Partida Rol por web

Proyecto "Auget": Génesis.

Capítulo I: Después de la Tormenta (15-10-2015 14:35h)

Cargando editor
08/05/2018, 17:36
Narrador

14:30h, Jueves 15 de Octubre de 2015

Tras pasar el control policial que se había dispuesto en torno al Ferry y en el cual le habían pedido sus datos personales, Rhys había conseguido llegar a la carrera a su cita con su hermanastra... casi media hora tarde. Tenía el teléfono móvil a reventar de mensajes que iban llegando. No sólo de sus padres o la propia Sarah, sino también del propio Mark que sabía que Rhys había tomado aquel ferry. Casi a la carrera, el estudiante había conseguido tranquilizar más o menos a su familia.

Llegó al Jimmie's con la lengua fuera. Nunca había sido especialmente atlético asi que tuvo que tomarse un segundo para tomar aliento y meterse en el local que ya había visitado otras veces. Su presencia enseguida llamó la atención de la parroquia que se giró para mirarle y hacer comentarios. Lo cierto es que su aspecto era algo terrible aún. Buscó con la mirada pero no encontraba a Sarah...

Cargando editor
08/05/2018, 18:15
Sarah Meyers

-¡Rhys! -escuchó al fin mientras algo se abalanzaba sobre él y le abrazaba con mucha fuerza.

Era su hermanastra... Y lo cierto es que era la primera vez que lo hacía con tanta fuerza. Su cara tenía las huellas de haber pasado mucha angustia y congoja, pero ahora había lágrimas de alegría.

- Madre mia... cuando empecé a escuchar lo que había ocurrido -dijo señalando un momento la televisión en la que el noticiario no hacia nada más que sacar un plano lejano del ferry humeante-  y vi que no contestabas a mis mensajes... me temí lo peor -suspiró para luego mirarle- Dios... estás hecho un asco pero... ¿estas bien no? -dijo mirándole de arriba a abajo.

La gente empezó a comentar cosas a su alrededor. Eran murmullos que se preguntaban si el chico había estado en el Ferry, naturalmente. Sarah se dió cuenta y se dirigió al dueño del bar: Jimmie, muchas gracias por todo.

El hombre de mediana edad saludó con la mano y pronto Sarah tomó de la mano a Rhys para sacarlo del local y llevarlo hasta un lugar más discreto.

-Siento haberte sacado de ahí, pero estoy segura que lo que menos necesitas es a gente murmurando y preguntandote ¿verdad? -se la veía algo ansiosa y preocupada- dime ¿qué ha ocurrido? ¿está todo bien? ¿esto son sólo manchas de hollín no? ¿No te has quemado ni nada de eso no?

Notas de juego

Bueno, pues allá vamos ;-).

Cargando editor
10/05/2018, 20:02
Rhys Meyers

Todo había acabado, de alguna forma y no con un final feliz precisamente, manchas de sangre, gritos de angustia y desesperación, expresiones de dolor, lágrimas derramadas. Sin embargo, no deja de ser un fin después de todo, uno bien amargo. Que pudiese haber sido más trágico no es un alivio. La mente del joven no cesa en revivir las imágenes, de una forma lejana al igual que un espectador, más no lo era en su momento, si no un protagonista para su desgracia. Imágenes de personas siendo devoradas por un hambriento fuego, provocado por un joven cuyo rumbo perdió hacía tiempo, y que obtuvo un castigo: perder la vida dejando a su hermana destrozada.

Y es cuando cae en la cuenta de que su familia debe estar preocupada, relega a un segundo plano tales pensamientos para escribirles, darles esa señal que tan ansiaban, a sus padres, a su hermana, y a su mejor amigo mientras refrena las lágrimas que amenazan con salir. Su cuerpo agotado por todo el esfuerzo, su corazón herido por lo sufrido, y su mente no se encuentra mucho mejor, confusa por la incomprensión de...todo en general que le impide recordar con claridad.

Ahora tiene un único pensamiento, un objetivo, una necesidad, reunirse con su hermana. No se percata en qué momento, pero ya está corriendo en una dirección con una asfixiante ansiedad. Finalmente llega a su destino sin ser consciente del tiempo que le lleva, y ahí ve a su hermana, que no tarda en darle un abrazo casi desesperado. Se limita a asentir ante la pregunta visiblemente afectado, más al menos está de una pieza. Otros en cambio no tienen esa suerte, sus allegados tampoco al perder un miembro importante de sus vidas.

Una suerte que se alejan, ni presta atención a los rumores del resto de los presentes, no sabe qué dicen, ni quiere saberlo. Prefiere irse a un lugar más apartado. En la intimidad, muerde su labio inferior, y la abraza de nuevo con mayor intensidad reuniendo fuerzas para articular algunas palabras. – Estoy bien, no me ha pasado nada. Siento…..haberte preocupado. Ya avisé a papá, mamá, y a también a Mark. – Dice en un hilo de voz, parece que va a romper a llorar en cualquier momento, más no llega hacerlo. Es la primera vez que les llama así a sus padres. Una lástima que ninguno de los estén presentes para escucharlo. Una auténtica lástima. Y ese abrazo, ese contacto, no finaliza, es su miedo a que si lo hace no vuelva hacerlo de nuevo, pero tiene que hacerlo.

Se despegan, pero el chico mantiene los brazos en los hombros de ella y le mira detenidamente. Hay en sus ojos la mirada de un chico que ha cambiado mucho. Ha visto la crueldad de la realidad, una que le hace tambalear, no obstante se mantiene en pie, se resiste a caer. - Sarah…yo….tenemos que hablar, necesito contarte algo. Ha…sido un día muy largo…demasiado. – Añade mientras de reojo observa de cuanta intimidad dispone.

Ni sabe por dónde empezar, pero ella debe saberlo. Antes no sabía quién era, y aún menos quién quería saber. Ahora parece bastante perdido, caminando de forma lenta y torpe por una senda desconocida con demasiados obstáculos. Lo peor de todo es que el proceso de asimilación es largo, difícil, además de doloroso.

Cargando editor
15/05/2018, 01:32
Sarah Meyers

Su hermana adoptiva no detiene el abrazo de Rhys... al revés, comprende la situación perfectamente y, de hecho, la cara que dibuja Rhys parece antojarsele demasiado angustiada. Sarah no puede evitar tragar saliva y acariciar el rostro de Rhys con suavidad.

Sarah…yo….tenemos que hablar, necesito contarte algo. Ha…sido un día muy largo…demasiado.

La chica le mira confundida al principio... preocupada después ¿Algo que... contarme? ¿Un día demasiado largo? Pero Rhys... apenas es medio día... -parece asustarse por la desorientación de su hermano, pero enseguida se recompone ella misma- Es igual Rhys, puedes contarme lo que sea... lo que necesites. ¿Quieres que vayamos a casa mejor? Tengo el coche cerca... Papá y Mamá no van a estar e igual puedes darte una ducha... eso siempre ayuda ¿si? Todavía tenemos tiempo para que me ayudes con lo del regalo... asi que no le des vuelta. Lo primero ahora mismo eres tú. Podemos hablar de camino y cuando te des esa ducha, podría hacerte un buen sandwich... -hizo una pausa y sonrió de forma sincera.

A mi me parece un plan genial ¿qué me dices? -terminó por decir, intentando animar a Rhys.

Notas de juego

Siento el retraso. Es lo que tiene el medio puente este en Madrid. Sorry.

Cargando editor
21/05/2018, 23:51
Rhys Meyers

El contacto, tan cálido y cercano, es un bálsamo para su desasosiego fruto de un día del que puede estar orgullos, también avergonzado. En unos momentos incluso se vio superado incapaz de reaccionar, y en el otro extremo su rápido actuar consiguió salvar hasta vidas de unos niños pequeños, incluso la de un padre de familia. Demasiadas sensaciones en su momento, y que al recordarlas empañan su mirar. No, no puede permitirse hacerlo, nada de derramar lágrimas, y con ese pensamiento hace un esfuerzo para reprimirlas, que lo consigue por el momento.

Parpadea hasta tres veces, cuando mencionan que el día aún está en su ecuador, incluso se obliga a observar la hora y el firmamento, un par de ocasiones para regresar a la realidad. Eso significa que está lejos de terminar, y tiene tareas aún pendientes, e importantes, muy importantes. – Vaya, pues se me está haciendo largo a más no poder. – Dice con auténtico tono de resignación con una mueca que está lejos de ser una sonrisa.

Suspira de forma holgada ante la mención de la casa, su casa, su hogar, su santuario. – Sí, sí, por favor. Vámonos a casa. – Es casi una súplica, no, casi no, lo es. La sonrisa se dulcifica ligeramente ante la sugerencia de su hermana tan dispar, una sugerencia que no tiene intención de rechazar, ni mucho menos. – Oh, sí, una ducha, un buen sándwich. Un planazo, el mejor. Me encanta. – Añade cansado, pero tan agradecido como motivado por la idea.

Sin embargo su caótica cabeza había omitido un detalle, uno de vital importancia. Con tanto sucedido en tan poco tiempo, tan intenso había sido que no es consciente de lo que viene. Se lleva la mano a la frente. – Ah, sí, el aniversario de papá y mamá. Tengo que ayudarte con eso. Vale. - Quizás es precisamente lo que necesita, tratar de temas que quizás sean menos importante, pero centrándose en ellos se olvida de lo demás, posponiéndolos para más tarde. En ocasiones, los problemas hay que mirarlos de lejos para afrontarlos mejor.

Cargando editor
22/05/2018, 17:01
Sarah Meyers

Sarah sonrió al ver que había conseguido quitar aquel estado sombrío y preocupado de Rhys.

Le hizo una señal guiñándole el ojo para que le acompañara. Su hermana adoptiva había aparcado el coche en las inmediaciones de Joe's, asi que en un momento se encontraba de camino a casa.

En el corto trayecto -apenas 10 minutos- Sarah sólo comentó:

- La verdad es que la entrevista fue genial... parece que les encajo, asi que... en unos días seré una chica trabajadora. Creo que papá y mamá se pondrán bastante contentos... pero necesito algo más. -hizo una pausa- Y tú ¿qué tal en la Universidad? Has dicho que el día estaba siendo muy largo ¿Acaso fueron un tostón las clases?

Notas de juego

Lo que viene ahora lo dejamos a tu elección. SI quieres charlar con Sarah un rato en el coche bien. Si no, podemos hacer una elipsis hasta que volváis a la casa y allí te duches y Rhys pueda disfrutar del bocata.

Lo cierto es que el pobre está muerto de hambre....

Cargando editor
30/05/2018, 00:57
Rhys Meyers

El cansancio del joven, no le permite hablar mucho más, se limita a asentir a la pregunta de su hermana en un intento de callarse su inquietud, o inquietudes, al menos guardarlas hasta llegar al refugio, el que es su santuario. Le vendrá bien apartarse del mundo y reflexionar, o dejar de hacerlo tal vez, en cualquier caso liberar lo que tiene dentro le permitirá desahogarse, aunque sea incapaz de hallar soluciones.

Con una conversación animada, pero con varias pausas de por medio, el trayecto en el coche se hace más ameno, e incluso relajado, ni quiere encender la radio, sospechando de que las noticias estarán cargadas, y no tiene necesidad de que le digan algo que conoce de primera mano, lo ha vivido después de todo, o sobrevivido mejor dicho. En repetidas ocasiones el sueño parece que derrota al chico, que no le es posible mantener los párpados abiertos, conforme pasan los segundos pesan cada vez más hasta que se sume en un sueño profundo.

Tienen que despertarle una vez que llegan al tan ansiado destino, una vez dentro va directo a la ducha con paso somnoliento. Alterna la temperatura buscando la ideal para después disfrutar de una ducha revitalizante. El agua consigue camuflar las salinas lágrimas que emanan de él, llora y llora sin poder evitarlo, sin poder detenerse, llora por todo lo sucedido, por los muertos, por los vivos, por lo que ha sucedido, por lo que no ha sucedido, y también por él mismo. Llora hasta no poder más derrumbándose en el suelo de la ducha.

El agua va se oscurece por la suciedad, se dirige al desagüe arrastrando tras de sí el dolor del joven. Mejor en soledad que le vea su hermana en ese estado. No lo soportaría hacerla sufrir y preocuparla aún más. Termina el ritual, y ya más recompuesto es de agradecer sentirse limpio, y en parte liberado se encuentra con ropa cómoda en la cocina con un emparedado de varias cosas, al que le falta un trozo importante debido al hambre del estudiante.

Continúan la conversación a modo de precalentamiento, la entrevista de trabajo y la aburrida clase. – Me alegro por ti, ya te dije que te iría bien. Solamente tienes que mostrarte tal como eres. – Dice el joven con una sonrisa orgullosa por ella. Admiraba y envidaba a su hermana mayor a partes iguales. Una chica capaz, arrojada, y sincera. Le sigue otro bocado, al que ingiere con voracidad, y un ansioso, tiene que contarle lo sucedido, y ni sabe por dónde empezar, tras una necesaria pausa tiene darle un inicio a su relato. Su rostro no es capaz de ocultar esa sensación.

Oye Sarah…la verdad es que no sé cómo decirte esto. Por favor, no digas nada, hasta que termine. Escucha toda la historia, bueno, al menos la primera. Pero sobre todo, sobre todo, ni una palabra de esto. Mark estaba delante y lo vio. – Le ruega a modo de súplica a la chica. Y tras eso, empieza a narrar de forma brevemente como aprovechando la ausencia de un profesor, tanto él como su amigo se dirigen al parque.

Fue extraño, muy extraño, empecé a sentir…cosas extrañas. Vi como ese hombre...bueno, ver no es la palabra exacta, pero supe como su flujo sanguíneo empezaba a detenerse, y al poco se desplomó. Se cayó en el suelo. Creíamos que se moría, llamamos a emergencias pero no llegarían a tiempo, así que al final, no sé cómo, conseguí hacer latir el corazón de nuevo. – Le contaba de forma nerviosa, casi atropelladamente. Sin duda el episodio había dejado al chico bastante marcado.

Nos largamos de allí cuando llegaron emergencias por miedo a las preguntas. Aún sigo sin creérmelo. - No miente, no termina de aceptarlo. ¿Quién sería capaz de hacerlo? Tampoco es que la historia tuviese mucho sentido, porque en realidad carece de ello. Cuando acaba se fija en la expresión de su hermana, y guarda silencio sin saber que más añadir. Sin embargo, faltaba la peor parte, con suma diferencia.

Cargando editor
31/05/2018, 01:52
Sarah Meyers

Sarah se quedó algo más tranquila en el camino hacia casa viendo que Rhys se relajaba.

Una vez en la ducha, a pesar de todo lo sucedido y de los recuerdos que asaltan su mente, encuentra en el líquido elemento una cierta... tranquilidad o liberación. En ocasiones cree que ese agua que rodea e inunda su cuerpo podría ser él mismo y fluir por todas partes librándose de cualquier mal u obstáculo.

Cuando vuelve a la realidad está algo más tranquilo y el buen sandwich que le ha preparado Sarah con mimo le hace recuperar toda la fuerza perdida. Aquel simple alimento le sabe a gloria ¿tanta energía le hacía perder el uso de sus habilidades?

Al contar la historia del inicio de su día Sarah le escucha atentamente. Conforme van sucediendose los hechos fantásticos su ceño se va frunciendo hasta que sacude la cabeza con expresión incrédula.

Un momento, un momento, un momento... ¿me estás diciendo que le hiciste algo así como una "imposición de manos" a un tipo infartado y le curaste? ¿cómo si fuera un milagro? -negó con la cabeza asombrada. Se acercó a él y le tocó el brazo con cariño: Oye... oye sé que lo del ferry ha sido duro pero... no sé, eso suena a auténtica locura. Igual el tipo no estaba tan mal y reaccionó a vuestra ayuda ¿le practicásteis la maniobra de reanimación?

Igual por eso se salvó... y la verdad es que si lo hicistéis así fue de auténtico héroe. Seguro que la familia de ese hombre os lo agradece. -apretó la mano sobre su brazo de forma cariñosa mientras volvía a sonreir de forma dulce. No obstante, Rhys sabía leer a la gente, especialmente a aquellos con los que convivía y tenía la impresión de que Sarah no se había creído aquello e intentaba darle una explicación. Como haría su madre, había debido entender que Rhys estaba bajo algún tipo de "shock" y necesitaba ayuda y razón.

Notas de juego

Buena elipsis narrativa. Nos ha gustado mucho la parte de la ducha. Muy en consonancia con Rhys.

Cargando editor
04/06/2018, 23:45
Rhys Meyers

No considera que su relato esté plagado de fantasía, que sea más propio de un cuento, o una novela, o quizás de una serie de televisión con increíbles efectos especiales, de hecho podría sonar más sencillo si es así, más, él lo ha vivido en primera persona, y ciertamente al pensar un poco más detenidamente comprende, entiende la reacción de Sarah. Es muy posible que él tuviese la misma en siendo un oyente y no el narrador. Buscando un sentido, una razón coherente a algo que simplemente no lo tiene.

La mirada del joven se entristece al comprender la incredulidad ajena, los ojos se desvían al suelo mientras los segundos mueren, y un silencio se impone, pese a que la mayor intente animar al joven, y alejarle de esa paranoia presumiblemente creada por la imaginación y confusión del estudiante, no lo consigue hacerlo del todo. ¿Cómo explicar una situación que ni él mismo termina de creerlo?

Alza de nuevo su mirar apenado, también cansado. Sonríe con tristeza. – Tal vez tengas razón Sarah. – “Ojalá la tuvieses”. – Pero yo no tengo ni idea de primeros auxilios, nunca he prestado atención a esas cosas. Si me escucha mamá se enfadaría. – Termina por admitir acabando con una ligera broma para quitarle hierro al asunto, más la cantidad del mismo es demasiado para que una simple gracia consiga apartarlo de su mente. El chico nunca fue bueno en el arte de la mentira y el engaño, ni lo es, y tal vez no lo será nunca, y casi mejor así.

Por otro lado, debería buscar una manera de conseguir que ella le creyese, y la mejor manera es demostrarlo, pero con cuidado eso sí. Rhys suspira de forma holgadamente y corresponde el contacto con su hermana y le dedica una sonrisa a medio camino de formarse, sin embargo no por ello menos dulce y agradecida. – Voy a por un poco de agua, estoy seco. ¿Quieres algo ya que voy de paso? – Le dice a la chica después de incorporarse. Tal vez con un cacharro pequeño sea manejable, y ciertamente, necesita controlarlo, ¿Qué pasaría si una en la piscina pierde la temple? Le inquieta, le preocupa poder hacer daño a los demás. Y aún así, sigue sin comprenderlo.

Su intención es ir a la cocina a por un vaso de agua, sumando a lo que Sarah le pida, y regresar, y quizás de forma accidental mostrarle el descubrimiento que tanto le aterra sobre si mismo.

Cargando editor
05/06/2018, 13:45
Sarah Meyers

Pero yo no tengo ni idea de primeros auxilios, nunca he prestado atención a esas cosas. Si me escucha mamá se enfadaría

Sarah no pudo evitar soltar una carcajada sincera: Bueno, será nuestro secreto... aunque seguro que si le cuentas que salvaste a una persona en el parque se sentirá super-orgullosa... como yo me siento ahora mismo. -le dijo posando su mano sobre su antebrazo y apretándolo con afecto- Eso si, si le dices lo de la imposición de manos, igual la preocupas un poco ¿ok?

El silencio volvió a apoderarse de la situación durante unos segundos en los que Rhys continuó comiendo el sabroso sandwich. Sarah mantuvo la sonrisa, quizá contenta de ver como su hermanito recuperaba las fuerzas.

 Voy a por un poco de agua, estoy seco. ¿Quieres algo ya que voy de paso?

- Pues... un poco de zumo de naranja si no te importa. -guiñó un ojo y esperó a que Rhys regresara.

Notas de juego

Recuerda que tienes la descripción y los poderes que has descubierto en la Silla. Si quieres hacer una pequeña manipulación sobre un líquido (el agua o el zumo... recuerda que el agua está en todas partes), con un éxito a dificultad 6 podrías hacer algo. Con 2-3 éxitos podría ser algo realmente raro y curioso. Recuerda tb, que puedes gastar un punto de fuerza de voluntad temporal para asegurarte un éxito.

En ascuas me dejas...

Cargando editor
12/06/2018, 23:31
Rhys Meyers

Por más que lo escuchase, por más que lo pensase, por más que lo creyese, le sigue pareciendo que no es ningún héroe, hizo lo que estuvo en su mano, no por la fama ni mucho menos, si no por su propia supervivencia, y su egoísmo no acaba ahí, no soportaba ver sufrir al resto de personas, y precisamente esa es la razón por la que, con sus irreales poderes decidió intervenir, para evitar la culpa.

No obstante, no es una bala fácil de esquivar, la carga la sigue teniendo consigo, ni siquiera el agua de la ducha ha sido capaz de arrastrarla hasta perderse por el desagüe. Y Sarah insiste que es para sentir orgullo, ¿orgullo de qué? ¿De ser una especie de monstruo? Eso es, la gente le temerá, y su familia le tomará por un loco por contarlo. Esa batalla ocurre en su interior, más su expresión refleja una sonrisa tenue bastante apagada, al igual que una noche con pocas estrellas que iluminen el firmamento, están ahí, sí, pero no iluminan como deben.

Bien, ahora vengo. – Le piden y se dirige con paso lento a la cocina, entre dudoso y reflexivo. Lo que tiene en mente no es sencillo, es un paso importante. Coge el zumo de naranja de la nevera, el cual sirve en un vaso de cristal, el naranja del líquido capta su atención al derramarse al interior del recipiente, ante el movimiento fluido se pregunta si será capaz de controlarlo.

¿Será capaz de manejar también otros líquidos como la sangre y el sudor? Son cuestiones que se hace mientras sus ojos se fijan el vaso ya llene. Retira rápidamente esa idea, que consigue erizar el vello de su nuca, y que la piel adquiera porosidad. Frota el antebrazo repetidamente para recuperar el calor perdido. Le toca su turno, y él prefiere el agua, al abrir el agua y dejarla correr para que poco a poco llene el segundo vaso de cristal, recuerda las ocasiones en las que nadaba, también buceaba en la parte más profunda.

Los tiempos muertos que pasaba en la piscina hasta que su piel se arrugase, y sin embargo no se encontraba en un lugar más seguro. El agua cubriendo su cuerpo le hacía sentir seguro Sonríe de forma nostálgica. Tuvo que dejarlo para dedicar más tiempo a la música y la pintura, sus otras pasiones. “Tal vez debería retomarlo, podría intentarlo” – Lo tiene en mente, pero otra cosa es que lo vaya a cumplir. Niega con la cabeza y los pasos del joven le hacen alejarse d de la cocina para regresar junto con su hermana. – Aquí tiene su pedido señorita. Espero que lo aproveche. – Dice a modo de broma, como si él se tratase de un camarero y la rubia de una clienta. Sonríe nuevamente, de forma menos tímida que la anterior.

Y entonces se sienta, resopla, va a intentarlo, no conoce los resultados y por eso le da miedo, teme su capacidad, su poder, se teme así mismo. Sin embargo tiene la suficiente confianza de que la pequeña cantidad de líquido sea manejable y no ocasione ningún destrozo. De esa forma, cree, que será capaz de demostrarle a su hermana mayor, que hasta el momento, ha sido sincero al contar el inicio del día que le marcará para siempre.

Empieza a centrarse, con la vista fija en el vaso con el líquido transparente guardando silencio. Espera, desea, que el agua cobre vida, se mueva, ¿cómo? No está seguro. Lo intenta, parece o cree que lo está consiguiendo, más no, se trata de una travesura de su imaginación. Está cansado, demasiado casado para hacerlo. Resopla y deja caer su espalda en el respaldo visiblemente cansado, aunque quizás se trate más a nivel emocional que físico. Y aún tiene que contarle la segunda parte, y nunca las segundas son mejores que la primera.

Pero no, ahí más, porque justamente en el mismo instante que desiste, es cuando se relaja, y al mitigar la tensión se deja fluir. Y entonces el agua del vaso toma forma, como si estuviese viva, en lugar de limitarse a adaptar su forma al recipiento, lo desafía, se rebela, y desea tomar la suya propia. Empieza con un pequeño remolino justo en el centro, el movimiento es lento, pero le permite ser perceptible, más no permanece estático en el mismo punto si no que va rotando, danzando dentro del interior del cristal moviéndose, para después invertir la dirección del eje y desaparecer de la misma forma que ha aparecido. ¿Es acaso una ilusión? Puede, sin embargo el agua, ligeramente agitada indica e insiste que es real.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Nota del Narrador:

Ojo, al gastar un punto de Voluntad temporal, consigues un éxito y, por tanto, puedes hacer "algo" con ese agua... ¿qué es? ¿Con qué sorprendes a Sarah?

Puedes editar el post para añadir ese detalle ;-).

Nota del jugador: 

Editado, y anoto el gasto de voluntad temporal. Si es exagerado lo cambio. Es el último párrafo.

Cargando editor
14/06/2018, 23:26
Sarah Meyers

La hermana adoptiva de Rhys sonrió de aquella forma pícara y característica cuando éste le trajo el vaso de zumo.

-Justo lo que había pedido ¡qué buen servicio! -después de eso, le mira intentando no parecer preocupada, mientras el chico de color se sienta y comienza a resoplar. Sarah frunce un momento el ceño sin saber qué ocurre...

Hasta que se da cuenta de lo que está pasando en su vaso.

-¿Pero qué...? -acierta a decir Sarah mientras se queda con los ojos completamente abiertos observando como el líquido de su vaso comienza a hacerse un remolino ante el simple deseo de Rhys. De forma casi inconsciente, el chico ha extendido un poco su mano, como si quisiera manipular el fluído con unas cuerdas invisibles.

-¿Eres tú? -el zumo se sigue removiendo hasta que salpica la mano de Sarah, momento en el cual la chica se asusta, extiende la mano y el vaso cae al suelo rompiéndose y desparramando todo el zumo por el suelo... suerte que estaban en la cocina.

Sarah mira al suelo y el zumo, luego mira a Rhys sin saber muy bien qué pensar.

-¿Ha-has sido tú? ¿E-en serio? -Rhys nota que su hermana está asustada, curiosa y algo excitada por partes iguales- ¿C-cómo?

Se levantó como un resorte y pisó parte de los cristales.

-Mierda... V-voy a recoger todo este lío... he sido... he sido una torpe. -Sarah dibuja una sonrisa nerviosa pero Rhys entiende que su hermana quizá no sabe lo que ha visto o está intentando buscarle explicación.

Notas de juego

Lo cierto es que a Rango 2, puedes manipular hasta 5 litros de agua. El tema es que si quieres un control preciso, tienes que gastar éxitos extra. Como sólo sacaste 1 éxito, pues tu control es algo "tosco" ^^.

He intentado transmitir las emociones de Sarah porque Rhys no deja de ser un tipo bastante perspicaz respecto a lo que siente la gente.

Cargando editor
18/06/2018, 23:45
Rhys Meyers

Gracias al talento del joven, el líquido naranja acaba derramado por el suelo manchando allá donde cae, y el recipiente termina dividido en varios pedazos afilados por el golpe. Por suerte no es en la moqueta, si no traería bronca. Más, en ese mismo instante no es la mayor preocupación de Rhys. Es la reacción de Sarah, su hermana, tras ver el espectáculo surrealista. Se fija en las facciones de ella, con vergüenza y culpa a partes iguales, a sabiendas de que ya nada será igual, como si acaba de cometer una travesura. No, no, es un crimen. Aprieta los labios y desvía su mirar a ninguna parte.

No le extraña nada la reacción ajena, cargada de sorpresa, teñida de incredulidad para terminar con una capa de temor. – No te preocupes ya lo recojo yo. Ten cuidado no te vayas a cortar. – Le dice con suavidad, pero es incapaz de que sus ojos se fijen en los de ella. El daño está hecho. Suspira con pesadumbre y se dirige a buscar el cepillo y el recogedor, además de un trapo. “¿En qué diablos estabas pensando, idiota? “ Se reprocha a sí mismo, se arrepiente de haberle enseñado eso a su hermana, se preocupa de qué va a pensar de él.

Primero un trapo para absorber el líquido, que es imbebible por culpa del accidente. Los pensamientos le engullen y le alejan de la realidad. Si es capaz de manipular el zumo, ¿será capaz de manipular más tipos de líquidos? Y eso le lleva a la siguiente cuestión, ¿manipuló la sangre o el agua de aquel hombre que había sufrido un infarto? Al transcurrir los segundos avanza la limpieza, y también consigue reunir el valor suficiente para afrontar la situación.

¿Qué piensas ahora, Sarah? ¿Me crees o no? Yo me he quedado igual. – Consigue decirle, dejando de lado la vergüenza para mirarla a la cara con expresión seria. – Tengo más cosas que mostrarte si aún tienes dudas. No soy el único. -  Añade sin variar un ápice su timbre. Ella no lo sabe, pero Rhys ha estado investigado, ha encontrado videos de gente con capacidades especiales. Unos más visibles que desafían el raciocinio, otros en cambio se le pueden achacar a la casualidad. Cuando menciona el único no puede evitar sentirse una especie de bicho raro, siempre lo sintió, el adoptado, el chico con la piel oscura en una familia de blancos de pelo rubio y ojos claros. Pero ahora, tiene más razones para sentirse con mayor lejanía a su familia.

Cargando editor
20/06/2018, 00:39
Sarah Meyers

-No, no, no te molestes yo... -empezó a protestar al ver que Rhys también quería recoger. Estaba algo "atorada" en un principio por todo lo que había pasado.

-Espera... hagamos una cosa ¿vale? Un poco de trabajo en equipo... -así mientras Rhys cogía con cuidado los cristales, Sarah iba a por los enseres para recogerlo todo.

Mientras recogían, Rhys habló, pero lo hizo sin mirar a la cara de Sarah. En el fondo, el chico afro sabía que Sarah solía aprovechar aquellos momentos para pensar. Pero por alguna cuestión que no acababa de entender, Sarah fue hasta él, le cogió por los hombros y le obligó a mirarle a la cara.

-Eh! Eh! Rhys... mírame. No te avergüences de quién eres. ¿Sabes? Me he pasado demasiado tiempo viendo como te auto-aislabas a pesar de todo el cariño que te intentábamos dar. Papá y Mamá siempre han dicho que necesitabas tu espacio pero yo creo que no es así. Hay que decirle las cosas a la gente. Rhys... siempre he creído que eras alguien especial... todo esto... vaya, si que lo hace más especial pero... no creo que lo hayas elegido ¿verdad? No te has sometido a ningun tratamiento experimental ni te has presentado voluntario a nada que hubiera podido acabar contigo y estas capacidades sobre los zumos... -se quedó un momento sin saber qué más decir y entonces, le volvió a dar un abrazo- Al cuerno Rhys. Claro que te creo... lo acabo de ver con mis propios ojos. Mis amigas me han pasado videos de gente haciendo cosas extrañas de este tipo pero... jamás pensé que ocurriría algo así. Se separó de él un poco y le acarició el rostro. Entiendo que debes estar asustado... yo ahora mismo estoy como un flan... Dices que hay algo más ¿qué es? -terminó diciendo su hermana nerviosa.