Partida Rol por web

Del muchacho... -continuó Girad, enfrascado en sus pensamientos, como deduciendo cosas de las palabras de Yalla-. Me contrataste por eso... Te contrató la Nueva República para... ¡recuperar al joven! -dedujo asombrado el Trandoshano, como si en esos momentos algún tipo de puzle encajara perfectamente ya en su cabeza-.

Brec celebró que los demás quisieran recuperar fuerzas en las ruinas de ese templo. Realmente necesitaban de descanso y poder entrar en calor para soportar el extremo clima de esa zona.

- Pues no sé si tiene que ver con la Fuerza - dijo respondiendo al comentario de Iri - Pero será interesante visitar esas ruinas y ver la información que podemos sacar de ellas.

Mientras se instalaban para pasar la noche Yalla les contó lo de la baliza en su droide.

- ¿Joven? ¿ Qué joven? - preguntó con una contenida curiosidad mientras miraba por la estancia.

- Eso, ¿qué joven?. ¿Qué esta pasando realmente aquí?.-

La mente del Chadra era lo único que funcionaba todavía en él, seguía tirirando de frio, y la mano con la que había agarrado la bolsa de los créditos se negaba a abrirse a causa del frio. Seguramente necesitara tratamiento.

Procuro hacer una idea y volvió su rostro hacía sus contratantes, estaba claro que habían jugado sobre seguro contando lo mínimo para seguir adelante. Y Ra aprovecho para lanzar una teoría al aire.

- Puede ser el hijo de alguien de la nueva republica, que sea importante. Puede que los Aulladores amigos de Girad lo secuestraran para cazarlo, y puede que la republica tenga intención de rescatarlo. Pero como puede nadie sobrevivir en este dichoso entorno, y como pueden esperar que alguien conteste a una baliza, y venga hasta aquí arriba por su propia voluntad.-

Los que empezó como una disertación se convirtió en una serie de preguntas y el pequeño alíen empezó a hacerse una bola contra una pared, aquel sitio era menos hospitalaria en realidad de como lo había imaginado en su mente, y empezó a acusar el tan solo hablar.

—Sea quien sea, no es problema nuestro —intervino Iri, haciéndole gestos a Ra para que devolviera a ANKy la bolsa con los créditos. Déjale que se encargue ella, gesticulaba furiosamente—. Aunque no me importaría que la Nueva República fuera debidamente informada del excelente trabajo que hemos hecho aquí.

En el interior del templo hacía menos frío y parecía que Brec estaba ansiosa por investigarlo, a lo que el piloto no puso ninguna pega. Ahora sólo tenían que recuperar fuerzas y largarse.

—Chicos —mencionó, dirigiéndose a ANKy y Ellassar—. ¿Podríais encargaros de vigilar por si nos atacan? Tengo la sospecha de que hay bichos de esos con colmillos rondando.

Ningún problema Jefe, pero... una sospecha fundada en que evidencias? o te refieres que tienen una corazonada? no es lo mismo...dime picajoso si quieres, pero para mi el matiz es importante...

Bien, alguien debería lubricar a ANKy, sus circuitos no  van a mejorar por ponerse a la lumbre de una fogata...

Ellassar miro alrededor y buscó un lugar alto en la estructura. Un sitio donde poder encaramarse y dominar el plano donde se disponían a acampar unas horas. Un lugar donde pudiera hacer guardia y hacer uso de su arma.

Caso de encontrar lo que buscaba, montaría el culatín a su arma. No era algo rápido y prefería llevarlo recortado, lo que lo hacia más versátil, pero para una ocasión como esta...

Tengo hambre!!!

Avancé unos pasos para ver si aquellas ruinas podían servirnos de refugio o si por el contrario podría constituir una tumba helada - chicos, mejor aseguremos el perímetro antes de iniciar un debate - al parecer la historia del chico que había salvado Girad se correspondía con la baliza de a quién tenía que identificar Yalla y era nada menos que la República la interesada en el rescate - ¿algo en especial tenía ese muchacho, Girad? Porque me da la sensación de que lo busca más gente - seguramente quien nos atacó en el espacio era otro "cazador"

Me acerqué a Ra - con lo de comer no se juega - y poco menos que le quité los créditos de la mano, sólo faltaba que se le cayeran y los perdiera en la nieve. Mostré mi asentimiento a la idea de resguardecernos dentro de las ruinas para que los demás recuperasen el calor y me reparasen cualquier daño que hubiera sufrido en la travesía helada - tengo un par de circuitos afectados, sería bueno arreglarlos antes de mi turno de guardia.

- Girad, si quieres sacar al chico del planeta, tan sólo tendrías que pagar para que os llevemos a otro lugar - seguramente a la mañana siguiente emprendiéramos el viaje de vuelta, y valdría lo mismo hacerlo con dos más que solos, aunque más créditos ayudaban al entusiasmo - si lo encuentras claro.

- ¿Hace cuánto que no lo ves? ¿cómo era/es? - la baliza marcaba un lugar pero aún no sabemos si hay alguien aquí o si no hay supervivientes.

Ra se quedo mirando su mano, incrédulo. Estaba congelada, y la dichosa Droide se la había arrancado como quien quita una tirita. Si pudiera llorar sin que se le congelaran las lagrimas en los ojos lo hubiera echo. 

Pero en su lugar, lo que paso fue que se le agrio la cara. Y se puso de peor humor, escondiendo la diminuta mano bajo la ropa fría, con la vana esperanza de que recuperara la movilidad. 

- Pues mas te vale que venga tu padre a mirarte esos circuitos animal de tres cabezas, conmigo no cuentes.- 

Nadie sabía a que animal o a que padre hacia referencia, pero solía pasar que el Chadra Fan hablase de cosas típicas de su cultura, y que nadie mas conocía. 

Un muchacho capturado por mi pueblo para servir de presa en la cacería. Según mis hermanos del clan, se trataba de un niño jedi... No sabía hasta hacía poco en qué consistía ese término. Ahora... tampoco, en realidad. Sólo sé que esa gente posee poderes sobrenaturales -Girad miró entonces a su alrededor, a los muros y columnas del pequeño templo-. En este lugar, no hace mucho, logré capturarlo y apuntarle en el rostro... -explicaba Girad-. Sin embargo no pude disparar, la conciencia me traicionó, y entonces escupí a la tradición del clan. Tuve que matar Grok, es cazador con el que partí en la cacería, para evitar que informara al clan de mi decisión. Después... abandoné al muchacho en esas escaleras de afuera -el trandoshano se refería al basamento de un par de escaloncillos de piedra donde descansaba el templo donde estábais-. Tuve que dejar atrás mi pueblo y la propia tradición, y ocultarme en sitios recónditos de la Galaxia. Quienes nos atacaron en el espacio debieron ser los miembros del Aullido, a no ser que vosotros tengáis vuestros propios enemigos... -comentó finalmente respondiendo a ANKy-.

Girad, si quieres sacar al chico del planeta, tan sólo tendrías que pagar para que os llevemos a otro lugar 

No hará falta buscar nada... -habló ahora Yalla-. La baliza del astromecánico, según mi contratista, adscrito a la República, se activaría en esta localización de este planeta. Parece que así lo indica R2-M3. Seguramente, en unas horas alguien vendrá a este lugar y desplegará un dispositivo de búsqueda, y todos habremos acabado. Sólo tenemos que esperar, y desear que ninguno de esos felinos de antes se les ocurra acercarse.

Ra Fandu se hizo una bola, y empezó a domirtar. Lo estaba pasando realmente mal. Y solo esperaba que las horas de noche pasaran lo antes posible.

Contra su instinto, el lugar no tenia habitaciones o salas mas pequeñas donde resguardarse. Solo aquella sala, excesivamente grande, y por donde la corriente halada campaba a sus anchas.

La próxima vez se escondería en una de las toberas de los cañones hasta que se marcharan.

Brec, por qué no intentas averiguar con tus truquitos, si hay alguien escondido por aquí cerca? Si realmente ese crío era un joven jedi, debería poder localizarnos como haces tu no?

Bueno descansad, cuando no pueda más, despertaré a alguien para que me sustituya.

Juntaros e imitad a esa rata peluda, e ir intercambiando la zona. Uno dentro y el resto por fuera y vais cambiando... Eso os ará mantener el calor.

Brec dejó de mirar en el Templo al oír que el niño de que hablaban se trataba de un jedi.

- ¿Un niño jedi? ¿Aquí en este planeta? - dijo sorprendida - Y el pobre estará perdido en este páramo helado, pasando frío y a merced de esos depredadores. ¡Deberíamos ir a por él!

Cita:

Brec meditó en silencio. Si había otra persona sensible a la Fuerza, y en teoría en un radio más o menos cerca de su posición, debería poder notar su presencia. Se acercó a la entrada de la cueva, se sentó sobre sus rodillas, despejó su mente y se concentró todo lo que pudo en la Fuerza.

Ellassar parecía que haría el primer turno, por si se dormía decidí acompañarlo en la guardia - te acompaño, voy a mirar por ahí detrás - era demasiado espacio para vigilar uno sólo, mientras él se dedica a vigilar la parte delantera, me encargo de la trasera. 

- Si por aquí debiera de haber alguien viviendo, en la nieve debería de haber huellas - investigo a ver si encuentro alguna huella o rastro del chico o de cualquier otra criatura.

ANKy, no te alejes buscando huellas. Las nevadas son copiosas y pudieran haber borrado todo rastro de pisadas. Por otro lado si el crio es inteligente, y no quiere que le encuentren los "cazadores", borraríá sus rastros. 

No digo que no vayas a mirar, pero ten cuidado!!!

Ellassar había escogido una pequeña repisilla para estar un poco elevado y tener mejor visibilidad, aun así cubrirlo todo era complicado, más si alguien se salía de la zona...

Brec logró hacerse una con la Fuerza, puso todos sus sentidos en lograr una comunión perfecta con su gran y poderosa aliada. Buscaba al chico, a través de cualquier perturbación que notara.

- ¡Sí, tranquilo! - igual el cornudo se pensaba que iba a mirar todos los valles y los desfiladeros pero no era esa mi idea sino mirar por detrás de las ruinas por si había algún chamizo o refugio improvisado, así como huellas. Pues era difícil que de habitar aquí y pretendiendo pasar desapercibido, estuviera a la vista de todos.

Pero aún con todas, por más que miré no encontraba otra cosa que fuera nieve.

Iri había repartido instrucciones y no dudaba que el personal de seguridad de la nave no tendría problemas en mantener el fuerte protegido. Fuerte, por llamarlo de alguna forma. Se había tumbado junto a Ra intentando que alguna de esas columnas le protegiera del frío, pero siempre manteniendo el arma a mano. No le importaban esas historias de jedais y niños perdidos, ellos habían ido hasta allí cumpliendo un trabajo y en cuanto la tormenta escampara, se largarían.

—A ver, no me malinterpretes, Girad. Te honra eso de revolverte contra la tradiciones de tu pueblo para salvar la vida a un chaval. Pero por lo que sé de los brujos del espacio, el muchacho perfectamente podría haber jugado con tu mente —comentó al trandoshano, haciendo un evidente gesto con la mano—. ¿Y hace cuánto me dijiste que pasó eso? Porque un niño perdido en este sitio...

Todos estaban convencidos de que seguía vivo. Pero o era una criatura todopoderosa que era capaz de defenderse del clima helado y las fieras salvajes, o tenía toda la suerte del universo. O estamos perdiendo el tiempo y el chaval terminó hace tiempo en la barriga de uno de esos gatos azules.

Ra se hizo a un lado, se encogió sobre sí, tratando de ocupar lo menos posible, y luego trató de relajarse para quedar dormido. El frío no ayudaba, pero tener aquel techo de piedra, pese a la inexistencia de paredes (tan sólo había columnas en derredor), no ayudaba a ello.

Ellassar propuso entonces a Brec tratar de utilizar sus poderes de la Fuerza para hacer algo más que mover objetos. Aquellas proezas podían tener muchas aplicaciones. Por ello, la mujer se concentró en mitad de la ventisca que hacía fuera, y trató de buscar un receptor con su mente. Mientras tanto ANKy salió por la parte de atrás del templo, pero no se expuso a la nieve que aún caía, sino que trataba de vislumbrar pistas o algún tipo de refugio donde tal vez alguien pudiera resguardarse. Allí atrás no había nada, ni tan siquiera huellas que poder seguir (la ventisca borraba cualquier pisada pasados unos minutos...).

Afuera definitivamente caer la noche.

Una vez tumbado junto a Ra, iri reflexionó en las palabras y confesión de Girad. El pandorano parecía no creer que así fuera, o al menos dudar de ellas. Sin embargo, el trandoshano no se hubiera arriesgado a viajar allí por algo tan incongruente. El caso es que Girad le comentó que aquello había ocurrido hace algo más de un mes, casi dos, según la medida de tiempo estándar.

* * *

Pasaron un par de horas, y la nieve no amainaba. Parecía que en en aquella época Sharpalis era un cubículo helado y nada más, sin ninguna otra posibilidad de mejora. Tal vez quedaba esperar a que el nuevo día os diera posibilidad de regreso a la Última Galgari cuanto antes...

Girad y ANKy permanecieron juntos junto a una columna, tratando de ahorrar fuerzas y energía (respectivamente), mientras que R2-M3 había entrado en un plan de ahorro energético previamente (tan sólo tenía activada la baliza de la Nueva República, según había comentada Yalla). Iri seguía tumbado, y Ra seguía durmiendo enroscado en sí mismo, a su lado. Yalla parecía no poder dormir, tal vez por estar acostumbrada a lugares más cálidos, y durante toda la guardia de Ellassar estuvo algo apartada, entre dos columnas de una de las esquinas del templo.

Sin embargo, antes de que Ellassar terminara su guardia, oísteis un estruendo fuera de lo normal. El viento silbaba en la ventisca con demasiados tonos y timbres, pero aquel estruendo era algo diferente... parecían ruido de motores, ruido de repulsores... o algo parecido. Algo aterrizó entonces delante del templo...

¡Byyyyyyy....!

¡Clak! ¡Clak!

¡Clak! ¡Clak!

Unos pasos metálicos comenzaron a escucharse. Despertaron a Ra, quien había cogido desde el comienzo de la guardia el sueño profundo. Enseguida os pusísteis alerta y algo emergió de entre la ventisca, justo delante del templo (en el exterior). Un droide de aspecto imponente y oscuro apareció allí delante, un bláster pesado en una de sus manos. Entonces comenzó a disparar a diestro y siniestros, justo desde el exterior del templo al interior, a través de las columnas (donde estábais todos vosotros).

Ra se revolvió en para levantar la cabeza y mirar de donde procedía el ruido.

- Oh, oh.-

Dijo al tiempo que empezaba a desempacar el tubo de su espalda. Rara vez tenia que usarlo, y rara vez, era justo aquella vez. Las pisadas confirmaron sus sospechas, y luego la figura que se percibía le dejo claro que era un cuatro latas.

- Anky. No te metas en la linea de disparo.-

Dijo a viva voz, al tiempo que echaba a andar lentamente para coger una buena posición de disparo. Para bien o para mal, normalmente no tenia que agacharse para esquivar los disparos, solían ir todos por encima de su cabeza. Aunque siempre le preocupaba que bajaran el disparó y se la lastimaran, era una bonita cabeza, y quería conservarla todo lo posible.

Con una mueca de molestia por el aire frio, apunto directamente a bulto, a donde estaba su enemigo.

- Vamos Dorothea, no me falles ahora.- dijo al tiempo que apretaba el disparador.