Partida Rol por web

PRAAN

IMON

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01/05/2015, 23:59
Director

El bofetón tumba al hombre como si fuese un espantapájaros mal clavado al suelo. En cuanto cae comienza a gimotear y a hablar para si mismo entre sollozos.

- Noooooo... la luz es la vida... no lo entiendes...

Te ves obligado a cerrar casi del todo los ojos cuando te acercas aún mas a la luz. No genera calor, parece que el foco de luz está lejos.
Con cuidado balanceas la cuerda hasta hacer pasar el extremo por el centro del haz. Acto seguido levantas la punta para comprobar los efectos causados por el contacto con la energía.
Ante tus ojos la cuerda se repara y los pequeños hilos sobrantes del corte se unen al resto del cuerpo formando un final perfecto. Al mismo tiempo las fibras parecen afearse ligeramente, cuando comparas la punta con el resto de la cuerda te percatas de que no parecen pertenecer a la misma soga. La punta está reparada de su daño pero deteriorada por un paso del tiempo que el resto de la cuerda no parece haber sufrido.

Repites el proceso mientras el minero te observa desde el suelo, sus ojos parecen los de un animal asustado, su boca entreabierta se asemeja a las almenas de un castillo debido a la falta de dientes.
Seccionas la punta de la cuerda convirtiendo el extremo en dos y vuelves a columpiar esa parte bífida por la luz. Rápidamente se vuelve a unir como si nunca lo hubieses dañado pero la textura se deteriora nuevamente, obtiene un aspecto avejentado y en algunas partes incluso parece comenzar a pudrirse.

La voz del minero interrumpe tu concentración.

- La luz te da vida... pero también te la quita...

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04/05/2015, 00:24
Imon de Langralle

Imon se vuelve hacia el minero, con cara de extrema concentración. -Saldremos de aquí. 

Antes de tomar una decisión acerca de si debe hacer alguna otra cosa con la luz o no, decide explorar más la cueva. Primero busca el origen del haz, y luego, se aleja de la fuente de luz con la lámpara en la mano, en busca de algo extraño en las paredes. 

Si no, ¿qué debe hacer? ¿Quizás introducirse en el haz hasta morir de viejo o de loco?

Varios pensamientos crueles le pasan por la cabeza. Implican tirar al minero hasta la luz, a ver lo que ocurre. Pero los desecha rápidamente, asqueado y decepcionado consigo mismo. También se le ocurre que podría tratar de reflejar el haz hacia las paredes, quizás usando su arma.

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05/05/2015, 19:53
Director

Las opciones son casi inexistentes. Tras una exploración exhaustiva de la cueva llegas a la conclusión de que lo único que no es pura piedra dentro de esa bóveda son el haz de luz y las dos personas atrapadas dentro.
Y el aire para respirar, debe provenir de algún lugar. ¿O en este lugar no hace falta respirar?

La luz proviene de algún punto por debajo del suelo, lo que se filtra parece ser una parte muy pequeña de un todo. Bien por desgaste, erosión o simple capricho de la naturaleza un agujero en el suelo provoca esa filtración de energía.
Permaneces frente al haz, meditando opciones, cuando de repente oyes un ruido a tu espalda. Tras comprobar que el viejo sigue tirado en el suelo te giras y levantas tu arma. Ante ti se aproxima lentamente una figura, alta y delgada, avanza hacia ti con movimientos suaves y elegantes.
Se detiene bruscamente al verte, casi al mismo tiempo ambos levantáis la lampara que portáis para iluminaros mutuamente.

Ante tus ojos está una imagen exacta de ti, no sabes si es una alucinación, un reflejo o uno de esos Copiaformas de las leyendas. Lo único cierto es que hay una persona con tu mismo rostro, cuerpo y ropas que mantiene seguramente la misma expresión atónita que tu.
Lentamente alza su espada, similar a la tuya, hasta que ambos filos se tocan. La sorpresa es doble al comprobar que no está en tu cabeza, si no que los dos estáis ahí.

El viejo no deja de mirar alternativamente a uno y otro, seguramente achaca todo a su propia locura, pero está claro que él también ve lo mismo que tu.
Tu otro yo, que ha bajado su espada, mira a la luz y al minero. De repente vuelve a ponerse en guardia al ver algo a tu espalda, instintivamente te giras y ves otra figura en la oscuridad. La penumbra del haz te permite distinguir una figura enorme, de casi tres metros. Sea lo que sea viste una armadura repleta de pinchos y sobre su hombro descansa un hacha cuya hoja difícilmente pasaría por una puerta.
Sin mas dilación el gigante toma la iniciativa y levanta su hacha, preparándose para atracarte de inmediato.

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12/05/2015, 23:52
Imon de Langralle

-¡Nada de esto es real! Imon se agacha y arroja la lámpara hacia el gigante, con la esperanza de ganar unos segundos o al menos ver algo más. -¡Es una ilusión!

-¿PERO QUÉ ES ESTA LOCURA? Su corazón late como un caballo al galope y nota un sabor amargo en la boca. No tiene tiempo para pensar o evaluar la situación, porque si no se daría cuenta de que siempre ha deseado presenciar algo así. en vez de eso se pone a actuar como primero se le ocurre. Allí, junto a aquel haz extraño. De espaldas a su otro yo y al lado de un minero demente que ha intentado matarle. ¡Oh! Tiene que salir de allí, aunque solo sea para ver el amanecer un día más, con todos esos secretos. Y los labios de Zaera... 

Así que se decide, en cuestión de un par de respiraciones, a plantarle cara a aquella cosa. Sea un gigante o una pesadilla venida de otro mundo. Da unas cuantas zancadas para alejarse de la trayectoria del gigante, para obligarle a hacerle frente a él y exponer su costado a... bueno, al otro Imon.

-¿Pero qué otro Imon ni qué gato muerto? Se prepara para moverse rápido y ligero, para flexionar las piernas y moverse en la zona más próxima al suelo y así evitar los golpes del gigante. Quizás pueda enredar por sus piernas y pinchar a la criatura en sitios vitales. Las piernas están al alcance. 

Se le ocurre preguntarle a su otro yo el nombre de su padre. O con quién se acostó hace un par de días. Pero está demasiado ocupado en no morir aplastado.

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14/05/2015, 11:54
Director

El minero se limita a retroceder asustado por el aumento repentino de población en la cueva.
La lampara se rompe sobre el gigante envolviéndolo en fuego, si bien es su armadura la que arde su reacción indica que se está quemando. Mientras te colocas el gigante gira sobre si mismo para encararte, tu clon avanza también y se sitúa en la espalda del acorazado enemigo.

Si bien el gigante es lento, o eso parece, su alcance es amplio y puede que solo necesite un impacto para partirte en dos.
Su hacha hace una pasada que te obliga a saltar hacia atrás, por suerte la zona es amplia y es muy difícil que te acorrale.

El gigante, no sabes si por habilidad o casualidad, interpone la enorme hoja de su hacha a modo de barrera para que no te puedas acercar. Giras en busca de un hueco por donde atacar pero si mantienes la distancia no lo puedes hacer con la suficiente rapidez.
De repente algo daña al gigante, un gruñido hace que golpee a ciegas hacia su espalda. Tu clon, el otro Imon, le ha asestado un golpe por detrás de la rodilla.
Es exactamente lo que tú hubieras hecho, herir sus piernas para restarle movilidad.
Entonces una puerta se abre dentro de tu cabeza, la verdad se materializa en tu cerebro y toda la oscuridad sobre tu clon desaparece. De pronto descubres que tienes poder sobre él, que puedes darle ordenes e incluso controlar la forma de cumplir tus deseos. Casi como si estuvieses en dos lugares a la vez, haciendo dos cosas al mismo tiempo y percibiendo el mundo desde dos puntos distintos.

No ha atado así por casualidad, lo ha hecho porque tu has querido.
Tu razonamiento se ve interrumpido por otro ataque del gigante, lo esquivas con facilidad mientras replanteas tu estrategia basándote en tu repentina superioridad numérica y estratégica.

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25/05/2015, 18:21
Imon de Langralle

Como la pequeña llama de una vela, cimbreando con suavidad frente a un espejo y de repente sacudida por una ráfaga de aire, Imon esquiva el último ataque del gigante. El resplandor anaranjado y furioso que devora la armadura de la criatura ilumina la cara del agente, decidida y contraída. Y arranca destellos pálidos de su cabello blanco, convertido en un estandarte agitado por un borracho.

Parece que está al otro lado del espejo, en un mundo paralelo donde los enemigos adoptan la forma de las pesadillas. Donde se puede derrotar a las sombras a golpe de espada y con ayuda de la magia. Donde se coronan montañas en las que al otro lado se esconde la pasión y el amor correspondido. ¿Por qué no puede ser así? ¿Por qué no obviar el surtidor de luz y el portal, y toda la distancia que le separa de la realidad?

Se imagina la escena, como si un escritor la estuviera deshilachando sobre un papel. En aquel instante de la función, él se aleja un par de pasos para evitar el próximo ataque. Y él se acerca otro par de pasos, a la espalda de la criatura, para lanzar un tajo rápido tras la otra rodilla. Cuando el gigante se gire para hacer frente a Imon, él volverá a ganar su espalda, para seguir castigando las piernas de la criatura y hacerle caer. Hasta que se mueva tan despacio que pueda perforar su columna de una certera puñalada. O bien dejar que las llamas le devoren.

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26/05/2015, 11:23
Director

Mediante una perfecta coordinación entre tú y tu otro tú lográis derribar al gigante. La ejecución final es sencilla, como si fueses un verdugo dejas caer tu espada contra él. En el momento en el que la espada se clava la oscuridad lo envuelve todo, el cansancio desaparece y tus oídos parecen apagarse poco a poco.

Una voz lejana comienza a aumentar intensidad hasta sonar a escasos metros sobre ti. Se trata de Zaera, el eco resuena en la roca.

- ¿Puedes oírme? ¿Que ves?

Comienzas a ser consciente de tu nueva situación, tus ojos se acostumbran a la luz de la lampara que hace unos instantes habías lanzado contra el gigante.
Te encuentras a pocos metros por debajo del agujero de la galería, como ya habías hecho antes has tocado suelo y te giras para informar de tu descubrimiento. Esta vez la cuerda no se ha cortado, asciende hasta la entrada desde donde la maga te habla.

Levantas la lampara y ves que te encuentras en una pequeña sala excavada en la roca. En una esquina hay un viejo cofre cerrado, carece de cerradura y no hay forma de hacer palanca o forzarlo.
De repente escuchas un gemido a tu espalda, te giras e instintivamente levantas el arma. Ante ti, tirado en el suelo, ves a un minero herido. Su pierna está rota, a medida que te acercas la luz ilumina su cuerpo y su cara. Cuando ves su rostro descubres al viejo que protegía el haz de luz, pero cuarenta años mas joven.
No parece reconocerte, simplemente pide ayuda con las escasas fuerzas que le quedan.

No ves nada mas en el diminuto agujero, un minero herido, un tesoro oculto y una misteriosa experiencia de cuya existencia dudas.

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27/05/2015, 02:56
Imon de Langralle

-¡Pardiez! ¿Que qué veo...? Imon se pellizca el brazo con los dedos y luego se frota la cara, como si estuviera recién levantado. Luego agita la lámpara en varias direcciones para explorar la cavidad, y en el camino proyecta sombras traviesas.

-¡Qué no he visto JA JA JA! ¡Increíble! Se ríe como un maníaco recién liberado del encierro, y casi brinca por un momento, pero enseguida repara en el hombre herido y se acerca a él en un par de largos pasos. 

-¡Por Tyr bendito! Se agacha al lado del hombre, y nota cómo se le hiela la sangre al reconocer la cara del viejo. -De alguna forma, está ahí dentro. ¡Ahí dentro! Entonces, se vuelve, sobresaltado y con cara de pasmo. Porque por un momento notó una presencia... Una presencia muy familiar a su espalda.

Pero no hay tiempo para monsergas. -¡Hay un hombre herido! ¡Necesitaré que me ayudéis a subirlo!

Se vuelve despacio. Casi oye una voz que le susurra. -Un momento, ¿qué es eso? Se levanta y se acerca hasta el cofre. Quiere abrirlo, quiere cogerlo. Quiere sus secretos. 

Sus ojos brillan.

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30/05/2015, 23:53
Director

Los mineros, temerosos de entrar ahí, se limitan a lanzar cuerdas y un trozo de madera por el agujero. Logras hacer una especie de columpio para subir al herido y tras un rato mas largo de lo deseado te quedas a solas con el cofre.

La caja, de madera y metal, parece tener una función muy distinta a los cofres habituales. En lugar de estar creado para albergar objetos y facilitar su almacenamiento la caja da la impresión de estar diseñada para no permitir el acceso a su contenido.
No ves bisagras, ni cerraduras, ni siquiera partes móviles o botones mecánicos. Es una caja con una decoración peculiar y reforzada sutilmente con un buen acero.
No tienes ni idea, ni siquiera te lo imaginas, como ha llegado hasta allí. De no haber construido la mina esa caja estaría en mitad de la montaña, con cientos de metros de tierra en cualquier dirección.
Con cuidado intentas moverla, pese al metal es liviana y nada suena en su interior. Sus dimensiones, un par de palmos de lado en un cubo perfecto, ayudan a transportarla con facilidad.

Ensimismado en el análisis de la caja la voz de la maga te indica que llevas mas tiempo allí del que crees.

- El hombre se pondrá bien. ¿Has encontrado algo más? Espero que no hayamos venido hasta aquí por la superstición de unos mineros.

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01/06/2015, 00:16
Imon de Langralle

Imon desliza sus manos por la caja, fascinado y ensimismado. Solo la magia puede haber fabricado la caja, solo la magia puede explicar lo que ha pasado apenas hace unos momentos. Pero, ¿ha ocurrido en realidad? Porque allí no hay rastro del otro Imon, ni de ese surtidor de luz ni, desde luego, de ese gigante ni de su hacha.

Algo en su interior sabe, lo sabe muy bien, que debería dejar esa caja enterrada. ¡Pero nada ocurre por casualidad! Si algo le caracteriza a él, Imon de Langralle, es su curiosidad. ¿Quién es él para oponerse al destino? ¿Qué otra cosa puede hacer si no es tratar de averiguar quién o qué puso aquella caja ahí? ¿Por qué ha ocurrido todo eso apenas unos momentos antes?

Deja la caja en su sitio y después se acerca hasta el agujero y grita. -¡Ayudadme a subir!

Ya que ha llegado hasta ahí, cree que no tiene más remedio que contarle a la maga lo que ha ocurrido. Lo contrario sería no entenderlo jamás. Quiere saber y compartir todo aquello, pero no está seguro de que no será peligroso para Zaera bajar hasta aquel lugar. De todas formas, nadie se va a atrever a entrar y la caja no se va a mover.

Así que sube, aleja a la maga del resto y le susurra lo ocurrido. Sus primeras palabras, acarician con calor y humedad la oreja de Zaera.

-Tus labios serán maravillosos cuando me desvelen los secretos que me prometiste. Se aleja un poco, y con una sonrisa de medio lado, comienza su relato. -He encontrado una caja de metal que no tiene cerraduras ni bisagras. El minero estaba tumbado a su lado, con la cabeza en otro lugar. 

Traga saliva, de repente angustiado y fascinado. -Yo estuve en ese lugar y pude verle. Era muchos años mayor, y languidecía junto a un surtidor de luz. Estábamos encerrados en un enorme hueco excavado en la roca, y una grieta dejaba pasar aquella luz poderosísima. Pude... pude tocarla con el extremo roto de mi cuerda. -Al hacerlo sostiene ante sí el cabo, intacto en este lugar. -Y la cuerda se volvió a componer a la vez que envejecía. 

Sonríe, pero sus ojos están enrojecidos. -Fue increíble, Zaera. Luego, luego surgió esa criatura. Medía por lo menos tres metros y tenía un hacha capaz de partir un árbol de un solo golpe. -Una lágrima solitaria y tímida se agolpa en su ojo izquierdo, a punto de caer. -Y entonces...

-Me ví. Delante de mí, tal como te veo ahora, estaba yo. Y... y de alguna forma pude, me las arreglé para matar al gigante. Y de repente aparecí en el agujero de la mina. Y estaba junto al minero y junto al cofre.

La lágrima cae, reflejando una copia idéntica e invertida de Imon y de Zaera. A medida que la pequeña esfera desciende, la lente de agua deforma el instante, hasta quedar convertida en un minúsculo corazón de barro y polvo. 

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01/06/2015, 20:25
Director

Zaera clava sus mirada en tus ojos, atenta a escuchar aquello que parece haberte alterado.

- Los Antiguos tienen formas muy peculiares de enviar mensajes.

Mientras la maga se gira para comprobar que vuestra conversación sigue siendo privada tú rememoras todo lo que sabes sobre los Antiguos.
Antes de esta era, antes de que las leyes y normas actuales, existían unos seres de un poder sumamente elevado. Eran casi dioses y algunos se comportaban como tales. Los hombres y mujeres de aquella época terminaron por rebelarse y derrotar a los Antiguos en nombre de lo que ellos consideraban dioses verdaderos.
Todo aquello extraordinario que existe en el mundo se achaca a la obra de los Antiguos, las bestias mas poderosas, los encantamientos superiores o las marcas; todo lo que no puede ser producto del hombre pertenece al legado de los Antiguos.
Otros simplemente descartan su existencia y lo justifican todo como una treta de los magos para ser los únicos autorizados a controlar la magia. La posición de Tribunal es la oficial, los Antiguos dominaron el mundo hasta que el alzamiento del hombre terminó con su tiranía.
Los Siervos de la Luz incluso creen que existen Antiguos supervivientes escondidos entre los humanos, lo cual también está considerado por algunos como una forma de justificar la eliminación de cualquiera de sus enemigos.

Zaera vuelve a hablar, es entonces cuando sales de tus pensamientos para regresar junto a su agradable presencia.

- No serias el primero en resultar intoxicado por el aire contaminado de un templo sellado. Tampoco es el primer hallazgo de este tipo que encuentro ni la única historia sobre alucinaciones que vive el primero en entrar. Sin embargo hay algo común en este tipo de vivencias, la ilusión vivida suele ser reveladora. Enseña algo del pasado o del presente y desvela información que la persona no puede obtener por si misma.

La maga se detiene al ver que su explicación es casi mas criptica que tu propia visión. Extiende el brazo y agarra tu muñeca con delicadeza, consciente de tu actual estado.

- Puede que tengas un hermano gemelo que no conozcas o algún miedo a los gigantes. Aparte del temor a envejecer, supongo. No le des mas importancia de la que merece, centrémonos en la caja.

Veis como se acerca el capataz de la mina, tras él sus dos inseparables guardaespaldas. Zaera tira de tu mano para que la sigas y después te suelta para caminar junto a ti hacia el agujero.

- ¿Crees que puedes subir la caja? Algo físico puede ser mas revelador que cualquier visión. Intentaré que Jánov no se interese en ella, aunque conozco como actúan en estos casos. Derrumbarán este pasillo y nunca mas se acercarán a esta zona. ¿Alguna idea de como sacar la caja de aquí sin que nos lo impidan?

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03/06/2015, 01:02
Imon de Langralle

Imon cruza sus brazos y escucha pacientemente, a pesar de lo alterado que se siente. Cuando llega a la explicación de Zaera, levanta ambas cejas y sacude la cabeza. -No puede ser. Si fue una alucinación, ¿cómo es que vi al minero muchos años más viejo?

Vuelven hacia el agujero, e Imon se sume en sus pensamientos. -¿Realmente le vi? Era un viejo ahí dentro, y luego, bueno, luego le vi en la cueva, tirado. ¿Podría ser que le hubiera visto tirado y que luego hubiera imaginado todo eso?

A medida que se acerca al agujero, frunce el ceño y comienza a frotarse el mentón. -¿Y si Zaera me estuviera ocultando algo?

Se detiene al agujero y mira a Zaera a los ojos, repentinamente interesado por saber de qué color son. -Sí, diles que hay que sellar el agujero con un... con un... bueno, con un sello mágico. Y que será peligroso. Así conseguiremos que se alejen... 

Sonríe con los labios al tal Jánov, que parece dirigirse hacia ellos. -Luego, podemos fingir que alguien se ha desmayado y sacarle en una camilla, cubierto con una manta o cualquier cosa para sacar esa caja. Pero es un cubo de dos palmos, así que no será fácil.

Cuando Jánov está lo suficientemente cerca, le pregunta con voz clara. -¿Qué tal está el minero?

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03/06/2015, 19:22
Director

Los ojos verdes de Zaera se entornan ligeramente cuando escucha que no será fácil llevarse el cubo.

- Intentaré asustarlos, ya sabes, supersticiones.

El capataz se detiene frente a la maga con las manos unidas a la espalda. Arquea una ceja cuando ve el agujero en la roca y la pared de lo que pudiera ser un antiguo templo.
Por su forma de observarlo parece que aún no había estado cerca de allí.

- Ese pobre hombre tuvo una caída y un golpe importantes, pero se pondrá bien. Lo hemos enviado a las hábiles manos de nuestros sanadores, pronto volverá a trabajar.

Oscila su tronco buscando nuevos ángulos para otear a través del boquete, sin embargo es imposible que vea nada en esa total oscuridad.

- No quiero mas heridos, ni mas mineros temerosos de acercarse a este lugar. Si hay algo ahí abajo no es precisamente mineral, así que abriremos galerías en otras direcciones. Soterraremos este agujero, lamento que tras un viaje tan largo se hayan limitado a rescatar a unos de mis hombres. Comprendanme, han salvado una vida, pero suponía que la amenaza sería mucho mayor que un simple desnivel. Porque es lo único que hay ahí, ¿cierto?

Zaera te dedica una mirada cómplice, parece que no hace infundir miedo para que su interés por el agujero desaparezca.

- Pese al accidente podemos asegurar que se trata solo de un agujero. Mal situado, pobremente iluminado y con un aire tan sucio que es una suerte que ese pobre minero no se haya asfixiado o intoxicado. Como bien ha dicho seguir explotando esta zona solo traería nuevos accidentes, al menos esta vez podemos agradecer que solo haya un herido.

Jánov sonríe y su cara se torna el rictus de una hiena. En un acto reflejo sus dos esbirros también sonríen, aunque no parecen saber exactamente la razón.

- Bien, bien. Pueden abandonar la mina cuando deseen, no quiero parecer poco hospitalario pero la cuadrilla que colapsará esta galería ya esta preparada.

La sutil invitación del capataz es aceptada por la maga, aunque no sin antes asegurarse de que terminas tu tarea.

- En seguida nos marcharemos, permita que mi gentil acompañante recupere un objeto que ha perdido en su primer descenso. Se trata de una sortija, es para su esposa y supongo que ya sabe como nos tomamos las mujeres que un hombre no cumpla sus promesas.

El capataz hace ademan con la mano mientras comienza a alejarse.

- Coja su sortija antes de que sea cubierta por toneladas de tierra y piedra. Pero por favor, recuerden que mis hombres están esperando y en este negocio el tiempo es oro.

Los tres hombres ríen al unisono mientras se marchan. Zaera borra su falsa sonrisa en cuanto se gira hacía ti.

- Recupera la caja, se me ha ocurrido algo. Átala bien a estas cuerdas y tiraremos, si es lo que creo que es no debería pesar mucho.

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14/06/2015, 19:25
Imon de Langralle

Imon asiente y se dirige a los aprendices. -Dadme una cuerda.

Se acerca al agujero y se prepara para descender, atado a su propia cuerda. Aquello no ha sido una alucinación, aquel peligro que sintió rondarle en forma de hacha y de locura eran bien reales. Zaera es una mujer, y por tanto, traicionera. Además es maga y oculta quién sabe cuántos secretos. Su forma de sonreírle al capataz, y de tejer mentiras con tanta naturalidad demuestran que lo ha estado haciendo siempre. Mujer y maga.

¿Y si le estuviera mintiendo a él? ¿Y si quisiera dejarle atrapado en ese agujero? Podría estar intentando utilizarle para recuperar esa caja.

O también podría ser que se esté portando como un neurótico. Así que baja, dando pequeños saltitos. 

Ata la caja y les grita para subirla. Al mismo tiempo tiene buen cuidado de empezar su ascenso, no vaya a ser que alguien decida dejarle enterrado bajo la roca.

Lo próximo es saber qué piensa Zaera que hay en esa caja.

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15/06/2015, 19:37
Director

La cuerda se tensa y comienza a tirar de ti. El ascenso te tranquiliza, en tu cabeza se van sucediendo innumerables escenarios a medida que te aproximas a la salida. Algunos malos y otros peores, cuando agarras la mano de uno de los aprendices y te ayudan a salir muchos malos presagios se desvanecen como malos sueños.

En la esquina del túnel se encuentra la joven maga, sirviendo de distracción y a la vez de vigía. Los otros magos son quienes te han sacado del agujero mientras su maestra espera atenta tu aparición.
Zaera sonríe al ver la caja, se acerca a ti y abre una enorme mochila de viaje para que guardes allí el misterioso tesoro.
En ningún momento recuerdas haber visto esa mochila, demasiado voluminosa como para ser guardada doblada dentro de las pequeñas bolsas que llevan todos ellos.
No deja de ser una maga, te advirtieron de ello durante tu formación. Un mago preso nunca se encuentra despojado de sus pertenencias, la escuela de la invocación les ayuda en ese aspecto.

Una vez cargada la mochila va a parar a la espalda de uno de los aprendices, han pasado mas desapercibidos y es mas probable que nadie haya fijado en su aspecto. Sobretodo con un agente de Tribunal y una maga tan atractiva a su lado.
Zaera se acerca a ti y te susurra al oído de una forma que pocas mujeres saben hacer.

- En cuanto salgamos de este lugar resolveremos muchas dudas. Y si estamos a solas puede que cumpla mi parte del trato...

Se aleja de ti dedicándote una mirada felina y comenzáis a caminar hacia la salida. Un grupo de hombres se cruza con vosotros, van equipados con herramientas y cargas para soterrar la galería. Sus miradas quedan muy lejos del muchacho con la mochila, al fin y al cabo son mineros y no suelen ser visitados por mujeres, aunque vayan tapadas.

Al pasar junto al capataz Zaera se acerca a hablar con él, se coloca junto a Jánov de modo que obliga al hombre a dar la espalda a los aprendices. Los jóvenes siguen caminando, la mochila va en cabeza y los otros dos impiden una linea de visión directa.
Si no fueran magos dirías que se trata de un grupo de ladrones, aunque no tienes pruebas que confirmen ni desmientan que pertenecen a uno o ambos gremios.
Los mineros de alrededor siguen con sus tareas, parecen estar demasiado ocupados como para fijarse en que objetos porta quien pasa a su lado. La maga permanece como centro de atención manteniendo una charla vacía con el capataz, en cuanto sus chicos se han alejado se despide. Sus ultimas palabras indican que debe ir al gremio de mineros para recibir el pago por sus servicios.

El plan ha sido tan osado que parece haber funcionado, os alejáis de la mina para ocultaros tras un risco, lejos del camino.
Zaera comienza a analizar la caja mientras los aprendices vigilan los alrededores. Ella te pregunta girando la cabeza hacia ti pero sin apartar sus ojos del recién obtenido articulo.

- ¿Crees que el minero herido ha visto esto? ¿Se acordará de que había un cofre allí abajo?

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24/06/2015, 20:49
Imon de Langralle

Imon asciende el risco y respira con fuerza los aromas del medio día (¿) de Minas Blancas. Hace un día estupendo para sentarse bajo un árbol con una buena cesta de hojaldres y queso. Para beber vino sin aguar y para rascar las cuerdas de un laúd, o en realidad cualquier cosa que haga ruido y acaricie el ánimo.

Apoya la pierna derecha sobre las aristas de una roca del tamaño de un carromato, y pone los brazos en jarras mientras observa, con el ceño fruncido, cómo las manos de la maga tocan la caja. Cómo sus hermosos ojos la recorren, casi con ternura. Entonces se imagina esas manos recorriendo su pecho en vez del metal de la caja. Y esos ojos, fijos en los suyos mientras... 

Sacude la cabeza y respira hondo, confiando en que el aire se lleve a otra parte esas imágenes que le han venido a la cabeza. De momento, solo consigue que una nube grisácea se instale en sus pensamientos, así que baja la vista y se queda mirando su dedo índice, en su afán de recorrer una hebilla que sujeta su tahalí. Apenas había reparado en ella antes. Entonces, la nube gris se disipa. -Parezco un berraco en celo... Hace un momento estaba dentro del sueño de un mago y ya estoy pensando en montar a esa mujer como una yegua...

¿Quién puede pensar en eso cuando está rodeado por túnicas y cajas misteriosas? Solo él, aún atormentado por la posadera de la sonrisa eterna.

Pensando en tormentos, por mucho que lo intenta, no se le ocurren peligros más terroríficos que los que puede conjurar la mano diestra de uno de los magos del colegio. Lanzan sus hechizos desde altas torres y viven en las profundidades mohosas de las bibliotecas. ¿Quién es él en medio de todo ese misterio, si no acaso una cucaracha? Quizás lleve los colores de ciudadela en el brazo derecho, pero aún está lejos de ser un agente. cuando solo tenía que preocuparse de salvar el culo y de engañar a los posaderos no tenía que tener los ojos tan abiertos, pero ahora, hasta el filo de una hoja puede ser peligroso. Y todo por unos malditos colores.

Cuando la maga le pregunta, apenas tarda en contestar. -No. Ese hombre perdió la cabeza dentro de la caja. 

La cueva, el haz y el gigante le resultan ahora del todo irreales, como recién soñados. -La luz se llevó sus años.

No está del todo seguro de saber lo que quiere decir, pero tiene la sensación de que no está equivocado. -Supongo que los magos soléis beber leche de dragón para desayunar y que os gusta cabalgar la cresta de los rayos, pero esa caja es...

La mira a los ojos, imaginando por un momento una túnica rasgada volando hacia el suelo y dejando a Zaera desnuda. -Peligrosa y poderosa.

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26/06/2015, 11:56
Director

Zaera termina de analizar la caja, se levanta y limpia las manchas de sus rodillas. Dice algo a sus aprendices y rápidamente rodean el cofre.
La maga se acerca a ti lanzando un par de miradas furtivas hacia atrás, como si no se fiase de un objeto inanimado.

- Esa caja es muy peligrosa, podía haber acabado con todos los mineros. Los antiguos la hundieron en la montaña esperando que nunca fuese encontrada, sin embargo no es la primera que veo. Se lo que pueden hacer y no es seguro acercarlo a ningún lugar poblado.

Vuelve a girarse, esta vez para controlar a sus muchachos.

- No es seguro que estés aquí, la caja ataca a aquellos que no saben protegerse de la magia. Incluso temo por mis alumnos, no se si los he entrenado lo suficiente como para evitar su influencia. Debes marcharte, nos encontraremos en el gremio de magos. Nosotros tenemos que anular su poder, destruirla o aislarla del mundo. Si estás cerca puede que regreses a esa cueva y te quedes allí para siempre. Esa caja era la culpable.

Da un paso hacia ti y vuelve a mirar hacia atrás, pero esta vez no para vigilar si no para saber si es vigilada.

- Tardaremos unas horas, estaremos seguros ya que la caja no dejará que nadie se acerque. Aléjate, nos encontraremos en el gremio y te contaré todo lo que quieras saber.

Se acerca a ti y besa tus labios, antes de que puedas reaccionar se aleja. Para entonces tu cuerpo ya ha iniciado un proceso que en otras ocasiones lleva mucho mas tiempo.

- Por favor, márchate. Puede ser muy peligroso para ti.

Su cara expresa preocupación, levanta el brazo señalando el camino a Minas Blancas con la esperanza de que cumplas su deseo.

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01/07/2015, 23:50
Imon de Langralle

Imon sonríe con una de esas muecas dulces y sutiles que tardan en definirse, como si pudieran desvanecerse en cualquier momento. Desvía sus ojos hacia el brazo que señala a Minas Blancas, y de pronto recuerda que su camino le espera más adelante y que no ha hecho más que comenzar.

-Mañana seguiré mi viaje hacia el Sur, pero supongo que hoy tendré que dormir en ese tugurio de Tribunal... No vaya a ser que venga a verme alguna minera bigotuda para cortarme las... Carraspea, de repente contrariado por acordarse de la posadera de esa mañana.

Inclina la cabeza y luego la espalda, a la vez que coge una de las manos de la maga para apenas rozarla con los labios. Los escribas de su memoria subrayan la sensación de la piel contra la piel. Después, se asoma detrás de Zaera para saludar con la mano a los asustados aprendices.

Ha entrado en la caja, y puede apostar un asno a que podría haber perdido la cabeza, o la vida. Y todo por algún motivo que jamás llegará a conocer, o que no podría alcanzar a entender sin ser un mago.

En parte porque es muy consciente de ello, antes de volverse y de emprender camino hasta Minas Blancas, le lanza una última mirada a Zaera. Querría decirle que en realidad no necesita conocer la naturaleza de los misterios. Sino que le basta con saber que están ahí. Pero no dice nada, porque la maga parece realmente preocupada, así que se gira y se dirige a la ciudad con un paso rápido, ligero y armonioso. Se le ocurre que debería comprarse una capa. Una capa elegante.

Aún tiene un buen pedazo de día para decidir si sigue el camino en barco o por tierra, si debe bajar hasta el hogar del héroe o hasta el Gran Palacio, en la otra punta, antes de seguir hacia la metrópolis. Tiene tiempo para pasear un poco por Minas Blancas, o quizás para encontrar alguna cosa que le entretenga y le aporte cosas buenas durante unos días. Quién sabe. Es tan libre como cuando vendía cacharros robados, como cuando cantaba para ganarse un cobre o el beso de una chiquilla. Pero en el fondo, un animal gris y viscoso le estruja el final del estómago. Ahora es un agente de Tribunal y debería hacer algo para que la promesa que hizo no se convierta en el sueño de una caja.

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03/07/2015, 11:48
Director

La despedida de Zaera te abre el apetito, y no ese apetito que se sacia con comida. Sin embargo es eso, una despedida, mas urgente de lo que te hubiese gustado pero condicionada por el peligro que la maga advierte.

Te alejas y dejas a los magos preparando su ritual, demasiado ha peligrado tu vida sin salir de tu mente.
Sigues el camino y regresas a Minas Blancas, un lugar poco hospitalario y menos aún para alguien de tu gremio.

Al acercarte a las sedes de Tribunal y del Colegio observas como tres personas salen de este último. Son tres magos, dos hombres y una mujer. Llama tu atención la gran diferencia con respecto al grupo de Zaera. En ese grupo las dos féminas eran atractivas, cada una a su manera, y los dos varones eran jóvenes. El trío con el que te has topado está compuesto por dos hombres de unos sesenta años y una mujer, o eso crees, que ronda el medio siglo de vida.
Su aspecto, sin embargo, es mas cercano a los clásicos magos que el grupo de Zaera. Caras y sobrecargadas túnicas, libros, lupas y bastones cuya manufactura debe doblar el sueldo mensual de cualquier minero de la zona.

En cuanto te ven reconocen los colores de Tribunal y, tras intercambiar algunas palabras, deciden llamar tu atención alzando sus manos.

- Disculpe honorable agente de Tribunal. Acabamos de llegar a Minas Blancas, nos has encomendado investigar un suceso acaecido en una mina a varios kilómetros de aquí. En estos tiempos los caminos son peligrosos ¿sería tan amable de custodiarnos hasta ese lugar? Como es comprensible pagaríamos generosamente por nuestra seguridad.

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05/07/2015, 22:56
Imon de Langralle

Imon se detiene en la plaza, y por un momento el color abandona su cara y sus manos. Comienza a notar un malestar en la boca del estómago, y un regusto a óxido en algún lugar de la garganta. Da un paso involuntario hacia atrás, y comienza a frotarse el pelo con la mano derecha.

Como única respuesta a los magos, levanta el dedo índice delante de su cara mientras les mira, justo antes de entrar en la sede del gremio a grandes zancadas.

Una vez dentro, pregunta a quien esté allá acerca del grupo de Zaera. ¿Eran magos? ¿Alguien les vio? 

Si todo es un engaño, si únicamente le han usado para conseguir un artefacto mágico, ¿es responsable de lo que pueda pasar? ¿Debe decírselo a los magos? ¿Entonces eso de que tenía poderes era mentira? Y... ¿Y Zaera solo le manipuló, como si fuera un vulgar miembro desechable?