Partida Rol por web

Polvo al polvo

Bienvenidos a Gary

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03/05/2018, 18:01
Director

La joven Maria presenció con notable curiosidad el acercamiento de Jacinthe a la extraña pareja formada por el corpulento guardaespaldas y la liviana funcionaria. Dejó de hacer fotos y contempló el trío improvisado durante un instante. Se llevó la mano al mentón en actitud pensativa, contenta con la estampa. Quiso recogerla en una foto. Hizo algunos ajustes en la cámara y flexionó las rodillas un poco para elegir un ángulo que consideraba más propicio. Entonces, Jacinthe levantó la mano y se cubrió el rostro. No parecía tan entusiasmado como ella. Maria se incorporó y bajó la cámara. Francesco, se dirigió al guardaespaldas, dale un vaso de agua a la señora y acompáñala al ayuntamiento. El escolta de Maria arqueó las cejas, miró a Jacinthe y se dirigió a la caravana con la funcionaria. Esta seguía llorando, aunque se esforzaba por calmarse. Disculpe, señor, no pretendía molestarlo, se excusó con Jacinthe. Me llamo Maria di Matto, soy nueva en la ciudad, dijo tras acercarse muy tranquila, y le tendió la mano. Tiene usted un rostro singular, soltó con desparpajo. Soy productora cinematográfica, aclaró, como si pretendiera añadir más valor a su apreciación. ¿Conoce usted la ciudad?, preguntó. De cerca, parecía más madura con el maquillaje.

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03/05/2018, 20:27
Jacinthe
Sólo para el director

Horrorizado, el Gangrel comprobó que la joven fotógrafa avanzaba hacia él con desparpajo y le tendía la mano al tiempo que se presentaba. Hundiendo los hombros entre los pliegues de su vieja chaqueta, Jacinthe desvió la mirada y siguió al hombre que dirigía a la mujer hacia la caravana. Ella intentaba calmarse, pero seguía llorando y sus sollozos podían oírse todavía.

Pero no tuvo más remedio que volver a atender a la joven María - así dijo que se llamaba - y a lo que le explicaba... Y no le gustó nada que fuera una extranjera recién llegada, y mucho menos aquella arrogancia con la que explicó que era productora de cine. Todo aquello era una abominación, y seguramente indicaba el anuncio de grandes males que estaban por llegar. Jacinthe se lamntó de no haber leído con más detenimiento los salmos de aquella noche, pero ya tendría tiempo, más tarde.

Haciendo de tripas corazón extendió su mano y correspondió al saludo con un apretón débil y breve y pronto apartó de nuevo su mano. - Claro que la conozco. Soy de aquí - respondió, con un atisbo de orgullo en una voz suave y cortante. No respondió al comentario sobre su rostro, ni preguntó por la mujer de la caravana, sólo se quedó allí mirándola con los brazos colgando pegados al cuerpo. Al fin, tras una pausa demasiado larga recordó lo que le inquietaba.

- No me gustan las fotos.
 

- Tiradas (1)
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04/05/2018, 16:23
Jacinthe
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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04/05/2018, 18:09
Director

A pesar de su juventud, Maria estaba acostumbrada a tratar con el público. De hecho, como productora de cine había conocido a mucha gente, incluso de la más extraña. Jacinthe no parecía muy entusiasmado con el encuentro, sino más bien lo contrario. Tampoco se mostraba hablador. Esa actitud de espera, de abrupta pausa, no era grata a la joven. Aun así, pensó que podría serle útil si conocía la ciudad. Consideraba la mejor manera de continuar la conversación para aprovechar lo que Jacinthe había  revelado, cuando este hizo saber lo que sentía por las fotos. ¿Cómo era posible que a alguien no le gustaran las fotos? Jacinthe, con su rostro singular, no era un artista. Maria pasó de la curiosidad a la decepción en pocos segundos. Está bien, no lo molesto más, dijo, se dio media vuelta y se marchó hacia la caravana con paso lento. Hizo un movimiento brusco con la cabeza y se sacudió el pelo para tocárselo después suavemente.

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04/05/2018, 19:31
Sonya Miller
Sólo para el director

 Por un momento, Sonya sonrío ligeramente para sí misma ante el halago del otro vampiro sobre su voz. No era la primera vez que se lo decían. Ella observó a su interlocutor de arriba a abajo con atención, evaluándolo.

¿Por qué no?

Pensó tras un instante.

-Otra cosa me habría sorprendido- reconoció sin perder la sonrisa.-La verdad es que ir sola es mucho más aburrido.

Apagó el motor de la moto y guardó las llaves en uno de sus bolsillos, antes de desmontar y aceptar el brazo que se le ofrecía. Sonya no pudo evitar pensar que así tomados, seguramente darían la imagen de una pareja que había salido a disfrutar de un paseo agradable por la noche.

-Pero yo aún no sé cómo debo llamarte. -dice ella retomando la palabra tras dar un par de pasos junto a su acompañante.

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04/05/2018, 20:11
Director

El hombre con apariencia de caballero antiguo se mostró complacido cuando la joven aceptó su oferta. Tenía un cierto parecido con Albert Einstein. La mujer se mostraba segura y conocedora de sus fortalezas. Mi humor no es el mejor antes de alimentarme, dijo como si quisiera disculparse por su primer y áspero comportamiento. Creo que pasaré por alto la inobservancia de la Quinta Tradición por tu parte, comentó poco después, en un tono algo grandilocuente. Al fin y al cabo, eres muy joven, añadió con condescencia. Era muy claro que el hombre disfrutaba de la inesperada compañía de la muchacha. Acaso se deleitaba por el simple interés que tenía por saber su nombre y retrasó la respuesta mientras paseaban como una extraña pareja por Broadway, sin apenas luces, sin atisbo de viandantes, tan solo con la noche por delante. Modius, contestó al cabo de un rato. Soy el Príncipe de Gary, tu Príncipe, añadió, orgulloso. No había gozado de ese momento en años.

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04/05/2018, 21:06
Jacinthe
Sólo para el director

Jacinthe suspiró con alivio cuando la joven perdió el interés en él. Ni siquiera intentó disimularlo. Pero cuando ya la veía enfilar hacia la caravana se le ocurrió algo.

- ¡Eh! - Su intención era llamarla, pero su voz sonó apenas más fuerte que un susurro. Luego carraspeó y volvió a llamarla, en un tono similar. - ¡Eh! - No avanzó hacia ella, ni le hizo gesto alguno, solo esperó que respondiera a su llamada. - Te he dicho que no quiero fotos. Bórralas. - En el tono suave y lánguido que lo dijo, apenas se parecía a una orden. Más bien era un ruego, una súplica. Hasta que añadió un - Por favor - mucho más inquietante.
 

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05/05/2018, 20:35
Dan Smith
Sólo para el director

Dan seguía al anarquista con la mirada mientras se alejaba, su forma de despedirse le inquietaba, sospechaba que tras sus palabras se escondía una amenaza velada. -Que te jodan, perro...- Masculló notablemente molesto.

Dan empezaba a pensar en tomar medidas contra el anarquista, estaba esperando el momento oportuno para denunciar la actividad de Juggler, odiaba que esos sucios anarquistas se pasearan por las calles de la ciudad como Pedro por su casa, sin ningún respeto por el Príncipe, y en ocasiones, sin respetar la autoridad que ejercía la Camarilla en la ciudad. Sabía que esos odiosos tarde o temprano le causarían problemas, cada vez los toleraba menos.

El Brujah caminó hasta la fachada del supermercado, apoyó su espalda contra la pared del establecimiento y esperó a Tommy cerca de la entrada, pretendía alimentarse de él bajo un puente, el lugar en el que el solitario mendigo solía pasar la noche. El vampiro ya se había acostumbrado a asaltarlo en la noche, solía colarse entre los cartones y las viejas mantas del indigente para alimentarse, incluso cuando dormía.

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05/05/2018, 23:15
Sonya Miller
Sólo para el director

Sonya caminó junto al otro vampiro acompasando su paso al de él, disfrutando de la compañía y del giro que había dado su noche. Aquella maldita ciudad le parecía cada vez más anodina y las noches se sucedían cada una más aburrida que la anterior. Sea como fuere, al menos esa estaba siendo interesante. Cuando su acompañante hizo alusión a su juventud y a la omisión de la tradición, se limitó a mirarle fingiendo una sonrisa tímida, coqueta, en señal de disculpa. La sorpresa le llegó cuando la identidad fue revelada. La Tzimisce miró por un instante ojiplática y con la boca ligeramente abierta por la sorpresa a aquel que acababa de presentarse como Modius, asimilando lo que aquello suponía.

-Oh, me sonrojaría si pudiera... -bromeó tratando de recuperar la compostura y de mantener el tipo. -Vaya, lamento mis modales, mi príncipe. Estúpida de mí  no era consciente de con quién estaba tratando.

Sonya estaba disfrutando de aquella situación como hacía tiempo que no disfrutaba. Al hablar, vistió sus palabras de toda la adulación que pudo, dirigiéndose a él con la voz cargada de melosidad. La mente le trabajaba a toda velocidad, volando de una idea a otra.

-Qué tonta me siento ahora mismo...-añadió bajando la mirada fingiendo vergüenza.

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06/05/2018, 10:36
Director

Rouse, la única superviviente junto con Sasha de la cofradía Black Rouse, había pasado de una existencia militar en los asedios del Sabbat por todo el sur de los Estados Unidos a otra nómada y sin más propósito que el disfrute inmediato. Estuvo dos años en Las Vegas, apoyando a distintas bandas, y también se cansó de eso. Los recuerdos de Rouse siempre eran fragmentados, borrosos, atormentadores incluso. Sin embargo, había algo que su amnesia era incapaz de obviar: el Hambre, un ansia de sangre que reclamaba su saciedad en el momento más inoportuno, u oportuno. Rouse casi nunca recordaba el tiempo que hacía que no se había alimentado: podía alimentarse dos veces en una noche y, como sucedía ahora, pasarse casi dos semanas sin hacerlo. Se dirigía a Gary, Indiana, una ciudad abrasada por el Gran Incendio del que había oído hablar, pero que había olvidado, como tantas otras cosas. Conducía su Mercedes-Benz GL del año 2012 por la Autopista Interestatal 90, cerca del paso elevado sobre Airport Road, ya en Gary, cuando se encendió el testigo rojo de la reserva de gasolina. Dejó la autopista y se incorporó a la Cuarta Avenida Oeste. Pronto encontró una gasolinera. Bajó del coche y observó la avenida, despoblada. Los edificios cercanos de esta parte de la ciudad no habían sufrido las consecuencias del incendio, pero sí mostraban signos de abandono y decadencia. Había otro coche junto a los surtidores de gasolina. Rouse miró hacia el local de la gasolinera. Un hombre robusto, con barba, de unos cincuenta años, sin intención aparente de ayudar en los repostajes, se encontraba detrás del mostrador, y detrás del hombre, donde debía haber bolsas de patatas fritas, bebidas y golosinas, había un panel metálico repleto de armas. Fijó también su atención en una puerta sobre la que podía verse el icono de una mujer en una señal luminosa. Lo más inquietante de todo era la presencia acechadora, detrás de la esquina junto a la que estaba la puerta con la señal, de un hombre de constitución ligera, bajo, con el pelo rubio oscuro y largo hasta los hombros. Parecía esperar a que alguien abriera la puerta y saliera para saltar sobre él o ella.

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06/05/2018, 12:35
Director

Maria dudó si atender al reclamo apenas audible del hombre con el que acababa de, por así decirlo, conversar. Pensó que lo mejor sería olvidarlo y volver a la caravana. La funcionaria salía de ella y se dirigía de nuevo al ayuntamiento, corriendo a la velocidad que le permitían sus tacones. Francesco también salió a la plaza desde la caravana. Cuando Jacinthe añadió a modo de ruego que Maria borrase las fotos, la joven se paró y se volvió de nuevo hacia el hombre de aspecto desgarbado y larguirucho. Caminó hacia él con movimiento teatral, como si paseara por una alfombra roja hacia los álamos que circundaban la plaza, cerca de los cuales se encontraba Jacinthe. Este había añadido un "Por favor" inquietante a su súplica que solo provocó la sonrisa de Maria. Llegó junto a aquel y lo miró unos segundos en silencio, de arriba abajo. Después, tomó el mentón de Jacinthe con la mano y movió el rostro del hombre a uno y otro lado, valorando quizás la antedicha observación. Cariño, dijo al fin, sonriendo, las fotos no son para ti.

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06/05/2018, 13:18
Director

Tommy, cargado con las bolsas que había encontrado tiradas, deambuló por el supermercado como si fuera el último hombre sobre la Tierra en un establecimiento interrumpido en su actividad por un apocalipsis zombi. La iluminación del supermercado funcionaba con toda plenitud, en contraste con los estantes, muchos de ellos vacíos. No había personas comprando ni empleados en las cajas. Cogió una botella de Budweiser de un par que había junto a varias cajas vacías. Dejó las bolsas en el suelo y cogió las cajas. Después, se dirigió a la salida sin la menor intención de gastar los dólares que Dan le había dado aunque hubiese tenido la oportunidad de hacerlo. Al salir, se encontró con él. Dan parecía enfadado, pero Tommy alzó la botella de cerveza como si hubiese conseguido una gran victoria. Tommy no hablaba mucho, no tenía amigos a excepción de Dan. Desde que lo conoció, había encontrado un placer superior a la bebida y a la absoluta libertad. No recordaba haber tenido experiencias sexuales y, no obstante, las noches que el joven lo visitaba mientras dormía, su sueño se transformaba en un éxtasis consciente del que despertaba cansado y relajado. Esa noche caminaron juntos hacia el puente bajo el que el mendigo solía dormir. Durante el trayecto, Tommy, en más de una ocasión, dio varias palmadas en la espalda de Dan; estaba satisfecho por su compañía. Una vez bajo el puente, Tommy rompió las cajas y las puso sobre el suelo. Luego alzó la botella de cerveza frente a Dan y sonrió.

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06/05/2018, 14:41
Director

La curiosa pareja continuó por Broadway, como dos enamorados por la avenida homónima de Nueva York. Aunque en Gary no había teatros activos ni anuncios de funciones, durante unos minutos Modius se sintió como si fuera el Príncipe de la Gran Manzana, quizá como el que revivió a Blancanieves tras su muerte por comer la misma fruta envenenada. Sonya lo adulaba y él se dejaba adular. Podría haber estado así durante toda la noche si no fuera por el malestar que siempre sentía antes de alimentarse. Seguían caminando en el silencio solo interrumpido por halagos mutuos cuando un grupo de personas salió de uno de los edificios con los pisos superiores calcinados. Eran unos seis individuos de apariencia misteriosa; uno de ellos vestía una túnica con capucha. Se despidieron sin darse la mano, tan solo juntando las propias e inclinando la cabeza. Incluso pronunciaron unas palabras en un idioma extraño. Después, se dispersaron. Uno de ellos caminó en dirección a los dos vampiros, que se habían parado en la acera para presenciar la escena. El hombre no pareció inquietarse lo más mínimo por la pareja; de hecho, parecía dirigirse hacia ellos como si quisiera pasar por el medio. Era de complexión normal, algo delgado, llevaba un traje claro y usaba gafas redondas. Sonya, susurró el Príncipe, seguro que a este caballero le encantaría oír tu voz.

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06/05/2018, 19:06
Sonya Miller
Sólo para el director

Sonya dirigió a su acompañante una sonrisa pícara al escuchar sus palabras. Lo cierto es que se encontraba hambrienta y normalmente habría ido a por él sin más, pero estar junto al mismísimo Modius cambiaba mucho las cosas. Tocaba hacer las cosas al estilo Camarilla. Maldita Mascarada... Por segunda vez en lo que llevaba de noche, decidió andarse con cautela y hacer uso de su Percepción del aura, para fijarse mejor en el desconocido que se acercaba hacia ellos. La Tzimisce guiñó un ojo al otro vampiro. Cuando el otro hombre estaba a un par de metros de ellos, puso su mejor sonrisa y se dirigió a él.

-Disculpe, señor. No somos de aquí y buscamos un sitio donde poder tomar algo. ¿Sabe si hay algún bar por aquí cerca?

Mientras hablaba, Sonya recorrió la calle con la mirada en ambas direcciones. Aunque fingía buscar algún pub abierto, en realidad comprobaba si había alguien más cerca que pudiera verles.

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06/05/2018, 20:03
Dan Smith
Sólo para el director

El Brujah tenía confianza con el mendigo, le complacía verle beber, le observaba como si esperase a que la comida se calentara en el microondas. Para Dan, Tommy era el típico que pedía una limosna echado en una acera o acercándose a la ventanilla de los coches, colocando diariamente en un aprieto moral a todos los que estaban a su alrededor.

Entregarle unas monedas a un pobre no era nada para el vampiro, siendo él tan pobre era muy difícil resistirse a ayudarle tanto con tan poco. La mayoría de las veces que el Brujah se alimentaba de su presa le dejaba unas monedas para que en el momento que se recuperara del Beso pudiera comprarse algo que llevarse a la boca. Dan no era alguien demasiado amigable, estaba muy lejos de ser una persona decente, pero su relación con los mendigos nunca fue mezquina.

-Veo que hoy no has conseguido muchas monedas, muchos en esta ciudad piensan que hacen el bien no dando limosna, porque de ese modo se empuja al desvalido a valerse, al perdido a buscarse la vida. Todo ello mediante el trabajo y su redención.- El tono de Dan invitaba a la reflexión. -Que les jodan a todos ellos.- Dijo de forma espontánea para después guiñar un ojo a Tommy, era su forma de darle ánimo. -No se dan cuenta de que no sólo son mendigos los que andan por las calles mal vestidos, pidiendo de comer o beber porque tienen hambre, sed o frío. Hay en muchos rincones del mundo, miles de limosneros escondidos, elegantes, con techo, pan y vino, pero carentes de amor y sintiéndose por dentro vacíos. Mendigos de un abrazo, de consuelo, de un beso, una mirada, de la presencia de un verdadero amigo o simplemente de una palabra de cariño. Mendigos que sienten vergüenza de admitir que aunque tienen todo lo material, viven en la pobreza espiritual y se sienten frágiles como niños. Mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias la paz y el calor de hogar. Mendigos que temen volver a amar, porque ya bastante han sufrido, han sido traicionados y heridos, tienen miedo de confiar. Hay muchos hombres y mujeres que les cuesta aceptar y expresar la necesidad tan grande que tienen de sentirse realmente amados y valorados. Madres que imploran la atención de sus hijos, abuelos olvidados, niños y jóvenes que aunque lo tienen todo, se sienten abandonados por sus padres...- Dan se preparaba para el momento de dar el Beso.

En su cara se dibujó una ligera sonrisa y después abrazó a Tommy. -Al menos, en este mundo de mierda, tú y yo nos tenemos el uno al otro.- Comentó a su oído mientras le abrazaba, después sus afilados colmillos se clavaron en el cuello del indigente.

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07/05/2018, 08:43
Jacinthe
Sólo para el director

La joven fotógrafa se volvió hacia él y mientras caminaba en su dirección, acercándose más de lo que Jacinthe consideraba conveniente, pudo ver tras él la escena que formaban la  funcionaria del ayuntamiento corriendo a través de la plaza, como si huyera, y el hombre corpulento que la seguía con calma, como si aquel espectáculo formara parte de su rutina.

Pero para entonces el Gangrel ya tenía problemas mucho más acuciantes y cercanos. Porque la joven se había acercado demasiado e incluso llegó a cogerle la cara entre sus manos. Se sintió sucio, y se sintió observado, valorado. ¡Quién se creía aquella...? - ¡Quítame las manos de encima!

Levantó las manos y él mismo apartó las de María con un rápido movimiento y solo entonces se sintió algo más tranquilo. Pero su voz seguía sonando crispada cuando habló. - El problema no es salir feo. Estamos rodeados de cosas feas. De horrores. Y aprendemos a convivir con ellos, ¿no?

La miró fijamente, desde su espigada altura, negando con la cabeza. - No quiero las fotos para ponerles un marco y colgarlas en una pared. - Esta decía ser la conversación más larga en ¿cuanto tiempo? ¿Semanas? Meses, más bien. - Solo quiero que las borre. Yo no he venido a molestar a nadie... pero mira, tu amigo creo que ha asustado a esa tía gorda. - Contrajo su rostro en una mueca torcida que tal vez podía ser una sonrisa, al tiempo que con un gesto indicaba hacia la funcionaria. 

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07/05/2018, 11:51
Director

Sonya se fijó en el desconocido que se acercaba y pudo percibir matices pálidos y brillantes que parpadeaban abruptamente en su aura. Ensimismado hasta el punto de no darse cuenta de la presencia de la pareja, el hombre se paró delante de ellos al oír la voz de Sonya. Miró a los dos vampiros, sorprendido y suspicaz. La pregunta de la joven le pareció extraña, como si le hubiera preguntado si sabía de algún templo sij en la ciudad. ¿No es encantadora?, preguntó Modius y sonrió. El hombre se ajustó las gruesas gafas y miró al Príncipe sin saber qué decir. Solo un segundo bastó para que Modius dictara su orden: Acompáñala. El vampiro antiguo cogió la mano de Sonya y se la ofreció al caballero como si le hubiese pedido un turno de baile. Cerca del trío, en la misma acera, había un banco de metal oxidado que Modius señaló a la nueva pareja con los brazos extendidos, sin dejar de sonreír. Disfrutaba con la situación como un niño con una pelota. Se quedó parado y esperó a que se sentaran en el banco. Quería ver a la Tzimisce en acción.

- Tiradas (2)
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07/05/2018, 12:21
Rouse
Sólo para el director

Rouse bajó de su mercedes con calma, observando con detenimiento el lugar en el que se encontraba. Al ver que aquel hombre no tenia intención de hacer su trabajo se acercó al deposito, sacó la manguera correspondiente del surtidor y comenzó a llenar el deposito

-Desolado... parece que no hubiese salido aún del desierto.-Pensó.

Volvió su mirada al otro coche y trató de ver el modelo y la matricula, a ver a que estado pertenecía.
Luego, comprobó la tienda. El armario con armas le parecía extraño en una gasolinera.
-¿Serán para vender? Si fuesen propias las tendrían bajo el mostrador.

Por ultimo vio a aquel tipo rubio, tan sospechoso. Le dio la sensación de que estaba apunto de producirse un atraco o algo raro estaba pasando. Se encogió de hombros y esbozó una pequeña sonrisa.
Cuando hubo terminado de llenar el deposito dejó la manguera en su sitio, bloqueó el coche con la llave a distancia y de espaldas a la tienda y a cualquier posible cámara le quitó el seguro a la pistola. Hecho eso y con paso tranquilo se dirigió a la tienda a pagar el repostaje y a tratar de averiguar que sucedia alli.

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07/05/2018, 12:57
Director

Tommy se sentó en los cartones y dio unas palmadas sobre ellos para indicar a Dan que se sentara con él. Abrió la botella de cerveza y empezó a beber sin ofrecerle un trago al joven. En varias ocasiones, este se había negado a beber. Escuchó a Dan con una sonrisa casi permanente en su sucio rostro. Le gustaba hacerlo, le gustaba su compañía. Por el tono del muchacho, intuyó que estaba triste. En realidad, no recordaba haberlo visto tan triste nunca. Mientras el chico hablaba, pasó varias veces la palma de su mano por la espalda de su amigo para confortarlo. Tommy no entendía muchas de las cosas que Dan decía y, en ocasiones, su atención se centraba en otra cosa o, simplemente, se quedaba embobado, bebiendo y asintiendo. Un vehículo pesado pasó sobre el puente bajo el que se encontraban y fue entonces cuando Dan abrazó a Tommy. El mendigo se sintió muy feliz y derramó la cerveza restante por la espalda del muchacho. El vampiro mordió el cuello del indigente, que soltó la botella y se abandonó a un placer del que pocos ricos podían disfrutar. En los dos intensos segundos que duró el beso, Dan absorbió la sangre con sumo cuidado y la imagen de un niño parecido a Tommy, abrazado a una muchacha con marcas de golpes en la cara, apareció en su mente.

Notas de juego

Reserva de sangre actual: 6

Alcohol: El personaje pierde un dado de sus reservas de Destreza e Inteligencia. El efecto desaparece al ritmo de un dado por hora.

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07/05/2018, 14:18
Director

Al ver que Jacinthe apartaba el brazo de Maria de forma brusca, Francesco se encaminó hacia ellos al tiempo que volvía a hablar por el micrófono. En realidad, Maria no se mostraba inquieta por el desdén de Jacinthe; pero empezaba a cansarse de él y de sus maneras. En otra situación, habría encontrado interesante la apreciación del desconocido acerca de los horrores que nos rodean y cómo aprendemos a convivir con ellos. Incluso podría haber disertado con él sobre el valor artístico de la fealdad. En cambio, Jacinthe le pareció un hombre rudo y de poca utilidad. ¿En algún momento le he dicho que las fotos sean para usted?, preguntó manteniendo la compostura, como una estrella de cine ante la impertinencia de un admirador. Sujetó la cámara algo por debajo de su pecho. No pienso borrar las fotos, añadió y sonrió. Descarto más de las que guardo, dijo. En la calidad de los desechos de un artista se encuentra su nivel, continuó con una frase que había leído de un escritor. Bien, tengo cosas mucho más interesantes que hacer que discutir con usted, dijo con gesto exagerado para enfatizar ese interés mayor, de modo que, si no tiene nada más que decir, le deseo una feliz noche lejos de mí, concluyó y acentuó su sonrisa.