Partida Rol por web

Alargo el beso con Adriana todo lo que puedo, para que no se le pase la calentura tan fácilmente, y la despido riendo. Tras cerrar cuando se va cojo el super bocata que me había preparado, y lo pongo al grill de nuevo, para que el queso se refunda y comérmelo mientras veo master chef.

Cuando termino, me lavo los dientes y me acuesto.

El día siguiente fue de lo más normal. Te levantaste para ir a la universidad, volviste, estudiaste algo y fuiste a entrenar. Algo que te chocó demasiado fue cuando regresabas a casa. Apenas subías los escalones cuando viste salir a Carolina, pero cuando te vio, cerró la puerta y esperó a que te fueses. 

Esperaste paciente a que ella saliese, observándola tras la mirilla y cuando pasaba junto a tu puerta abriste para hablarle. Ella te miró con molestia, incluso su ceño se frunció levemente.- Qué pasa, hoy no está tu "amiguita"... Tengo prisa.-Sin duda la jovencita estaba muerta de celos, cosa que ni ella entendía pues escondía más de lo que hablaba, pero así era. Despidiéndote se fue de allí con pasos tranquilos. Una pequeña sonrisa apareció en tus labios, finalmente habías conseguido lo que buscabas, ponerla celosa a rabiar.

Los demás días fueron normales, pura rutina que ni en tus intentos de cambiarlo lo conseguías. Cuando llegó el Jueves, te extrañó no ver a Miriam, la verdad era que no la habías visto en toda la semana, pero quizás el tener distintos horarios no ayudaba. 

Salías de clases, cuando la viste "acorralada" por las tres marías, en realidad parecía que las cuatro hablaban tranquilas, incluso ella sonreía, aunque solo fuese una máscara. Estabas demasiado lejos para saber que hablaban y no sabías si acercarte o no... Héctor te estaba esperando en la salida para iros, pues esa era vuestra última clase.

Le hago un gesto a Héctor, que se vaya y no me espere. No es que nos dejemos colgados el uno al otro a menudo pero en ocasiones...hay cosas más importantes. Usualmente con bonitos cuerpos y mejores glúteos. Entre colegas nos entendemos, cuando uno le dice al otro que no espere, es por algo.

Después me acerco al grupito de las cuatro, per osin dejarme ver de momento. Es decir, no me escondo pero procuro no llamr mucho la atención.

No me da buena espina la relación que mantienen. Y en realidad tampoco tengo motivos más que la bordería de irse de su clase magistral y después la tensión de ella pero...a ver de que hablan.

- Vamos, Sara... ¡Déjala ya! No ves que al final te la cargarás...-La joven de cabellos completamente lisos y oscuros la miraba molesta. Y es que de esas tres, parecía la más "normal" de todas. Finalmente Martina y Irene, que era la otra chica salieron de allí dejándolas solas. La verdad es que no se habían apartado demasiado, pero sí lo suficiente como para no ser participes de aquello.

Sara en cambio seguía junto a la morena. De vez en cuando hablaban en un tono bajo, aunque hablar hablar solo lo hacía la rubia. Tú solo alcanzaste a escuchar algunas frases sueltas.

Sara: Haré que huyas de nuevo.. Muerta de hambre... 

Miriam: Por qué no te vas a ladrar a otra parte... Empiezas a molestarme, Sara.

Sara: Esto no es nada, Miri, esto no es nada. Tu curso aquí será un auténtico infierno

Miriam: ¡Déjame, Sara! Vete de una vez...

La conversación no llegas a escucharla entera, pero te quedas con partes como "Muerta de hambre" o "Infierno". Miriam parece incómoda, pero no se muestra débil o asustada, aunque sus movimientos la delatan bastante. Ambas jóvenes parecen aparentar lo que sería una conversación "Normal"

- ¡Hey, Sara! Deberíamos ir. Tenemos clase en breves.-Dijo la joven de gafas desde el otro lado del pasillo, mirándola seria.

Vaya tela....¿A qué vendrá eso?

Me acerco como si acabase de llegar y doy unas palmadas en la cabeza a Sara, como la otra vez.

-Estás mona hoy Sara.- con lo que hago y como lo digo, es absolutamente como si fuese una mascotita. Acto seguido paso de ella. -Miriam ¿Qué tal? No te he visto en toda la semana...venía a preguntarte si lo de esta noche sigue en pie.

No lo negaría...Sara tiene un meneo, y se lo daría. Si es de esas que rabian cuando se ven ignoradas, pues eso que me llevo. Aunque lo cierto es que si es tan cabrona como parece por la conversación...quizá no lo hiciesa, no sea que contagie la tontería.

Esta vez no le gustó nada el gesto de la cabeza, nuevamente lo hacía, la primera vez no le había dicho nada, pero esta.. Los ánimos estaban demasiado caldeados y el no tenía que haber hecho eso. Sara se giró sobre su cuerpo mientras llevaba la mano hacia la mejilla de él con toda la intención de pegarle, Miriam que estaba entre ambos pareció tener más reflejos de los que Sara tenía, se metió entre ambos y fue ella la que recibió el bofetón.-Tigre caprichoso...-Musitó poco después de llevarse la mano a la mejilla. No lo negaría, la chica pegaba con más ganas de las que se imaginaba. Miró a Josh, después a Sara y finalmente salió corriendo de allí avergonzada.

A vuestro alrededor se había creado una multitud, algunos cuchicheaban y las dos amigas de Sara os miraban sorprendidas. La rubiba se giró hacia ti para golpearte de nuevo, se encontraba molesta.- ¡Agh! Eres un tonto ¡Mira lo que haces! ¡Por qué apareces, estúpido, esfúmate!.-Esta vez intentó usar las dos manos para golpearte como había intentado la primera vez.

Miro a Sara, habiendo perdido mi media sonrisa. De hecho...la miro bastante cabreado. Y cuando un luchador de MMA te mira cabreado...no te deja indiferente. Tampoco dejo que me pegue, pero no necesito ni parar sus golpes, es demasiado lenta y predecible. Basta con apartar la cara un poco atrás o a un lado, sin apenas moverme. Si me pega en los hombros o el pecho será ella quie nse haga más daño. Cualquiera puede ver como hace el ridículo pegando al aire, y no dejo de taladrarla con mi mirada.

-Te sugiero que aprendas a pegar en lugar de hacer el tonto así, niña.

Dejo de mirarla para mirar a sus amigas, con la misma mirada. Aún sin mirarla, no consigue darme.

-Una de las tres va a explicarme que le pasa a esta con Miriam. ¿Quién va a ser?

Dejo que Miriam se vaya, ahora no quiere compañía y...sé donde vive. Averiguar que ocurre es más importante.

Irene había desaparecido casi al instante de notar la mirada de Josh y Sara presa de sus nervios por quedar mal ante tanta gente también salió corriendo. Al rato la gente empezó a dispersarse, la diversión había llegado a su fin y por esa misma razón todos volvían a sus quehaceres.

Martina se quedó en su lugar, pero solo te hizo un gesto para que la siguieras a una distancia. Mientras camináis ella no dice nada, solo te mira de vez en cuando. Al entrar en el Gimnasio mira que no haya nadie para después esperarte paciente. 

- ¿Por qué no lo dejas ya? Acaso no ves que... Sara solo la atacará más si ve protección por tu parte.-Pese a ese toque angelical, su voz salía seria y cargada de seguridad.

Entro tras ella. Mi mirada es más amable ya que la vi querer hacer parar a Sara. Y se ha quedado. Es algo. Aunque cláramente no estoy para bromas. Y sus palabras no me gustan demasiado.

-Mira, hablando mal y pronto...Sara puede comerme la polla si quiere. Pero no me gustan las tonterías. Cuéntame que pasa entre esas dos, Martina. ¿Acaso te vas a quedar quieta mientras martirizan a otra persona? Al menos yo no soy así.

- Lleva así muchos años... Desde que somos unas niñas. Digamos que Sara se aprovecha de su posición social...-Se acomodó contra la pared, mientras lo miraba de forma tranquila, sin sentirse intimidada o incómoda.- Pero con Miriam solo desde que la chica ingresó en la Universidad. Ella no necesita motivos ni razones... Al menos no para esto. Como dijo Miriam, es un tigre caprichoso... Consigue lo que quiere, cuando quiere. Y aplasta a todas las que necesite para ello.-Se quedó callada un instante, para después mirar a otro lado.- La primera vez solo fue... Dejarla mal delante de sus compañeros, pero después de esa, las cosas empeoraron. Intenté pararla más de una vez, pero no me escucha... En el primer año consiguió que ella se fuese de la Universidad, buscó los más sucios trapos de Miri y... Bueno, ya sabes.-Se acomodó la ropa, para después mirar por donde irse.- Ahora está aquí otra vez... Hará lo que sea para echarla, la considera un "peligro"... Por eso la acosa... Y ahora que tú apareces.-Sonrió de medio lado.- Solo espero que sea inteligente y se vaya de nuevo...

-Bien...pues te aclaro que no se va a ir. Y si la rubita tiene redaños...que intente meterse con alguien a quien no asuste.- obviamente me refiero a mi- Igual sale escaldada.

Meneo la cabeza.

-La verdad, me sorprende. Hacer daño por hacer daño. Y vosotras sois incluso peor apoyandola o sencillamente no haciendo nada. Deberíais avergonzaros y mucho. La niñita no es nadie para ir haciendo lo que le de la gana.

Sin más, me giro para largarme.

- ¿Qué no se irá? Eso no es algo que decidamos ninguno de nosotros... Recuerda.-Responde volviendo a mostrar esa sonrisa característica de las "populares".- No sé que hace aquí... Ni siquiera puede pagarse los estudios... -Rió divertida, para después adelantarse.-¿Quién dice que no seamos como ella? No soy peor... Pero si igual. Miri debería buscar la forma de alejarse tanto de esta universidad, como de ti... Eso o enfrentarse cada día a Sarita.-Abrió la puerta, saliendo de allí sin ni siquiera decir nada más.

Te quedas allí plantado, no te da tiempo a responderle pero sí te sorprendes del cambio tan brusco que acaba de dar. Parecía diferente y no es así o al menos eso quiere hacerte pensar eso.

Entiende lo que quieras..."no se irá" significa "no la echaréis".

Meneo la cabeza mientras salgo de allí, esperando que ya que he sido yo quien ha dejado en ridículo a Sara, vaya a por mi y no tanto a por Miriam.

Y me dirijo a la dirección que está me dio. Tenemos que hablar.

Después de hablar con Martina, sales de la Universidad. Al principio no sabías muy bien qe hacer, pero después sacaste de entre tus "notas" el Post-it de Miriam. Miraste la dirección, para después dirigirte hacia allí.

Al llegar, te das cuenta de que es la típica zona de clase "baja-media", no está mal pero está claro que no es el lugar que tú eligirías para ti. Al llegar al número 12 alzas la mirada para asegurarte, es allí sin duda. Subes por las empinadas escaleras hasta dar con una puerta de madera, lentamente la empujas y ves que hay otra tanda de escaleras. Miriam vive en el primero Izquierda, por lo que solo debes subir y picar.

Desde luego, cada vez me dan más coraje Sara y las otras. ¿Atacar a Miriam solo porque tiene poco dinero y ellas no? Por favor...

Debe haber algún motivo más.

Subo y pico.

Un ladrido rompió el silencio desde el otro lado. Pero este no se silencio, si no que cada vez se sentía más cerca, al otro lado de la puerta. Pero por debajo de ese potente ladrido se distinguió la voz de la joven morena que intentaba callarlo e incluso apartarlo de la puerta como podía.

- ¡Por favor! ¡Vitani, déjame salir! ¡Apártate dichosa!-Exclamé un poco ofuscada. Con mi mano sobre el collar de la perra y con la otra sobre el pomo abrí la puerta, pero la primera en asomarse fue ella, la cual ladró nuevamente al ver a Josh.- ¡Vitani, calla...-Me quedé callada al verle, creo que incluso fruncí el ceño un poco.- Creía que era a las 10 de la noche...  ¿Qué haces aquí? .-Pregunté mientras tiraba por la perra, intentando dejar paso, pero era algo.. Complicado.

-Si no muerde, déjala. No me disgustan los perros. ¿Muerdes Vitani?- acerco la mano lentamente, para que me huela y tal. -Sí, lo sé. Es a las diez. Pero quiero que hablemos antes. ¿Es mal momento?- la miro a los ojos, serio.

-No tenías que haberte llevado ese guantazo, no me habría dado. No lo sabías...pero bueno, en cualquier caso te interpusiste. ¿Por qué? ¿Qué historia tenéis vosotras dos?- me encojo de hombros -Voy a ayudarte, quieras o no, así que me vendría bien saberlo todo para no meter la pata más.

Solté el collar de mi mascota casi al instante de escucharle. Vitani se acercó para olisquearle, pero no se mostró agresiva, ni tampoco esquiva. Más bien todo lo contrario, se alzó para poner las patas delanteras sobre el pecho de él, ante eso sí intenté bajarla mientras le miraba con la misma seriedad.- No, no... En realidad solo estábamos viendo una película las dos. Pasa, la casa no está ordenada del todo, pero es que Vitani tampoco me da demasiadas opciones.-Esperé que pasase para cerrar la puerta de casa, cuando eso hice la perra corrió para su cojín, dando un ladrido para llamar nuestra atención.- Ya vamos, pesada...

Al escuchar lo último negué con la cabeza, pero no dije nada. Aparté unas cuantas carpetas y las posé en el otro lado, dejándole un sitio a él.- ¿Algo que tomar? -Pregunté antes de irme al tema que él tenía por principal.- ¿Nuestra relación? Te lo dije... No tengo una relación con ella, al menos eso quiero pensar yo.-Lo miré desde la puerta de la cocina, esperando respuesta.- Soy hermana de ella... O más bien, una de las equivocaciones de su "adorado" padre.-No me detuve en explicar mucho más eso, no debía.- ¿Por qué me odia? Por ser hija de una... Mujer de "oficio" ¿No te lo contó? Creo que eres de las pocas personas que lo ignora. Ella se encargó en mi primer año de hacerlo saber, contó que era hija de una puta, pero omitió que su padre era mi propio padre.-Sonreí divertida por ello, la verdad que tenía gracia, mucha.- Pero es algo que... Ahora mismo me da igual. Ni mi madre, ni yo sabemos nada de ellos, ni tampoco queremos.

-Así que tu madre es, o era, prostituta. ¿Y qué? No le veo nada de malo, no todo el mundo nace envuelto en billetes. No me parece degradante ni nada...cada cual hace lo que puede, o al menos lo que se le permite, hacer. El trabajo no se regala. Francamente, dudo que nadie piense realmente que es algo malo...simplemente prefieren apoyar a Sara y su dinero, o no ponerse en su contra al menos, que enfrentársele.

Me levanto tras acariciar un poco la cabeza de Vitani y me acerco a ella.

-Apenas nos conocemos y no tienes motivos para fiarrte de mi...de hecho metiendome con Sara solo te lo pongo peor. Y no voy a parar de meterme con ella, igual se distrae y va a por mí. Porque...a mi no me va a echar de la universidad. Ni te lo va a volver a hacer, no voy a dejar que te rindas. Me revienta que la gente crea poder hacer lo que les de la gana solo por tener dinero.

-¿Queda claro? Agua me vale, gracias.