Partida Rol por web

Jeff devolvió la sonrisa a Richard mientras le daba un par de palmadas en uno de los brazos que empujaban su silla.

Lo cierto es que no eran íntimos antes de ser atrapados pero había sido la única nota de realidad en el tiempo que habían pasado entre pesadillas y medicaciones, como un clavo, aspero pero real, al que agarrarse para no perderse en el maremagnum de la locura.

Shilya miró de refilón a Annabeth saltando y pegando grititos infantiles de alegría

Y ella me llamaba antes loca a mí por mi estilo de vida...Madre mía

Por su parte Shilya estaba muy feliz, por fín podría salir y respirar aire puro y ver la luna....oh si. La noche había acompañado toda la vida a la cabaretera y no imaginaba una vida sin poder pasear cuando el sol había desaparecido. Estirando los brazos sonrió ampliamente a sus compañeros y susurró.

Vamos. No puedo estar aqui dentrro un segundo más...

Su acento era más marcado cuanto más bajo hablaba pero estaba muy claro que su tono era de pura alegría.

Al final del pasillo por el que arrastrais a Jeffrey, se puede ver la puerta al exterior, a uno de los lados se ve a una malhumorada enfermera que os mira con cara de pocos amigos, cerca de alli dos celadores están sentados jugando a las cartas, es casi la hora de cerrar y se nota en la relajación ante el exterior. Parece en un principio que va a haber problemas, pues la mujer se acerca al microfono, pero el Dr. Drake se acerca a hablar con ella y por la forma que le mira, parece que esta encantada ante las atenciones del joven médico.

Sin otros impedimentos, la puerta se abre a la luz del dia, o por lo menos lo que queda de ella, pues el sol se esta poniendo y sus rayos son de un color ambarino que produce que el pequeño parque tengo un aspecto algo espectral y sus obras de artes herrumbrosas no ayudan al conjunto.

Pues el jardin donde os encontrais  esta compuesto por caminos concentricos alrededor del sanitario de una forma que os recuerda ciertamente a una espiral, seguramente el que hizo el diseño lo encontraria gracioso, bordeando estos caminos empedrados se encuentran unos setos pequeños ligeramente podados, aunque desmañadamente y por sectores, pues el centro no se pueden permitir los servicios de muchos jardineros y él que queda debe empinarle bien a la bebida. Al fondo se puede ver la gran pared y la puerta metalica que esta cerrada a cal y canto solo abierta por el telefonillo de la enfermera que esta hablando con Drake. En un pico del jardín podeis ver un edificio sin señales de ningún tipo y solo una pequeña ventana cerrada a cal y canto, y una pequeña caseta que imaginais que es donde tiene las herramientas el jardinero, aunque esta cerrada con llave.

¡Ohhhh! Aquello era la máxima felicidad, sentir el sol de nuevo en la cara, aunque fuera el sol del atardecer, conseguía que se sintiera libre y si bien sabía que esa sensación sólo era un espejismo quería disfrutarla al máximo.

Annabeth se alejó unos pasos del resto paseando por aquellos caminos que, al igual que el centro, no se encontraban precisamente en sus mejores momentos. Acarició con su mano los setos mal podados, cuyas formas parecían recortadas por la mano de un loco… Jajajajaja, curiosa analogía Beth.

Su mirada se perdió en el edificio que se veía al fondo y, a pesar de ser un sitio con una atmósfera bastante tétrica, su curiosidad pudo más que su temor y sus pies, involuntariamente, se empezaron a mover en aquella dirección.

Atendidos por un gorila escapado del zoo al que han vestido con una bata y han dado barra libre a la hora de inyectar anestésicos... comenzó a narrar Jeff la experiencia que habían vivido durante este tiempo Richard y él. Lo que sigo sin entender es el motivo que nos trajo aquí y por qué siguen tan empeñados en no querer explicarnos nada. ¡Ni siquiera estamos seguros de dónde estamos realmente!

Su mano derecha no paraba de moverse, acompañando sus palabras con movimientos y giros. ¿Y vosotras, preciosas? ¿Qué tal os han tratado en Chez Loqué?

De maravilla Ieef de maravilla...Anbez ha conseguido un admirador y todo.

Shilya respiró profundamente el aire fresco de la calle. Sin poderlo evitar rompió a reir, eran ya muchos días encerrada en una habitación pequeña y maloliente con unos médicos muy interesados por tomarla muestras de orina. Ahora solo tenía ganas de correr y saltar, y tenía ganas de volver al cabaret y olvidarse de esos terribles días en el ¿hospital?¿casa de reposo? ¿casa encantada?

No se....Estos días me han venido ¿como lo llamaís? eso que haces click a la cámara y salé una luz....¿flash? Me han venido recuerdos así...pero no se si son reales o no... y luego ese hombre...

De prontó su expresión risueña cambió y dejó paso a otra horrorizada. Agarrando con fuerza el brazo de Annabeth susurró

¿Crees que estará por aquí?

Mientras discutis en la entrada, podeis ver como Annabeth avanza hacía el edificio más alejado, que parece alejado de los circulos concentricos del jardin que hacen recordar a una especie de espiral. Casi como si andara en un sueño, pues los restos de las drogas y la primera vez que nota el sol en la cara le hace andar con ese paso dubitativo del sonambulo, aunque el lugar hacia donde se dirige no es precisamente de ensueño, el edificio esta hecho de hormigon, las ventanas brillan por su ausencia, las pocas que hay son pequeñas y  estan cerradas con tapas metalicas, tampoco ayuda que la puerta metalica tenga dos cerraduras, a saber lo que guarden en su interior.

Por el pequeño jardin hay unos cuantos pacientes que avanzan por él de la misma forma que Annabeth, suponeis que son los más "mansos", tambien hay algunos médicos que se estan fumando sus cigarrillos y algunos de los celadores dandose una vuelta, aunque no parecen muy vigilantes, tambien hay un tipo alto trajeado en la sombra de un arbol que parece miraros aunque no podeis ver sus rasgos abiertamente. Quedan solo unos minutos para que tengais que ir si o si a cenar.

Han dejado completamente drogada a Anabeth. Veremos como acaba esto. Pero lo que mas me llamaba la atención es ese hombre que nos miraba, no me daba buena espina. Se lo comento a Jeff:

- Jeff, ¿ves a aquel hombre? .- Señalo con la cabeza. - ¿Crees que nos esta mirando?

Jeff mueve la cabeza en un bamboleo, enfocando sus dilatas pupilas en la figura que le ha señalado Richard.

Hummm... su cerebro procesa la información más lentamente de lo habitual. No parece un trabajador de este lugar, ¿qué tal un pequeño paseo que pase cerca suyo?

Shilya, cariño. dijo a su compañera. ¿Nos acompañas en este agradable paseo?

Shilya se había quedado algo confusa cuando Annabeth se separó de ella como ida. Sin duda alguna la droga la había afectado mucho más que al resto de ellos. Tras unos segundos sin saber que decir se fijó en el hombre trajeado. Y estaba mirandolos. Shilya estaba segura de ello: sabía cuando un hombre la miraba. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando Jeffrey y George comentaron sus sospechas. La cabeza la daba vueltas, pero ni de lejos al mismo nivel de las vueltas que slía darla cuando bebía de más. Cuando se volvió para hacer notar a sus compañeros que a nadie parecía extrañarle la presencia de aquel hombre se encontró con el brazo de Jeffrey que parecía querer dar una vuelta cerca de aquel tipo.

Claro que sí Ieffri-respondió alegremente mientras le cogía del brazo con naturalidad y comenzaba a andar.

Tenia curiosidad por este tipo. Como ha dicho Jeff, no era un trabajador de por aqui. Pero tambien podia ser un demente, que nos mira sin motivo. Esta opción es la mas probable. Pero sea como sea, lo averiguaremos. Me ponia nervioso.

- Hagamos ese paseo.

Despues de decir esto, empiezo a empujar la silla de Jeff y doy una vuelta por el jardin, en la que por "casualidad" pasaremos por el lado del hombre.

Se alejó de sus compañeros con pasos lentos en dirección al edificio que le llamaba tanto la atención. Era como si una fuerza desconocida la empujara hacia allí. La tarde iba cayendo y dentro de unos minutos los llamarían para la cena, pero aún así ella decidió seguir su exploración.

Recorrió el perímetro buscando algo interesante pero la decepción se reflejó en su cara, apenas tenía ventanas y las que había estaban cerradas impidiendo que satisficiera su curiosidad de saber qué se escondía allí dentro. Se acercó a la puerta sin muchas esperanzas y, tal como había pensado, la encontró cerrada a cal y canto.

Miró indecisa a su alrededor sin saber muy bien qué hacer. Vio a sus amigos paseando cerca de un hombre que no tenía pinta de pertenecer a aquel lugar pero no les prestó mayor atención, volviendo su interés hacia el edificio. ¿Qué guardarían allí dentro? Ahora se le había metido en la cabeza el descubrir qué misterio se escondía tras aquellas paredes.

Annabeth avanza hacia el edificio sin importale demasiado las intenciones del resto del grupo aita de curiosidad, quiere ver que hay dentro del edificio por lo que empieza a recorrer su perimetro, buscando algún sitio por donde mirar...

En tanto el resto del grupo planean descubrir quien es ese extraño hombre que parece vigilarlos desde la distancia, eligiendo con cuidado el camino que recorrer en la extraña estructura del jardín llena de caminos concentricos para alcanzar al hombre que viste esa ropa que os recuerda mucho a la que se lleva en los entierros, demasiado negra y el tipo es demasiado alto, pero claro no es normal acercarse a él mirandolo fijamente por lo que os acercais conversando de menudencias, hasta llegar al argol y mirar hacia el tipo de soslayo... Pero no esta alli, sino a unos cuantos arboles de distancia, la misma distancia que cuando empezasteis a recorrer el camino, pero hasta hace un segundo podiais verle vigilandoos desde ese arbol.

Rodeas el edificio poco a poco buscando alguna grieta, alguna fisura en la protección de la privacidad de su contenido, pero parece que los dueños del hospital-manicomio lo han protegido a conciencia. Cuando haces un mohin viendo tu curiosidad sin respuesta, notas que hay una pequeña grieta en la puerta que antes habias soslayado, a pesar de que estas casi segura de haber buscado a conciencia. Te diriges alli y pones tu ojo en la grieta para ver el interior, aunque solo puede ver basicamente oscuridad y camillas llenas de polvo junto con algunas cajas con a saber que utensilios. De repentes escuchas pasos pesados que se dirigen hacia a ti y centras tu visión en ello para ver quien se acerca, entonces un ojo completamente abierto como si no tuviera parpados te mira desde el otro lado. Saltas hacia atras por el susto y te das cuenta que alli no hay nínguna grieta...

Por la mente de Shilya se cruzó, como una luz una idea.

Ieff, Riss, os apuesto el postre a que voy a ese árbol y vuelvo antes de que conteís hasta diez- les dijo mientras corría con una leve risa, lo más velozmente que le permitían las drogas para acercarse a aquel hombre. Pensó en finjir tropezarse al llegar a asu altura para verle mejor la cara. Quizás incluso se agachase a ayudarla...

El Gobierno... murmuró Jeff mientras miraba como el hombre portaba un traje demasiado formal y serio y cómo se había desplazado inusitadamente rápido para evitar ser abordado.

Sus dedos tamborileaban rápidamente sobre el reposabrazos mientras seguía elucubrando. Uno de esos encorbatados que mandan cuando hay cosas que escapan al raciocinio...

Finales de septiembre de 1932

Por más que se fijara, por más que intentara descubrir algo que le permitiera saber qué se escondía en el interior, Annabeth no encontraba nada. Se quedó parada, mirando embobada a la puerta y a punto de hacer estallar su frustración cuando un nuevo vistazo a la superficie de la puerta hizo que se sorprendiera de lo que estaba viendo. Aquella grieta no estaba antes... o ¿acaso no había sido tan concienzuda como creía?

Bueno, era igual... aquella grieta era la solución perfecta para poner fin a su curiosidad, así que ni corta ni perezosa se acercó a ella para cotillear con ansia lo que había en su interior. Pero la pequeña rendija apenas dejaba ver mucho de un interior sumido en la oscuridad, unas camillas viejas, cajas apiladas,... Vaya, qué decepción, pensé que iba a descubrir algo mucho más interesante.

Iba a alejarse de allí cuando el sonido de unos pasos acercándose mantuvo su ojo todavía fijo en la abertura para descubrir al dueño de aquellas pisadas. Pero lo que vio la dejó horrorizada, haciendo que reculara para alejarse de aquel extraño ojo que la observaba. Un escalofrío de terror recorrió su espalda dejándola completamente helada al darse cuenta que allí no había nada, ni grieta ni ojo... nada, absolutamente nada.

Me estoy volviendo loca... No, la medicación es la que me hace tener visiones, seguro que es todo producto de las drogas. No sabía que hacer, el miedo le ganaba la partida a su curiosidad pero allí ya no había nada y la noche estaba cercana, así que lo mejor sería volver junto a sus amigos. ¿Les contaré lo que he visto? No, será mejor que no les diga nada y así me evito los comentarios de siempre sobre la pobrecita loca de Beth...

Tomada esa decisión emprendió de nuevo el camino hacia el parque buscando a sus compañeros, mirando de vez en cuando hacia atrás... hacia aquel extraño edificio que aún seguía llamando su atención.

No habia visto al hombre moverse, y ahora estaba mas lejos. Juraria que estaba aqui... Susurre para mis adentros.

- Jeff...¿intentamos acercarnos a él? - Tenia curiosidad hacia ese hombre, me resultaba curioso.