Partida Rol por web

Miu se unió al grueso del grupo que ya tenía pokemon y estaban poniéndoles a prueba en un combate. No hizo ademán de pelearse con nadie por ocupar un sitio en el corro, con un ojo siempre puesto en Gastly. Se situó junto a Miaka a observar lo que quedaba de combate.

—Sí. Pero normalmente los Gastly salvajes están en la Torre y es dificil verlos. A no ser que ellos quieran ser vistos, claro —le respondió a Miaka.

No había más que decir al respecto. O sí, pero no venía al caso, por lo que Miu cambió su foco de atención de Miaka al combate, que terminó poco después. Dejó sus cosas en el suelo para dar un aplauso y felicitar así al vencedor. Las recogió y se acercó a Arion. Le dio una palmadita en el hombro.

—Habéis luchado muy bien.

Sentía que tenía que decírselo. Lo había visto apretar los dientes cuando su pokemon ya no pudo seguir luchando. Y rápidamente se había imaginado que, en lugar de Charmander, era su Gastly quien caía derrotado. Por eso, antes de que hubiera alguna brisa que hiciera encogerse a su pokemon, decidió devolverle a la pokeball.

Desde mi posición en el suelo podía ver perfectamente a Green en todo su esplendor. Su sedoso pelo castaño, sus intentos ojos verdes, su forma de entrar y de salir sin darse cuenta de que yo estaba a su lado... - Lo estoy haciendo demasiado bien, si quiero que me note debo acercarme más. - Tan ensimismada estaba en observar a mi presa que no me fijé en Rick hasta que habló.

- ¡¿C-c-cómo que cascada meteoro?! - Le dije levantándome de un salto con algunas babas aún en la cara. Rápidamente me limpié con el pañuelo que me había dejado y lo guardé, que tirar cosas al suelo está feo. - Estaba... observando, ¡Eso es todo! Quería saber como era un entrenador guapo y famoso de cerca... - Mi mentira no estaba muy bien preparada, y mi cara roja lo decía todo. Rick me había pillado in fraganti. Pero esa no era razón suficiente para que lo fuese a aceptar. Ni si quiera me atrevía a mirarle a los ojos de lo colorada que estaba.

Green volvió a salir del laboratorio, esta vez junto a Ruby y un precioso Eevee era imposible que no nos viese en esa ocasión. - ¡Por tu culpa he salido de mi escondite y voy a ser descubierta! - Sin embargo, él seguía haciendo su trabajo como si yo no existiera. Llamó a Rick y me ignoró de nuevo. Aquello fue peor que una ventisca.

- Te toca a ti... - No podía dejarle irse de rositas, tenía que responder a su "insulto" con otro apropiado. - ¡Monte cenizo! - Le grité sacándole la lengua y poniendo una mueca. Tras un rato estrujándome los sesos era lo mejor que me salía. Por que cenizo es tonto y por que otra cosa no se me había ocurrido. No fue mi día más lúcido.

No pude evitar reírme de la reacción de Angie cuando la pillé y la vi limpiarse, con simpatía, nunca para meterme con ella -Si, Cascada Meteoro- le confirmé riendo. Y cuando escuché su "explicación" también reí -Hmmm... ¿y porque entonces no me ves así a mi cuando estamos trabajando?- le pregunté en broma sonriendo poniéndome las manos tras la nuca, como llamándome a mi mismo "guapo y famoso", cuando lo primero seguramente yo sea del montón, y lo segundo para nada lo soy.

Entonces Green volvió a salir del laboratorio, junto con Ruby quien llevaba un pequeño Eevee. Me alegré por ella y sonreí, esperaba que le gustase su nuevo amiguito, me acercaría a preguntarle si le agradaba. Y entonces, escuché que el siguiente era yo -Pues me toca a mi, intentaré tardar poco... y a ver si consigo que luego te toque a ti, para compensarte haber delatado tu posición- le indiqué a Angie divertido, mientras que veía como ella se quejaba de que había descubierto su escondite. Cuando escuché que me llamaba Mt. Cenizo... no pude evitar soltar una carcajada -Jejeje, ¿y porque Mt. Cenizo?- le tuve que preguntar mientras iba con el nieto del profesor Oak -Luego me lo explicas, ¡regreso en un momento!- le dije a Angie, y me despedí de todos durante este rato mientras entraba con Green.

Al entrar miré bastante interesado los cacharros que había de camino a donde estaba el profesor... eran bastante curiosos de aspecto, ¿para que servirían? En fin -Si, soy Rick Ganger encantado- saludé contento al profesor y le confirmé al profesor... aunque sin duda luego me sorprendió -¿Lo... lo sabe?- pregunté bastante impactado... aunque luego me explicó porque lo sabía, y alivió saber que no diría nada -Ahh vale... fiuu... gracias profesor- dije algo más tranquilo. Joe... por un momento me había asustado... no quería que los demás supieran que soy hijo de Ruby y Saphire... al menos no tan increíblemente pronto.

Escuché al profesor y fui recuperando la sonrisa -Si, hizo bien en investigar. Me gustan esos pokemon, pero ya los tengo muy vistos... y me gustaría tener algo propio y que no sean como los suyos- le expliqué. La verdad es que me alegraba saber que no sería un pokemon de mis padres... y cuanto más hablaba pues más ilusión me hacía ver cual escogería.

Y cuando lo vi me ilusioné mucho más -¡Es un Skiddo!- dije contento mientras me acercaba a él para verlo de cerca. ¡Me encantaba! Era un pokemon de tipo planta, que eran de mis favoritos... ¡y encima era muy mono! Acerqué la mano para ver si me dejaba acariciarle el lomo mientras escuchaba los otros dos pokemons -Bua... Budew y Deerling también son pokemons muy chulos...- dije pensativo, dudando por un momento -Pero a Skiddo ya lo tengo delante... y me gusta mucho- le terminé diciendo mirando ahora al pokemon -Me voy a quedar contigo. Y te voy a cuidar muy bien... y creo que te llamaré... Leaf- le dije a la cabra rascando un poco entre sus cuernos esperando que le gustase.

Veo como tanto Arion como Levy se traban en un combate pokémon sin siquiera conocer bien a sus compañeros. Muchos argumentarían que así es como llegas a conectar con tu compañero pero esas eran tonterías. Por experiencia propia sabía que para conocer a un pokemon hacía falta más que simplemente lograr que le parta la cara al pokemon de otro entrenador, mucho más.

Al finalizar la breve batalla miro a Levy con una expresión entre seria pero aprobadora y le digo -Buena decisión- Tras esto miro un poco de reojo a Arion y vuelvo a concentrarme en mi espera.

Fui asintiendo al profesor Oak que hablaba sobre su capacidad de emparejar pokemons y entrenadores... mientras que yo acariciaba a Leaf contento, disfrutando y esperando que a mi compañero le gustase -Si, desde luego se le da muy bien... mi abuelo es algo más torpe; aunque sobretodo le cuesta porque tiene algún pokemon tras él- le dije sonriendo, riendo un poco de recordar todas las veces que mi abuelo Abedul se asusta porque tiene a un pokemon persiguiéndole. Cogí la caja con gusto y asentí al profesor -Muchas gracias profesor Oak- le agradecí muy contento.

Entonces vino Green de vuelta con mi Pokenav y con mi capturador... ¡menos mal! ¡Ya me sentía incómodo sin él en la muñeca! Ah no espera... no era mi capturador... ¿era una pokedex? Fui asintiendo a lo que decía el hombre, cogiendo ambas cosas -Bua, cuantas cosas puedo hacer ahora con esto. De acuerdo, muchas gracias Green- le agradecí mientras guardaba el pokenav y ojeaba mi nueva pokedex... ¡la cual decían que estaba viva! -¿Hola? ¿Rotom?- le pregunté por si quería manifestarse o algo... ya de por si tener una pokedex molaba... ¡Que estuviese viva como un pokemon molaba más! -¿Debo de darle de comer también a él?- le pregunté a Green.

Y ahora si que cogió mi capturador y me lo dio... ¡Genial! ¡Soy Grado 1! Molaría más, ¡pero como comienzo es genial! Ahora podía capturar pokemons para ayudarles, llamarlos para atraerlos a mi y poder ayudarles, y además registrarme como policía para ir haciendo misiones -Me iré a una comisaría en cuanto pueda. ¡Tengo ganas de ayudar a alguien ya!- le dije asintiendo emocionado... ¡seguro me suben de rango si hago muchos trabajos! ¡Y así podré ayudar tanto a los pokemons como a las personas!

Entonces cogió el portafolios e hizo amago de irse... por lo que parecía que quería que le siguiera -Voy- le dije girándome al profesor -Adios profesor Oak, muchas gracias- le agradecí mirando a mi nuevo compañero -Vamos Leaf, que estoy deseando que te vea todo el mundo- le dije sonriendo. Empecé a seguir a Green afuera... entonces me acordé de que debía hacer algo -Green, ¿ahora le podría tocar a mi compañera? Esta deseando conocerte... y seguramente le haga ilusión un autógrafo tuyo- le pregunté y comenté a Green con una sonrisa simpática.

Green negó ante tu pregunta - Rotom se alimenta de la energía de los aparatos. La pokedex está hecha para que tenga un ciclo de energía practicamente infinito, lo cual hace que sea la vivienda perfecta para Rotom. - Tras dicha pregunta y acompañarte un poco escuchó tu siguiente pregunta y suspiró - Ya, la que se cree una ninja ¿Verdad? Su nombre es Angie, así que es la siguiente. El último es Cobalto y dudo que eso sea nombre de chica. La verdad podría hablar en lugar de mirarme de esa forma tan incomoda... En fin, no le daré importancia y si es la siguiente. - Tras ello al fin salisteis.

Green salía ahora junto a Rick al cual le acompañaba un Skiddo. Parecía que Green estaba diciendole unas cosas al salir a Rick, algo que seguramente serían respuestas a lo que le hubiera preguntado antes Rick. Finalmente llegaron ambos con todos los demás y se despidió de Rick

Al leer Green el nuevo nombre, miró a Rick, puso los ojos en blanco y se dió la vuelta yendo hacia el laboratorio sin decir nombre alguno. Después de un par de pasos Green notó que nadie le seguía y alzó la voz - En lugar de esconderte y mirarme desde lejos, ven, o te quedas sin pokemon. Angela. -  Dijo finalmente el nombre del siguiente que le tocaba haciendole ver a esta que ya se había dado cuenta de antes lo que estaba haciendo. Green entonces siguió andando esperando que Angela la siguiera.

      Luego de que se comiera su Baya Maggie se había tranquilizado bastante cosa que hasta las chispas que despedía su mullido pelaje se habían reducido ... pues si que le hacia falta el quemar algo de energías... por lo que aunque seguía con algo de miedo por la reacción de la pequeña, voy caminando junto a ella hasta llegar junto al grupo de los niños los cuales ahora se le podía ver a mas de uno, con un nuevo compañero, los cuales eran tan pintorescos como al niño que acompañaban ... bueno... a mi me acompaña una oveja... no puedo decir mucho...

     En cuanto llego parece que a la nueva por entrar era la chica tempestad que no dejaba nunca de estarse moviendo o haciendo sus extrañas actividades ... aun no entiendo lo de estar de pecho contra la tierra... ¿ sera moda en su pueblo ?...., lo que si, no puedo evitar mirar al chico Cobalto, quien parecía a gusto con el enfrentamiento de antes pues este parecía bastante de acuerdo a mi actuar ... ¿ tal vez le gustan los combates ?... así que por educación...

    Era lo que podía hacer... Pero estoy viendo que si fuera por Maggie, esta hubiera seguido- dicho esto, volvía mi atención a mi lanuda amiga - ¿ no es cierto pequeña ? - mientras me agachaba hasta quedar a la altura de Maggie y sobaba su barbilla nuevamente ... quien sabe... puede que le hubiera ganado al lagarto de Arion...

El misterio quedó resuelto cuando poco después Green y Ruby salieron del laboratorio. En brazos de la morena iba cómodamente un bonito Eevee. Era un buen inicial, tenía el potencial para evolucionar en diversos y fuertes Pokémon, por lo que podría decidir más adelante en quién evolucionarlo.

Me encontraba aún sopesando las posibilidades de Eevee cuando noté unas palmadas en mi hombro. Al mirar me encontré con Miu, quién me dirigió unas palabras de ánimo que me sorprendieron, pues no esperaba que esa chica de aspecto tímido se acercara a mí por voluntad propia.

-Gracias Miu, eres muy amable.- le agradecí con una sonrisa amistosa. No entendí el motivo por el que la chica guardó a su Gastly, pero tampoco quise preguntar, sus motivos tendría. Escuché como Green llamaba ahora a Rick, el cuál antes de irse con él tuvo una cómica escena con Angela. El huracán verde, como la había apodado en mi mente, parecía babear por Green. Esto me hizo preguntarme si mi fanatismo por Red era tan obvio, lo que me hizo toser un poco para disimular mi nerviosismo.

Observé que Cobalto y Levy se pusieron a charlar, así como la mirada significativa que el primero me dirigió. ¿Acaso estaba en desacuerdo con los combates? O quizá fuera por mi forma de combatir, no lo sabía. Lo importante aquí era que ya nada me retenía, por lo que era el momento de ponerme en marcha. Antes que nada me acerqué a Ruby.

-Espero que podamos hablar más adelante, tengo mucho que tratar contigo.- le dije esperando que no le importase hablar sobre su padre. Tras eso me dirigí a los demás -Me voy ya chicos, si alguien quiere venir es libre de hacerlo. Espero que volvamos a vernos pronto, si necesitais algo llamadme al PokeNav.- me despedí con una sonrisa mientras agitaba mi mano. Sin más demora, afiance la mochila en mi espalda y caminé hacia pueblo Paleta. Lo primero sería ir al Centro Pokémon para sanar del todo a mi amigo.

Escuché a Green asintiendo a lo que me iba diciendo sobre el Rotomdex... y también sonreí riendo un poco cuando dijo lo de mi amiga, alegrándome de que fuera la siguiente -Si, es esa... es peculiar, pero muy buena chica- le dije cuando escuché que llamaba a Angie "la chica de mirada incómoda".

Al final salí junto con él y mi nuevo compañero al lado, acariciando a Skiddo la cabeza. Y me despedí de él para luego mirar a todos los demás -¡Ya volví! Y os presento a Leaf- dije contento mostrando muy alegre a mi nuevo pokemon.

Primero me acerqué a Angela cuando a ella la llamaron ahora de... esa forma. La verdad podría haberlo hecho mejor... en fin; seguro cuando Green la conozca será mejor -Venga Angie, te toca. Seguro que te escogen un pokemon genial casi tan chulo como el mio... quizás sea un pajarito- le dije a mi amiga, animándola a seguir a Green cuanto antes -Además le he dicho que te haga un autógrafo, a ver si te lo da- le terminé diciendo riendo.

Después del que seguro sería alguna puya original y que me haría gracia por parte de mi amiga, fui para Ruby, que estaba interesaba en saber como estaba después de recibir a ese Eevee, además de querer ver al pokemon de cerca -Hola otra vez Ruby, ¿que tal? ¿Como se comporta tu nuevo compañero?- le pregunté sonriendo a la chica hija de Red.

Aunque luego escuché a Airon despedirse de todos. Parecía que se iba a ir ya... ¡pero si aún no nos habían entregado a todos los pokemons! -¿Ya te vas Airon?- le pregunté sorprendido -Aún no nos han dado a todos los pokemon, quizás cuando acaben nos digan algo...- le dije al chico. Quizás nos daban un discurso final animándonos y dándonos consejos importantes... pero en fin, si se quería ir -Pero bueno. Si te quieres ir adiós, ya nos hablaremos- le terminé diciendo sonriendo y despidiéndome de él.

¿Ya te vas?, bueno supongo que debes cuidar de tu pokemon, dije con una sonrisa, el combate había estado bien y me había dado una idea de como sería mi vida a partir de ahora. 

¿Brisa y algodón podrán pelear como lo han hecho ellos?, quien sabe, seguro que dentro de muy poco lo descubriremos. 

Y me despedí con la mano, esperando verle a lo largo de la aventura. 

Una vez el chico se fue, me junte con el resto del grupo esperando que los que faltarán obtuvieran su pokemon y así ir a por el primer gimnasio.

No os he preguntado,¿ todos quereis las medallas de gimnasio? Tenía cierta intriga, papá decía que hoy en día había entrenadores de todo tipo, incluso algunos que como él querían dedicarse a los concursos desde pequeños. Yo desde luego que sí. Reía con cierta gracia. 

- ¡Y encima no pilla lo de cenizo! - Rick entró al laboratorio y yo me quedé esperándole en el suelo con las piernas cruzadas. A pesar de lo que me había dicho era mi amigo y tenía muchas ganas de saber qué pokémon iban a darle. Yo ya sabía sus preferencias por lo que no me sorprendió verle salir con un Skiddo. Rápidamente me levanté para acercarme a ver a su nuevo compañero.

- ¡Qué bonito! - Le dije sumándome también a acariciar el suave pelaje de Leaf. - Aunque tampoco te has pensado mucho el nombre. - Le solté intentando picarle. Green entró al laboratorio y me extrañó que esta vez entrase solo, aunque luego volvió para llamarme, como si se hubiese olvidado de mi. Hecha un manojo de nervios por saber que me había visto espiándole empecé a andar lentamente al laboratorio, pensando que quizás se había enfadado y me iba a castigar con un pokémon que no me gustase. Por suerte Rick estaba para sacarme una sonrisa.

- ¡¿Un pájaro?! - Exclamé, tan alto que seguramente también se hubiesen enterado dentro del laboratorio. Lo bueno no acababa allí, al parecer a Green sí que le había dado una buena impresión. No pensaba salir de allí sin mi autógrafo. - ¡GREEN! - Le grité para que me esperase mientras salía corriendo detrás de él hacia el laboratorio.

Como un huracán entré junto a Green en el laboratorio. - ¿De verdad que vas a darme tu autógrafo? Espero que tengas un bolígrafo. Tampoco tengo donde escribir... - Empecé a buscar en mis bolsillos por si encontraba algo, tampoco es que llevase muchas cosas encima, y el capturador no era algo muy relacionado con Green. - ¡Podrías ponerla en la capa! - Le dije agarrándola para acercársela con la mano.

No le di mucho tiempo a responder o firmar nada ya que al mirar a mi alrededor empecé a ver dispositivos y máquinas que jamás había visto. El laboratorio estaba repleto de cosas que quería curiosear, y tocar, pero al mirar hacia delante había algo más interesante. El profesor Oak. Le dí mis objetos a Green y seguí avanzando. - ¡Profesor Oak! -

En un par de brincos me coloqué frente a él llena de ilusión, como si fuese un niño pequeño con un caramelo, y le escuché atentamente dando pequeños botes en el sitio y sonriendo felizmente. ¡Dos personas tan famosas en una sola mañana! No me lo podía creer. Era cierto que ya lo sabía, pero la impresión seguía siendo la misma. Cuando escuché a Oak hablar sobre mis padres biológicos negué con la cabeza. Siempre me había preocupado por ellos y me preguntaba dónde estaban, por qué me habían abandonado. - Mis padres me han cuidado muy bien y les quiero mucho. Si estoy aquí es gracias a ellos. - Le respondí sonriente. Ese pensamiento no iba a nublar aquel momento tan bonito.

Luego Oak mencionó algo de los padres de Rick. No sabía que les conocía, ni si quiera sabía quienes eran. Era un tema que Rick nunca me había mencionado, aunque me hacía ilusión tener algo tan relacionado con él. Con el corazón latiéndome a mil esperé a que aquella tubería acabase su trabajo y así poder ver a mi primer compañero. Tras coger con manos temblorosas la pokéball y activarla me quedé muda, paralizada. Mis ojos miraban a aquel pokémon con gran ilusión y asombro, no podía creérmelo, solo me moví cuando el pequeño pollito "habló".

- ¡UN TORCHIC! - Exclamé tirándome al suelo para abrazarlo todo lo fuerte que pude, pero sin hacer daño al pequeño pajarito. Desde aquel momento dejé de escuchar al profesor y lo único que hice fue achuchar a mi nuevo pequeño. - ¡Torchiccccccccccc! - Volví a decir, como si fuese yo un pokémon capaz solo de repetir una palabra. Era la niña más feliz del mundo.

Sonrió de vuelta a Green, asintiendo a su petición y tras salir saltó las escaleras al completo, aterrizando sin problemas abajo del todo teniendo en sus brazos a un pequeño, esponjoso y lindo Eevee que estaba algo nervioso igual que la dueña. -¿Ah?... ¿Que haces ahí tirada?... Se lo decía a Angela y vio como Rick también estaba ahí aunque al tocarle a el subir solo le dio tiempo a despedirse de el con la mano. Rió un poco con el comentario de la chica hacia el sobre el Monte cenizo y le tendió la mano para ayudarla a levantarse del lugar antes de que Eevee se pusiera aún más nervioso. - Ah... ¡Disculpa! Sentía como las garras se le clavaban en el brazo así que sin levantar a Angela se dio prisa en apartarse y dejarlo en el suelo, empezando a buscar entre sus cosas la RotomDex para preguntarle qué debía hacer y por qué su pokemon estaba tan nervioso. -¿Como se enciende...? Cuando lo logró empezó a escuchar al pokemon-guía y entonces entendió que era porque necesitaba estar menos sostenido entre los brazos así que simplemente dejó al pequeño animalito a su aire viendo como Rick ya salido del lugar se acercaba a preguntarle por el pokemon. -¿Eh? Bien, aunque sin querer hice que se sintiera incómodo, tengo que aprender mucho sobre estas cosas la verdad. Uno más se unió a ellos, Arion quien pedía a Ruby poder hablar y siendo que ella no tenía mucha idea de nada no sabía bien de qué querría hacerlo. -¿Te vas entonces? Yo no sé muy bien qué tengo que hacer la verdad. Estoy perdida con todo esto y asusta un poco. Hizo que Eevee volviera a su pokeball para tenerlo todo más ordenado y metió a Rotomdex en la mochila antes de levantarse. - ¿Puedo ir contigo para preguntarte cosas después de que me digas lo que quieres? Estaba lejos de Miaka así que no escuchó su pregunta sobre las medallas, siendo que se incorporó y miró a Rick toda intrigada. - ¿Hay que quedarse? No sabía que hubiera algo más... Entonces se dirigió al pelirrojo sin comprender muy bien la situación. - ¿Te vas a ir o te vas a quedar? Ella haría lo que Arion pues le picaba mucho la curiosidad lo que le quería hablar. 

Me levanté del suelo con los ojos húmedos por la felicidad, aún sin soltar a mi Torchic a quien tenía cogido como si fuese un peluche, de forma que pudiese mirar para el frente. Luego le dejé en una mesa, para que pudiese ver bien lo que pasaba mientras yo cogía lo que me daban. - Espera aquí un momento, "Pollo". - Lo primero fue una actualización de la PokéNav y el número del profesor y de green, no pude evitar sonreír de forma un poco boba. - Tengo el número de Green... ¡Seguro que Rick no lo tiene! - Pensé con algo de picardía. Luego vino la RotomDex, que miré algo extrañada.

- Esto... ¿Es un pokémon? - Parecía casi un juguete, sin duda había demasiado que aún no sabía. Lo más interesante fue el capturador. Ya durante el entrenamiento nos habían hablado de los niveles y de los permisos que teníamos como Ranger, pero todo había sido práctica, ahora empezaba el trabajo de verdad. Rick también tenía uno y seguramente se lo hubiese callado para guardar la sorpresa. Teníamos que ir pronto a las comisarías a buscar misiones y completarlas, estaba deseando ver cómo podía hacer que un pokémon cantase. Rick y yo lograríamos hacer un trabajo impresionante y nos subirían al siguiente nivel, lo tenía decidido. Estaba tan emocionada que empecé a temblar impaciente por poder salir y comenzar la aventura.

Lo único que no sabía qué podía ser era la libreta, que intenter coger ya que no iba a rechazar nada de Green, pero este hizo una finta. Me sentí algo avergonzada de lo que había hecho, y más aún cuando lo primero que pensé cuando sabía que tenía su número es que podría llamarle siempre. Pero cuando me revolvió el pelo me animé y mis miedos se disiparon. - ¡Prometo que me portaré mejor! - Le dije con una sonrisa. Mejor no era bien, pero era un avance. Llenaría esa libreta hasta que no hubiese una esquinita libre.

Antes de salir guardé todo en mi mochila y cogí al pequeño pajarito que me esperaba en la mesita, para luego despedirme del profesor. - ¡Muchas gracias por el pokémon, profe Oak! ¡A ti también, Green! Este es el día más feliz de mi vida. - Les dije a ambos con el mejor ánimo del mundo. Luego empecé a salir junto al primer entrenador famoso que había conocido, a cada paso que daba notaba que toda la emoción que tenía contenida estaba a punto de estallar.

Una aún más hiperactiva Angie salía del laboratorio junto a Green que iba detrás y un Torchic entre sus brazos disfrutando de la velocidad que cogía Angie. Parecía un Rapidash con su entrenador... aunque cambiando al humano y al pokemon. Green parecía un tanto cansado con solo verla, pero llegó junto a ella al lugar donde estabais todos, y se despidió de ella con la mano levantada.

-Solo queda uno en la lista. Después ya se dará por finalizada la entrega de pokemon iniciales y por tanto confirmado oficialmente, el inicio de la aventura de la nueva generación. Espero que tengais mucha suerte en vuestro viaje a los que aún esteis aquí, y que los que ya se han ido también la tengan. - Miró el portafolios y leyó el último nombre - Bueno, Cobalto. Es tu turno - Dijo haciendo un gesto con la mano para que el susodicho avanzara junto a el.