Partida Rol por web

Dharma observó todo alrededor, buscando una forma de llegar por atrás de aquel hombre.

Déjala, somos muchos y estamos armados.   -Le enseñó el Uzi.-   Y tus colegas están neutralizados allá arriba por otra fuerza de tarea. 

No te haremos nada si la dejas ir.

Karim no sabía disparar y pese a haber reunido el valor para apretar un gatillo, la situación no era la misma. Ahora tenían a un rehén, a una persona la cual dependía su vida de sus próximas acciones.

La tensión fue demasiado fuerte para el investigador que apenas pudo balbucear cuatro palabras inconexas mientras le temblaba el pulso.

- No... no le hagas daño. Su...suelta a la chica...

El tipo estaba cada vez más nervioso y las palabras de sus compañeros no parecían surtir ningún efecto. De repente se acordó de lo que había visto en un vídeo de YouTube sobre manejos de situación con rehenes: cuando la situación se estancaba en un impasse porque el agresor no estaba dispuesto a negociar, lo mejor era crear un buen ángulo de tiro para los SWAT.

En aquellos pasillos no iba a disponer del apoyo de un francotirador, pero estaba García que apuntaba a su rival sin decir nada.

Brian se movió hacia su derecha de modo que el tipo que agarraba a Valerie se girara lo suficiente para dejar expuesta una mayor parte del cuerpo a García.

—Oiga, haga caso a mis amigos —indicó mientras hacía un movimiento nervioso con el hombro derecho, indicando a García el mejor sitio para disparar y evitar que el otro respondiera—. La chica nos interesa, pero no tanto como para dejar que sus amigos nos pillen aquí desarmados y nos masacren.

La situación gana tensión por momento. Valerie seguía en presa con el mafioso de Gambrino y Dharma, herida, no pudo hacer uso de su excelente labia para relajar a aquel tipo. Karim, por su lado, tampoco pudo aportar mucho más. Estaba claro que la desventaja era superior para los ingenieros, a pesar de la superioridad en número que tenían.

- ¡Bajad las armas! - el rostro sudado del mafioso mostraba claramente unos nervios excesivos - ¡He dicho que soltéis las armas o le vuelo la puta cabeza! - la pistola se clavaba en la sien de Valerie, que sujetaba con sus dos brazos el antebrazo del mafioso que la sujetaba por el cuello.

García seguía apuntando, con los labios apretados, consciente de que sería mejor hacerle caso a pesar de quedar desarmados. Con una buena acción y un poco de suerte, podrían actuar aunque fuera desarmados antes de que llegaran los refuerzos.

- Está bien...  - cedió el puertorriqueño, que a pesar de ceder, bajó lentamente, ganando tiempo - pero déjala en paz, no va a suponerte ningún problema. Bajad las armas lentamente, chicos - dijo García mirando a Liam y Karim.

Liam, con gesto serio, fue agachándose poco a poco con intención de dejar la pistola en el suelo.

Dejamos las armas, si.  Con tal de que estes tranquilo y no le dispares a nadie.   Todas queremos vivir. 

Bajó la Uzi, lentamente, para que la atención se fuera hacia todos menos García. 

Karim miró de reojo a sus compañeros que parecían querer deponer las armas. Él, al contrario que ellos, no parecía dispuesto a desarmarse y estar a merced de aquel hombre.

- Nosotros somos más y tenemos más armas. Tú es el que deberías rendirte. - dijo titubeando sin terminar de bajar la uzi que seguía apuntando hacia delante.

El no se veía con la templanza y la puntería como para abrir fuego, pero tampoco quería estar a merced de los caprichos de alguien armado.

Hablemos. Lo mejor será que ninguno de nosotros haga ningún movimiento bruco. No queremos tener que lamentarnos de nada ¿verdad? - preguntó casi para convencerse más a si mismo que al secuestrador.

García miraba de reojo a Brian. El puertorriqueño había entendido la táctica del asiático y comenzó a moverse lateralmente, lentamente, intentando ganar ángulo de tiro. Valerie seguía forcejeando, pero sus intentos eran inútiles. Dharma y Karim, seguían intentando convencer a al mafioso pero su única opción era la chica y sabía que jugaba con ventaja.

En ese momento, se escucharon disparos, a lo lejos. Provenían de la planta superior, del vestíbulo por donde habían bajado. La sorpresa de las balas hicieron que todos los presentes en aquella galería se encogieran del sonido de los cañones de las armas. En ese instante, Valerie, se revolvió zafándose con fuerza de su presa. Al instante, una bala había atravesado el cráneo del guardia, que tras poner los ojos en blanco y permanecer unos segundos de pie, cayó a plomo de espaldas al suelo.

Valerie se acercó a una de las puertas cerradas. 

- ¡Ayudadme! - gritaba mientras agitaba el candado, inútilmente - ¡Ayudadme a sacarlas! - las lágrimas caían por su rostro con un gesto de desesperación.

Los disparos se intensificaron. 

Liam no dudó en ir en ayuda de Valerie. El vínculo que los unía y el fin por el que la chica actuaba era más que suficiente para ayudarla. El ingeniero volvió a recoger la pistola del suelo. Intentó evitar mirar el cadáver del guardia cuando pasó por su lado cerrando los ojos y se acercó a Valerie.

- ¡Échate a un lado! - le ordenó a Valerie mientras se preparaba para golpear el candado.

"Es mi oportunidad para quedar como un tipo duro", pensó para sí mismo.

Lanzó un golpe y el candado cedió un poco. No había sido un gran inicio, pero ya quedada menos.

Brian se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración todo este tiempo. Se desinfló como un globo al escuchar el disparo de García y ver que el mafioso caía al suelo muerto. Pero, inmediatamente la tensión volvió a elevarse hasta un punto imposible.

Se agachó a recoger el arma del caído. De esta forma ya no era el único desarmado en el grupo, aunque poco sabía de disparar.

Corrió hacia la otra puerta y la emprendió a culatazos con el otro candado.

Dharma revisó al guardia y la habitación, buscando una llave que quedara a estos candados. 

Debe haber una forma más fácil.  -les dijo, preocupada, con las manos un poco temblando pese a la claridad de sus acciones. 

Se puso a ayudar a Karim a buscar.

Karim empezó a buscar una llave. Si las tenían prisioneras debía haber una llave en alguna parte. Primero registró el cuerpo caído del guardia para luego hacer lo mismo por la sala que daba a todas las celdas.

- Cierto, aquí este tipo debía tener las llaves...  balbuceó nerviosos mientras rebuscaba entre los bolsillos del cuerpo inerte. 

Romper las cadenas y forzar las puertas a golpes no tenía ningún sentido. Deberían encontrar una llave o alguna herramienta para ello.

Dharma y Karim corrieron hacia el cuerpo con la esperanza de encontrar las llaves de las puertas para ganar tiempo. Rebuscaron apartando la vista del cuerpo sin vida del guardia, que seguía dibujando un charco de sangre alrededor suya cada vez más grande. Palpando a medio ciegas los bolsillos de pantalón y chaqueta, encontraron no solo un juego de llaves, si no dos. Pero el llavero que tenían no les parecía de una celda: una de ellas tenía el dibujo de un ancla y el otro de un manillar como una moto de agua.

Liam consiguió romper el candado de la puerta y entró corriendo para comprobar como estaría la mujer dentro de aquella habitación.

- ¡Déjame! - pidió Valeria a Liam, quitándole la pistola para después golpear la cadena. El golpe partió dos eslabones dejando libre a la mujer - Vamos, vamos... no te preocupes todo está bien - tranquilizó la chica - ¡Tenemos que ayudar a las demás!

Brian, por su parte, seguía pendiente del candado que había golpeado. Estaba medio doblado, pero aún resistía en la cerradura para no dejar abrir la puerta. 

Los disparos seguían intensificándose, hasta dar la sensación de que estaban al otro lado del muro. Entre gritos y sonidos de pistolas, García se unió a la tarea de salvar a aquellas mujeres.

- No podemos dejarlas aquí... - dijo mientras apuntaba a las escaleras de donde provenían los disparos - No podemos - dijo mientras se giraba y entraba en otra de las habitaciones abiertas. Con otro golpe certero, la cadena se partió y tendió la mano para levantar a la otra chica raptada.

Unos gritos lejanos de aviso se escucharon desde la parte superior. 

- ¡¡¡CUIDADO!!! ¡¡¡CUIDADO!!! - se notó vagamente. Parecía la voz de Barry.

De repente, el sonido metálico como de una pieza maciza comenzó a escucharse en la piedra, descendiendo. Una granada se dejó caer hasta el vestíbulo donde estaban los ingenieros. Brian pudo observarlo desde lejos, Liam, Valerie y García ni se enteraron. Pero... Karim y Dharma estaban en peligro, podría ser el final de una historia peligrosa.

Habían conseguido encontrar un par de juegos de llaves. Parecían ser las que se usaban en algún tipo de vehículo acúatico motorizado. Se fijó en Valerie y le preguntó entonces - Oye, tu ya has está aquí antes ¿no? ¿Hay alguna lancha o motos de agua con los que salir de aquí?

Con suerte cerca habría algún tipo de muelle o embarcadero y allí su posible vía de escape... 

Pero de pronto Karim oyó un ruido metálico rebotando escaleras abajo. Cuando quiso darse cuenta había dado un paso atrás, tropezando con el cuerpo y la sangre derramada. La granada rodó tan cerca... El tiempo en ese momento se detuvo y deseo poder usar el proyecto Eon para echar atrás en el tiempo. Antes de que todo esto hubiera pasado...

Brian se disponía a golpear de nuevo el candado, a la vista del éxito de sus compañeros, cuando, de repente, vio una granada rodar escaleras abajo hasta donde estaban ellos.

—¡Cuidado! —advirtió al tiempo que se lanzaba al interior de una de las celdas abiertas.

Dharma vio la granada caer.  Sus ojos se expandieron en sorpresa.   

Como la ola expansiva que esperaba ver. 

La ciencia de la explosión se mezcló dandole tantas explicaciones de lo que pasaría tal que la freezearon de la acción.   El lóbulo frontal literalmente entorpeciendo, poniéndosele enfrente a la reacción animal que debió haber tomado el control. 

La ventaja evolutiva del cerebro es todavía una pregunta abierta. 

Al final se trató de cubrir lo mejor que pudo. 

La tristeza se le fue a la garganta al ver caer a Karim. 

No pudo ni gritar: ¡No! 

¡Kariiim!