Partida Rol por web

Liam se alejo un poco del muro para coger carrerilla, y vió como sus compañeros saltaba con facilidad aquel muro. Confiado de que él también podría hacerlo, hecho a correr, todavía ataviado con su arma, y al despegar los pies del suelo pudo ver que había calculado mal la trayectoria. 

Liam se quedó tendido sobre el muro, ligeramente paralizado por el golpe que se había dado en el estómago, y le tomó algo de tiempo en hacer la suficiente fuerza como para cruzar entero al otro lado, cayendo como un peso muerto en el proceso. Por suerte, no hizo tanto ruido como esperaba y pudo reunirse con el resto de sus compañeros sin problema. 

Decididos a entrar, los ingenieros fueron trepando el muro poco a poco. Con gran agilidad, cada uno de ellos fue traspasando del otro lado para ver las dependencias de Gambrino, exceptuando a Liam, que tras caer al otro lado pisó una pequeña roca escondida en el césped y se torció un tobillo levemente. Brian y Kharim parecían salidos del equipo de salto de valla de la Universidad.

- ¡Joder! - se escuchó a Barry desde encima del muro, que resbalaba y caía desde una altura considerable - ¡Mierda, mi tobillo...!

- ¡Calla, mamahuevos! - le decía García, que tampoco había caído muy bien desde el muro, mientras se acercaba a su compañero con el índice en la boca pidiendo silencio - Nos van a descubrir por tu culpa.

El guardaespaldas, que cayó mejor que Barry pero no para una medalla, también se acercó a su compañero, cojeando unos segundos. Levantó el pantalón de Barry, que se quejaba silenciosamente.

- No creo que esté roto, pero no va a poder andar en un rato - dijo el guardaespaldas.

- ¡Y una mierda, yo sigo! - se quejaba mientras hacía un ademán de levantarse, fallidamente.

- ¡Barry! No seas cabeza loca, diablos. Lo único que vas a conseguir es que nos cosan el culo contigo arrastrándonos -  le recriminó García - Nos iremos adelantando, ten el teléfono a mano, te llamaremos desde dentro si está todo despejado. Será más fácil que entremos menos a que entremos contigo jodido.

Los ingenieros permanecían en silencio, observando la situación. El mafioso se calmó mientras respiraba agitadamente por la nariz mirando al puertorriqueño.

- No la jodas, Carlos... y ve a por los putos documentos, es a lo que hemos venido... - le dijo finalmente, haciendo una mueca de dolor mientras se sujetaba el tobillo herido.

El puertorriqueño asintió, y con un gesto ordenó a los ingenieros avanzar.

Se escuchaban a los lejos voces de alarmas, pero por ahora no se veía claramente ningún hombre de Gambrino. Dharma, que había iniciado la marcha, se movía entre las sombras y los arbustos como si llevara toda la vida jugando al escondite en los jardines de Gambrino. A Karim tampoco se le hizo difícil llegar sin ser visto a las dependencias del mafioso, el ingeniero comenzaba a perder el miedo a las situaciones que se le venían encima, a pesar de empuñar un arma que prefería no haber cogido nunca. Liam y Brian los seguían, junto a García. 

La estancia, lujosa hasta el último detalle siguiendo la línea de la casa de Big-C y de la decoración de la época, se veía lujosa en cada uno de sus rincones. Una gran lámpara colgaba en el vestíbulo principal, seguida de dos escaleras que subían a una planta superior, hacia derecha e izquierda.

Por el momento, no había rastro de los hombres de Gambrino, quizás todos alarmados por los disparos en la zona del jardín.

Una vez todos el grupo dentro de las inmediaciones, cuidando de no ser descubiertos, pararon unos segundos para decidir qué hacer. García los miró.

- ...Vamos a por Valerie...  - dijo en voz baja, preocupado, mientras miraba hacia abajo - Si damos con los documentos de camino... mejor, pero tenemos que salvar a Valerie -  el puertorriqueño asintió.

Ok, lo lógico es que los documentos de envíos estén en la recámara del jefe, su caja fuerte prob. 

Y que las mujeres estén encerradas en el sótano, o custodiadas en alguna de las recámaras. 

O ustedes, ¿donde las guardarían? -dijo a los mafiosos.  It takes one to know one. 

García observó la estancia mientras escuchaba a Dharma.

- Umh... Suena lógico, pero tratándose de Gambrino cualquier cosa sería posible. Vayamos con cuidado y aprovechemos que la mayoría de los hombres están fuera.

Dharma, siguiendo su intuición, guió al grupo escaleras arriba, girando a la izquierda. Abrió por una rendija un par de puertas, chequeando que se trataban de habitaciones o demás cuartos. Pero al fondo del pasillo, una puerta con una cerradura distinta le llamó la atención. Caminando de cuclillas, los ingenieros y García se asomaron.

Varias cámaras de seguridad se podían ver colocadas una encima de la otra. Dos guardias discutían qué había pasado con la luz, pues la mayoría de pantallas estaban apagadas.

- Si no arreglan la luz rápido no podremos conectar las cámaras... no sabemos qué ha pasado ahí fuera...

El sonido de las teclas se escuchaba continuamente, dando pequeños descansos alternados con el "click" de un ratón de cable bastante voluminoso.

Liam rápidamente puso la mirada en los monitores que todavía seguían encendidos, pensando que quizás podría ver donde se encontraban el resto de guardias o Valerie, pero entre la posición y el cansancio que acarreaba, las pantallas se le antojaban borrones de colores que vagamente representaban partes de la mansión. 

Sabiendo que desde allí no podría hacer nada, Liam susurró al resto:
-Les superamos en número. Podríamos entrar y tratar de intimidarles para poder mirar mejor las cámaras de seguridad.- 

Dharma no vio nada de nada, pero intentó fijarse en la dirección de las miradas de los guardias.   Será lo que ya detectaron. 

Trató de buscar con la mirada lo que representara los sótanos.   Pero seguro no han visto a Valerie.   Estarían diciendo otras cosas.

Dio espacio a Karim y Brian.    Me quito para no estorbar. 

Karim se alegraba de que Barry se hubiera jodido el tobillo. - Uno menos... - pensó. Pero todavía estaban Carlos y el guardaespaldas. Ambos eran de armas tomar.

Por suerte el contratiempo que había tenido Barry no sólo les ponía a él y sus compañeros las cosas más fáciles para poder escapar en un momento dado. También ponía a García al cargo de la misión y este parecía más a favor de salvar a la ahijada de su jefe que de conseguir los documentos. Incluso Karim llegó a sospechar que García podía pensar en Valerie como algo más... pero eso estaba por ver. 

- Creo que es mejor centrarnos en sacar a la chica de aquí. Tu compañero el blanquito esta obsesionado con los documentos y no piensa que las personas son irremplazables... - le dijo en voz baja al puertorriqueño para intentar ganarse de nuevo su confianza, mientras se adentraban en la mansión.

Finalmente entraron en la mansión y gracias a la intuición femenina de su compañera, localizaron muy fácilmente la sala de seguridad. Dentro había unas cámaras y dos guardias. Por suerte estaban demasiado preocupados con el corte de luz como para fijarse que estaban siendo vigilados a su vez por los asaltantes.

- Dejad que eche un vistazo... - pidió un segundo de silencio, como si eso le ayudara a concentrarse y fijar la vista con esas grandes gafas de pasta que ahora llevaba.

Brian dejó que Karim se concentrara en la sala de seguridad y se colocó en retaguardia, junto al matón de Big-C. Al igual que él se dedicó a vigilar que nadie subía por las escaleras y se adentraba en el pasillo donde estaba aquel grupo tan numeroso de gente.

—Somos seis personas. Deberíamos dividirnos para ocultarnos mejor —informó al guardaespaldas.

Las pocas cámaras de seguridad que había encendidas iban cambiando cada cierto tiempo mostrando distintos lugares de la mansión. Todos los sitios, excepto el vestíbulo y las afueras, eran desconocidos para los ingenieros. Los guardias de seguridad, que todavía seguían intentado dar con el problema para poder acceder de nuevo a la seguridad, seguían trabajando sin darse cuenta de la presencia de los ingenieros.

García se giró hacia Liam.

- Estaría encantado de entrar y darles un tiro a esos mamahuevos, pana, pero si podéis ver algo desde aquí, mejor. Aprovechemos que no nos han visto... aún.

Después miró a Karim mientras se frotaba la barbilla.

- Sí, más vale que Valerie salga con vida. Ya veremos qué hacemos con esos documentos más tarde...

Por último, miró a Brian.

- No creo que sea buena idea, pana, para encontrar a Valerie lo mejor será que vayamos juntos, por lo que podamos encontrarnos...

Después dejó unos segundos mientras echaba un vistazo hacia atrás, asegurándose de que no se acercaba ningún enemigo.

- ¿Y bien, sabemos dónde ir?

Karim se ajustó las gafas y entrecerró los ojos todo lo posible enfocando las cámaras desde la lejanía. Los guardias, que cambiaban de posición, interrumpían su campo de visión en muchas ocasiones, pero eso no era mucho problema para el ingeniero, que inclinaba el cuerpo de un lado hacia otro buscando el mejor ángulo.

Tras unos segundos, logró ubicarse algo le llamó la atención.

Un monitor, dividido en cuatro pantallas, mostraban a unas mujeres en un estado lamentable. El corazón de Karim se encogió. La chica, la llamada Valerie, llevaba razón. Aquella mujeres tenían un destino seguro y desde luego nada agradable y voluntario.

Los monitores volvieron a cambiar, y en ese momento, Karim pudo ver como se enfocaban unas escaleras de piedra dirección hacia abajo. En ese momento, una chica, que pensó que era Valerie, pasó; pero frenó en su avance. Se giró y apoyando un pie en la pared golpeó la cámara con la culata de la pistola. La pantalla eran niebla.

Karim logró fijarse en alguna de las pantallas en el momento preciso en el que se enfocaba la imagen después de cambiar. Efectivamente parecía que las palabras de esa Valerie eran ciertas. Pudo ver como varias mujeres estaban encerradas en condiciones deplorables para seguramente abusar de ellas repetidamente. 

- Es peor que una cárcel. Están encerradas y maltratadas. Espero que sigan con vida... aunque no me extrañaría que más de una haya intentado quitársela. Son unos monstruos. - dijo señalando a los dos guardias que estaban de espaldas, pues no dejaban de ser cómplices de todo esa depravación.

En ese momento cualquier reparo que tuviese Karim en disparar a alguien por la espalda desapareció. Alzó el arma y apunto a uno de ellos a la cabeza para no errar el disparo... respiró hondo. - No merecen vivir...  

Mejor que enfrenten un juicio Karim.  -le dijo Dharma.    No te marques tú con esto de por vida. 

Lo detuvo.  Podemos entrar y amenazarlos, neutralizarlos y así.  

¿Vamos?  -Les dijo a los demás.  Si controlamos esto, controlamos la mansión de alguna forma. 

1...2...3...

Liam estuvo a punto de proponer otra alternativa, pero luego pensó que, de todos modos, entrar era su plan original. Así que, con la convicción de que era el destino el que los estaba guiando en esa dirección, Liam dio una patada a la puerta y se quedo en el marco de la misma, recibiendo la mirada confundida de los dos guardias. 

-¡Hey!Eeeh... Quietos ahí.- Dijo, dudando ahora de que hubiera sido una buena idea entrar, mientras esperaba que el resto entrara para ayudarle. 

Al ver a Liam entrar así Dharma dio un ágil salto para entrar con él y llegar hasta otro ángulo de la sala de monitores.  De esta manera, apuntándoles con su Uzi podía verles las manos para que no apretaran ningún botón de alarma o pánico.

Manos arriba y sin hacer ningún movimiento súbito, que estar a fuego cruzado a menos de dos metros de distancia no hace sentido, no para quien quiere llegar a su siguiente cumpleaños. 

No les haremos nada, de verdad.   Sólo apagaremos esto, los amarramos, pa'que su jefe no les eche la culpa, y nos vamos por lo que venimos.  Y ya.   

La culpa la tuvieron los de afuera que nos dejaron pasar, no ustedes.  -les daba argumentos, al menos, unos autoargumentos que les sonaran plausibles al momento para decidirse por su supervivencia.

Ingeniero, -le dijo a Brian- ¿puede usted desconectar estos aparatitos para dejar cegado al complejo por unos momentos?  No quiero que nos vean llevandonos los cuadros de Brito y las pantallas de plasma, gracias. 

Sonaba tranquila, sin dejar de apuntarles.  Confiaba en que responderían con un poco del mismo sentido común que había tenido aquel otro guardia que amarraron. 

Todo se reduce a un análisis costo-beneficio. 

El rostro de Karim empalideció, lo que fuera que había visto, había afectado al ingeniero con una mezcla de rabia e impotencia. Sus manos, temblorosas, sujetaban el subfusil mientras apuntaba entre la apertura de la puerta de la sala de seguridad. El sentido de la justicia y el dolor por aquellas mujeres se apoderó de él y por un momento pensó que ese sufrimiento solo se pagaría con la muerte de aquellos dos hombres.

Pero Dharma paró su cometido. Igual de dolida y sorprendida por aquellas palabras del ingeniero, detuvo a Karim haciéndolo entrar en razón por el alboroto que podían crear.

- ¡Baja eso, mamahuevos! - ordenó García a Karim susurrando todo lo que podía - ¿Qué quieres, que nos cosan a tiros?

Pero en ese momento, Liam, en un arrebato de valentía, golpeó la puerta y los guardias se giraron rápidamente, sorprendidos. Uno de los hombres echó mano a unas porras que colgaban de sus cinturones; otro desenfundó una pistola y apuntó hacia la puerta.

- ¿Pero quién cojones eres tú? ¡Qué coño! ¿Quién cojones sois vosotros? - dijo el de la pistola, sorprendido.

Los guardias dieron un paso hacia ellos, pero García y Dharma¹ intervinieron antes que pudieran seguir avanzando: sabían que estaban en clara desventaja numérica. El puertorriqueño los apuntó con su pistola.

- Quietos ahí eh, quietos digo o te vuelo los seso, eh - amenazó el mafioso levantando la barbilla un poco, desafiante, con su acento particular.

Las palabras de Dharma, que hicieron parar a los guardias, solo evitaron un ataque repentino. En aquella situación, los hombres no estaban dispuestos a hacerles caso.

- Nadie va a entrar a tocar nada... os lo aseguro - advirtió quién empuñaba la pistola, mientras cambiaba de objetivo cada dos segundos.

Brian permanecía expectante ante la situación.

¿Habría sido mejor irse sin llamar la atención? ¿Cómo afrontarían la situación?

Vamos a echarle un vistazo según mi perspectiva del reglamento:

Al usar la ventaja Hombre de Recursos, según el manual, se realizar una tirada de Astucia como acción. Por tanto, si después realizas otra acción (disparar sin entrenamiento), se consideraría Multiacción. Para más inri, según el manual, apuntar debe de ser la primera acción del turno que va justo antes de apuntar (aún así, pensemos que la ventaja es algo que se realiza observando y pensando y no penaliza el apuntado conseguido anteriormente).

Por tanto, sería un -2 por tirada sin entrenamiento y otro -2 por multiacción y un -4 por apuntado. Como tenías un +4 por apuntado (considerando que no se pierde aunque haya usado la ventaja como primera acción), el total sería -4. El resultado por tanto sería de 7, solo éxito.

El daño sería 2d6 (quitando el aumento) Postea y después narro yo la consecuencia para que los demás actúen en consecuencia haciendo la tirada correspondiente del guardia por si suena la flauta :)

- ¡Cuidado va armado! - gritó justo antes de disparar.

Karim que ya estaba dispuesto para apretar el gatillo, apenas necesitó la excusa de que uno de ellos sacara la pistola para dispararle en la mano.

El disparo no fue todo lo efectivo que podría haber sido, pero es que Karim nunca había tenido que disparar un arma de fuego...

Karim, en un intento de intimidar a aquellos vigilantes de seguridad, disparó la Uzi contra uno de los guardias. El disparo, que iba apuntado en la mano, atravesó el pulgar haciendo que el vigilante soltara la pistola. Los demás, dieron un salto de sorpresa ante el sonido del arma y la decisión del ingeniero.

- ¡Ahhhh! ¡Mi mano, joder! - gritó el guardia mientras se sujetaba la mano y se ponía a cubierto.

Los dos vigilantes de seguridad se echaron al suelo, protegiéndose con las mesas y las pantallas que allí habían. Al más alejado, al de la porra, se le escuchó hablar por radio.

- ¡Tenemos intrusos, en la sala de seguridad, compañero herido! ¡Van armados y han disparado!

García, que se mantenía sentado mientras tenía la espalda pegada en el muro pegado a la puerta, apretó los labios con fuerza.

- ¡Hieputa maldito! ¿Qué coño te pasa, mamahuevos? - golpeó el suelo con la mano un par de veces, con rabia - ¿Has visto lo que has conseguido? ¡Joder! - se incorporó y se asomó al pasillo que daba a las escaleras del rellano, vigilando - ¡O entráis y cogéis lo que necesitéis o nos vamos corriendo!

Un sonido de walkie crujió en el aire.

- ¡Recibido, vamos de camino!