Partida Rol por web

Con la batalla ya terminada, parecía que todo el mundo estaba ya calmándose. Angie suspiró y achuchó a Pollo entre sus brazos, mirando a lado y lado a toda aquella gente que tenía alrededor. No sólo la gente con la que había salido de Ciudad Verde, también aquellas personas a las que se habían encontrado en el bosque, y además se habían unido un par de personas que parecían ser las responsables de lo que había ocurrido con los Scyther. ¿Y además son famosos?, se preguntó Angie, que ya había demostrado ser fan de las personalidades conocidas de la Región Kanto... pero había decidido que aquel chico de actitud antipática no le gustaba demasiado. Entrecerró los ojos intentando discernir si lo conocía, mientras dejaba que Rick se encargase de explicar a aquella pareja por qué habían hecho mal.

- Pollo... creo que me gustaría un poco de tranquilidad ahora mismo... - susurró sólo para su Pokémon mientras observaba la situación. Estaban pasando tantas cosas en tan poco tiempo...

Se sonrojó algo cuando escuchó la explicación, aún a sabiendas de que tenía cierta razón, su ignorancia para con los objetos la hacía sentirse muy tonta. - Lo siento, ¿vale? ¡Es que ofende mucho!  Se frotó un poco la nuca y se quedó mirando fijamente a Connie quien la señalaba con el dedo, entonces se señaló a si misma de forma interrogante sin saber bien qué hacer.  Se torció un poco cuando llegó el rubio pero a Ruby le dolía la cabeza, demasiada información que debía cribar así que se centró en lo más sencillo, apuntó con la rotomdex al Rockruff de Makani para saber más sobre el antes de meter a Midori en su Pokeball. - Bueno... Me alegro que todo se haya solucionado al final. Suspiró. -Este mundo es más complicado y enrevesado de lo que creía... No sé como mis padres se las arreglaron siendo tres años más pequeños que yo en su día, y encima con todos los peligros que resulta que había en su tiempo. Se sentía agotada mentalmente y eso le afectaba físicamente también. Miró a los nuevos y decidió hacer lo único que parecía que se le daba bien.

-Mi nombre es Ruby Eider, es un placer... Suspiró y miró a Rick y a Angie. - Lo siento de verdad... Por haberme puesto así, todo esto es tan nuevo que me puse muy nerviosa, y solo... exploté, lo siento. 

-Datos de Rockruff, aquí tienes: - dijo RotomDex antes de mostrar los datos del pokemon

Nombre: Rockruff

Pokemon numero: 744

Tipo de pokemon: Roca

Debilidades: Lucha, Agua, Planta, Tierra y Acero

Convive con seres humanos desde tiempos antiguos. Se entrenan ellos solos corriendo por los alrededores. Cuando está próximo al momento de la evolución, Rockruff se vuelve más agresivo y tiende a comportarse de manera más independiente. Es muy normal que desaparezca y regrese después de evolucionar. Algunos entrenadores tienden a abandonarlos según evolucionan o llega el momento de evolucionar por el descontrol que pueden suponer.

Jade miró en primer lugar al rubio que acababa de llegar tratando de calmar a su pokemon de aquella forma tan tosca. Le restó importancia dejando de mirarlos como queriendo ignorarlos para entonces centrarse en algo mejor. - No tienes por qué darlas. Si alguien le interesa tener un pokemon más que yo, significa que va a tener un mejor cuidado. Por eso es preferible que lo tengas tu. - Esperó a ver como capturaba al pokemon y luego le recordó - Aunque hasta que llegues al centro pokemon lo llevarás contigo.

Frente a la excusa de Arion no hizo nada, ni siquiera un amago de gesto para responderle. No veía necesario indagar más en el tema, no obstante con el Ranger era otra cosa en particular llegando incluso a poner los ojos en blanco y suspirar viendo que no se daba cuenta de lo que decía - Como un combate pokemon - aclaró ante su definición de defenderse de pokemon salvajes - Tus acciones son muy loables ranger, pero una cosa no quita la otra. No quiero quedar por encima de los demás... de hecho es lo último que quiero.

Ruby fue a la última a la que miró para concluir los temas abiertos, siendo que Connie también estaba implicada por la pregunta y señalarla. - Relajate hija de R... Ruby ¿No? - miró entonces a Connie bajandole la mano - Si, es la hija de Red. Tus padres se la arreglaron porque estaban en sintonía con os pokemon... Es más, eres hija de Yellow, no solo de Red. Ella tenía un don especial para entender mucho mejor a los pokemon. Deberías de haberlo heradado... Sin embargo te pareces mucho más a Red, intentando hacer siempre lo correcto aunque no entendiese nada. - Se aproximó entonces antes de estirar la mano.

-Me llamo Jade... Supongo que mi apellido ya lo sabes si has conocido a mi madre para que te diga eso. Espero que vayas mejorando y creciendo, pues pienso retarte más adelante a un combate pokemon.

Aiko pareció quedarse quieta y boquiabierta frente a la regañina del nuevo rubio que había llegado llegando incluso a enfurecerse. - Pero serás... - la hija de Silph buscó por el suelo hasta encontrar una piedra mientras su Riolu lo miraba con preocupación. Al final cogió la roca y se la lanzó al rubio siendo que su Scyther la interceptó con su cuchilla - ¡CAPULLO! No puedes echarme las culpas de algo totalmente normal a mi. No sabía nada de tu Scyther. No es justo.

Estaba casi roja del enfado antes de que Riolu le diera un par de palmadas en la pierna y esta agitó su cabeza para tratar de calmarse - No me voy a centrar en ti. Eso no es lo importante ahora. - Buscó entonces entre todos los presentes, al pelirrojo, a la chica del Vulpix y al chico con la oveja, al cual tuvo que saltar y llamarle la atención - Ey, chico, espera. El del Mareep. No te vayas aún. Tu pokemon está dañado ¿no? Puedo curarle sin gastar nada. - ofreció en parte también para que Levy no se alejara mucho por el momento

Aunque por centrarse en ellos se sorprendió ante el comentario de Arion - ¿Eh?... N-no has escuchado... ¿Mi nombre? S-soy... Aiko Silph. Heredera de la empresa Silph S.A... - Como sea volvió a agitar la cabeza y empezó a realizar su plan - Como sea, saca a tu Scyther, tu también esto... ¿Miaka? - preguntó para confirmar su nombre - Y si quieres que recupere a tu Mareep tu también esto... - su nombre si que no lo sabía pues no recordó que se presentara, y había muchos nombres en el aire.

Sacó pues un libro y una pokeball. - Lyla, a bailar. - Lanzó pues la pokeball hacia el aire liberandose un rayo en forma de onda y sacando de este a un pequeño Ralts que estaba dando vueltas en la tierra. - U-ups... p-perdón. E-es la costumbre. - Entonces habría el libro, el cual por fuera parecía normal, pero por dentro era un ordenador. - Veamos... veamos... Aquí. - Se acercó a su pokemon y se lo enseñó - Te acuerdas que lo hemos estado practicando. Toca hacerlo real. - El Ralts asintió y preparó en sus manos un aura rosa - ¿Quien quiere que recupere primero a su pokemon?

El rubio sin presentación soltó un aspaviento - Di lo que quieras. Tu comida bicho, tu culpa. - No dijo más ante la hija de Silph la cual fue ya a atender otros menesteres.

Hizo un pequeño gesto de molestia cuando Connie mencionó lo de encontrarse famosos en el bosque, pero pasó rápido de ello al ver que un Rockruff se le acercaba para ser detenido por la cuchilla amenazante de su Scyther. El pokemon de roca retrocedió entonces con su entrenador - Zantet quieto. No son enemigos, por ahora. - mencionó casi como advertencia haciendo que su pokemon, muy distintamente a antes, atendiera a razones a la primera orden.

Se quedó luego de ello confuso cuando el pelirrojo preguntó aquellas cosas. - ¿Tienes ojos y oidos? - contestó de nuevo de malas maneras - No me he visto, pero juraría que todos habeis podido ver como estaba lidiando con mi Scyther descontrolado. Y si, por supuesto las heridas que tenían esos Scyther fueron generadas por las cuchillas de mi Zantet... No lo devolví a la pokeball por una situación muy sencilla: Intenta devolver a la pokeball a un pokemon que no quiere volver a su pokeball. Es interesante cuanto menos, y aún así te olvidas de un factor importante: El contexto.

No terminó de explicarse cuando Rick saltó a la defensiva ya después de la obvia reconciliación entre entrenadores. Suspiró sin más antes de continuar hablando - ¿Y? Detenme si crees que he cometido un delito... Pero nadie te dará por buena esta detencción. Intenta calmar a un pokemon rabioso cuando el motivo de su rabia es una enfermedad de adicción. - Sentenció finalmente - Uno de los compuestos que se usa para la comida industrial pokemon, sobre todo la tipo bicho, vuelve loco a Zantet tan solo por el olor, y empieza a atacar a todo el mundo y comerse toda la comida que ve hasta saciarse - Metió la mano en su mochila y sacó otro bote de miel - o hasta comerse uno de estos.

-Antes de juzgar, ranger, confirma toda la historia y piensa quien es el culpable de verdad. Si el dueño del pokemon, o la que se deja comida pokemon como cebo. - guardó el tarro siendo que el Scyther seguía con la mirada aquel bote con bastante contención - Y ahora, a menos que me querais retener con una razón real, me voy. Aún me queda un largo camino para derrotar también al lider de Ciudad Plateada. - Al escuchar el también recordais las palabras de Green, o al menos los que estuvisteis con el, de un chico que le plantó cara a su Venusaur.

No obstante empezó a andar entre vosotros con su pokemon al lado casi como un guardaespaldas.

    Descuida...- dando la vuelta para ver a la muchacha quien me hablaba - fue mas el susto que daño de verdad... con que coma una baya aranja y Maggie estará como nueva enseguida, ademas...- mirando al resto y lo que comentaban en especial el por que tanta criatura agitada - creo que los nuevos compañeros de ellos necesitan una manito de ayuda, gracias de todos modos... - y sin mas, continuaba mi camino a un claro mas tranquilo - hasta otra...

... comida alterada... pokemones erraticos... por Arceus...

...Kanto si que tiene problemas...

Frente al comentario de Jade no hice nada, ni siquiera un amago de gesto para responderle... ya estaba otra vez intentando otra vez quedando moralmente encima de nosotros diciendo que "Lo último que quiero es quedar delante de ustedes"... Pufff, paso sinceramente, al igual que el paso de la excusa de Arion de forma tan desagradable y seca ignorándolo por completo.

Preferí enfocarme en Ruby, que se había disculpado conmigo por como explotó y me hablo... si ya había hecho las paces con Arion, esto no me suponía ningún problema -Tranquila... no te preocupes, no pasa nada- le dije con tono tranquilo y relajado -Aunque reconozco que la parte en la que dijiste que no soy amigo de los pokemon me dolió...- le reconocí... a ver, soy sincero, y esa parte me pareció pasarse, sobretodo cuando es diametralmente opuesto a la realidad -Pero mira, no odio a los entrenadores, ni me siento por encima de nadie... de hecho, mis padres y mi hermana lo son. He vivido rodeado de entrenadores, y para nada los odio ni me parece mal lo que hacen... solo que a mi los combates pokemon no me gustan. Eso es todo, perdona tu si te he dado otra imagen...- le intenté explicar y disculpar... no quería que la gente me viera como el enemigo público número uno contra los entrenadores.

Entonces me fijé en Aiko, que sin duda se había enfadado con Ray por haberle echado toda la culpa de lo ocurrido, hasta el punto de tirarle una piedra... y sinceramente se entendía, ese chico parecía tener una habilidad innata para enfadar a los demás, el cual ahora estaba hablándole a Arion con tono molesto de como él estaba intentando aliviar a su Scyther, pero admitiendo también que las heridas de los demás insectos fueron provocadas por él.

Y luego se enfrentó a mi, desafiándome a detenerle si pensaba que había hecho algo, diciendo que no sería válida porque se debía a un problema de adicción del pokemon... ¿y que? Si un adicto comete crímenes, por mucho que lo haya hecho bajo efectos de un mono, el delito sigue siendo delito y se le detiene igual... y a veces sin que se considere atenuantes. Y lo peor es que el chico volvía a echarle la culpa a Aiko por usar el cebo... ¿y quien me dice a mi que ella conocía esa "adicción"? No me amedrenté contra el chico, y nada más echó a andar, yo me adelanté para ponerme frente a él -Estas detenido, no vas a ir a ningún gimnasio- dije con seriedad absoluta -Tu pokemon ha herido de gravedad a cinco pokemons salvajes, los cuales enfurecidos han puesto en peligro a un grupo de civiles, un guardia de Kanto y un par de agentes. Podrás apelar que había circunstancias atenuantes como la condición de tu pokemon o que intentaras calmarlo... pero eso no quita que sus actos no tengan consecuencias; y no le vas a echar la culpa a una chica que quería usar un inofensivo cebo para atraer pokemon. Como prueba tengo a este Scyther víctima del tuyo- dije haciendo referencia al Scyther que capturé, que aún tenía la herida del Scyther de Ray -Guarda a tu pokemon en la pokeball y las manos a la espalda- le dije, acercandome a Ray dispuesto a apresarle, sin importarme que su Scyther me fuera a atacar.

Avanzaste entonces un tiempo hasta que más o menos podías denotar de nuevo el silencio del bosque. Fueron muchas emociones fuertes por momentos, y todas salidas de lugar... Aunque bien es cierto que parandote un poco a pensar había un par de cosas que tenían sentido. Por ejemplo, la comida pokemon industrial, aunque fuera más barata, era mucho menos sana que la hecha a mano. Al venir de una granja sabes la diferencia y lo bueno que es preparar por ti mismo la comida.

Por otro lado, aunque desconocías muchas de ellas, sabías que un pokemon podía enfermar. No sería la primera y mucho menos la última vez que vieras un pokemon enfermo, pues en tu granja seguro habría alguno que necesiraría en algún momento alguna medicina, o gracias a algún herbolario una solución de hierbas. Pero eso era por enfermedades puntuales. Algo tan serio como lo de aquel chico rubio, era otra cosa distinta y parecía que permanente.

Cuando te calmaste un poco te diste cuenta de que estabas en un pequeño claro con unos caterpie y weedle en los arboles de tu alrededor, mirandote como si esperaran que fueras o no a molestarles.

Asintió a Rick y le sonrió un poco antes de que Jade empezase a hablar y se acercase a ella para terminar presentándose pero ella se había quedado anclada en una frase, agena a todo lo que ocurriera a su alrededor en el mismo instante en que empezó a procesarla bien. "Ella tenía un don especial para entender mucho mejor a los pokemon" Eso le hizo quedarse de pie, sin saber bien qué hacer o como actuar realmente. Siempre había creído que su madre era normal pero... ¿También tenía algo especial? ¿Por qué si tanto amor tenía por sus pokemon los dejaría abandonados? ¿tan grande fue el hueco y el dolor que le dejó Red? Apretó los puños con tanta fuerza que se le pusieron blancos los nudillos.

La guinda del pastel vino después: Sin embargo te pareces mucho más a Red, intentando hacer siempre lo correcto aunque no entendiese nada.
-¡No soy como el! Aún le dolía que hubiera desaparecido sin más, no sabía las razones pero si había gente que decía haberle visto o reconocido por ahí, un mínimo de una carta hubiera estado bien, la enfurecía. -Si quisiera hacer lo correcto haría lo que fuera por mandarnos una señal de que está bien, de que está vivo. ¿Pero lo ha hecho? ¡No! Así que no me compares con el. ¡No me da la gana! No le dio la mano, no podía, estaba demasiado mal como para hacerlo... Porque le tenía envidia, y era una envidia muy insana esos ojos lo decían. Alguien que había crecido con sus dos padres enseñándole todo sobre los pokemon y la vida, a formarse bien no como ella que había sido recluida en un mundo lleno de mentiras y falsedades, lleno de vacíos en donde se le prohibían cientos de canales de televisión, muchos juegos, pasear por ciertas zonas de su propio pueblo y era expulsada sin más del laboratorio cuando intentaba simplemente ser curiosa, ser ella... Ni siquiera Green fue capaz de darle tregua, obedecía a Yellow con todo lo que le decía y eso era básicamente una vida de mierda, trece años desconociendo el mundo, era un bebé en pañales saliendo por primera vez.

-¿Quieres combatir? ¡Pues bien! Pues me haré más fuerte que ese idiota. Se marchó corriendo con los ojos llorosos hacia ciudad verde, pero a saber si conseguiría llegar, definitivamente necesitaba liberar tensión, posiblemente aprender sobre los pokemon, combatir, la idea de ser entrenadora en ese momento le pareció la mejor de todas, cubrir una carencia tan grande con combates, sí, eso haría... Pero seguía sintiéndose mal por hacerle daño a su Pokemon, por eso aún no se había atrevido a atacar con Midori, por eso la había mantenido en todo momento en la retaguardia aprovechando que eran un grupo. ¿Como olvidarse de ese miedo? yendo sola, sin apoyo. 

  Sin voces ajenas... sin discusiones de quién tenía la razón... solos junto a Maggie en estás tierras tan desconocidas para ella como para mí.

... me dijieron que buscará una aventura verdad... bueno... esto tiene pinta de una...

   Bien Maggie, sal mi pequeña... aquí no hay gente bulliciosa... - dejaba salir la oveja la cual luego de materializarse y correr un poco alrededor mío puede notar el mechón faltante alrededor del corte que le había causado aquel bicho de filosos brazos.

   Ya mi pequeña~ya... volverá a crecer en cuestión de días... nada que el tiempo no solucioné - mientras le acariciaba el morro buscando que no se alterará por algo así.

  Lo cierto es que todo aquel evento fue extraño, llevaba años escapando de Pokémon's enojados debido a  los juegos extraños que hacía mi amiga Shinya, pero era la primera vez que veía que los bichos de un lugar estuvieran tan agitados y con esa mirada.

... Ni loco voy a dejar que Maggie o mis otros compañeros pruebe algo tan contaminado...

¡ Cierto!, comida - mientras sacaba una baya aranja de mis pertenencias y le sacaba el tallo amargo en la parte superior - Anda Maggie... ricas bayas hmmm~hmmm~hmmm - acercando a su boca para que la comiera tranquila y no tuviera que forzar la zona aún sensible.

¿  Ustedes también quieren ? -  le decía a los pequeños gusanos que nos miraban en los árboles cercanos - Vengan... tranquilos, que tengo bayas para compartir - sacando otras tres bayas y las dejaba a mis pies por si alguno se quisiera acercar a comer.

  ...¿ todo sabe mejor si es en compañía...? ¿ Verdad A'pa ?...

Cuando la chica pelirroja, que ahora conocía como Aiko, contestó a mi pregunta, finalmente entendí porqué me sonaba tanto. Mi interés sobre famosos iba principalmente dirigido a los entrenadores fuertes y conocidos, por lo que desconocía bastante sobre coordinadores y otros personajes conocidos. Aún así, seguro que la había visto un par de veces por la tele.

-Ya veo, pues encantado de conocerte Aiko. Siento no conocerte, no estoy muy interesado en otros famosos que no sean entrenadores. Y claro que me gustaría que ayudaras a mi nuevo amigo.- dije mientras sacaba a mi recién capturado Scyther de su pokeball. Observé con curiosidad cómo Aiko sacaba un Ralts, y por el brillo que emitía debía de conocer Pulso cura, interesante.

Por otro lado, el chico rubio me contestó de malas maneras, a lo que yo le miré con una ceja alzada. ¿Siempre era así? Debía de ser un encanto. No me importaba especialmente su actitud, pero parecía fuerte y eso hacía que quisiera enfrentarme a él. Quizá en otro momento, ahora el chico estaba entretenido peleándose con Rick, que quería ejercer sus funciones de Ranger.

-Oye Rick, no te acerques a ese Scyther, parece de los que pegan primero y preguntan después.- miré a mi nuevo compañero insecto, que estaba siendo curado, y le susurré una cosa de forma que sólo él y Aiko, que estaba justo al lado, pudieran oírlo.

Tras eso me mantuve observando cómo Ruby discutía con Jade. Sentí algo de pena por la chica, para ella debía ser muy duro todo esto. Cuando se marchó corriendo sentí la necesidad de seguirla y apoyarla, pero a veces uno necesitaba estar sólo y aclarar sus ideas. Este podía ser un momento importante para ella, uno que definiera su camino como entrenadora y fortaleciera su decisión. Sería mejor dejarla luchar sola esta batalla.

-Sandy, ven aquí.- le dije a mi amigo, que se había quedado un poco alejado junto a ese chico nuevo con bata. Acaricié a mi compañero para felicitarlo por su desempeño en la batalla. Cuando Aiko terminó con Scyther miré al insecto -Bienvenido al equipo, tu nombre será Kiru.- le dije mientras acariciaba su cabeza, esperaba que se integrara bien al equipo -Gracias por curarlo, Aiko.- le dije a la chica con una sonrisa. Quería seguir avanzando por el bosque, pero los demás tenían que terminar sus cosas aquí.

Escuché al chico rubio con atención oh, un pokemon difícil, sonreí, no se mucho de scyther, pero papá decía que si un pokemon tiene un problema hay que trabajar en él, si simplemente le calmas lo seguirá haciendo una y otra vez, y algún día podría hacer daño a alguien, aunque seguro que solo quieres lo mejor para él, quizá haya otra manera. Dije mientras no cambiaba mi cara, papá solía tener razón con esas cosas, así que intente ayudar, perdón por meterme donde no me llaman, seguro que sabes lo que haces. 

Miré a la chica heredera alterada, mirando con curiosidad y ternura a su pokemon tranquilizandola, ese es un buen pokemon, así quería que fueran los míos, no se sabe cuando la que gritaba y saltaba podía ser yo, era difícil de creer, pero en un momento todos se habían puesto como locos, ¿será que el mundo pokemon altera a la gente? Dije imaginando que dirían mis nuevos amigos si yo comenzaba a hacerlo. Cuando propuso curar a nuestros pokemon, saqué la pokeball de scyther, no creo que haga falta, el chico de las fotos, Makani le dio una poción, aunque seguro que el pequeño bicho está preguntandose que hace aquí dentro, me reí de mi propia broma, como si tuviera algún tipo de gracia. 

Miaka no le has dado las gracias! Dónde está tu educación. Gracias Makani, aunque fuera un pokemon salvaje era mi responsabilidad curarle, supongo que debo darme cuenta de esas cosas. ¡Gracias! 

Sin embargo cuando me disponía a sacar al pokemon, la chica de los ojos rojos, ruby echó a correr llorando, ¡espera! Es peligroso, lo siento no puedo dejarla sola, no sabe nada de pokemon y aquí hay algunos peligrosos, ¡nos vemos luego! Dije mientras comenzaba a correr tras ella, no era la más indicada para hacerlo, pero siempre me podía mi propia impulsividad, además era esa chica del pueblo que no la dejaban jugar con pokemon, no podía dejar que se fuera llorando en su primera aventura, ella solo quería vivir una aventura con sus pokemon y todo el mundo la judgaba por su padre, como si no tuviera nombre propio. 

Vamos Brisa, Le dije a mi helado pokemon que aún estaba fuera de su pokeball prepara el baile que me haces cuando estoy triste, seguro que Ruby se alegra. Dije mirando al cachorrillo para que subiera a mis brazos de un salto y comencé a correr detrás de ella. 

Nebbia giró 180° sobre su propio eje para observar al Rockruff “de cabeza” sonriéndole de la encantadora forma que solo los Gastly pueden.

— Hola… — mucho más cautelosa que su pokémon, Connie saludó con palabras y un gesto al de piel bronceada cuando se acercó al grupo en general; la situación seguía poniéndose más y más extraña. El compañero de Maggie pronto se apartó, según sus propias palabras para curarle, aunque realmente no tenía caso irse lejos ¿no? si ya hasta había pasado el peligro; respecto al resto del grupo todos parecían continuar con lo suyo, así que la nacida en Fucsia no sería la excepción…

Su curiosidad inmediata se encontraba de momento enfocada en Ruby, la que como Jade era descendiente de alguien no solo famoso sino legendario; a diferencia del entrenador, no obstante, ella se quedó un poco atrás pues si el susodicho no estaba encantado al ser comparado con su padre… ¿aplicaría lo mismo a la intensa chica? Claro que, si resultaba que no, sería más fácil acercársele.

Paralelamente Aiko respondió a la bronca que le echaba el rubio con más bronca, algo entendible, sin embargo destacó que intentara detener a Levy y de paso atraer al resto de los que tenían pokémon heridos nada más y nada menos que convirtiéndose en una especie de “centro pokémon ambulante”; en ese momento toda la volátil atención de la coordinadora en aras pasó del asunto entre hijos de rivales a la pequeña criatura blanquecina endémica de Hoenn.

A lo lejos (y en menor medida) escuchó además el argumento del rubio, pero dado que ella no era una heroína precisamente no iba a tomar partido en un asunto donde había varias perspectivas contrariadas.

— Oye, Aiko Silph… ¿eso es un “simple” ordenador o se trata de algo más emmm…avanzado? — sin embargo no iba a perderse la oportunidad de indagar en aquello, acercándose a la pelo-de-chicle con actitud bastante tétrica, si cabe, favorecida por la presencia espectral de la omnisonriente Gastly — Por cierto, soy Connie, Connie Hemlock — no debía olvidar las formalidades.

Pero la poca “tranquilidad” más o menos lograda en ese momento, luego de neutralizar a la amenaza, se fue un tanto al traste cuando la plática entre Jade y Ruby pareció escalar hasta alturas espinosas; desde su lugar Connie suspiró, pues tal como se dijo antes era algo más o menos esperable  — ¿De verdad, de todas las personas, Jade no se puede poner en su lugar? — pensó, sin embargo lo que sí que llegó a sorprenderla fue que la chica se echara a correr, al parecer llorando.

Realmente Connie no podía criticarla dado que “alguien” hizo algo muy parecido en Ciudad Verde, sin embargo no se sentía tampoco en posición para salir detrás de ella, ya que tampoco es que la conociera y, remarco, no era precisamente una heroína; en lugar de eso dejó a Aiko que estaba ocupada curando y volvió con Jade, al que le dedicó una mirada de reprobación.

— ¿Y eso qué fue? — le preguntó, aunque esto último ya en tono mucho más neutro, pues por la misma razón que no salió tras la oji-roja resultaría hipócrita de su parte regañar demasiado al entrenador de Spike.

Miaka entonces dijo algo preocupante sobre la huidiza entrenadora, lo que logró, ahora sí, dibujar un gesto de preocupación en Connie…pero ella no muy era distinta a Ruby en experiencia de campo… ¿de verdad podría hacer algo para ayudarla si ocurría un incidente? Cogiendo a la Gastly cual pelota hasta la altura de su rostro la miró fijamente y ladeó la cabeza — ¿Qué hacemos Nebbia? — la fantasma no pareció entender.

-Si! a estos les he visto con diferentes entrenadores, sé que vienen de Alola porque yo soy de allí!-  Solté una ligera carcajada mientras me dirijía a aquella chica con el Vulpix. -Me llamo Makani por cierto.- Lo que no sabía es que había otra forma que no fuera ese pequeñajo de hielo. -¡¿¡QUE!?! ¿Hay otra forma del Vulpix? Interesante...-  Me apunté rapidamente el Vulpix, donde lo denominé "forma Kanto", y puse una pequeña nota su tipo. Aunque no entraba en mi tesis (la profesora Ivy de las islas Naranja se encargaba de estas diferentes formas de pokemon en el mundo científico), era interesante saber las otras formas de pokemon de otras regiones mientras visitaba esta fantástica y algo más fría región. La chica se dirijió -Pues claro! solo necesito el numero de tu pokenav y luego te las paso encantado, total, voy a quedarme un rato por el bosque antes de ir a alguna ciudad, si quieres te paso todas las fotos que haga.- Lo de la foto grupal ya no entraba, solo venía a ver estos pequeñajos tan monos y largarme a buscar más pokemon.

Manuka ni se inmutó que el Scyther de aquel chico rubio le amenazó con su cuchilla, es más, se lo tomó como un juego y provocación, asi que pensando que iba a seguirle, Manuka volvió corriendo en mi dirección mientras se giraba hacia el ladrándole para llamarle la atención. 

La Dex de la chica explicó la entrada de la Pokedex de la especie de Manuka: los Rockruff. Aunque esa entrada era la típica de un pokemon normal, Manukaera "especial" en otro sentido... - En realidad este pequeñajo es especial, viene de una manada de Lycanrocs, algo muy inusual para estos pokemon. - Me levanté del suelo después de que el pequeño Sandile se dejara hacer una foto y me acordé de que yo también tenía un compañero en mi mochila que me ayudaba a identificar pokemon... y seguro que más cosas, como las otras RotomDex de Kukui, me serviría basicamente para comparar notas con las que tenía. -¿No es increible esa anormalidad?- Justo cuando iba a inspeccionar mi mochila fijé en el panorama que había... y no era muy bueno la verdad. La tensión entre el Ranger y Arion, el entrenador pelirrojo, al parecer bajó, pero el nuevo chico rubio les contestó de una manera bastante ruda. Aunque sinceramente, tampoco pinchaba ni cortaba en este tipo de situaciones, asi que lo dejé medio pasar. el chico con gafas se dirijió a la chica de la Dex "parlanchina" y le halagó por ser la hija de Yellow y... RED!?! Aunque no sabía mucho de esta persona, era reconocida en todo el mundo pokemon como el maestro de todos, donde Hau le conoció junto con su rival en el árbol batalla, además de Green, el hijo del "Gran profesor". Demasiadas personas del mundillo pokemon famosos por aqui en un mismo bosque, aunque no conocía ni a la mitad de ellos. Pero la hija de Red se largó llorando y la chica del Vulpix tras de ella, perdiendo mi oportunidad de pasarle el numero del pokenav -PROMETO PASARTE LAS FOTOS EN CUANTO NOS VOLVAMOS A VEEER!- Le dije gritando mientras corría tras la otra chica.

Al parecer, el chico rubio, tenía un pokemon de lo más peculiar... un Scyther que se volvía en un estado de berserk cuando olía una elemento que metían en las comidas de tipo bicho... -Es... INCREIBLE ESE SCYTHER!- Saqué mi pokenav para hacerle fotos desde donde estaba y saqué el bloc de notas para apuntar sus medidas. Estaba omnuvilado con ese pokemon... ERA JUSTO LO QUE NECESITABA! Pero justo cuando iba a acercarme el ranger se interpuso para detenerle, era el causante de lo de los scythers heridos... porque ese pokemon en el modo berserk se había peleado con ellos. Sinceramente, no estaba seguro de que parte estar, si del ranger por su razonamiento de que el entrenador tiene la culpa de no controlar al Scyther furioso, o del chico rubio por comentar que era un brote incontrolable. Si que había que regular a un pokemon e impedir que no oliera eso, y eso se podía solucionar metiendolos en una Pokeball, o eso creía, ya que no podían oler dentro de esta. La cosa es que el chico rubio no tuvo tiempo de poner dentro a su Pokemon en la pokeball, asi que en parte el rubio no tenía la culpa?

Manuka intentaba atrapar a la bola de gas, o el Ghastly, que estaba flotando encima de el dando saltitos, pero no lo conseguía. Mientras tanto, Aiko, la que puso la comida de tipo bicho en un bosque de bichos, que sí, es un poco masoca hacer eso a menos que tapes el olor, sacó algo que interesó a otra chica y a mi, un ordenador libro... algo muy raro, y que molaba... un ordenador encapsulado en un libro... como una dex tal vez? Pero luego la chica pelirroja oscura dijo un nombre... un nombre que despertó algo en mi cabeza...

-¿¡HEMLOCK!? ¿De los científicos Hemlock?- Mi mente empezó a indagar en los articulos que salieron, no eran muchos, pero eran importantes como trabajadores de campo de renombre, que han trabajado con varios cientificos teóricos, como Oak -"La unión de diferentes Especies", ¿de la revista científica Pokemon de hace unos años verdad?- Sinceramente, no sabía que tenía una hija... Interesante... DEMASIADA GENTE FAMOSA EN UN SOLO SITIO, Y ENCIMA HOY HE  CONOCIDO A LA HIJA DE UNOS CIENTIFICOS DE RENOMBRE Y AL PROFESOR OAK! Mi emoción no se podía contener. Asi que me acerqué rapidamente donde estaban Aiko y Connie -Uh... Soy Makani Fern, ayudante del profesor Kukui durante los últimos 4 años, encantado de conocerte!- No paraba de sacar palabras de mi boca. ¡Que emoción!

Al abrir la pokeball con tu Mareep dentro, esta salió y lo primero que fue a hacer es buscar mimos de tu parte, restregandose contra ti y en parte dandote calambres de electricidad estatica. Entre tantos mimos hubo un punto en el que no supiste si te los pedía por que le calmases el dolor, o porque le mostraras un poco de orgullo al haberte protegido.

Sea como fuera al sacar las bayas, Maggie se llenó de ilusión y empezó a tomarse una, sintiendose mejor a cada bocado que pegaba. Sin duda aquel chico rubio tenía razón: La comida natural era mucho más sana, saludable y además buena para los pokemon. Pero tampoco es que hubieras visto a alguien enfermar por la comida industrial que se hacía... Quizás si por comer demasiado rápido y que se le atascara algo de comida, pero no por uno de sus componentes.

Eso podría suponer una gran curiosidad o un problema a futuro, depende de quien lo mire.

Tras fijarte mejor entonces en la fauna locar que había por allí y ofrecer tus suministros a los pequeños, estos se mostraron inseguros e incluso algunos retrocedieron pensando que fuera un ataque. Solo uno empezó a bajar de un arbol cuando te vió totalmente apartado de las bayas, es decir, sin hacer nada a estas. Un Caterpie bajó lentamente y se acercó hasta la baya sin apartar la mirada de ti... o al menos eso creias  pues con esos ojos gigantes inmoviles no podías distinguir hacia donde miraba.

Fue al llegar cuando hizo rodar un poco la baya hacia si misma antes de empezar a morderla y roerla, y con un pequeño gruñido después de probarla, empezó a comer como si fuera un manjar.

Ante aquel acto un Caterpie y un Weedle bajaron de los arboles también siguiendo al primer valiente Caterpié, y aunque estos retrocedieron más las bayas, también comieron como el primero. Sin duda, no todo en el mundo pokemon son batallas*.

Tras terminarse el primero su baya se acercó más a ti y empezó a imitar un poco a Mareep pidiendo quizás otra baya.

-Vaya pues es raro que no hayas oido hablar de mi apellido... - dijo con una sonrisa un tanto preocupada - Pero bueno, no pasa nada un fan menos. - A pesar de que las palabras no parecían las apropiadas, el tono de la chica parecía alegre y positivo, casi como si de verdad tener muchos fans por su apellido la acribillara un tanto.

Miró entonces a los pocos voluntarios que se presentaron, puesto que la Mareep se había ido y Miaka se nego por la ayuda prestada de Makani - Cierto... Bueno, no pasa nada, al menos tengo tres sujetos de prueba. ¿Verdad Ikki? - Sonrió al Riolu el cual pegó un pequeño bote antes de asentir y ponerse junto al Scyther de Arion. La hija de Silph sacó entonces el otro Scyther pareciendo ahora un pequeño sandwich de pokemon. Un detalle curioso es que ambos Scyther miraban con rencor al del rubio.

-Bien, toca probarlo Lyla, Pulso Cura, sabes como hacerlo y tenemos tiempo de sobra, a fin de cuentas estamos al lado de Ciudad Plateada - dijo entonces señalando la entrada a Ciudad Verde. ¿Se habría equivocado? - Vamos allá. ¡Pulso Cura! - Con algo de esfuerzo y con el libro aún en la mano de su entrenadora, el pequeño Ralts hizo que el aura rosa empezara a crecer y llegado a un punto determinado lo lanzara contra los pokemon poco a poco, siendo que estos parecían curarse.

Aiko entonces se sobresaltó un poco al ver a la cientifica maquillada asaltarle con aquella pregunta - ¿Eh? Si, bueno, no. Osea... Es complicado... E-es un prototipo de Silph S.A. Creado entre mi padre y yo por petición de un anciano en su último estertor. Como hoy iba a iniciar mi viaje, le pedí a mi padre de llevar muchos prototipos conmigo para probarlos en el campo, y pensé que el primero usado con Lyla sería genial, pero no encontraba pokemon heridos, hasta ahora. - Entonces acercó el libro con todavía un poco de miedo a la pelirroja y le mostró el ordenador que tenía dentro, en cuya pantalla había indicaciones del ataque que estaba usando la Ralts.

-Es un... - Pero entonces se calló al escuchar los griterios de la hija de Red, la cual salió corriendo del lugar - ¿No debería alguien ir tras ella?

El rubio ya se estaba yendo cuando escuchó a la entrenadora del Vulpix hablarle, cosa que le hizo detenerse y mirarla aunque sin girar su cuerpo - Lo es. Es difícil - De entre todos, parecía ser la única que había llegado a penetrar en la dureza que estaba mostrando el rubio - Pero no es un problema, es una enfermedad... Y llevo años tratando de encontrarle una solución - Al decirle aquellas palabras miró de reojo a Aiko - Pero sin exito. Solo hay dos cosas que evitan que se ponga así, una es la miel, y la otra no he podido hacerla más que una vez en toda mi vida... Se podría decir que no sé ni lo que fue. - Suspiró y agitó la cabeza - En fin, me voy.

Empezó a dar entonces otra vez pasos y esta vez respondiendo al mismo tiempo que caminaba - Zantet no es ofensivo, a menos que seas tan masoca como doña genio. - respondió entonces al pelirrojo antes de ser detenido por el ranger - ¿Otra vez tu? - Zantet efectivamente no hacía nada, más bien estaba en guardia.

El rubio escuchó todo lo que decía el ranger con una sonrisa maliciosa y al ir a hablar, Ruby llenó toda la escena con su voz, algo que hizo que se distraiga por un momento viendo como corría con una mirada curiosa antes de centrarse de nuevo en el Ranger con un suspiro.