Partida Rol por web

Al salir de los barracones podeis observar que en la calle no existe demasiado ajetreo de gente, es demasiado temprano para la gran mayoria de ciudadanos de Fornost, veis algunos comerciantes abriendo y preparando sus tiendas para la nueva jornada, alguna ama de casa que con las manos en la cintura y golpeando con el pie el suelo, espera ansiosa que los tenderos y comerciantes empiecen a dar servicio. Ademas de algun que otro parroquiano de la taberna cercana que acompañado por un guardia se dirige a su casa.

Cerca de ahi veis lo que parece ser el almacen de suministros indicado por Ergulion, fuera del almacen un hombre rollizo con bastantes canas en su cabello intenta arreglar un cartel que cuelga de la pared del almacen.

Me acerco hasta el local de suministros y al hombre rollizo:

- Buenos días, buen señor. Nos envía Ergulion a pertrecharnos para una misión en el norte.

Mm... Ergulion...- dice mientras deja de lado el cartel qeu intentaba recolocar bien- Bueno pasemos a dentro y veamos que necesidades teneis, eso si, id con cuidado por donde vais dentro de la tienda, no quiero que tener que volver a apilar las cajas y arreglar las estanterias.

-A ver, necesitaríamos, evidentemente, provisiones suficientes para el tiempo que dure la misión, cuerda, que nunca se sabe, yesca y pedernal...mmmmm, también mantas para resguardarnos. Los enanos aguantamos bien, pero dudo que vosotros podáis estar a la intemperie sin problemas....¿me dejo algo?

- ¿Me gustaría ver que tipos de hierbas curativas hay para escoger las más válidas para nuestro viaje? Si tiene vendas para poder así cerrar heridas y buena ropa para hacer torniquetes. Una cantimplora para llevar agua, una mochila para llevar los vendajes y plantas curativas así como los enseres particulares. También necesitaré un arma cuerpo a cuerpo, una espada, un arma a distancia, un arco y proyectiles y una armadura de cuero.

Cuidoron siguio a los demas, observaba todo cuanto le rodeaba, curioso por las costumbres en la gran ciudad. El estaba acostumbrado al bosque, donde la paz y la tranquilidad envolvian los quehaceres del dia a dia. Alli no era asi. La gente tenia prisa. Prisa por abrir las tiendas y vender mas, prisa por comprar, prisa por ir de un lado a otro.

Alli delante estaba el grueso hombre que habria de pertrecharlos con aquello que necesitaran. Anorin enseguida se dirigio a el. El elfo dejo que hablaran los demas, poco tenia que decir. Le picaba la curiosidad sobre las cosas de las que podian disponer. No imaginaba qué necesitarian que no tubiesen ya. El estaba preparado, y poco mas que comida y agua necesitaba para los dias siguientes.

Entraron siguiendo al furrier. Sus canas guiaban al grupo mientras esquivaban trastos y mas trastos tirados por todos lados. Sacos de comida por aca, cuerdas por alla, cajones cerrados, otros abiertos, numerosas mantas, ropas varias... Aquello mas que un alamacen parecia un puesto del mercado despues de un dia de trabajo.

Se sorprendio cuando el enano comenzo a enumerar todo aquello que necesitarian. Cuidoron ya tenia algunas de esas cosas, le faltaba una manta quizas y por supuesto viveres. Sin embargo no abrio la boca, estaba ensimismado intentando buscar una logica para la ordenacion de los productos, - ¿Tal vez lo hace por orden alfabetico?, no, las manzanas estan junto a las lonas, y los sacos vacios junto a las cantimploras, esto no tiene sentido - pensaba para si. Solo salio de su asombro cuando Nathelmir menciono las hierbas. Esa si era una buena idea, hacerse con una buena cantidad de dosis utiles. - ¿Tendra este buen hombre?, tal vez deberiamos de ir a alguien mas sabio en esos temas, seguro que hay por aqui algun herborista o curandero... - seguia pensando para sus adentros sin articular palabra. Cuando Anorin comenzo a pedir arcos, espadas y armaduras, la cara del elfo cambio por completo, la incredulidad asomo en su rostro. Por su aspecto ese hombre parecia pacifico, mas versado en las artes magicas y la sabiduria que en la lucha cuerpo a cuerpo. - en fin, el sabra lo que hace - no quiso decir nada al respecto, aun no tenia suficiente confianza.

- Con un poco de comida me valdra, duradera a ser posible, quizas carne ahumada, embutidos, queso y frutos secos, para varios dias. - dijo timidamente, tampoco pedia tanto. Opto por no pedir la manta, era un peso que no ncesitaria llevar. Jamas habia enfermado por el frio, y no pensaba empezar ahora.

- Y si tiene algunas hierbas me gustaria echar un vistazo, pro si algo pudiera servirnos - añadio despues, parcia haberlo olvidad despues de pedir la comida.

Luego quedo en segundo plano, dejando que los demas se adelantasen, el no necesitaba nada mas.

-A ver, ante todo organización, creo que podríamos intentar ver que necesitamos como grupo expedicionario antes de que cada uno vaya pidiendo por su cuenta lo que necesita. Luego vendrán las peticiones personales, vamos, digo yo.

Miro al rudo enano que parece que nos está regañando por nuestra actitud:

- Perdón maese enano, no quería causar problemas, tenéis toda la razón. Primero en grupo y finalmente peticiones personales- me dirijo al Furier- Igual sería mejor que fuese enseñándonos las cosas y decidamos si nos pueden ser útiles o no para nuestra empresa en el norte, ¿Qué les parece?.

-Mmmmmm, también podemos primero evaluar que necesitamos y lo pedimos, y luego hacemos un repaso general de lo que tiene para ver que hay que nos pueda interesar o que se nos haya pasado por alto. -Miro al resto del grupo- Vosotros, ¿qué pensáis?

Miro un poco con cara de asombro al enano, creo que o dice lo mismo o reitera lo dicho:

- Raciones y cantimploras, cuerdas y equipo de escalada, mantas y pedernal, antorchas o linternas, sacos, petatos o mochilas, hierbas curativas y vendajes. ¿Algo más? Luego ya iremos a los establos a buscar animales para el viaje.

Bueno, bueno, aclararos que tengo aun que arreglar ese cartel de ahi fuera, ademas de atander a esas amables ancianitas que se empezaran acumular ahi fuera. Coged uno de esos sacos de ahi, y empezar a cargar lo que necesiteis, me pasais una lista de lo que habais cogido. Eso si no os quitare un ojo de encima-El furier empieza a mirar entre los cajones y saca un par de herramientas y se vuelve a dirigir a vosotros-Y si señor elfo, y maese enano, poseo una gran variedad de hierbas, como me llamo Maese Tobias, maestro forrajero de su majestad, ademas de un manitas sin igual, que poseo casi cualquier hierba que cure, alivie o relentice las hemorragias. Ahora si me disculpan

Hierbas: Arlan, Rewk, Garriig,jojojopo, Arkasu, Anserke, belan, Arfandas,  Bursthelas, Edram, Arpsusar, Ebur, Tarnas.

Nathelmir se adelanta con premura a clasificar las hierbas según su utilidad y su manera de ser preparadas, con mucha delicadeza las va metiendo en una bolsa destinada a la curación del grupo , junto con ropas limpias cortadas para vendajes y cataplasmas, y alguna que otro un poco más fuerte por si hay que practicar torniquetes, a los que añadirá unos cuantos troncos pequeños, y resistentes.

- Antes de partir repartiré aquellas hierbas que pueden sanar entre Cuidoron y alguno de vosotros por si nos dividimos o por si cayese yo en el combate.

Después de eso pide ayuda al elfo para ponerse la armadura de cuero que le han prestado:

- Por favor, señor Cuidoron sería tan amable de ayudarme a meterme dentro de esto- Se sonroja un poco al hablar directamente con el hermoso elfo.

Cuando acaba se ciñe una espada corta y un hacha, así como una honda y proyectiles para esta si los hubiese. El resto de cosas espera que sean los más fornidos como los enanos lo carguen, o los más entendidos en el arte de la escalada como Algiris o el mismo Cuidoron. Finalmente sale del establecimiento para tomar aire fresco y esperar al resto apra continuar esta aventura que le llevará a tierras lejanas, donde podrá conocer nuevos tipos de vegetación y plantas así como métodos para sobrevivir en el bosque alternativos a los que el ya conoce. Acaricia con cariño pero sin ser muy consciente de ello la cara del pastor de árboles de su vara.

 Cuidoron no se opuso a que fuese Nathelmir el que llevase las hierbas curativas, pero le sorprendio la premura con que se lanzo a por los remedios, casi parecia que fuese a salir corriendo con ellas.

- Bien, bien, me parece bien Anorin, divide y venceras - dijo divertido mientras veia como el animista, con todo el cuidado del mundo, repartia las hierbas. - Nos quedamos con todas, si no le importa al furrier, claro.

Despues Cuidoron guardo algunas cosas que el mismo llevaria. Una de las mantas de lana para el frio, un pequeño cazo para calentar agua y una mano de mortero, por si era necesario preparar alguna de las hierbas. Guardo todo en su mochila, donde tenia otras cosas, siempre estaba preparado. Entre esas cosas llevaba una cuerda de buena calidad que se sujetaba fuera de la mochila, bien enrollada. Tras guardar todo, Nathelmir le pidio ayuda.

- Claro, claro, ven aqui, hay mas sitio.- Cogio la armadura y ayudo a su compañero a colocarsela en un lugar donde los trastos del almacen no estorvbaban - para ser un "estudioso de la naturaleza y sus caminos, de los remedios naturales y la utilidad de la flora que nos envuelve" - dijo intentando poner el mismo tono de voz que el Edain uso en su presentacion, a modo de chanza. - mas os pareceis a un guerrero, armadura... espada... Tened cuidado, no caigais por el peso. - el elfo no veia la necesidad, para ese hombre, de pertrecharse de aquella manera.

Cuando terminaron, salio fuera, listo para el siguiente paso. Tenian que esperar al anochecer para partir al cobijo de la oscuridad.

- Necesitaremos caballos para poder avanzar mas deprisa - dijo cuando todos estubieron fuera, - vayamos a los establos, veamos que pueden ofrecernos.

Deja que sean los demás los que se hagan cargo del equipo, y se limita a observarles en silencio, con los brazos cruzados a la altura del pecho. Tiene su propio equipo y realmente poco más necesita, excepto tal vez algo de abrigo para las noches. Las hierbas son realmente útiles pero no es un experto en la materia. De hecho, le cuesta reconocer una hoja curativa de una ortiga.

Cuando han terminado de dejar al furriel sin existencias, mira hacia atrás intentando encontrar a su desaparecido compañero. Conoce bien a ese tipo de gente, de las que desaparecen sin dar explicaciones, y desde luego no le gustan. Nadie puede asegurarles que no desaparecerá de la misma forma en medio de un combate.

Cuando el grupo llega a los establos, encuentran al viejo explorador revisando uno de los caballos. Este tarda un momento en darse cuenta que han llegado sus compañeros, y en cuanto lo hace, dirige su atención a ellos.

Ah, por fin llegáis... espero que os hayáis pertrechado bien. Las noches pueden ser frías en las tierras salvajes.

Algiris acaba de atar una de las mantas enrolladas a las alforjas, y da el trabajo por terminado.

Por mi está todo preparado... elegid vuestras monturas, y hagámos una última visita a la taberna. 

Hace una pausa y observa al grupo. Los enanos parecen algo indecisos sobre cómo actuar.

Thorkin, necesitarás esta vez que alguien te lleve, o has aprendido a montar finalmente?

ALTO!! esperad, tengo que daros un encargo. Ergulion en persona me pidio que os diera este paquete, y que solo lo abrierais en caso de urgencia extrema, no se lo que contiene. Pero se puso muy pesado con lo de solo si es una "Urgencia" y que no lo abran hasta entonces.- El furier se acerca a vosotros y extiende un pequeño paquete que parece que envuelva un pequeño cofre.