Partida Rol por web

-¡Ya nos preocuparemos de los derechos civiles cuando no nos estén intentando MATAR, Dharma!-

Dijo Liam con la respiración entrecortada, mientras esperaba a que dejaran de dispararle para contraatacar. Ya era la segunda vez en poco tiempo en la que había creído que iba a morir y solo pensaba en sobrevivir. "Si he llegado tan lejos este no puede ser el final" se decía, pero sabía que no tenía la certeza para afirmar nada. 

Saco la cabeza por la ventana y apuntó contra el motorista cegado. Tenían que librarse de ellos de una vez, antes de que se quedaran sin balas y cuando vio que le había dado a la rueda no pudo sino sonreír. "Igual hay una razón más importante para que hayamos aparecido en esta época" 

—Pero, ¿QUÉ? —exclamó Brian cuando Karim le arrancó el espejo retrovisor—. ¿No se supone que ibas a ayudar?

Brian sufrió un segundo de pánico pero entonces recordó aquel momento de Star Wars cuando Luke Skywalker trata de colar un torpedo en el pozo de ventilación de la Estrella de la Muerte y oye la voz de Obi Wan que le dice "Luke, utiliza la fuerza".

Del mismo modo que Luke prescindió del visor de apuntaje, Brian decidió ignorar la falta del espejo y concentrarse simplemente en ir calcular la trayectoria del resto de vehículos para poder sortearlos e ir ganando más terreno al motorista. Gracias a esta estrategia, más que a su habilidad como piloto, logró su propósito y una gran sonrisa se le dibujó en el rostro: me encantaría ahora que Lindsay, la chica de primero de carrera, me volviera a repetir eso de que los frikis no servíamos para nada en el mundo real...

-¡Ya nos preocuparemos de los derechos civiles cuando no nos estén intentando MATAR, Dharma!-

¡Precisamente por eso, fue que sabotee la máquina!   -le respondió Dharma, enojada, indignada.   Una sociedad que no tiene maneras, éticas y reglas, de controlar sus abusos so-pretexto de la emergencia no es para confiarle ni una pistola ni una.. una...  -se quedó mejor callada viendo de reojo a García y Barry, y se concentró mejor en hacer funcionar esa pieza de electroarqueología, un pinche celular. 

El motorista más hábil, no pudo evitar esquivar la bala que Briam impactó en su rueda. Un pinchazo comenzó a hacerle perder el control. Además, todavía aturdido por el balazo en el casco, la situación del conductor era muy desfavorable. García, que aprovechando el descontrol que se había apoderado del vehículo a dos ruedas, disparó impactando de lleno en el hombro del motorista que cayó estrepitosamente hacia un lado de la pared estrellándose contra un puesto de refrescos que había en un lado de la calle. Los peatones saltaron hacia atrás asustados por el impacto de aquel hombre y el escándalo que estaba formando.

- ¡A tu casa, hieputa! ¡Solo queda uno! - celebró el puertorriqueño.

El motorista que iba más retrasado, tuvo que esquivar con rapidez a su compañero al perder velocidad por la caída que sufrió por el disparo de Liam y de García. Pero en esa milésima de segundo que perdió de vista la carretera para ver cómo terminaba su compañero, rozó la parte trasera de un coche levemente al intentar encauzar la dirección de la carrera.

La moto, que ya había sufrido varios impactos al inicio de la persecución, comenzó a dar tirones acompañados de un humo negro y finalmente se paró, dejando escapar al coche de los ingenieros y Barry y García.

- Joder, ¿qué coño habla esta tía, García! - pregunto Barry  a García con una corta carcajada por encima del capó del coche refiriéndose a Dharma. -¡No podéis joder a Barry Brooks, hijos de puta! - gritó al motorista mientras se quedaba atrás hasta que su moto se paraba por completo.

Se incorporo dentro del coche y miró a Dharma, que había hecho las primeras reparaciones del teléfono móvil como había podido. El dispositivo todavía necesitaba ajustar un par de componentes de la placa y dos cables.

- Será mejor que os deis prisa con ese cacharro, no sabéis lo importante que puede llegar a ser - se limpió la sangre de la herida del hombro que ya había parado -. Joder, primero los putos pantalones y ahora la chaqueta, vaya mierda de día. ¡Eh, tú! - le dijo a Brian mientras le daba un toque en el hombro - Baja el ritmo y aparca en el próximo callejón que puedas, que esté bien oculto.

- Diablo, no había manera con esos mamahuevos, se movían como culebras - dijo García mientras recargaba la pistola y la enfundaba - Dame eso, muchacho  - le dijo a Liam mientras le tendía la mano, refiriéndose a la pistola - No quiero que me des plomo cuando te dé la espalda. No se nos ha olvidado que nos has jodido el maldito celulal.

Los ingenieros habían dejado atrás a los motoristas y lo mejor, habían salido ilesos. Karim, volvió a mirar a Dharma cuando se refirió al fallo de la máquina. Liam también lo hizo, entre triste y decepcionado. Brian, quiso hacerlo, pero no tenía retrovisor. Estaban envueltos en un tema peligroso y lo primero era salvar el pellejo, ya tendrían tiempo para hablar y buscar soluciones.

- ¡Venga, coño! - Barry le dio una palmada en el hombro a Karim - Ayuda a tu novia, no te quedes mirando.

Karim agachó la cabeza cuando oyó el estrépito al impactar una de las motos, creyendo que les volvían a disparar. Entonces se dio cuenta de que Dharma arreglaba como podía aquel arcaico aparato.

- Déjame ver. Esto no puede ser muy difícil. Mi padre tenía uno de estos en su momento y aún lo conserva como una reliquia... - dijo mientras observaba a su compañera volver a ensamblar cada uno de los cables, placas y resistencias.

- Mmm... Vale sí. Creo que ya se para que sirve esto y esto otro de allá. - se giró hacia los mafiosos para dirigirse a ellos. - Podemos arreglarlo, pero no nos hagáis ningún daño. Nosotros no queríamos que nada de esto pasara. Por suerte entendemos algo del funcionamiento de estos aparatos. En un minuto estará como nuevo. - aseguró mientras tragaba saliva y al notarse la nuez rozando con el pañuelo en la garganta, se lo aflojó un poco.

Dharma conectó algunos cables para ver si podía detectar donde era que se estaba cortando la corriente.  Tomó la antena para no interrumpir a sus compañeros.  Demasiados cocineros echan a perder el caldo.   Y empezó a revisar su captación de señal, maravillada que con algo tan antiguo se hubiera podido la gente conectar a la red telefónica, y de ahí a otro celular. 

El aparato parecía lo bastante sencillo como para hacer una reparación provisional sin herramientas. Seguramente no garantizaba que no volviera a estropearse de nuevo más adelante.

- Creo que esto vuelve a funcionar. - le dijo a los mafiosos.

Entre Dharma y él habían hecho un trabajo impecable. Dejándolo prácticamente.

—Pero, ¿qué demonios estáis haciendo arreglando ese ladrillo? —exclamó airado Brian, todavía surcando la ola del subidón de adrenalina que había supuesto la persecución—. ¿Por qué tenemos que ayudar más a estos dos? ¿Son acaso ustedes agentes de la Ley? Porque, de lo contrario, creo que deberían dejarnos ir antes de que esto se convierta en un delito de secuestro con violencia. Vamos, venga, ya están tardando en dar explicaciones, caballeros.

-¿Porque habría de dispararte? ¡Si acabamos de ayudaros a libraros de esos moteros! De forma más o menos eficaz...- Dijo, tanteando un poco el arma antes de entregarla. No le gustaba ir desarmado visto lo visto, pero tampoco quería enfrentarse a Carlos y Barry. Mientras dejaba el arma en las manos de Carlos, murmuró: -Además, yo no tengo la culpa de que Barry se chocase contra mí- 

Brian, tras varias indicaciones de García, aparcó el coche en un callejón cerca de una terraza tras dar varias vueltas asegurándose de que los motoristas le habían perdido la pista completamente. Apenas había sufrido rasguños, lo que hizo que se llevara las felicitaciones del puertorriqueño.

- No sé, pana - contestó García a Liam - tú dámela y ya está, no querrás meterte en más problemas, te lo aseguro.

Barry observaba de cerca como entre Dharma y Karim arreglaban el teléfono móvil. Los dos ingenieros apenas tuvieron que hablar para ir avanzando en la reparación del dispositivo. Dharma comenzó ajustando las piezas más básicas para continuar en el proceso y Kharim terminó de darle el toque final. Barry observó a los dos ingenieros unos segundos extrañado y después tendió la mano para recibir el móvil.

En ese momento, el teléfono comenzó a sonar para su sorpresa. Su cara lo delataba. Le dio un par de palmaditas a los dos ingenieros y salió del coche, apartándose unos metros mientras se encendía un cigarillo.

- Todo en orden, señor... - fue lo último que se alcanzó a escuchar de la boca de Barry.

García salió del coche para encenderse otro cigarrillo. Se apoyó en un lateral del coche y echó el humo hacia arriba, con fuerza, mientras cerraba los ojos y después se frotaba la cara. Tras unos segundos, se giró hacia los ingenieros, que poco a poco iban saliendo del coche.

- ¿Policías? No me hagas reír, mamahuevos - rió García cuando Brian se refirió a ellos - Aquí la policía no tiene nada que ver y si lo hace poco escándalo arman, están bien "cubiertos" por el señor.

Barry se giraba de vez en cuando, mirando dirección al coche. Asentía en muchas ocasiones mientras intentaba limpiarse los pantalones blancos dándose golpetazos. 

- Mirad, no me gustaría estar en vuestro pellejo, sinceramente. No sé qué hacíais en aquel callejón, si drogándoos o intercambiando cualquier cosa, pero conociendo a Barry...

En ese momento, Barry se acercó mientras descolgaba el teléfono. Terminó de intentar ajustarse la chaqueta y limpiarse los pantalones. 

- Venga, nos vamos - dijo guardando el teléfono en un bolsillo interior de la chaqueta - Arranca, García, el señor quiere vernos y me ha dicho que nos llevemos a los tipos estos. Después de contarle como hemos salvado el culo, quiere verlos, dice que pueden ser de ayuda para el golpe.

Barry esperó en que los cuatro ingenieros comenzaran a meterse en la parte de atrás del coche poco a poco, mientras enseñaba el mango de la pistola bajo la chaqueta.

- Además, no se me ha olvidado que me has jodido los putos pantalones - dijo señalando a Liam, mientras lo miraba por encima de las gafas de sol - Andando, coño.

Karim estaba lo bastante cohibido por esos mafiosos como para no hacer preguntas y arreglar el teléfono sin rechistar. Ya habría tiempo de intentar convencerles cuando todo se calmara...

- Será mejor que le des el arma Liam... no queremos problemas. - le pidió a su compañero.

- Ve señor, le hemos arreglado el teléfono. Ahora déjenos marchar. Nosotros no tenemos nada que ver con el contrabando o el tráfico de droga. - les dijo, pero esos dos tipos parecían tener algo planeado para ellos.

- De que están hablando ¿De un robo o un atraco? Por favor no nos metan en más problemas... Sólo queremos volver a casa.