado, no debería resultarle difícil encontrar a algún simpatizante con la causa de su organización que le ayude a embarcarse en el SS. Aqua esa misma tarde.

Entre tanto viaje, Pokemon nuevo y combate oficial Joe recién ahora recordaba que no había almorzado nada. No se preocupaba tanto por el como por sus Pokemon. Y tampoco tanto por Oup y Nor sino por sus nuevos compañeros, ¿que irían a pensar de el?. 

Una vez en el Puerto de Ciudad Carmín, decidió que la comida seria lo primero. Buscó el Centro Pokemon donde poder tener una comida todos juntos, antes de continuar. Dicha sea de paso, también el Centro sería un buen sitio donde preguntar. 

Como en muchas ciudades, en Ciudad Carmín el edificio del centro pokémon está adosado con un albergue para entrenadores, de forma que pokémon y humanos puedan descansar juntos de sus aventuras.

Tanto el centro pokémon en sí como el albergue son grandes, están bien equipados y tienen un ambiente animado. A esta hora la cocina ya está cerrada, pero siguen poniendo cafés y vendiendo bocadillos, bollería* y comida para pokémon para llevar (con sabrosos platos de pescado bien fresco) y, aunque a esa hora muchos de los entrenadores que se alojan en el albergue están echando la siesta o disfrutando de un intenso día de playa, en el comedor quedan algunos grupos jugando a las cartas, charlando o entretenidos de cualquier otra forma.

Aunque a este tipo de albergues se les llame "albergues para entrenadores", Joe sabe bien que aquí la palabra "entrenador" se utiliza en su sentido más amplio, y cualquiera que tenga pokémon puede alojarse y comer a un precio irrisorio. En este caso esto queda corroborado por el hecho de que hay más marineros que entrenadores con medallas. Dos de ellos han puesto a sus machoke a echar un pulso y los animan fervientemente, jaleados por otro par de marineros que observan divertidos.

Cuando Joe llegó al Centro Pokemon y sintió el aroma de las facturas y el cafe se le hizo agua la boca. Dejo salir a sus, ahora, cuatro compañeros para que todos se conocieran. Sabía, por las bananas, que tanto a Zahyra como a Slowpoke les gustaban las cosas dulces, asi que le pidió a la enfermera Joey algunas frutas. No había tenido tiempo de conocerlos bien y ni siquiera de darle un apropiado nombre a su Pokemon Psíquico. Pero conociendo algo sobre los Slowpokes probablemente recien ahora estaría cayendo en la cuenta de que había sido capturado hace mas cinco horas.

-Pues creo que te llamare Lenton. Supongo que va con todo Slowpoke. Y a que no es, simpático, ¿eh Lenton?.

Habiendo terminado de comer, Joe guardo al Rhyhorn y al finalmente nombrado Slowpoke. También a su Wingull, no quería que se pusiera a revolotear por el Centro mientras hacia la digestión. Por lo que con Oup en su hombro, decidió acercarse a difrutar de las pruebas de fuerza de los Machops.

-Ey compañero, ¿quien lleva las apuestas aqui? Creo que el de la derecha ganara, si aun estoy a tiempo de participar. Lo dijo con entuasiasmo pero cuidado de que la enfermera no lo escuchase.

El slowpoke sonríe bobaliconamente. Igual es que le gusta su nuevo nombre o igual es que todavía no lo ha pillado. Como sea, parece relajado y amistoso. La ryhorn se come agradecida la fruta e inspecciona a sus nuevos compañeros, que se acercan a comer con ella, dándole a entender que la cuentan como parte del equipo. El slowpoke sigue come ultralentamente, con la mirada desenfocada, impasible ante las curiosas miradas de sus compañeros.

Tras esta breve escena de socialización pokémon, Joe recoge a sus amigos nuevos y antiguos, dejando solo a Oup, y se acerca a los marineros.

-¡Ja! No sabes nada. Yo he apostado por el de Drake, el de la izquierda. ¡Son 1000 P si quieres jugar! -Contesta uno de los marineros que observan el duelo animadamente, aceptando tácitamente a Joe en el grupo. -Fíjate en la vena de su brazo. ¡Está a máxima potencia, no puede perder!

Los marineros siguen jaleando a los pokémon, que compiten mirándose fijamente a los ojos. Están sudando la gota gorda, pero aun así van muy igualados.

-¿Qué me dices, chico? -El otro marinero de los que animan sonríe a Joe con picardía. Es claramente el que lleva las apuestas. -Es doble o nada. ¿Juegas?

El muchacho replica con un soplido de la boca cual Ponyta y con aires de superioridad dice mientras busca el dinero en su mochila. -No sabes nada, precisamente ese Machop esta a punto de agotarse, el otro le podria ganar dormido. Aqui tienes el dinero.

Durante el evento Joe se olvida un poco de todo y anima al Pokemon luchador por el que aposto para que ganase la pelea, vitoreando al unisono con su Corphish.

Los dos machops aprietan los dientes, esforzados, y parecen bastante igualados, pero finalmente el de la izquierda, el que pertenece al tal Drake, hace golpear el antebrazo del otro contra la mesa con un sonoro ¡poc!

Los marineros prorrumpen en sonoros aplausos, vítores y carcajadas, excepto el del machop que ha perdido, que regaña a su pokémon, aunque parece más una queja de broma que que esté enfadado de verdad.

En realidad, si lo hubieran dado todo, cualquiera de los dos podría haber ganado, pero en un pulso amistoso como este no merecía la pena llegar a poner en peligro su salud por ganar. Sin embargo, el de la derecha, por el que Joe había apostado, parece que se ha relajado demasiado.

-¡Ja! -El marinero que había tomado la apuesta de Joe le dirige una sonrisa socarrona mientras se guarda ostentosamente el dinero de Joe. -Te lo dije, muchacho. No entiendes de barcos. Llevo trabajando con machops mucho tiempo, tengo un ojo bien entrenado. -Guiña un ojo para apoyar sus palabras. -Va, venga, siéntate con nosotros. Te invito a una jarra. -Vuelve a sacar el dinero de Joe entre las carcajadas de sus compañeros (en las que, no obstante, no hay malicia) y lo alza en dirección a la barra. -¡Jefe! ¡Una ronda de birras por aquí!

Con un leve chasquido de lengua Joe desaprueba el resultado, estaba seguro que ganaria el Machop por el que había apostado. Pero luego todo se resolvió con algo de alcohol y risas, como debería ser.

Entre charlas el muchacho comento acerca de su viaje. -Pues si, estoy buscando el S.S. Aque para embarcarme rumbo a Johto. Y luego poder llegar a Ciudad Caña Dorada*. ¡Ya ansio poder estar en medio del mar! Comento sonriente mientras terminaba su porron.

-¿El S. S. Aqua? ¡Jaja! ¡Pues estás de suerte! -Exclama uno de los marineros alzando su cerveza-. Nosotros trabajamos allí. Esta tarde partimos hacia Johto. -Escruta a Joe, preguntándose por su último comentario si pretende comprar un pasaje para embarcar o por el contrario busca trabajo en el barco. El otro marinero se le adelanta.

-No es la primera vez que haces esta travesía, ¿verdad? Tienes pinta de estar hecho al mar...

Con una sonrisa y mismo su Corpish cerrando con desicion su pinza derecha, el muchacho responde con vigor.

-Si, siempre he vivido en el mar, al principio como pescador, ahora viajando un poco mas. Necesito llegar a Johto cuanto antes y pues me sentiria como en casa viajando en barco.

Sin embago Joe sabia que debia ser cuidadoso, y se excuso con la necesidad de ir al baño luego de la birraza. Una vez en el sanitario, vigilando que nadie lo oyese, hace una rápida llamada a su comandante.

-Aqui el soldado Baun reportandose. Ya me encuentro en el Puerto de Ciudad Carmin. ¿Cómo he de proceder para acceder al S.S. Aqua? Me he encontrado con marineros que trabajan en el barco, pero no parecen reconocer la insignia de nuestro Equipo.

El comandante al teléfono parece algo sorprendido.

-Eh, pues... No sé, soldado, eso es cosa suya. Se supone que se le ha encomendado esta tarea a usted porque había demostrado una agudeza y cualidades deductivas sobresalientes... Alístese en el barco, intente ganarlos para la causa o proceda como le plazca. Eso sí, si los marineros no han reconocido la insignia es obviamente porque aún no conocen el Equipo Aqua... Lástima. -Hace una pequeña pausa y luego continúa: -¡Ánimo, soldado! Piense que está abriendo una puerta para todos sus compañeros. Si su misión tiene éxito, con los recursos del Team Rocket todos estos problemas se acabarán, podremos comprar cuantos pasajes en barco nos plazca o incluso nuestra propia flota. ¡Será un paso de gigante en nuestro camino a un mundo mejor!

-Comprendo. Queria asegurarme de eso, nada mas. Volvere a comunicarme cuanto tenga mejores noticias. Cambio y fuera.

Joe suspiro. No estaba seguro de haber hecho lo correcto, pero un golpe en la nuca de su Pokemon cangrejo le ayudo a salir de su ensimismamiento.

-¡Tienes razon! Debemos subir a ese barco sea con aliados o enemigos, igual creo que encajaremos bien. ¡Vamos!.

De regreso con el grupo de marineros, el joven suspiro aliviado, como si en verdad hubiese ido al baño y con falsa alegregia pregunto: ¿Y bien? ¿Hay tiempo para otra ronda o es que ya debemos ponernos a trabajar?.

-¡Wowo! Entonces, ¿vas a enrolarte*? -El marinero mira su reloj-. Si vas a hacerlo, va siendo hora de que nos pongamos en marcha. Te presentaremos al capitán. Siempre hacen falta un par de buenos brazos más.

-¡Tu lo has dicho! No me he venido aqui para sentir el movimiento de las olas. Cuando digas.

Joe reemplazaba sus nervios y cierta tristeza de abandonar temporalmente el Equipo Aqua, con esta imagen de excitación y despreocupación. Debia mostrarse seguro e útil si queria subirse a aquel barco rumbo a Johto.

Los marineros contestan con enérgicas expresiones de aprobación y ánimo, pagan la cuenta y se encaminan juntos con sus machokes al puerto.

El SS. Aqua está anclado en el muelle, enorme, blanco y reluciente, casi listo para partir. Ya hay una cola de pasajeros que se despiden de sus amigos y familiares y van embarcando para evitarse las mayores colas que vendrán luego e irse acomodando con tranquilidad. Los marineros hacen entrar a Joe a través de la bodega y, conduciéndolo a través de húmedos y estrechos pasillos por las entrañas del barco, lo llevan hasta el camarote del capitán.

Se oyen dos voces de hombre desde dentro y la puerta está cerrada. En uno o dos minutos, sale el cocinero jefe mientras la voz del capitán se oye aún desde dentro.

-...los cambios que has hecho en el menú no debería haber problema, confío en ti. -El cocinero saluda a los marineros y se va por el pasillo con paso de persona atareada.

Aprovechando que el Capitán se ha quedado libre, los marineros hacen pasar a Joe, saludando primero para avisar de su presencia.

-Buenos días, Capitán. Hemos venido porque, como dijo que andábamos algo justos de personal... Hemos encontrado a este muchacho al que le gustaría enrolarse para esta travesía. Quiere ir a Ciudad Olivo, está dispuesto a trabajar duro y parece hecho al mar. -El marinero que habla le da unas enérgicas palmadas a Joe en la espalda como para demostrar la fortaleza del muchacho. -Aún queda sitio para uno más, ¿verdad?

El Capitán saluda a los presentes, sale de detrás de su escritorio, donde estaba anotando algo y se acerca para ver más de cerca a Joe. Se trata de un señor de unos cincuenta años, muy bien trajeado con su uniforme blanco y su gorra de capitán. Su pelo y barba plateados están bien recortados, pero lo curtido de su rostro muestra que no ha llegado al puesto de capitán por enchufe ni por casualidad.

Escruta al muchacho de arriba abajo, deteniéndose en el emblema del pañuelo que lleva en la cabeza, y luego en sus ojos.

-Dime, hijo, ¿para qué quieres ir a Ciudad Olivo?

Contento de poder estar a bordo de tan majestuoso barco, el chico no paraba de mirar a todos lados. Su propio Corphish caminaba de un hombro a otro para no perderse de ningun detalle. Cuando llegaron con el Capitan, Joe estaba algo nervioso. No era la primera vez que buscaba trabajo en un barco, pero por lo general sus primeras experiencias habian sido el escabullendose dentro del transporte y una vez descubierto ser tomado como empleado a modo de castigo.

-Pues vera señor... necesito llegar a Ciudad Olivo para visitar un tio. Aunque tambien es el hecho de aprovechar la oportunidad para viajar por las aguas entre dos regiones y ver distintos tipos de Pokemon de Agua. Aunque las palabras surgian de modo dudoso al comienzo, a Joe se le iluminaban los ojos al pensar en los Pokemon marinos que nunca antes habia visto que tenia la posibilidad de atrapar. Aunque sabia que ya llevaba cierto retraso, el hecho de dar su primer paso en Johto sobre la arena, era mas que suficiente para animarlo a empendrer aquel viaje de subterfugio.

-Mm... ¿Y ese pañuelo...? -El Capitán clava sus ojos fijamente en los de Joe, esperando una respuesta.

El joven se lleva la mano derecha a la cabeza, por lo que Oup debe cambiar de hombro rápidamente para no caerse. -¿Esto? Oh es un pañuelo, era de mi padre, y lo uso para cubrirme la cabeza del sol. Si debo usar uniforme en el barco, me lo quitare, Capitán. 

Aunque lo de cubrirse la cabeza del sol era lo mas practico que le encontraba al pañuelo en el día a día, Joe se concentro en ver las reacciones del hombre. Era clave saber si estaba o no de su lado. 

Al Capitán no le hace ninguna gracia el Equipo Aqua. No dice nada, pero Joe puede verlo en una fugaz mirada y en la forma en que frunce ligeramente los labios. ¿Por qué? Con las dotes de observación y análisis que le han valido fama entre sus compañeros el joven está seguro de haber deducido correctamente los motivos del hombre. Es obvio que conoce el Equipo, si no de primera mano -probablemente no-, conoce su fama, y no le gusta nada, pero no ya tanto porque esté o no de acuerdo con su objetivo sino porque se trata de un hombre muy responsable y legal que no tolerará alborotos en su barco ni quiere problemas de ningún tipo entre la justicia y su barco y su tripulación. 

Sin embargo, parece aceptar la respuesta del chico. Por la mirada suspicaz que le dirige y la forma en que unos segundos más tarde renuncia a esa expresión, Joe está seguro de que se lo ha creído.

-Mm, sí, puedes usar la gorra del uniforme en su lugar. -Muestra una expresión cálida y le estrecha la mano. -Bienvenido a bordo. Permíteme que me presente, soy el capitán White. -A continuación se dirige a su escritorio y saca un papel y una pluma. -La travesía dura unas veinte horas. Si todo sale bien, tenemos previsto llegar a Ciudad Olivo mañana sobre las 12 del mediodía. Hasta que lleguemos, tendrás que trabajar 10 h entre hoy y mañana. Te pagaremos a 1000 P la hora, lo que son 10000 P en total. Puedes dormir en una de las literas y comer en el comedor, por supuesto. Si te parece bien, solo tienes que firmar aquí y puedes ponerte a trabajar inmediatamente. Estamos a punto de zarpar. -Parece animado y deseoso de salir a la mar. -Por cierto, ¿te llamas...?

En el Cuartel General le aseguraron que había simpatizantes del Team Aqua que le ayudarían a enrolarse, pero Joe aún no se ha encontrado con ninguno, aunque al final tampoco le ha hecho falta. El Capitán desde luego no parece nada amigo del Team Aqua, y los marineros que lo han traído hasta aquí y que esperan animados a que se enrole no parecen conocer la organización...